Jean-François Lyotard y la Condición Posmoderna: Un Análisis Profundo
Jean-François Lyotard y la Condición Posmoderna
1. Reseña Biográfica
El filósofo francés Jean-François Lyotard (1924-2001), conocido como el Papa de la Postmodernidad, murió a los 73 años a causa de una larga enfermedad, en París.
El científico, nacido en Versalles, desarrolló una forma de pensamiento basado en una nueva cultura libre de elementos marxistas, freudianos y filosóficos, habiendo pasado anteriormente por Dios y el marxismo.
Lyotard, que se desempeñaba como profesor universitario, ganó fama internacional con «La condition postmoderne» (La condición posmoderna), un estudio sobre el postmodernismo en el que hace una crítica a la filosofía ilustrada desde presupuestos nietzscheanos. En ese estudio, Lyotard dio un carácter filosófico al concepto teórico, hasta entonces literario y arquitectónico, e intentó brindar elementos para la comprensión del cambio de siglo.
Sus obras:
- Discurso, figura (1971)
- Los dispositivos pulsionales (1974)
- El diferenciado (1983)
- El entusiasmo (1986)
En 1996 recibió el galardón de la sociedad francesa de escritores, la ‘Societé des Gens de Lettres’.
La ocasión para la entrega del premio fue la publicación de su ampliamente admirada biografía de André Malraux, titulada Signe Malraux.
Antes de ejercer como profesor invitado en Dinamarca, Brasil, Canadá, Italia y Alemania, impartió clases en destacados lugares de la vida estudiantil francesa.
2. Introducción
Abordamos el siguiente trabajo intentando descubrir la posibilidad que nos ha brindado la obra en cuestión, tratando de determinar o apenas intuir espacios que antes no habíamos explorado.
La condición postmoderna expresa un análisis de la realidad de la cultura actual como expresión del análisis del progreso. Nos dirá que el avance, el desarrollo económico de las sociedades postindustriales, hacen que en el ámbito de la cultura se geste un nuevo paradigma cultural, donde caen desde un punto de vista relativista, todas las grandes concepciones o cosmovisiones por las cuales el hombre occidental ha vivido. Además hace alusión a la escuela de Frankfurt, que ha gestado una visión crítica de la sociedad capitalista en su versión totalmente consumista y placentera de la vida.
La verdad no está más en el centro de la teoría sino que la verdad aparece y se manifiesta en los márgenes.
Lyotard, ha identificado la cultura contemporánea como «chatarra Postmodernism» o «Postmodernism ecléctico» debido a su buena voluntad de absorber una variedad de estilos sin importar su procedencia o estado. La explosión de la tecnología de información, en cibercultura particular y realidad virtual, ha aumentado un sentido de la diversificación posible de la experiencia.
El objetivo del trabajo de Lyotard en La condición postmoderna tiene por objeto el saber (el conocimiento) en las sociedades más desarrolladas. Y tal condición designa las transformaciones culturales que han afectado las reglas de juego de la ciencia, la literatura, las artes con relación a la crisis de los relatos; entendidos estos últimos como discursos legitimadores de ciertas verdades parciales que han permitido un alto grado de certidumbre.
3. Desarrollo
3.1. El campo: El saber en las sociedades informatizadas
Lyotard se plantea la siguiente hipótesis: el saber modifica su estatuto al mismo tiempo que cambian las sociedades y entran en lo que se conoce como la era postindustrial y en las culturas en la edad llamada postmoderna.
Este paso comenzó por lo menos desde fines de los años cincuenta que para Europa señala el fin de su reconstrucción, es más o menos rápido según los países y en éstos según los sectores de actividad.
El autor considera que «El saber científico es una clase de discurso«.
El saber científico en este tipo de sociedad está validado por un discurso, está legitimado por el lenguaje, por los discursos construidos a su alrededor, por las informaciones y los medios que informan, por las teorías de la comunicación y la informática, etc. El saber está afectado en sus dos funciones principales: la investigación y la transmisión del conocimiento.
