La perspectiva sociológica del deporte: análisis y reflexiones
TEMA 1: LA PERSPECTIVA SOCIOLOGICA DEL DEPORTE
1. El deporte y el saber sociológico
La creciente presencia del deporte en la vida social ha conducido a que las ciencias sociales se interesen por su estudio. A mediados de los años sesenta del siglo XX se creó un Comité Internacional de Sociología del Deporte, esta disciplina se ha ido consolidando. El deporte es una parte integral de la sociedad y de la cultura, que afecta de formas muy variadas e importantes a las vidas de los individuos. La sociología ha ido desarrollándose al tiempo que lo hacían los procesos de urbanización e industrialización. El deporte contemporáneo se ha visto sometido desde sus inicios a los intensos cambios del tipo de sociedad a la que pertenece. La ciencia sociológica se encarga del estudio de la sociedad, entendida como colectividad de seres humanos que viven y actúan de forma interdependiente; es la «ciencia empírica» de la organización de los grupos humanos. Al afirmar que es empírica, se destaca el objeto central del saber sociológico: la comprensión racional y objetiva de relaciones en el terreno de los hechos. Unos hechos que se refieren a la forma, estructura y dinámica que adoptan las relaciones deportivas, hábitos y acontecimientos deportivos. El fin último de la sociología consiste en la elaboración de teorías sobre la realidad social. Teorías que deben someterse continuamente a verificación, puesto que en la ciencia, las teorías nunca son definitivas, ya que pueden surgir hechos que invaliden una teoría determinada. El carácter acumulativo de la sociología se justifica por esa condena de superación. Como afirma Beltrán, conocer implica seleccionar, y por tanto, omitir: ningún conocimiento puede pretender ser completamente objetivo, ya que su propia selección supone un cierto componente de subjetividad. Un pluralismo, pues, que hace que unos sociólogos vean en el fenómeno social del deporte un reflejo de los desequilibrios y conflictos de las sociedades, mientras que otros consideran como fuente potencial del progreso.
2. La sociología y la sociedad industrial
El nacimiento de la sociología va emparentado con los acontecimientos más importantes de finales del siglo XVIII: la Revolución Francesa, la Revolución Industrial y la independencia de las colonias americanas. Procesos sociohistóricos que en su carácter de ruptura conducen a la aparición de sociedades democráticas y constitucionales. El viejo Antiguo Régimen se ve sustituido por uno nuevo, que corresponde a las sociedades capitalistas e industriales. La sociología se forma a lo largo del siglo XIX, en esa crisis de la transición de los países a las sociedades urbanas, democráticas, industriales, burocráticas y seculares en las que actualmente vivimos. Los rasgos más sobresalientes de la sociedad industrial. Siguiendo los esquemas de Lucas Marín y de Salustiano del Campo, se pueden destacar las siguientes características básicas de lo que denomina de forma genérica sociedad industrial:
- Crecimiento Demográfico: Tras la Revolución Industrial tiene lugar un descenso de la mortalidad, debido a las mejoras sanitarias y adelantos en la medicina; y aunque disminuyen las tasas de natalidad, el resultado es una explosión demográfica en el mundo entero.
- Proceso de Urbanización: Al producirse la industrialización en el ámbito urbano, se origina un crecimiento de las grandes ciudades, muy superior al ritmo de crecimiento de la población. Trasvase de población activa de la agricultura a la industria y a los servicios, en función del éxodo rural y de los flujos migratorios a las grandes urbes industriales.
- Industrialización: Aparición de la empresa, una nueva distribución de la fuerza de trabajo y una nueva estructuración de la estratificación social. La industrialización ocasionará un trasvase de la fuerza de trabajo del sector primario al secundario y al terciario, y la aparición de las dos clases sociales protagonistas del nuevo orden social: los proletarios y los capitalistas.
