Pólizas sencillas
Estoy fascinado por lo que Drummond intentará en su defensa.
Se expone a empeorar la situación si presenta más testigos de la oficina central e intenta justificar sus estratagemas para denegar las reclamaciones.
Sabe que me limitaré a exhibir las secciones «u» y formular toda clase de preguntas maliciosas.
En mi presentación del caso he gozado de la ventaja de saber lo que ocurriría a continuación, quién sería el próximo testigo, el próximo documento.
Ya avanzada la noche llamo a Max Leuberg a Wisconsin y le cuento encantado los sucesos de los dos primeros días.
398 John Grisham Legítima defensa Paseo de un lado para otro hasta las tres de la madrugada, hablando a solas e intentando imaginar lo que Drummond se propone.
Me alegra ver a Cooper Jackson sentado en la sala cuando llego a las ocho y media.
Uno de los abogados estaba en la sala el lunes y vio el melodrama de la sección «u».
Entre los tres tienen ahora unos veinte casos, han puesto anuncios en los periódicos y cosas por el estilo, y aparecen más casos por todas partes.
Les digo que no he leído un periódico desde hace una semana, incluso he olvidado la fecha.
En el último párrafo se menciona cierto pequeño juicio en Memphis, que conviene observar porque podría producir el primer veredicto sustancial contra la compañía.
Es un funcionario de alto rango en el departamento de seguros, un testigo que Drummond ya ha utilizado en otras ocasiones.
Su misión consiste en colocar incuestionablemente al gobierno en el bando de la defensa.
Es un individuo muy apuesto, de unos cuarenta años, viste un bonito traje, y tiene una agradable sonrisa y cara de honradez.
Además, en estos momentos cuenta con algo muy importante a su favor, –no trabaja para Great Benefit.
Drummond le formula un montón de preguntas mundanas sobre las obligaciones reguladoras de su departamento, intenta dar la impresión de que son muy rigurosos con el sector de los seguros y realmente lo controlan.
Por consiguiente, 399 John Grisham Legítima defensa puesto que Great Benefit goza todavía de buena reputación en este estado, eso significa que su conducta es correcta.
Necesita ofrecer al jurado cierta cantidad de testimonios, con la esperanza de que olviden algunas de las cosas horribles que ya han escuchado.
Le entrega a Weeks la póliza de los Black y pasan media hora para explicarles al jurado que todas y cada una de las pólizas deben ser aprobadas por el departamento de seguros.
Me percato de la presencia de desconocidos en la sala, jóvenes trajeados que antes no había visto.
Después de una hora y media de aburridísimo testimonio sobre las complejidades de las normas de los seguros en todo el estado, los miembros del jurado empiezan a desinteresarse.
Finalmente me cede el testigo poco antes de las once, habiendo consumido efectivamente toda la mañana.
Hacemos un descanso de quince minutos y ahora me toca a mí disparar a ciegas.
Weeks asegura que ahora hay más de seiscientas compañías de seguros en el estado, que en su departamento trabajan cuarenta y una personas, y que de ellos sólo dieciocho revisan pólizas.
Reconoce con reticencia que cada una de las seiscientas compañías tiene por lo menos diez tipos diferentes de pólizas en mercado y, por consiguiente, hay un mínimo de seis mil pólizas en los ficheros de su departamento.
Calculamos un poco más y logro transmitir el mensaje de que es imposible que cualquier organismo burocrático controle el océano de letra menuda generada por el sector de los seguros.
Alega haberla leído, pero admite haberlo hecho sólo en preparación para este juicio.
Le formulo una pregunta sobre la remuneración semanal de invalidez temporal, sin estar hospitalizado.
400 John Grisham Legítima defensa De pronto, la póliza parece aumentado de peso en sus manos y pasa rápidamente las páginas con la esperanza de encontrar la sección apropiada y darme una respuesta.
Dobla y traspone papeles, entorna los párpados y frunce el entrecejo, hasta que por fin lo encuentra.
Luego le pregunto sobre el método apropiado para cambiar de beneficiario en la póliza y casi me da pena.
Coloco los dos manuales verdes sobre la mesa, como si Weeks y yo estuviéramos a punto de repasarlos de nuevo.
Con el manual de reclamaciones en la mano, le pregunto si revisa periódicamente los procesos internos de tramitación de reclamaciones en alguna de las compañías que tan celosamente controla.
Su nombre es Payton Reisky y ostenta el rimbombante título de director ejecutivo y presidente de la National Insurance Alliance.
No tardamos en descubrir que su institución es un organismo político con base en Washington, fundado por las compañías de seguros para actuar de portavoz en el Capitolio.
Son un simple grupo de activistas, indudablemente con un presupuesto de oro.
Hacen muchas cosas maravillosas, se nos dice, para promulgar una conducta justa en el sector de los seguros.
Empieza a la una y media de la tarde, y a las dos estamos convencidos de que la Nía va por camino de salvar a la humanidad.