Es razonable pensar que la multiplicación de las máquinas de información afectó a la circulación de los conocimientos como lo ha hecho el desarrollo de los medios de circulación del hombre primero (transporte), de sonido e imágenes después (media)
El saber para Lyotard es producido para ser vendido y es consumido para ser valorado en una nueva producción. Deja de ser en sí mismo su propio fin y pierde su valor de uso; además en las últimas décadas el saber se ha convertido en la principal fuerza de producción, lo que ya modificó la composición de las poblaciones activas de los países más desarrollados, y es lo que constituye el principal embudo para los países en vías de desarrollo.
Así se abre un nuevo campo para las estrategias industriales y comerciales y para las estrategias militares y políticas, además se corre el riesgo de plantear con una nueva intensidad el problema de las relaciones entre las exigencias económicas y las exigencias estatales.
Así como las naciones han peleado por territorios, por materiales y mano de obra, así se pelearán en el porvenir para dominar las informaciones (los saberes), el conocimiento.
3.2. El problema: La legitimación
La legitimación es el proceso por el cual el legislador se encuentra autorizado a promulgar una ley como norma.
Un enunciado científico debe presentar un conjunto de condiciones para ser aceptado como tal.
El planteamiento de la información de las sociedades más desarrolladas permite sacar a plena luz, ciertos aspectos de la transformación del saber y sus efectos sobre los poderes públicos y las instituciones civiles, efectos que resultan poco perceptibles desde otras perspectivas.
El saber científico no es todo el saber, siempre ha estado en competencia, en conflicto con otro tipo de saber, que el autor llamará narrativo, y además, interfiere con el problema esencial, que es el de la legitimación.
Desde Platón, la cuestión de la legitimación de las ciencias se encuentra relacionada con la de la legitimación del legislador.
Hay un lazo en común entre el tipo de lenguaje que se llama ciencia y ese otro que se llama ética y política, uno y otro proceden de Occidente.
De esta manera se plantea que saber y poder son las dos caras de una misma moneda.
¿Quién decide lo que es saber, y quién sabe lo que conviene decidir? Esta cuestión del saber en la era de la informática es asunto de gobierno.
3.3. El método: Los juegos del lenguaje
Al analizar el problema de la legitimación, el autor ha preferido un procedimiento: poner el acento sobre los actos del habla y especialmente sobre su aspecto pragmático.
Para facilitar la lectura del texto, Lyotard, realiza un resumen de lo que se entiende por pragmática, y lo explica discriminando los enunciados :
ENUNCIADO DENOTATIVO Þ DESCRIPTIVO
Sitúa al destinador (el que lo enuncia), al destinatario (el que los recibe) y a su referente (aquello de lo que el enunciado trata) de una manera específica.
Por ejemplo: LA UNIVERSIDAD ESTÁ ENFERMA
DESTINADOR: queda situado y expuesto en la posición de sabiente.
REFERENTE: comprendido, como algo que exige ser identificado y expresado.
ENUNCIADO PREFORMATIVO Þ ACTUACIÓN OPTIMA
Tiene la particularidad de que su efecto sobre el referente coincide con su enunciación.
Por ejemplo: LA UNIVERSIDAD QUEDA ABIERTA.
DESTINADOR: Debe estar dotado de autoridad para pronunciarlo.
ENUNCIADO PRESCRIPTIVO
Puede ser modulado en órdenes, mandamientos, instrucciones, recomendaciones, peticiones, súplicas, ruegos, etc.
Por ejemplo: HAY QUE PROPORCIONAR MEDIOS A LA UNIVERSIDAD.
Desde otro punto de vista; Wittgenstein retoma el estudio del lenguaje y centra su atención en algunos juegos del mismo. Esto significa que cada uno de esos enunciados deben poder ser determinados por reglas que especifiquen sus propiedades y el uso que de ellas se pueda hacer.
Primero, las reglas no tienen legitimación en sí mismas, sino que se validan mediante el contrato entre los jugadores (el emisor, el receptor). Esta última observación admite que hablar es combatir y que los actos del lenguaje se derivan de una agonística (ciencia de los combates) general.
3.4. La naturaleza del lazo social: La alternativa moderna
El asunto de la legitimación del saber está en los relatos y en los metarrelatos, por eso el trabajo de Lyotard describe el método de estos relatos encontrando las reglas narrativas del juego del lenguaje. Y ésta es explicada, en el texto, desde la alternativa moderna y la perspectiva postmoderna.