- Desarrollo del transporte y de las comunicaciones: Esto va a posibilitar una mayor movilidad física. Los desplazamientos se harán más rápidos, lo que beneficia a las relaciones comerciales y acorta las distancias entre el mundo rural y el urbano. Hay que destacar la alta tecnología de los medios de comunicación social y la rapidez en la difusión de la información.
- Aumento de la movilidad social: Comienza a prevalecer el estatus adscrito. En una sociedad industrial, el nacimiento no determina los roles del ser humano. Se valora y potencia, sobre todo, el esfuerzo personal y las capacidades individuales. La sociedad industrial, aunque mantiene una división en clases sociales, es una sociedad abierta.
- Desarrollo Tecnológico: Energía de bajo grado a otro de alto grado. La industrialización supuso la superación o incluso el abandono de la energía mecánica animal o humana, utilizando otros recursos energéticos: máquina de vapor, carbón, petróleo, electricidad, energía atómica, solar, térmica, etc.
- Burocratización: Racionalidad de la vida social. La empresa moderna, al aumentar de tamaño, se ha visto impulsada a adoptar formas burocráticas de gestión.
- Producción en masa y masificación de la sociedad: Disposición más grande de bienes y servicios en función del consumo. Sociedad masa; un sometimiento al poder de los medios de comunicación y de la propaganda, y una deshumanización y mecanización, desprovista de creatividad, en las tareas laborales.
- Expansión de la movilidad psíquica: El hombre moderno experimenta una capacidad para adaptarse a los continuos cambios y nuevas demandas. Es necesario el conocimiento práctico de un cambio repertorio de roles. Contribuyen los contactos entre ámbitos culturales distintos, gracias al desarrollo de la industria turística y de la costumbre de viajar. Los mass media (prensa, radio, cine, televisión) nos ilustran informándonos sobre los hechos, formas y estilos de vida de culturas y pueblos muy alejados de nuestra territorialidad cotidiana.
- Aceleración e institucionalización del cambio social: Incremento creciente en el ritmo del cambio social, un proceso mediante el cual, en un sistema social, surgen diferencias en un periodo de tiempo dado. La sociedad industrial institucionaliza el cambio social, y además lo fomenta, lo que suele producir continuas y profundas transformaciones en las estructuras sociales.
3. La sociedad industrial y el deporte: la sociedad deportivizada
El deporte moderno, como producto sociocultural de la sociedad industrial, participa plenamente de las transformaciones que acompañan a los procesos de modernización. Con respecto a las actividades físico-deportivas de épocas anteriores, el deporte moderno se caracteriza en especial por su secularismo, por ofrecer igualdad de oportunidades para competir y en las condiciones de la competencia, por la especialización de roles, por la racionalización, por su organización burocrática y por la cuantificación y la búsqueda del récord. Las viejas actividades físico-deportivas de las sociedades preindustriales se fueron transformando paulatinamente, al tiempo que lo hacía el conjunto de la sociedad. La secularización del deporte moderno en contraste con el carácter cultural de los ejercicios físicos de los pueblos antiguos y de los pueblos primitivos. Todos los ejercicios físicos fueron culturales en sus orígenes. Los Juegos Olímpicos antiguos eran fundamentalmente festivales sagrados y el evidente culto que rendían al cuerpo los griegos y la admiración que sentían por la excelencia atlética -el culto al héroe, al atleta vencedor- son los primeros atisbos en el mundo helenico de un cierto inicio de la secularización del deporte. La iglesia contempló con sospecha el culto al cuerpo que suponían las competiciones deportivas, acabando por aceptar e incluso promoverlo. El deporte moderno, pues, se ha desvinculado de la religión y se encuentra plenamente integrado en la sociedad secular, por más que aún queden vestigios religiosos tales como las acciones de gracias a las imágenes religiosas, la bendición de nuevas instalaciones deportivas o el acto de santiguarse. La religión civil se designa a un proceso de sacralización de ciertos rasgos de la vida comunitaria, que se plasma en un conjunto de rituales públicos y devoción populares encaminadas a reforzar la identidad de una colectividad. El culto al campeón deportivo, a las grandes ligas y