Reacciones Emocionales y Conductas ante la Enfermedad y la Hospitalización
Tipos de Reacciones Psicógenas
Las reacciones psicógenas pueden clasificarse en varios subtipos, cada uno con características distintivas:
- Reacción refleja o neurológica: Este subtipo no cumple estrictamente las características de Jaspers. No son verdaderas reacciones vivenciales, puesto que son respuestas más automáticas, psicológicamente poco elaboradas. Se trata de esquemas biológicos preformados, conductas reflejas relacionadas con un peligro real o supuesto; respuestas ‘más animales’ al estrés.
- Reacción psicógena o primitiva: En este caso, la vivencia inicial se ha transformado en un conflicto psíquico que se vivencia internamente. Lo más importante es la psicodinamia del inconsciente, la respuesta psicológica elaborada en el inconsciente. Su aparición, normalmente, no sigue inmediatamente al impacto vivencial. Su comienzo es brusco y sin causa aparente, manifestándose en explosiones afectivas, estados crepusculares, desmayos, actos en cortocircuito, estados estuporosos, convulsiones, etc. Todos estos casos son valorados como cuadros histeriformes con una fijación secundaria a respuestas que remedan las biológicas de sobrecogimiento y sobresalto.
- Reacción personal caracteriógena: Aquí, lo que más influye es la personalidad del sujeto. Se han definido dos tipos predominantes:
- Carácter fanático: Es una personalidad narcisista y egocéntrica que se cree poseedora de la verdad.
- Carácter sensitivo: Es similar a una personalidad paranoide, con celos, desconfianza y vergüenza.
- Reacción de trasfondo: Lo que más influye en el comportamiento son las circunstancias del momento, es decir, los factores sociales. Este tipo de reacciones pueden tomar el aspecto de otras reacciones vivenciales, pero matizadas por lo social.
La Frustración ante la Enfermedad
Se define la frustración como el «displacer psíquico experimentado ante la imposibilidad de realizar una motivación, deseo o necesidad, por impedirlo un obstáculo». Los obstáculos pueden ser:
- De la propia persona: Debido a una incapacidad física o psicológica.
- Independientes de la persona: En el caso de que se trate de un obstáculo material, de comportamientos de otros o de normas y leyes de la sociedad.
Etapas de las Reacciones Emocionales ante la Frustración
El patrón general de reacción ante una frustración presenta una serie de etapas sucesivas:
- ETAPA I. Rechazo, negación: Suele existir siempre, pero su duración es muy variable. Lo más favorable es que sea breve.
- ETAPA II: Posee tres variantes: angustia, agresividad e hipersensibilidad.
- La primera reacción de defensa frente a una amenaza crea una gran ansiedad y angustia física y psíquica.
- La agresividad se identifica con la furia y provoca alteraciones en las relaciones interpersonales.
- La hipersensibilidad está relacionada con el miedo.
- ETAPA III. Depresión o duelo: Esta etapa se diagnostica muy poco, puesto que sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los propios de la enfermedad, como cansancio o estado anímico bajo. El otro problema es que este estado aumenta el riesgo de suicidio.
- ETAPA IV. Aceptación.
Conductas Inadecuadas ante la Enfermedad
Se describen diversas conductas inadecuadas que pueden surgir como respuesta a la enfermedad:
- Regresión: Consiste en una vuelta atrás, en ir a un nivel psicológico anterior; es decir, de adulto a niño. Tiene lugar una inhibición intelectual que puede ser:
- Pasiva-dependiente: Es lo que se conoce como “niño modoso”. Se pierde toda iniciativa y se entrega ciegamente a los cuidados sanitarios.
- Caprichosa-rebelde: Es lo que se conoce como “niño inquieto”. Hay una gran agresividad, son pacientes difíciles con un gran egocentrismo.
- Negación: Se rebaja la importancia de la dolencia, el enfermo minimiza su enfermedad o no la admite en absoluto. La negación puede ser:
- Parcial: Dice que tiene una gripe cuando en realidad tiene tuberculosis, es decir, acepta la enfermedad, pero le da una causa diferente.
- Total: Dice que se encuentra perfectamente cuando tiene un cáncer.
- Evasión: Cuando una patología perdura en el tiempo, la impotencia dificulta el devenir diario, se produce una negación de la realidad y se opta por otras actividades; es decir, prima el refugiarse en otras cosas. Esta actitud se traduce en dos tipos de conductas:
- Evasión al mundo de la fantasía y los sueños: Esta conducta se da, sobre todo, en pacientes crónicos. Tienen una gran vida íntima y subjetiva, que puede llegar al pensamiento fantástico. No es necesariamente mala (admisible) si está limitada en el tiempo, no es la única acción de la persona y ayuda a que la persona sufra la enfermedad de forma más llevadera.