Este corte metodológico que determina dos grandes modelos o tipos de discursos sobre la sociedad proviene del siglo XIX. La idea de que las sociedades forman un todo orgánico, dominaba el espíritu de los fundadores de la escuela francesa; el funcionalismo; toma otra dirección cuando Parsons en los años 50 asimila la sociedad a un sistema auto regulado. Un proceso o un conjunto de condiciones o bien «contribuye» al mantenimiento (o al desarrollo) del sistema, o bien es «disfuncional» en lo que se refiere a la integridad y eficacia del sistema. Esta idea es también la de los tecnócratas».
De ahí que su credibilidad, se funda en contar con los medios para hacerse realidad y de administrar sus pruebas.
La teoría crítica se apoya en un dualismo de principio y desconfía de síntesis y reconciliaciones,
es un modelo diferente de la sociedad, nace con las luchas que acompañan al asedio de las sociedades civiles tradicionales por el capitalismo.
El modelo crítico se ha mantenido y se ha refinado de cara al proceso, en minorías como la Escuela de Frankfurt o como el grupo Socialisme ou Barbarie.
No se puede saber lo que es el saber, qué problemas encaran su desarrollo y su difusión, si no se sabe nada de la sociedad donde aparece.
Lyotard distingue dos tipos de saber, uno positivista que encuentra fácilmente su explicación en las técnicas relativas a los hombres y a los materiales y que se dispone a convertirse en una fuerza productiva indispensable al sistema, otro crítico o reflexivo o hermenéutico que al interrogarse directamente o indirectamente sobre los valores o los objetivos, obstaculiza toda recuperación.
La alternativa parece clara: homogeneidad o dualidad.
3.5. La naturaleza del lazo social; La perspectiva postmoderna
La condición postmoderna asume al lazo social como un vínculo múltiple de pliegues cada vez más intrincados e incomprensibles: mudables. Y esta característica del lazo social obstaculiza la consolidación de los grandes relatos de la historia y de la ciencia, ya que rompe en su comprensión con la dualidad.
Las funciones de regulación y de reproducción, se les quitan a los administradores y serán confiadas a autómatas.
La clase dirigente será cada vez más la de los decididores. Deja de estar constituida por la clase política tradicional, para pasar a ser una base formada por jefes de empresas, altos funcionarios, dirigentes de los grandes organismos profesionales, sindicales, políticos, confesionales.
En una sociedad donde el componente comunicacional se hace cada día más evidente, como realidad y como problema el aspecto lingüístico adquiere nueva importancia,
En la teoría de la comunicación, se olvidarían dos cosas: los mensajes están dotados de formas y de efectos muy diferentes, según sean, denotativos, prescriptivos, valorativos, performativos, etc. Es seguro que no solo funcionan en tanto que comunican información.
Lo que se precisa para comprender las relaciones sociales, a cualquier escala que se las tome, no es únicamente una teoría de la comunicación, sino una teoría de los juegos, que incluya a la agonística. Este no carece de reglas, pero sus reglas autorizan y alientan una mayor flexibilidad en sus enunciados. La burocratización es el límite extremo de esta tendencia.
Esta hipótesis acerca de la institución parte de una visión cosista de lo instituido. Si ella logra desplazar los límites de la antigua institución podrán cambiar sus enunciados.
El autor considera que es conveniente, abordar las instituciones contemporáneas del saber, de esta manera.
3.6. Pragmática del saber narrativo
El saber general no se reduce a la ciencia, ni siquiera al conocimiento.
La ciencia sería un subconjunto de conocimientos hecha de enunciados denotativos en los cuales debería decidir si éstos pertenecen o no pertenecen al lenguaje considerado como pertinente por los expertos.
El conocimiento sería el conjunto de enunciados que describen objetos, con exclusión de todos los demás enunciados susceptibles de ser verdaderos o falsos.
El saber no se comprende como un conjunto de enunciados denotativos, se mezclan en él las ideas de saber-hacer, saber-vivir, de saber-oír, etc.
Otra característica es la afinidad de un saber con la costumbre. Los cuales han sido llamados por los primeros filósofos, opinión, a ese modo de legitimación de enunciados. El consenso que permite circunscribir tal saber del que no sabe es lo que constituye la cultura de un pueblo.
