Valoración de las externalidades de la producción
EI problema de las externalidades
La contaminación del aire y del agua es un ejemplo de una variedad mucho mas amplia de fenómenos que los economistas llaman externalidades, que son uno de los fallos del mercado. Siempre que una persona o una empresa emprende una acción que produce un efecto en otra persona o en otra empresa por el que esta última no paga ni es pagada, decimos que hay una externalidad.
Los mercados afectados por externalidades no asignan eficientemente los recursos. Los niveles de producción, así como los gastos realizados para controlar la externalidad, son incorrectos. Consideremos, por ejemplo, el caso de una empresa que podría reducir su nivel de contaminaci6n gastando recursos. Aunque el beneficio social seria grande, la empresa no tiene ningún incentivo privado para gastar el dinero. En algunos casos, las acciones de una persona o de una empresa producen a otras beneficios (no compensados); se denominan externalidades positivas. El dueño de una vivienda que se ocupa de ella y planta atractivas flores en su jardín proporciona una externalidad positiva.
Las acciones que afectan negativamente a otros se denominan externalidades negativas.
El nivel de producción de mercado que genera externalidades puede ser excesivo. La figura1 muestra las curvas convencionales de demanda y de oferta. Ya hemos afirmado antes que si no hay externalidades, el equilibrio de mercado resultante, QIW es eficiente. La curva de demanda refleja los beneficios marginales que reporta al individuo la producción de una unidad adicional de la mercancía y, la de oferta, los costes marginales de la producción de esa unidad. En la inserci6n de las dos curvas, el beneficio marginal es exactamente igual a los costes marginales. Ahora bien, si se tienen en cuenta las externalidades, la curva de oferta de la industria puede no reflejar los costes sociales marginales, solo los privados, es decir, los que recaen directamente sobre las empresas. Si el aumento de la producción de acero eleva el nivel de contaminación, ese aumento tiene un coste real, además de los costes del mineral de hierro, del trabajo, del coque y de la caliza necesarios para producir acero. Pero la industria del acero no tiene en cuenta el coste de la contaminación. Por consiguiente, la figura 1 también muestra la curva de coste social marginal, que indica los costes adicionales totales (privados y sociales) de la producción de una unidad adicional de acero. Esta curva de coste se encuentra por encima de la curva de oferta de la industria.
La eficiencia exige que el coste social marginal sea igual al beneficio marginal de la producción: el nivel de producción debe hallarse en Qu que es la intersección de la curva de costes sociales marginales y la de demanda. El nivel eficiente de producción es menor que el nivel de equilibrio de mercado
Una importante clase de externalidades es la que se deriva de lo que se denomina problemas de los recursos comunes. Se caracterizan principalmente porque se refieren a un grupo de recursos escasos cuyo acceso no esta restringido. Consideremos el caso de un lago en el que el número de peces capturados aumenta con el número de barcos de pesca, pero menos que proporcionalmente, por lo que el número de capturas por barco disminuye conforme aumenta el de barcos. Cada barco adicional reduce las capturas de otros barcos. Se trata de una externalidad. El beneficio social marginal de un barco adicional es, pues, menor que la captura media de cada barco; parte del pescado capturado por el barco habría sido capturado por algún otro, como muestra la figura.2. El rendimiento privado que obtendrá un individuo más que estuviera pensando en la posibilidad de adquirir un barco es simplemente el rendimiento medio (una vez que los barcos están en ello, todos capturan el mismo numero de peces), que es muy superior el rendimiento social marginal. Así pues, mientras que el equilibrio del mercado privado implica que los rendimientos medios son iguales al coste de un barco (que suponemos, para simplificar, que es constante), la eficiencia social requiere que el rendimiento social marginal sea igual al coste de un barco.
En general, cuando hay externalidades, el equilibrio de mercado no es eficiente.
Soluciones privadas para resolver las externalidades
En algunas circunstancias, los mercados privados pueden resolver las externalidades sin la ayuda del Estado.
La manera más sencilla consiste en internalizar la externalidad formando unidades económicas que tengan suficiente tamaño para que la mayoría de las consecuencias de cualquier acción ocurran dentro de la unidad. Consideremos, por ejemplo, el caso de una comunidad, ya sea un grupo de viviendas contiguas o un grupo de apartamentos del mismo edificio o edificios colindantes. La calidad de vida del barrio depende de como cada familia cuide su propiedad. Si una familia planta flores, crea una externalidad positiva; si deja que su casa se venga abajo, confiere una externalidad negativa. Incluso en los casos en los que cada familia posee su propio apartamento, los hogares pueden decidir colectiva-mente que la conservación de las instalaciones que afectan a todos -incluido su aspecto exterior- debe realizarse colectivamente. Forman una cooperativa 0 una comunidad de vecinos. Naturalmente, debe existir alguna forma de hacer respetar el acuerdo colectivo (que firman los que compran un piso en el edificio de la comunidad de vecinos 0 de la cooperativa). Puede ocurrir que un miembro de la comunidad de vecinos quiera ser un polizón, es decir, no pagar la parte que le corresponde del coste de la conservación de las instalaciones comunes, o que se niegue a ocuparse de su apartamento de la forma acordada colectivamente y que afecte negativamente a los apartamentos vecinos. En este caso debe recurrirse al sistema jurídico, que garantiza que se cumplen los términos del acuerdo por el que los que viven cerca unos de otros intentan resolver algunas de las externalidades que se imponen mutuamente y proporcionar «bienes públicos» al grupo.
Teorema de COASE
La solución eficiente se alcanzará, independientemente de cómo se asignen los derechos de propiedad, siempre y cuando estos derechos sean asignados a alguien. Este resultado conocido como el Teorema de Coase, significa que, una vez que los derechos de propiedad quedan establecidos, la intervención pública deja de ser necesaria para tratar el problema de las externalidades.
Sin embargo, algunas externalidades afectan a millones de personas y es difícil que se lleve a cabo una negociación a un coste suficientemente bajo.
El Teorema de Coase es más relevante en aquellos supuestos en los que hay un número limitado de partes diferenciadas y la fuente de externalidad se encuentra bien definida. Por supuesto, incluso cuando estas condiciones ocurren, la asignación de los derechos de propiedad es relevante desde el punto de vista de la distribución de la renta.
La asignación de derechos de propiedad a partir de un criterio coasiano puede contribuir a solucionar algunos problemas medioambientales importantes. Por ejemplo. Se ha reclamado la asignación de derechos de propiedad sobre los ríos de Estados Unidos y se ha logrado impedir con éxito la pesca descontrolada y la contaminación del agua. Por su parte, los propietarios se limitan simplemente a cobrar una cierta cantidad a los demás por pescar en su zona de río y, así, estos tienen incentivos económicos para mantener la población de peces y para conservar la pureza del agua.