401 John Grisham Legítima defensa Reisky se ha dedicado treinta años a los negocios, y pronto se nos informa de su historial y su currículum.
Tendría que ser un perito excepcionalmente diestro para que la sección «u» pareciera correcta.
Prácticamente sin que se lo pregunten detalla el proceso completo de la tramitación de una reclamación.
Tal vez cometíó un par de errores insignificantes, pero es una gran compañía con muchísimas reclamaciones.
En términos generales, Reisky opina que Great Benefit está en su derecho a denegar esta reclamación, debido a su magnitud.
Le explica con mucha seriedad al jurado que no se puede esperar que una póliza que cuesta dieciocho dólares semanales cubra unos trasplantes que cuestan doscientos mil dólares.
El propósito de dicho género de pólizas es facilitar sólo una cobertura básica, no el oro y el moro.
Los manuales cambian constantemente en un sector en modificación permanente, y los encargados de reclamaciones expertos no les prestan demasiada atención, porque saben lo que se hacen.
Levanta con sumo gusto el manual de reclamaciones y explica varias secciones del mismo al jurado.
Drummond le pregunta si ha tenido oportunidad de revisar la información relativa a pólizas, reclamaciones y denegaciones.
No cabe duda de que la media de denegaciones de Great Benefit fue muy elevada en 1991, pero puede que hubiera razones para ello.
En realidad, si se examinan los diez últimos años, la media de denegaciones de Great Benefit es ligeramente inferior al doce por ciento, que es un porcentaje perfectamente habitual en el sector de los seguros.
A unas cifras siguen otras y pronto estamos completamente confusos, que es precisamente lo que Drummond se propone.
Reisky desciende del estrado y empieza a señalar sobre un 402 John Grisham Legítima defensa cuadro multicolor.
Habla con el jurado como un experto confesante y me pregunto con qué frecuencia actúa.
Coinciden en que Drummond prolongará deliberadamente la sesíón, con la esperanza de llegar al fin de semana.
Reisky declara hasta muy tarde y finaliza con una retahíla de opiniones sobre la corrección con que todo se ha tramitado.
Deck y yo disfrutamos de una prolongada cena con Cooper Jackson y los otros tres abogados en un restaurante italiano llamado Grisanti’s.
El enorme John Grisanti, pintoresco propietario del restaurante, nos instala en un comedor privado llamado «sala de prensa».
Nos trae un exquisito vino que no hemos pedido y nos dice exactamente lo que debemos comer.
Se expone a empeorar la situación si presenta más testigos de la oficina central e intenta justificar sus estratagemas para denegar las reclamaciones.
Sabe que me limitaré a exhibir las secciones «u» y formular toda clase de preguntas maliciosas.
En mi presentación del caso he gozado de la ventaja de saber lo que ocurriría a continuación, quién sería el próximo testigo, el próximo documento.
Ya avanzada la noche llamo a Max Leuberg a Wisconsin y le cuento encantado los sucesos de los dos primeros días.
398 John Grisham Legítima defensa Paseo de un lado para otro hasta las tres de la madrugada, hablando a solas e intentando imaginar lo que Drummond se propone.
Me alegra ver a Cooper Jackson sentado en la sala cuando llego a las ocho y media.
Uno de los abogados estaba en la sala el lunes y vio el melodrama de la sección «u».
Entre los tres tienen ahora unos veinte casos, han puesto anuncios en los periódicos y cosas por el estilo, y aparecen más casos por todas partes.
Les digo que no he leído un periódico desde hace una semana, incluso he olvidado la fecha.
En el último párrafo se menciona cierto pequeño juicio en Memphis, que conviene observar porque podría producir el primer veredicto sustancial contra la compañía.
Es un funcionario de alto rango en el departamento de seguros, un testigo que Drummond ya ha utilizado en otras ocasiones.
Su misión consiste en colocar incuestionablemente al gobierno en el bando de la defensa.
Es un individuo muy apuesto, de unos cuarenta años, viste un bonito traje, y tiene una agradable sonrisa y cara de honradez.
Además, en estos momentos cuenta con algo muy importante a su favor, –no trabaja para Great Benefit.
Drummond le formula un montón de preguntas mundanas sobre las obligaciones reguladoras de su departamento, intenta dar la impresión de que son muy rigurosos con el sector de los seguros y realmente lo controlan.
Por consiguiente, 399 John Grisham Legítima defensa puesto que Great Benefit goza todavía de buena reputación en este estado, eso significa que su conducta es correcta.
Necesita ofrecer al jurado cierta cantidad de testimonios, con la esperanza de que olviden algunas de las cosas horribles que ya han escuchado.
Le entrega a Weeks la póliza de los Black y pasan media hora para explicarles al jurado que todas y cada una de las pólizas deben ser aprobadas por el departamento de seguros.
Me percato de la presencia de desconocidos en la sala, jóvenes trajeados que antes no había visto.