Lo que el saber puede ser como formación y como cultura lo autorizan descripciones etnológicas. Desde la antropología y la literatura, en sociedades en rápido desarrollo detectan en él su persistencia al menos en ciertos sectores.
En primer lugar, los relatos populares cuentan los éxitos o fracasos del héroe, los que dan su legitimidad a instituciones de la sociedad o bien representan modelos positivos o negativos de integración en las instituciones establecidas. Esos relatos permiten, definir los criterios de competencia que son los de la sociedad y por esos criterios valorar las actuaciones que se realizan.
En segundo lugar, la forma narrativa, admite una pluralidad de juegos del lenguaje encuentran sitio en el relato enunciados: denotativos, deónticos, interrogativos, valorativos, etc. ( Es un entretejido)
Una tercera propiedad, es la relativa a la transmisión de esos relatos. Su narración obedece muy a menudo a reglas que fijan la pragmática.
La regla pragmática, es una propiedad que es intrínseca a los relatos populares. Los relatos transmiten las reglas pragmáticas que constituye el lazo social.
El cuarto aspecto, de ese saber narrativo es su incidencia sobre el tiempo. La forma narrativa obedece a un ritmo, es la síntesis de un metro que hace latir el tiempo en períodos regulares y de un acento que modifica la longitud o la amplitud de algunos de ellos.
La forma de los refranes, proverbios, máximas que son pequeños trozos de relatos posibles o las matrices de antiguos relatos y que todavía continúan en circulación en el aspecto social contemporáneo, se reconocerá en su discurso la marca de esta temporalización que alcanza a la regla de nuestro saber para que este no se olvide.
3.7. Pragmática del saber científico
El autor caracterizará la pragmática del saber científico tal y como se desprende de la concepción clásica del saber, distinguiendo en ella el juego de la investigación y el de la enseñanza. Esas tensiones son una especie de prescripciones que regulan la aceptabilidad del enunciado en tanto que «de ciencia».
El destinador supone que dice la verdad.
El destinatario se supone que puede validar o negar el enunciado, lo cual implica que es un destinador potencial.
El referente, se supone «expresado» por el enunciado conforme a lo que es.
La solución científica a esta dificultad consiste en la observación de una doble regla. La primera es dialéctica, es referente lo que puede ser materia a probar. La segunda es metafísica: el mismo referente no puede proporcionar una pluralidad de pruebas contradictorias o inconsistentes; entonces se apoya en: «Dios», no engaña. No todo consenso es indicio de verdad; pero se supone que la verdad de un enunciado no puede dejar de suscitar el consenso. La verdad del enunciado y la competencia del que enuncia están sometidas al asentimiento de la colectividad de iguales en competencia.
Es preciso, formar iguales. La didáctica asegura esta reproducción. Es diferente del juego dialéctico de la investigación. Este es introducido así en la dialéctica de los investigadores, en el juego de la información del saber científico, debido a hay enunciados que pueden ser transmitidos tal cual son a título de verdades indiscutibles de la enseñanza.
Si se compara esta pragmática con la del saber narrativo se aprecian las siguientes propiedades:
- El saber científico exige el aislamiento de un juego del lenguaje, el denotativo; y la exclusión de los demás el criterio de aceptabilidad es su valor de verdad.
- Ese saber se encuentra así aislado de los demás juegos de lenguaje cuya combinación forma el lazo social.
No es un componente inmediato y compartido como lo es el saber narrativo. En las sociedades modernas los juegos de lenguaje se reagrupan en forma de instituciones animadas por profesionales.
La relación entre el saber y la sociedad se exterioriza. Aparece un nuevo problema, el de la relación de la institución científica con la sociedad.
- Aquí no ocurre como en la narrativa, que un saber ser, es lo que el saber dice que es.
- Un enunciado de ciencia, nunca está a salvo de una «falsificación».siempre puede ser desechado, y si está, en contradicción con un enunciado anteriormente admitido, no podrá ser aceptado corno válido más que si refuta el enunciado precedente por medio de argumentos y pruebas.
- El juego de la ciencia implica, una memoria y un proyecto. Esta diacronía que supone la memorización y la investigación del nuevo enunciado designa en principio un proceso acumulativo, aunque la relación de tiempo, sea variable.
