Transformaciones económicas del siglo XVII y XVIII
El auge del comercio en el siglo XVII
Expansión monetaria y crediticia
La expansión comercial del siglo XVII se sustentó en un importante aumento de la moneda y los medios de pago en general, así como en la aceleración de la velocidad de circulación monetaria, debido al uso cada vez más frecuente del crédito. La abundancia de metales preciosos en Europa posibilitó, además, la estabilidad monetaria. La evolución de las prácticas bancarias y la creciente utilización del crédito agilizaron la disponibilidad de capitales para las operaciones comerciales. Entre las novedades, destacamos:
- El uso generalizado del cheque.
- El triunfo de la letra de cambio como medio de pago e instrumento de crédito.
- La aparición de los bancos públicos.
El auge de la banca nacional
Las limitaciones de los bancos municipales y provinciales fueron superadas por los nuevos bancos nacionales, concebidos en el marco estatal y como pieza clave de una ambiciosa política de control de la moneda, el crédito y las finanzas públicas.
El Banco de Inglaterra
El Banco de Inglaterra, fundado en 1694 como una sociedad anónima, suscribió un empréstito a largo plazo del Estado garantizado por el Parlamento, lo que le permitió emitir billetes por la misma cantidad que el empréstito suscrito. Su primer cliente fue el Estado, convirtiéndose en el principal instrumento de canalización de la deuda pública y realizando sus pagos al exterior, evitando en lo posible el envío de moneda. Actuó como banco de depósito, transferencia y descuento, y fue el principal emisor de billetes. El volumen de dinero en circulación dependía de la oferta de oro del Banco de Inglaterra, regulada a su vez por la oferta y la demanda mundial de oro y la balanza comercial británica. La capacidad del banco para poner moneda en circulación dependía del precio del oro en el mercado mundial y de los intercambios con el exterior, ya que esto determinaba el valor del oro de la libra esterlina. Existía una relación entre el oro y la cantidad de moneda y billetes del banco. No solo emitía billetes el Banco de Inglaterra, sino también los bancos provinciales y el Banco de Escocia.
El patrón oro
Inglaterra adoptó el patrón oro en 1821, lo que fue decisivo para consolidar su dominio como referencia en los medios de pago internacionales y a Londres como centro financiero internacional. El sistema se caracterizaba por:
- La libra se fijó a un cierto peso en oro.
- Las monedas de oro debían circular libremente en el interior.
- Los billetes debían ser convertibles en oro cuando se demandara.
- Cualquier moneda en circulación estaba subordinada al oro.
- No se impusieron restricciones a la conversión de monedas en lingotes ni a la importación y exportación de oro.
La principal virtud del patrón oro era su capacidad de reajustar automáticamente los desequilibrios en las balanzas de pagos. Si las exportaciones de un país eran superiores a sus importaciones, recibía oro como pago, lo que aumentaba sus reservas y expandía la base monetaria. Si las importaciones eran superiores, la disminución de las reservas de oro provocaba una contracción de la masa monetaria, reduciendo la demanda interior y abaratando los productos nacionales en el exterior.
El sistema bancario británico
Tras la vuelta al patrón oro, el sistema bancario británico tenía tres componentes fundamentales:
- El Banco de Inglaterra, que actuaba como banco del gobierno y custodio de las reservas de oro.
- Unos 60 bancos privados en Londres que no emitían billetes.
- Unos 800 bancos privados de provincia, de dimensiones reducidas, pero emisores de billetes, que no estaban sujetos a más control que el valor de los billetes emitidos.
Destaca la importancia del Bank Charter Act, que anunció la llamada Regla de Palmer. Los exponentes de esta regla buscaban un principio automático de gestión monetaria que liberara a los directores del banco de su responsabilidad activa en el control de la circulación.
Transformaciones agrarias
La revolución agraria
En las economías preindustriales, la productividad era baja, ya que los campesinos explotaban pocas hectáreas y el rendimiento por hectárea era escaso. La revolución agraria logró aumentar la productividad y la producción de alimentos.
Cambios en la producción agrícola
Malthus creía que la población crecía mucho más rápido que la cantidad de alimento que se podía producir.
Cambios en la propiedad y la explotación de la tierra
Las Leyes de Cercamiento afectaron a las tierras de los yeomen y las tierras comunales. Como la inmensa mayoría de los pequeños campesinos no tenían dinero para cercar ni pleitear, se vieron obligados a vender sus minifundios a los landlords, quienes concentraron nuevas tierras y las arrendaron a los farmers, que introdujeron innovaciones tecnológicas. Este desequilibrio entre clases disminuyó las condiciones de vida de muchos campesinos, lo que llevó a la promulgación de las Leyes de Pobres.
Innovaciones tecnológicas
La introducción de la rotación cuatrienal de cultivos fue trascendental por dos motivos: la desaparición del barbecho y la introducción de tubérculos y forrajeras, que permitieron alimentar a más ganado, aumentando la cabaña ganadera y la producción de abono. Estos dos factores incrementaron la productividad, se cultivó más superficie y aumentaron los rendimientos por hectárea. Otras innovaciones fueron la selección de semillas, los arados de hierro y las sembradoras tiradas por caballos. El aumento de la producción agraria también se vio favorecido por el aumento de la superficie cultivada con nuevas tecnologías.
Las innovaciones de la década de 1880, como los fertilizantes químicos, las tractoras, las segadoras y las trilladoras movidas por vapor, continuaron elevando la productividad.
Consecuencias de la revolución agraria
La revolución agraria tuvo efectos cruciales: en primer lugar, una mayor producción de alimentos que acabó con las hambrunas; y en segundo lugar, el éxodo rural, consecuencia de la mayor productividad de los campesinos, que creó mano de obra disponible para la industria. El aumento del consumo de alimentos incrementó en mayor proporción la demanda de bienes industriales de capital y consumo (Leyes de Engel). La agricultura suministró parte del capital invertido en la industria y los servicios, lo que contribuyó al incremento de la población activa en el sector industrial y de servicios.