campeonatos deportivos, son ejemplos de prácticas simbólicas en las que se expresa un sentido de identidad colectiva. La característica igualitaria del deporte moderno tiene doble sentido: que cada ciudadano debe tener al menos una oportunidad para practicar el deporte y que las condiciones de la competición deportiva deben ser las mismas para todos los contendientes. Aunque hay desigualdades en el campo de las prácticas deportivas, hay grandes avances en los derechos constitucionales. Los primeros reglamentos deportivos exigían el carácter amateur para que así no se distrajiesen de sus obligaciones laborales. La especialización, racionalización, burocratización, cuantificación y la búsqueda del récord son características del deporte moderno. La racionalización en el deporte se refiere a la tendencia a la utilización de métodos para mejorar el rendimiento y las condiciones del acto deportivo. Se observan dos tendencias al respecto de este tema que son contrapuestas: 1) la especialización del deporte de alta competición y 2) la búsqueda de nuevos equilibrios personales mediante la práctica de varios deportes que enriquezcan las actividades de ocio y tiempo libre. La burocratización se refiere a la creciente complejidad administrativa y de gestión de los clubes y federaciones. La cuantificación de las actividades se refiere a la transformación de cada acción deportiva en una medida cuantificada; todo el avance tecnológico de la electrónica y de los ordenadores, de biomecánica y medicina del deporte se han puesto al servicio del deporte para realizar mediciones que sirven para la evaluación cuantitativa de las acciones. La búsqueda del récord, tanto en alto rendimiento como en los más modestos, tiende a superarse.
4. Globalización y deporte
El deporte es un fenómeno globalizador, al constituir un movimiento de masas en todos los países del mundo. En este ámbito tenemos tres grandes temas: el grado de penetración y avance del imperialismo cultural o americanización en el deporte; el impacto de los procesos de globalización en la identidad nacional y cultural de los sistemas deportivos locales/nacionales; y su impacto en los procesos de movilidad internacional de los deportistas profesionales y trabajadores en general del deporte. Martínez González-Tablas propone las tendencias globalizadoras en tres tipos: A) la globalización objetiva. La contracción espacio-temporal del mundo debida a los avances en el transporte de elementos materiales y en la comunicación de la información, y la manifestación mundial de procesos constitutivos de los sistemas físico y biológico, como son el crecimiento demográfico, la utilización de recursos renovables y no renovables, o la capacidad de la biosfera para absorber los desechos producidos; B) la globalización económica. Esta conduciendo al desarrollo de una economía global, dominada por empresas que operan en los mercados mundiales; C) la globalización ideológica. En un plano está la vigencia mundial de ciertos valores e ideas que, partiendo de la Carta de las Naciones Unidas, ha consolidado legalmente un cuerpo de derechos y libertades a escala mundial (los derechos humanos, protección infantil, igualdad de género), y en otro plano, el predominio de la imagen inevitable y beneficiosa de la globalización económica, de la superioridad del mercado y del sistema económico capitalista (un pensamiento único que trata de anular todo pensamiento crítico).
5. El pluralismo del pensamiento sociológico en el deporte
Las teorías más utilizadas por la sociología del deporte son:
5.1 El deporte desde la perspectiva funcionalista
El francés Émile Durkheim, la más destacada de ellas es la analogía orgánica, que contempla la sociedad como un todo orgánico en el que cada una de sus partes trabaja para mantener a las otras, de igual manera que las partes de un cuerpo trabajan para mantener a las otras y al conjunto del organismo. El funcionalismo moderno, a través de Robert Merton, distingue entre funciones manifiestas (consecuencias buscadas y reconocidas por los participantes) y funciones latentes (las consecuencias no buscadas ni reconocidas por los participantes). Quiere decir que una función manifiesta de los grandes espectáculos sería el logro de grandes resultados deportivos y el entretenimiento de los espectadores, mientras que los brotes de violencia, el uso de drogas o los excesos de mercantilismo serían funciones latentes.