Estas propiedades merecen que se las recuerde por dos razones. Uno y otro están constituidos por conjuntos de enunciados; «jugadas» realizadas por jugadores en el marco de las reglas generales; esas reglas son específicas a cada saber, y las «jugadas» consideradas buenas en uno y en otro no pueden ser del mismo tipo, salvo por accidente.
Según Lyotard:
«Lamentarse, de la perdida del sentido en la postmodernidad consiste en dolerse porque el saber ya no sea principalmente narrativo. Hay otra que no es menor, la de querer derivar o engendrar (por medio de operadores tales como el desarrollo, etc) el saber científico a partir del saber narrativo, como si este contuviera a aquel en estado embrionario».
El saber narrativo, no valora la cuestión de su propia legitimación, se acredita a si mismo por la pragmática de su transmisión sin recurrir a la argumentación, y a la administración de pruebas. Los relatos son fábulas, mitos, leyendas, etc.
Esta relación desigual es un efecto específico de las reglas propias de cada juego. Es importante reconocer al garante, que se distingue de todos los demás: está dominado por la exigencia de legitimación.
3.8. La función narrativa y la legitimación del saber
El problema de la legitimación ya no es considerado un fallo del juego de lenguaje de la ciencia. Es de señalar que durante largo tiempo el saber científico ha buscado otras soluciones que no han podido evitar recurrir a procedimientos que se refieren al saber narrativo. De esta forma satisface las reglas del juego narrativo, ejerciendo presión sobre los usuarios de los medios y sobre su fuero interno. El Estado puede gastar mucho para que la ciencia pueda presentarse como epopeya: a través de ella, se hace creíble, crea el asentimiento público.
Desde sus comienzos, el nuevo juego del lenguaje plantea el problema de su propia legitimidad.
Con Platón, el juego del dialogo, incluye en sí mismo las dos funciones la de investigación y la de enseñanza.
En los libros VI y VII de La República, la respuesta procede, de un relato (la alegoría de la caverna) que cuenta por qué y cómo los hombres quieren relatos .
Los Diálogos de Platón, como el esfuerzo de legitimación proporciona las armas a la narración, cada uno de ellos adquiere siempre la forma del relato de una discusión científica. El hecho es que el discurso platónico que inaugura la ciencia no es científico, y eso aunque intente legitimarla. sugiere que el lenguaje científico, está hecho de argumentaciones y pruebas, es decir, de dialéctica.
o ¿quién decide las condiciones de lo verdadero?, se abandona la búsqueda metafísica de una autoridad trascendente.
Las reglas de juego de la ciencia son inmanentes a ese juego y pueden ser que establecidas en el seno de un debate científico y para que dichas reglas sean buenas es necesario el consenso de los expertos.
Esta disposición general de la modernidad a definir las condiciones de un discurso se combina con el restablecimiento de la dignidad de las culturas narrativas (populares), en el Humanismo renacentista, la filosofía idealista alemana, la escuela histórica francesa.
La narración, deja de ser un desliz de la legitimación. Este recurso explicito al relato en la problemática del saber acompaña a la emancipación de las burguesías con respecto a las autoridades tradicionales. ¿cuál es el sujeto cuyas prescripciones son normas para aquellos a quienes obligan?
Este modo de interrogar la legitimidad socio-política se combina con la nueva actitud científica: el héroe es el pueblo, el signo de la legitimidad su consenso, su modo de normativación la deliberación. El Pueblo está, en debate consigo mismo acerca de lo que es justo e injusto de la misma manera que la comunidad de ilustrados sobre lo que es verdadero y falso; acumula las leyes civiles como acumula las leyes científicas; perfecciona las reglas de su consenso por disposiciones constitucionales cuando las revisa a la luz de sus conocimientos produciendo nuevos «paradigmas«».
El modo de legitimación, que reintroduce el relato como validez del saber, puede tomar así dos direcciones, según represente al sujeto del relato como cognitivo o como práctico: como un héroe del conocimiento o como un héroe de la libertad. Y en razón de esta alternativa, no sólo la legitimación no tiene siempre el mismo sentido, sino que el propio relato aparece como insuficiente para dar una versión completa.
3.9.