- Evasión al mundo del alcohol y otras drogas: Esto ocurre cuando el sujeto experimenta la situación como algo insoportable y se crea una falsa realidad. Finalmente, se tienen tanto las consecuencias de la enfermedad como las del consumo de las sustancias nocivas (a nivel psicológico y somático). Conducta SIEMPRE negativa.
- Agresión: Hay por medio un mecanismo de defensa de proyección. Es mala, el enfermo siente que la patología es una injusticia que le ha venido dada y culpa al médico de ella. Suele darse en personas desconfiadas, suspicaces y no colaboradoras. Se pueden manifestar sentimientos de hostilidad, vergüenza o culpa mediante la proyección sobre los demás.
- Inculpación: Se produce en aquellas personas en las que la proyección de la culpa es sobre sí mismos. Esta conducta es común en personas que sufren enfermedades infecciosas o ETS. Conlleva fundamentalmente a un aislamiento y a la falta de colaboración con el médico. Las formas más graves de esta conducta desembocan en cuadros depresivos y de suicidio.
- Entrega a la enfermedad: Existen tres vías para entregarse a la enfermedad:
- Masoquista: Piensan en la enfermedad como un castigo justo y merecido.
- Ganancial: Ven la enfermedad como algo que les libera de sus responsabilidades.
- Hipocondríaca: Significa una autoobservación excesiva y una proliferación de temores a nivel orgánico.
Prevención de las Reacciones Inadecuadas
Prevención Primaria
Es aquella que se realiza para que no aparezca el problema. Este nivel preventivo se realiza principalmente con la información. La información del médico debe ser clara, sencilla y sincera. Tiene que evitar palabras que perturben y traumaticen al enfermo. A veces, debe canalizarse la información a través de la familia. Debe tener especial cuidado con el significado o interpretación que el paciente haga de sus palabras, como con la palabra cáncer, loco o SIDA.
Hay una serie de pautas que pueden ser efectivas como medidas preventivas:
- Evitar que el enfermo se compare con otros de su misma patología.
- Conseguir que tome pequeñas iniciativas y se responsabilice de ellas.
- Escuchar e informar con claridad todo lo relacionado con su enfermedad.
- Conocer las limitaciones emocionales del paciente.
- No ignorar las emociones que pueden sobrevenirle.
- Hacer que su curación sea una reconquista de su independencia personal.
Prevención Secundaria
Es aquella que se realiza para que el problema desaparezca o al menos se reduzca. Cuando se produce una conducta inadecuada en un paciente se debe reconocer que se trata de una conducta inadecuada ante la enfermedad, se deben buscar sus posibles causas y hay que enfrentarse a la conducta con una actitud comprensiva y dialogante, para lo que a veces se requiere la colaboración de un especialista (psiquiatra).
Reacción a la Hospitalización
Factores Determinantes
- Del paciente: Se encuentran incrementadas en la hospitalización las frustraciones, los sentimientos de culpabilidad, los temores a lo desconocido (al dolor, a la muerte). La situación del paciente es de incertidumbre y se siente amenazado.
- Del medio: Se incluyen los factores de la estructura y del funcionamiento del hospital. Factores de la unidad hospitalaria como el tipo de habitaciones, factores de las formas de ingreso.
- Del médico: A veces tiende a no dar información al paciente y al uso de tecnicismos que justifica con: no hay tiempo para informar o no hay que alarmar al paciente. Podemos diferenciar varios tipos de relaciones del médico con el enfermo y su familia:
- Evitación global (especialista robotizado).
- Evitación selectiva (a ciertos pacientes o a situaciones que no se soportan).
- Automatización del trato (derivar a otros profesionales las partes incómodas).
- Defensa con rituales y estereotipos (fases rutinarias, lo que lleva a una falta de individualización en el trato).
- Sobreidentificación con el paciente (proyección de deseos y temores propios).
Características Propias de la Hospitalización
- Extrañamiento: Sensación de despersonalización, vivencia del ambiente como amenazante, sonidos y olores que producen temor.
- Ignorancia: Ansiedad por falta de conocimiento de la patología y elementos técnicos.
- Exigencia de adaptación: Necesidad de acoplarse a las normas del hospital.
- Pérdida de intimidad y privacidad.
- Pérdida de control de las actividades cotidianas.
- Devaluación de la persona: Temor a secuelas o incapacidades.
- Pérdida de la independencia.
- Modificación del rol de la persona.
- Interrupción vital: Más tiempo para meditar sobre la vida, las cosas que no puede hacer, las consecuencias de la enfermedad.
- Separación del marco social habitual.
- Pérdida de apoyo social: Separación de la familia y el trabajo.