5.2 La teoría del conflicto aplicada al deporte: la perspectiva marxista
Visión conflictiva que contempla la acción social como el resultado de un enfrentamiento en el que se deciden los intereses de personas, grupos y sectores sociales. La vida social se entiende como el resultado de una interacción constante de intereses, siendo el interés el elemento básico de la conducta social del hombre. El conflicto de intereses domina la vida social y tiende a la división de la sociedad en grupos, clases e instituciones en lucha por los diversos tipos de poder. Marx, con su visión materialista de la historia y su teoría de la lucha de clases, destacan los siguientes elementos: la primacía de la estructura económica, la determinación histórica de los fenómenos sociales y el reconocimiento de los cambios sociales revolucionarios junto a los evolutivos. Otra aportación de la sociología marxista es la aplicación del método dialéctico a las ciencias sociales, por el que la aplicación de los dos momentos de tesis y antítesis que se dan en toda situación conduce al desenlace que supone la síntesis. La dialectica social establece una relación continua entre el hombre (productor del mundo) social y la estructura social (su producto). El hombre y su mundo social interactúan, pero el producto vuelve a actuar sobre el productor de manera que se pierde la visión de productor y producido. Aplicadas al mundo del deporte, las interpretaciones marxistas hacen hincapié en que el deporte es un producto genuino de la revolución industrial y del nuevo orden social establecido por la burguesía. El deporte constituye un refuerzo positivo e ideológico del que se vale el sistema capitalista para conseguir en la masa social un consentimiento moral y basado en hechos reales que hace posible que las relaciones de dominio y poder sigan inalterables. Brohm desarrolla el carácter positivo del deporte: el deporte constituye la reproducción de los valores de la sociedad capitalista, funcionando como una superestructura ideológica positiva (es la institución del reino de la positividad), neutra (nunca llega a cuestionar el orden establecido), integradora (es un modo de comportamiento) y ritual (se ha convertido en el ámbito de la mitología profana), objeto de un gran consumo que hace que éste se avive como una cultura cotidiana.
5.3 El deporte desde la sociología figurativa
La aportación de esta corriente se expresa en la teoría de los procesos de la civilización, que intenta desvelar, desde una perspectiva histórica de larga duración, los cambios en los usos sociales que ha ido construyendo la modernidad. Se produjo un control paulatino de la violencia en las relaciones sociales. El nacimiento del gobierno parlamentario (inglés), y por lo tanto una aristocracia independiente, desempeñó un papel decisivo en el desarrollo del deporte. Ya que desde el siglo XV el deporte sufrió una transformación que imponía conducta e interiorización de las normas; esto garantizaba a las personas mayor seguridad y estabilidad en sus relaciones, pero también entrañaba una pérdida de formas de conducta más sencillas y espontáneas. Para Elias, la violencia del deporte es consecuencia de una sociedad pacificada.
5.4 La perspectiva estructuralista del deporte
Según Bourdieu, para que pueda constituirse una sociología del deporte, es necesario ante todo darse cuenta de que no se puede analizar un deporte particular independientemente del conjunto de las prácticas deportivas, es necesario pensar en el espacio de las prácticas deportivas como un sistema del cual cada elemento recibe su valor distintivo. Los gustos por las distintas prácticas deportivas vienen determinados por la clase, ya que los hábitos son generados en el seno de la familia. Las personas enérgicas (ciclismo, boxeo, lucha), distinguidos y no violentos (tenis, esquí, squash) o elitistas (golf, polo, navegación). Pociello explica la aparición de nuevas modalidades deportivas estableciendo diferentes modelos en los que predominan la fuerza bruta, la gracia, la estética. Parlebas: los deportes de contacto han sido practicados por las clases sociales desfavorables, mientras que los deportes a distancias por la aristocracia.