La primera tiene por sujeto a la humanidad como héroe de la libertad. El derecho a la ciencia debe ser reconquistado. El mismo razonamiento es válido para el establecimiento de instituciones propiamente científicas.
Con el otro relato de leqitlmaci6n, la relación entre la ciencia, la nación y el Estado da lugar a una elaboración diferente. Su influencia será considerable en la organización de la enseñanza superior en los países jóvenes de los siglos XIX y XX.
La gran función que las universidades fue por lo tanto «exponer el conjunto de conocimientos y hacer que aparezcan los principios al mismo tiempo que los fundamentos de todo saber», pues «no existe capacidad científica creadora sin espíritu especulativo». La especulación es el nombre que aquí lleva el discurso sobre la legitimación del saber científico.
Las Escuelas son funcionales; la universidad es especulativa, es decir, filosófica. especialmente en el medio universitario, propone una representación particularmente viva de una solución dada al problema de la legitimidad del saber. No se piensa que la ciencia deba servir a los intereses del Estado y/o de la sociedad civil. Se desatiende el principio humanista según el cual la humanidad se educa con dignidad y libertad por medio del saber.
3.10. La deslegitimación
En la sociedad postindustrial y en la cultura postmoderna la cuestión de la legitimación del saber se plantea en otros términos.
«El gran relato ha perdido su credibilidad»
Se puede ver en esa decadencia de los relatos un auge de las técnicas y la tecnología a partir de la Segunda Guerra Mundial que ha puesto el acento más en los medios que en los fines, o bien , en el redespliegue del capitalismo liberal que ha revalorizado el disfrute individual de bienes y servicios.
Es preciso reparar en los gérmenes de la deslegitimación y del nihilismo que eran inherentes a los grandes relatos del siglo XIX, para comprender cómo la ciencia contemporánea podía ser sensible a esos impactos antes a que tuvieran lugar.
El dispositivo especulativo encubre una especie de equivocación con respecto al saber. Muestra que el discurso denotativo con respecto a un referente no sabe en realidad lo que cree saber.
La «crisis» del saber científico, cuyos signos se multiplican desde fines del siglo XIX, no provienen de una difusión accidental de las ciencias, sino que procede de la erosión interna del principio de legitimidad del saber. Esta legitimación crea un problema entre un enunciado denotativo con valor cognitivo y un enunciado prescriptivo con valor práctico, la diferencia es de conveniencia y de competencia. La prescripción se le escapa. El lazo social es lingüístico, pero es un tejido indeterminado donde se entrecruzan un número indefinido de juegos de lenguaje; que obedecen a reglas diferentes.
Nuevos lenguajes vienen a añadirse a los antiguos, de este estallido se puede sacar una impresión pesimista: nadie habla todas las lenguas, carecen de metalenguaje universal.
La era postindustrial ha deslegitimado el gran relato historicista o los parciales relatos legitimadores con el sistemas binario por método.
El autor examinará la pragmática de la investigación.
Ésta se encuentra afectada por dos importantes modificaciones:
El enriquecimiento de las argumentaciones La complicación de la administración de las pruebas.
En lo que respecta al enriquecimiento de las argumentaciones, Aristóteles, Descartes, Stuart Mill, entre otros han intentado fijar reglas por medio de las cuales un enunciado con valor denotativo puede conseguir la adhesión del destinatario.
La investigación científica no tiene demasiado en cuenta esos métodos. Puede usar y usa lenguajes cuyas propiedades demostrativas parecen desafíos a la razón de los clásicos.
Al satisfacer esta condición, se define como un conjunto de postulados en los que se basa una teoría científica, la que comprende la definición de los símbolos que serán empleados en el lenguaje propuesto, la forma que deberán respetar las expresiones de ese lenguaje, para poder ser aceptadas y las operaciones que se permitirán con esas expresiones.
Pero ¿Cómo se sabe lo que debe contener ese conjunto de postulados?
Debe existir un metalenguaje determinante si un lenguaje satisface las condiciones formales de un conjunto de postulados, ese metalenguaje es el de la lógica.
¿Existe un modelo de lengua científica? ¿Es verificable?
Las propiedades requeridas por la sintaxis son: La consistencia, la complectud sintáctica, la decidibilidad, y la independencia de axiomas unos con respecto a otros. La exigencia es una modalidad de la prescripción.
