Soluciones del FMI ante Crisis Económicas: Préstamos y Reestructuración de Deuda

Cómo ayuda el FMI a resolver las crisis económicas

A veces surgen problemas de balanza de pagos —que pueden, en el peor de los casos, desembocar en una crisis— aunque se hayan adoptado sólidas medidas preventivas. El FMI ayuda a los países a restablecer la estabilidad económica colaborando en el diseño de programas de medidas correctivas y concediendo préstamos para apoyar sus esfuerzos. Dado que, a veces, parte del problema está en la carga insostenible de deuda que acarrea el país, el FMI también ha venido alentando a los países deudores, y a sus acreedores, para que adopten medidas orientadas a facilitar un proceso de reestructuración de la deuda más armonioso.

¿Por qué se producen las crisis económicas?

La mala suerte, la falta de políticas apropiadas o una combinación de ambos factores pueden hacer que un país tenga problemas de balanza de pagos, es decir, se encuentre en una situación en la que no puede obtener suficiente financiamiento en condiciones asequibles para hacer frente a sus obligaciones de pagos internacionales. En el peor de los casos, esas dificultades pueden precipitar una crisis. El país puede verse obligado a depreciar rápidamente su moneda, con lo cual aumentará el costo de los bienes y el capital internacionales, y la economía nacional podría sufrir graves perturbaciones. Estos problemas también pueden propagarse a otros países.

Las causas de esas dificultades suelen ser variadas y complejas pero, entre otros factores, cabe destacar la debilidad de los sistemas financieros, los déficit fiscales grandes y persistentes, los altos niveles de deuda externa o pública (o ambas), los tipos de cambio fijos a niveles inadecuados, los desastres naturales o los conflictos armados. Algunos de estos factores pueden tener un efecto directo en la balanza comercial de un país, reduciendo las exportaciones o aumentando las importaciones, mientras que otros pueden reducir el financiamiento disponible para las transacciones internacionales; por ejemplo, los inversionistas pueden perder la confianza en las perspectivas de un país, provocando ventas masivas de activos o una «fuga de capitales». En cualquier caso, los vínculos que existen entre los distintos sectores de la economía dificultan el diagnóstico de la crisis y la adopción de medidas para combatirla. Los desequilibrios en un sector se pueden propagar rápidamente a otros sectores, provocando perturbaciones económicas generalizadas.

Cómo ayudan los préstamos del FMI

Los préstamos del FMI tienen por objeto dar a los países un respiro para que puedan implementar políticas de ajuste y reformas que restablecerán las condiciones necesarias para promover un crecimiento vigoroso y sostenible, el empleo y la inversión social. Estas políticas variarán según las circunstancias de cada país, incluidas las causas de los problemas. Por ejemplo, un país que enfrenta una caída súbita del precio de un producto clave de exportación quizá necesite simplemente asistencia financiera para capear el temporal hasta que se recuperen los precios y para ayudar a atenuar el dolor de lo que, en otras circunstancias, sería un ajuste brusco y radical. Un país que registra una fuga de capitales tendrá que hacer frente a los problemas que provocaron la pérdida de confianza de los inversionistas: quizá las tasas de interés sean demasiado bajas, o el país registre un abultado déficit presupuestario y un volumen de deuda que crece demasiado rápido, o el sistema bancario nacional es ineficiente y no está suficientemente regulado.

Para que un país miembro pueda recibir un préstamo, las autoridades nacionales y el FMI han de ponerse de acuerdo con respecto a un programa de políticas económicas. Los compromisos asumidos por un país en el sentido de adoptar determinadas medidas de política son un elemento esencial de los préstamos del FMI y tienen por objeto garantizar que los recursos se utilicen para resolver los problemas de balanza de pagos. También ayudan a restablecer u obtener acceso al apoyo de otros acreedores y donantes. Cuando el país sanea su situación económica y financiera puede reembolsar los préstamos al FMI, permitiendo que otros países miembros puedan utilizar esos fondos.

De no contarse con el financiamiento del FMI, el proceso de ajuste para el país sería más difícil. Por ejemplo, si los inversionistas no están dispuestos a suministrar nuevos fondos, el país no tendrá más remedio que realizar un ajuste, a menudo mediante una penosa compresión de las importaciones y la actividad económica. El financiamiento del FMI puede facilitar un ajuste más gradual y estudiado más detenidamente.

Los programas de préstamo del FMI se ajustan a la medida de las circunstancias específicas de cada país miembro. En los últimos años, el mayor número de préstamos se ha otorgado a través del Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP), que proporciona fondos a tasas de interés concesionarias a los países de bajo ingreso para ayudarlos a resolver problemas persistentes de balanza de pagos. Sin embargo, el mayor volumen de recursos se otorga a través de acuerdos de derecho de giro, en virtud de los cuales se cobran tasas de interés basadas en el mercado por los préstamos que se conceden para ayudar a resolver problemas a corto plazo de balanza de pagos. El FMI otorga también otros tipos de préstamos como la asistencia de emergencia para los países que han sufrido un desastre natural o están saliendo de un conflicto armado.

La globalización ha producido un enorme aumento de los flujos de capital privado en relación con los flujos oficiales y las cuotas del FMI, si bien en forma dispar. Actualmente muchos países de mercados emergentes enfrentan la necesidad insatisfecha de contar con un resguardo ante los efectos de esos flujos de capital cuantiosos y volátiles. En el marco de su Estrategia de Mediano Plazo, el FMI reevaluará los instrumentos que utiliza para contribuir a prevenir las crisis y responder a ellas, a fin de seguir satisfaciendo las necesidades de los países de mercados emergentes. Los países de bajo ingreso tienen necesidades diversas. Algunos requieren alivio de la deuda y otros, financiamiento concesionario. A su vez, algunos ya no necesitan financiamiento, pero sí las garantías que les brindan el respaldo de sus políticas y la función señalizadora del FMI.

Solución a las crisis de deuda externa

Algunos problemas de balanza de pagos se presentan porque los países acumulan cargas de deuda insostenibles, que no pueden reembolsarse con ninguna serie de políticas factibles. En esas circunstancias, el país y sus acreedores deben reestructurar la deuda, lo que puede entrañar, por ejemplo, una mayor flexibilidad en las condiciones de reembolso, como la prórroga de los plazos de vencimiento o, en los casos más graves, una reducción del valor nominal de la deuda.

Como institución multilateral central del sistema financiero mundial, el FMI se esfuerza por mejorar el proceso de reestructuración de la deuda entre los países y sus acreedores privados. Por ejemplo, el FMI ha alentado activamente a los países miembros para que incluyan Cláusulas de Acción Colectiva en los nuevos bonos soberanos internacionales, a fin de facilitar la reestructuración de emisiones individuales en caso necesario. El FMI también ha venido siguiendo los esfuerzos de los deudores soberanos y los acreedores del sector privado por aplicar un conjunto general de principios voluntarios formulados en el contexto de una iniciativa liderada por el sector público y privado —los «principios para el mantenimiento de flujos estables de capital y la reestructuración justa de deuda en mercados emergentes»— para la gestión de crisis y la reestructuración de la deuda en los mercados emergentes. La política de concesión de préstamos a países con atrasos del FMI tiene como finalidad asegurar que los países deudores que tienen atrasos en los pagos frente a acreedores privados cuentan con los fondos necesarios para implementar sus programas económicos, en tanto tratan de eliminar esos atrasos mediante un diálogo constructivo con sus acreedores.