5.5 El interaccionismo simbólico y el deporte
Centra su interés en el sentido subjetivista y en el acto de voluntad de la acción social, al estudiar las formas en que los significados emergen de la interacción social. Analiza los significados de la vida cotidiana mediante la observación directa de las acciones que llevan a cabo los individuos en sus entornos inmediatos. Para los interaccionistas, en el mundo social las situaciones son encuentros de resultados inestables, en tanto que las vidas individuales se encuentran siempre en proceso de cambio, nunca fijas e inmutables. La atención del interaccionismo no se dirige a estructuras rígidas, sino a los flujos de actividad de la vida cotidiana y real, con sus imprevisibles resultados. Weis distingue entre asociación e institución, la primera podemos pertenecer como miembros, mientras que a la segunda estamos sometidos. Asimismo, distingue entre institución y organización, designando a esta última como el órgano ejecutivo de la institución con sus modelos de conducta institucionalizados.
5.6 La perspectiva feminista y el deporte
La Revolución Industrial y Francesa sirvieron para establecer las bases de los movimientos feministas, estos se desarrollaron antes en los países más industrializados para luego expandirse por todo el mundo. Cabe distinguir entre el feminismo reformista y el feminismo radical: El reformista promueve los derechos de la mujer y el logro de la equiparación de todos los derechos y oportunidades de que gozan los varones; el radical aboga por la libertad de las mujeres con respecto a las restricciones impuestas tanto a nivel biológico como psicológico y social por una sociedad dominada por los varones, lucha por la capacidad de las mujeres para decidir por sí mismas en todos los aspectos de la vida. Las teorías feministas se agrupan en tres grandes grupos (Madoo Lengermann): 1) Las teorías de la diferencia, centradas en el estudio de las diferencias que existen entre hombre y mujer; 2) las teorías de la desigualdad, que ponen el acento en la desigualdad de la mujer frente al hombre; y 3) las teorías de la opresión, consideran a las mujeres un grupo oprimido por los hombres.
6. El deporte contemporáneo como un sistema abierto
Se considera abierto porque es difícil acotarlo debido a su creciente diversificación, al que se van incorporando nuevas prácticas y nuevas concepciones que relativizan las que corresponden a lo que podríamos denominar deporte tradicional. Podemos observar que el deporte tradicional no puede explicar la compleja realidad del deporte contemporáneo. El deporte tradicional estaba perfectamente acotado, estaba asociado a metas claramente definidas en el ámbito de reglamentaciones federativas perfectamente enunciadas, apoyado en unos valores (solidaridad, espíritu comunitario, logro, equipo, diversión, competición) y se llevaba a cabo en un club deportivo. Puig y Heinemann propusieron cuatro modelos configurativos del deporte contemporáneo: 1) Modelo competitivo, sería el heredero del deporte tradicional; 2) el modelo expresivo, engloba las prácticas deportivas poco organizadas y sometidas a procesos constantes de innovación y diversificación; 3) el modelo instrumental, asociado a empresas comerciales que disponen de maquinarias sofisticadas con las que se facilita el cultivo del cuerpo de acuerdo con concepciones estéticas e higiénicas; 4) el modelo espectáculos, tiende a regirse por las leyes del mercado propias de una sociedad de masas, alcanzando cotas insospechadas de influencia económica, social y política. Junto al subsistema federativo y al asociativo, se han configurado el subsistema grupal no asociativo (integrado por los deportistas no organizados institucionalmente que utilizan espacios e instalaciones que no pertenecen a clubes deportivos) y el subsistema individual (deportistas que realizan prácticas que son susceptibles de llevarse a cabo de modo individual).
7. Deporte y democracia social
La práctica de deporte en cualquiera de sus niveles puede desempeñar importantes funciones sociales al servicio de una mejor educación y salud, como medio de integración social, de lucha contra el racismo y fomento de la tolerancia e incluso si se practica en entornos abiertos, puede desarrollar una mayor conciencia ecológica de respeto por el medio ambiente. Tanto la libertad de contratación como las grandes firmas que hacen oligopolistas requieren armonizar los marcos jurídicos y legislativos para que haya un desarrollo equilibrado junto con el deporte.