A esta nueva disposición corresponde un desplazamiento de la idea de la razón. El principio de un metalenguaje universal es reemplazado por el de la pluralidad de sistemas formales y axiomáticos capaces de argumentar enunciados denotativos, esos sistemas que están descritos en un metalenguaje universal pero no consistente.
El otro aspecto de la investigación, el que concierne a la administración de la prueba.
Presenta problemas en lo que se refiere a qué debe probar la prueba. Queda que administrar una prueba es constatar un hecho.
¿Pero que es una constatación?
Como los sentidos confunden, intervienen las técnicas y estas obedecen a un principio. Son juegos en los que la pertinencia no es la verdadera, ni la justa, ni la bella, sino la eficiente: una jugada técnica es buena cuando funciona mejor y cuando gasta menos que otra. Estableciéndose la ecuación entre riqueza, eficiencia y verdad.
El Estado y/o la empresa abandona el relato de legitimación idealista o humanista para justificar el nuevo objetivo; en la dicusión de los socios capitalistas de hoy en día, el único objetivo creíble es el poder. No se compran savants, técnicos y aparatos para saber la verdad, sino para incrementar el poder. Los fondos de investigación por parte de los Estados, las empresas y las sociedades mixtas obedecen a esta lógica del incremento del poder.
Adquiere forma la legitimación por el poder. Se autolegitima como parece hacerlo un sistema regulado sobre la optimización de sus actuaciones. Así el incremento del poder, y su autolegitimación, pasa ahora por la producción, la memorización, la accesibilidad y la operacionabilidad de las informaciones.
La relación de la ciencia y de la técnica se invierte. La gestación de los fondos de investigación por parte de los Estados, las empresas y las sociedades mixtas obedece a esta lógica del incremento del poder.
Los sectores de la investigación que no puede defender su contribución aunque sea indirecta, a la optimización de las actuaciones del sistema, son abandonados por el flujo de los créditos y destinados a la decrepitud. El criterio de performatividad es invocado explícitamente por los administradores para justificar la negativa a habilitar cualquier centro de investigaciones.
En cuanto a la transmisión del saber, es decir la enseñanza, considera el autor, adecuado describir la manera en que el predominio del criterio de performatividad la afecta. ¿con qué apoyo?
La enseñanza deberá formar competencias de dos tipos:
Las destinadas a afrontar la competición mundial.
Pero añaden destinatarios de los nuevos saberes ligados a las nuevas técnicas y tecnologías (jóvenes pero no activos).
Además de las dos categorías que se reproducen, la profesión y la técnica, los demás jóvenes de la universidad, no son contabilizados en las estadísticas de empleo. Son excedentes con respecto a las disciplinas que se encuentran (letras y ciencias humanas).
Con esta función profesionalista, la Universidad comenzó a desempeñar un nuevo papel en el marco de la mejora de las actuaciones del sistema: el del reciclaje o la educación permanente.
EI nuevo curso de la transmisión del saber es conflictivo. Aunque lo que interesa al sistema, y a sus «decididores», es alentar la promoción profesional, experimentar con los discursos, las instituciones y los valores, las que son acompañadas por desórdenes en el curriculum, el control de conocimientos y de la Pedagogía, de recaídas sociopolíticas, aparece como poco operaciona1 y que no se le da crédito, en nombre la seriedad del sistema. Entonces la responsabilidad se confiará a las redes extrauniversitarias.
«Entonces, ¿que es lo que se transmite en la enseñanza superior? Tratándose de profesionalización y desde un punto de vista funcionalista, lo esencial de lo que se debe transmitir esta constituido por un conjunto organizado de conocimientos.
Al ser los conocimientos traducibles a un lenguaje informático, y al igual que la enseñanza tradicional es asimilable a una memoria, la didáctica podrá ser confiada a maquinas como a bancos de datos de terminales inteligentes puestos a disposición de los estudiantes. Sino, ¿ para qué sirve?
En el contexto de la mercantilización esta pregunta significa: ¿ se puede vender? Y en el contexto de argumentación del poder será ¿es eficaz? Y dejaría de ser la competencia en otros criterios, como verdadero / falso, justo e injusto. Constituye la «Naturaleza» para el hombre postmoderno.