Después de una hora y media de aburridísimo testimonio sobre las complejidades de las normas de los seguros en todo el estado, los miembros del jurado empiezan a desinteresarse.
Finalmente me cede el testigo poco antes de las once, habiendo consumido efectivamente toda la mañana.
Hacemos un descanso de quince minutos y ahora me toca a mí disparar a ciegas.
Weeks asegura que ahora hay más de seiscientas compañías de seguros en el estado, que en su departamento trabajan cuarenta y una personas, y que de ellos sólo dieciocho revisan pólizas.
Reconoce con reticencia que cada una de las seiscientas compañías tiene por lo menos diez tipos diferentes de pólizas en mercado y, por consiguiente, hay un mínimo de seis mil pólizas en los ficheros de su departamento.
Calculamos un poco más y logro transmitir el mensaje de que es imposible que cualquier organismo burocrático controle el océano de letra menuda generada por el sector de los seguros.
Alega haberla leído, pero admite haberlo hecho sólo en preparación para este juicio.
Le formulo una pregunta sobre la remuneración semanal de invalidez temporal, sin estar hospitalizado.
400 John Grisham Legítima defensa De pronto, la póliza parece aumentado de peso en sus manos y pasa rápidamente las páginas con la esperanza de encontrar la sección apropiada y darme una respuesta.
Dobla y traspone papeles, entorna los párpados y frunce el entrecejo, hasta que por fin lo encuentra.
Luego le pregunto sobre el método apropiado para cambiar de beneficiario en la póliza y casi me da pena.
Coloco los dos manuales verdes sobre la mesa, como si Weeks y yo estuviéramos a punto de repasarlos de nuevo.
Con el manual de reclamaciones en la mano, le pregunto si revisa periódicamente los procesos internos de tramitación de reclamaciones en alguna de las compañías que tan celosamente controla.
Su nombre es Payton Reisky y ostenta el rimbombante título de director ejecutivo y presidente de la National Insurance Alliance.
No tardamos en descubrir que su institución es un organismo político con base en Washington, fundado por las compañías de seguros para actuar de portavoz en el Capitolio.
Son un simple grupo de activistas, indudablemente con un presupuesto de oro.
Hacen muchas cosas maravillosas, se nos dice, para promulgar una conducta justa en el sector de los seguros.
Empieza a la una y media de la tarde, y a las dos estamos convencidos de que la Nía va por camino de salvar a la humanidad.
401 John Grisham Legítima defensa Reisky se ha dedicado treinta años a los negocios, y pronto se nos informa de su historial y su currículum.
Tendría que ser un perito excepcionalmente diestro para que la sección «u» pareciera correcta.
Prácticamente sin que se lo pregunten detalla el proceso completo de la tramitación de una reclamación.
Tal vez cometíó un par de errores insignificantes, pero es una gran compañía con muchísimas reclamaciones.
En términos generales, Reisky opina que Great Benefit está en su derecho a denegar esta reclamación, debido a su magnitud.
Le explica con mucha seriedad al jurado que no se puede esperar que una póliza que cuesta dieciocho dólares semanales cubra unos trasplantes que cuestan doscientos mil dólares.
El propósito de dicho género de pólizas es facilitar sólo una cobertura básica, no el oro y el moro.
Los manuales cambian constantemente en un sector en modificación permanente, y los encargados de reclamaciones expertos no les prestan demasiada atención, porque saben lo que se hacen.
Levanta con sumo gusto el manual de reclamaciones y explica varias secciones del mismo al jurado.
Drummond le pregunta si ha tenido oportunidad de revisar la información relativa a pólizas, reclamaciones y denegaciones.
No cabe duda de que la media de denegaciones de Great Benefit fue muy elevada en 1991, pero puede que hubiera razones para ello.
En realidad, si se examinan los diez últimos años, la media de denegaciones de Great Benefit es ligeramente inferior al doce por ciento, que es un porcentaje perfectamente habitual en el sector de los seguros.
A unas cifras siguen otras y pronto estamos completamente confusos, que es precisamente lo que Drummond se propone.
Reisky desciende del estrado y empieza a señalar sobre un 402 John Grisham Legítima defensa cuadro multicolor.
Habla con el jurado como un experto confesante y me pregunto con qué frecuencia actúa.
Coinciden en que Drummond prolongará deliberadamente la sesíón, con la esperanza de llegar al fin de semana.
Reisky declara hasta muy tarde y finaliza con una retahíla de opiniones sobre la corrección con que todo se ha tramitado.
Deck y yo disfrutamos de una prolongada cena con Cooper Jackson y los otros tres abogados en un restaurante italiano llamado Grisanti’s.
El enorme John Grisanti, pintoresco propietario del restaurante, nos instala en un comedor privado llamado «sala de prensa».
Nos trae un exquisito vino que no hemos pedido y nos dice exactamente lo que debemos comer.