La importancia de la educación en valores en la sociedad actual

PREGUNTA 1: ¿EXISTE LA EDUCACIÓN EN VALORES?

Desde hace tiempo, nos preocupan los valores, un concepto presente y en boca de todos. Toda persona tiene valores y los transmite con su mera actitud, sin necesidad de intentar transmitirlos de manera directa, aunque también se debe hacer (Bajo, 2016). Los valores existen, pero están dormidos y debemos despertarlos. Como bien dice Cortina, aunque no nacemos con valores, es imposible imaginar un mundo sin ellos. Siempre, de acuerdo con Ortega, los valores son exclusivos. La educación, como todo proceso, implica una transmisión indirecta y directa de valores. Actualmente, vivimos una situación de crisis mundial, donde encontramos valores dentro de ella. A medida que avanza la vida, se van desarrollando los valores poco a poco (de los que iremos aprendiendo), en gran parte gracias a la relación con la familia.

Con la llegada de la democracia, se diseñan distintas leyes educativas que reflejan los tiempos actuales y el contexto, dando gran protagonismo a los valores. Para asumir estos valores es importante ponerlos en práctica y compartir la responsabilidad de su enseñanza. La sociedad en la que vivimos es injusta e intolerante en muchos niveles, con pocos diálogos y participación limitada. A pesar de ser una democracia, la convivencia se ve afectada por el individualismo y el egoísmo, por lo que ante esta crisis de valores es importante convivir bien y adaptarlos a nuestra sociedad cambiante para superar la situación, ya que afecta a muchas sociedades y naciones.

Una de las características de los valores es la bipolaridad, que se diferencia en dos polos: positivo (cualidades positivas, valores) y negativo (cualidades negativas, contravalores). Los docentes se encargan de enseñar los positivos, pero no quiere decir que quieran eliminar los negativos, sino que estos vayan perdiendo peso y fuerza en la sociedad. Los valores morales y éticos son básicos e imprescindibles para la convivencia y mínimos para establecer cualquier relación. Son estos los valores ausentes en la sociedad, por eso se habla de crisis de valores. Cabe destacar que, según Cortina (2009, pp. 20), “los valores morales actúan como integradores de los demás, no como sustitutos de ellos” y “el aumento en moralidad es lo mismo que un creciente en humanidad” (1993, cit. en Cortina, 2009, pp. 19). Además, existen otros tipos de valores (religiosos, intelectuales, estéticos), cuyo objetivo es contribuir a nuestra personalidad. Finalmente, es importante destacar la importancia de la incongruencia, ya que de qué sirve decir algo y pensar otra cosa diferente. Teruel (s.f., en Cotelo, 2024) afirma que “los valores son acciones más que palabras”.

PREGUNTA 2: ¿QUÉ SIGNIFICA EDUCAR EN VALORES?

Educar en valores significa educar a los niños desde pequeños para su futuro democrático en la sociedad. Como bien dice Bajo (2016), no nacemos con los valores, no son innatos, se adquieren a lo largo de la vida gracias al proceso de socialización, y aquellos que suponen la base para la convivencia son los valores morales. En este proceso deben participar los principales agentes educativos: la familia y la escuela. Educar en valores tiene que ser una tarea conjunta y colaborativa.

  • Familia: primer agente social que educa y se encarga de la formación integral en valores.
  • Escuela: segundo agente social que enseña, continúa con la formación y desempeña un papel fundamental en la formación de ciudadanos, preparándolos para integrarse en una sociedad cambiante y plural.

Todo proceso educativo necesita educar en valores. Cabe destacar que la tarea de educar en valores exige a todos los agentes e instituciones congruencia entre lo que se dice y lo que se hace (Esquivel, 2009, cit. en Soriano, 2011). Además, en la educación infantil trabajamos los macrovalores, que van a ser la base para seguir aumentando los valores que nos van a definir como personas. En relación con la calidad, consiste en garantizar una formación más completa y mejorar a los profesionales que se van a encargar de los distintos niveles educativos, ya que si se mejora a los docentes, mejora la educación de los niños. La frase de Cortina, recogida en un artículo, dice: “Los valores mueven nuestra vida, resulta imposible, inconcebible en el siglo XXI, pensar que los valores no benefician”. Por lo que asumimos que los manifestamos a través de gestos y palabras y son como una brújula que guía nuestras acciones y decisiones.

PREGUNTA 3: IMPORTANCIA DE EDUCAR EN VALORES

Consideramos que es realmente importante educar en valores, ya que son la base de nuestra sociedad. Según Parra Ortiz, toda educación está relacionada con los valores (s.f., cit. en Cotelo, 2024) y son componentes tan inevitables en el mundo humano que resulta imposible imaginar una vida sin ellos (Cortina, 2009). Para crear una sociedad democrática, es importante que exista una convivencia en la que los valores jueguen un papel fundamental. En todas partes nos inculcan la necesidad de aprender a convivir, porque no estamos preparados y no conocemos su significado. Por lo tanto, esa educación para la convivencia es uno de los pilares básicos de cualquier sociedad democrática. Tenemos que aprender a convivir participando activamente ante la diversidad que encontramos en una sociedad cambiante, plural y heterogénea. Uno de los objetivos de la educación es la socialización del individuo en la sociedad, por lo que, en el contexto histórico que nos toca vivir, es necesario aprender y desarrollar unas pautas de convivencia para integrarnos activamente en la sociedad. Es importante destacar que los valores morales son la base para educar en valores e incorporarse en la convivencia de una sociedad democrática (Cotelo, 2024).

El sistema educativo favorece la formación completa de los futuros ciudadanos y ciudadanas. La formación integral se basa en cuatro pilares básicos de la educación: saber hacer, ser, comprender y convivir. Es decir, la educación que se desarrolla en los individuos que pasan por el sistema obligatorio y postobligatorio se basa en estos cuatro pilares propuestos por Jacques Delors en su artículo “Hacia la educación para todos a lo largo de toda la vida” (p. 234).

  • Aprender a hacer (los autores hablan de “aprender a actuar”) implica interactuar con el medio en el que vivimos, ser conscientes, tomar decisiones y buscar soluciones. Esto está relacionado con la utilidad y el sentido utilitarista de la formación que recibimos.
  • Aprender a ser significa adquirir normas, pautas y hábitos que nos sirvan tanto en el presente como en el futuro. Tenemos que aprender a ser ciudadanos de una sociedad democrática si decidimos seguir con este estilo de vida.
  • Aprender a conocer implica entender y comprender el mundo que nos rodea, comprometiéndonos, aprendiendo de los errores y siempre buscando soluciones a los problemas.
  • Aprender a convivir, vivir en comunidad, participando y cooperando a través de las políticas económicas, sociales, culturales y educativas. Según Bajo (2016), “los valores son vehículos que conducen al ser humano a una vida más plena, a una convivencia más armónica, y sin duda, conocerlos y practicarlos desde la infancia va a facilitar en gran medida ponerlos en práctica a través de las propias acciones de futuro” (p. 340). No podemos esperar a hacerlo cuando los niños ya se han convertido en adolescentes y adultos, pues entonces será difícil conseguir un cambio (Bajo, 2016).

Como bien dice John Ruskin (s.f., cit. en Cotelo, 2023), “Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía”. Esto significa que la educación no solo se limita a enseñar hechos y conceptos, sino que también implica fomentar el crecimiento personal, la autoconfianza, el pensamiento crítico, la creatividad y otros aspectos que contribuyan al desarrollo integral del individuo.