La velocidad es una de sus propiedades, donde está permitido representar el mundo del saber postmoderno como regído por un juego de información completa y en ese sentido los datos son, en principio, accesibles a todos los expertos: no hay secretos científicos.
La idea de la interdisciplinaridad pertenece en propiedad a la época de la deslegitimación y a su empirismo.
La valoración del trabajo en equipo pertenece a la imposición del criterio preformativo en el saber(equipos interdisciplinarios).
3.13 La ciencia postmoderna como investigación de inestabilidades
La pragmática de la investigación científica, trajo al primer plano la invención de jugadas nuevas e incluso de nuevas reglas de juegos de lenguaje. El determinismo es la hipótesis sobre la que reposa la legitimación por medio de la performatividad: definiéndose ésta por una relación input/output es preciso suponer que el sistema en el cual se hace entrar el intput está en estado estable: obedece a una «trayectoria, regular de la que se puede establecer la función continua y derivable que permita anticipar adecuadamente el output.
Tal es la «filosofía» positivista de la eficiencia. poca afinidad con la búsqueda de la performatividad.
La expansión de la ciencia no se hace por medio del positivismo de la eficiencia. lo ininteligible; trabajar con la argumentación, es buscar la «paradoja» y legitimarla con nuevas reglas del juego de razonamiento. Pues es la propia ciencia la que se plantea esta cuestión y no la filosofía la que se la plantea. Y la pregunta en sí misma, al desarrollarse, conduce a una metapregunta o pregunta de la legitimación: ¿De que sirve tu » de que sirve»?
Lo que ha podido pasar a fines dcl siglo XIX, por pérdida de legitimidad y caída en el pragmatismo filosófico o en el positivismo lógico, no ha sido más que un episodio del cual el saber surge por la inclusión en el discurso científico del discurso acerca de la validez de enunciados con valor de leyes. Esta inclusión no es una operación sencilla, ya se ha visto, da lugar a «paradojas» asumidas como eminentemente serias, y a «limitaciones» del alcance del saber que, de hecho, son modificaciones de su naturaleza.
La ciencia posmoderna hace la teoría de su propia evolución como discontinua, catastrófica, no rectificable, paradójica. Cambia el sentido de la palabra saber y sugiere un modelo de legitimación que en absoluto es el de la mejor actuación, sino el de la diferencia comprendida como paralogía.
3.14. La legitimación por la paralogía
EI recurso a los grandes relatos está excluido, el «pequeño relato» se mantiene como la forma por excelencia que toma la ciencia. El principio del consenso como criterio de validación parece también insuficiente, o bien es el acuerdo de los hombres obtenido por medio del diálogo, o bien es manipulado por el sistema como uno de sus componentes en vistas a mantener y mejorar sus actuaciones.
La pragmática científica se centra en los enunciados denotativos, dando lugar a instituciones de conocimientos. Pero su desarrollo postmoderno pone en primer plano un hecho decisivo: la discusión de enunciados denotativos exige reglas.
La única legitimación concebible a una demanda tal, dará nacimiento a nuevos enunciados. El reconocimiento del heteromorfismo de los juegos del lenguaje es un primer paso que implica la renuncia al terror que supone e intenta llevar a cabo a éstos al isomorfismo.
4. CONCLUSIÓN
La idea del fin de los grandes relatos sustentada por el pensamiento postmoderno, también está arraigada en el pluralismo de las de las sociedades contemporáneas. Estas nuevas subculturas surgen por el fracaso experimentado por las grandes palabras que movilizaron a los hombres de la modernidad occidental en aras de la verdad, la libertad, la justicia y la racionalidad. El hombre moderno y universal es sustituido por la identidad de pequeños grupos que poseen una visión fragmentada de la realidad. Es decir, que si hasta entonces las sociedades modernas habían tenido sus relatos de legitimación y éstos habían funcionado, el agotamiento de la confianza en dichos relatos indicaba que había que comenzar a preparar una legitimidad para la sociedad futura.
Los metarrelatos «son aquellos que han marcado en la modernidad: la emancipación progresiva de la razón y de la libertad, la emancipación progresiva del trabajo, el enriquecimiento de toda la humanidad a través del p