Principios Tributarios de Adam Smith y su Relevancia Actual

Principios Socioeconómicos de la Tributación de Adam Smith

Principio de las Facultades o Igualdad (Equidad)

Los súbditos de cada Estado deben contribuir al gobierno en proporción a sus capacidades, es decir, según la renta que obtienen bajo la protección del Estado. Según Adam Smith, los ingresos individuales provienen de rentas, beneficios y salarios, por lo que los impuestos deben pagarse desde cualquiera de estas fuentes. Este principio abarca los conceptos de igualdad y proporcionalidad.

Smith señala que un impuesto que recaiga únicamente sobre una de estas fuentes de ingresos es desigual, ya que no afecta a las otras dos. La primera parte del principio se conoce como el Principio de la Capacidad Contributiva, mientras que la segunda parte, que menciona la renta bajo la protección del Estado, enuncia el Principio del Beneficio.

Principio de Certeza

Este principio anticipa el Principio de Legalidad, asegurando que los impuestos estén regulados y no sean arbitrarios. Adam Smith advierte que, sin claridad en los tiempos y formas de pago, los contribuyentes quedarían en manos de los recaudadores, quienes podrían extorsionarlos para obtener beneficios.

Además, el principio de certeza está relacionado con la planificación de inversiones, ya que la falta de claridad en los impuestos dificulta la elaboración de planes de negocios y desanima a los inversores a invertir en países sin certidumbre fiscal.

Principio de Comodidad (Regla de la Conveniencia)

Este principio establece que los impuestos deben cobrarse cuando el contribuyente probablemente tenga los fondos disponibles. Por ejemplo, en algunos países los sueldos y cargas sociales se pagan del 1 al 5 de cada mes, y los tributos del 15 al 20. Otro caso es el impuesto sobre los Ingresos Brutos, que se paga al mes siguiente de realizar las ventas.

No aplicar esta regla puede aumentar la evasión o morosidad de los contribuyentes.

Principio de Economicidad

Este principio busca minimizar el sacrificio del contribuyente, limitando los costos de recaudación para que no superen lo que efectivamente ingresa al Estado. En otras palabras, el Estado no debe gastar más en la recaudación de lo que recauda.

Adam Smith destaca problemas como el excesivo número de funcionarios en la recaudación, el beneficio personal de estos empleados, la obstrucción de la industria, el desaliento a emprender negocios y la complejidad en la gestión tributaria. «Fuera del bolsillo» se refiere a que el dinero sale de la empresa o persona para ingresar al Tesoro Nacional, aunque a veces los costos asociados pueden afectar la cifra final.

Reformulación de los Principios por John Due

Al autor John Due se le atribuye la reformulación de estos principios en tres conceptos principales:

Costos Mínimos de Recaudación y Control Eficiente: Los tributos deben establecerse de manera que los costos de recaudación sean mínimos, teniendo en cuenta los recursos necesarios para cobrar los impuestos y para asegurar que los contribuyentes cumplan con las leyes fiscales, además de considerar los inconvenientes que estos pagos puedan causar a los contribuyentes. Este principio se relaciona con el Principio de Economicidad de Adam Smith, que también busca minimizar los costos de recaudación.
Equidad: La carga impositiva debe distribuirse de acuerdo con la distribución de ingresos que se considere óptima por el consenso social contemporáneo. Este principio se vincula con el Principio de las Facultades o Igualdad de Adam Smith, ya que ambos tratan sobre la distribución justa de la carga impositiva según los ingresos de los contribuyentes.
Máxima Neutralidad Económica: La estructura impositiva debe diseñarse para no interferir con la óptima distribución y uso de recursos, y si es posible, contribuir a este objetivo. Este principio se relaciona con los Principios de Certeza y Comodidad de Smith, asegurando que los contribuyentes tengan claridad sobre los tiempos y formas de pago, facilitando así la recaudación sin complicaciones y permitiendo una distribución eficiente de los recursos.