Intervención Social Efectiva: Claves para Profesionales

La intervención social es un espacio para generar acontecimientos, visibilizar nuevas potencialidades y deshacer equilibrios de fuerzas. Es hacer visible aquello que, por estar normalizado, es invisible. Debemos partir siempre del «solo sé que no sé nada» para iniciar conversaciones que nos informen de los problemas. Esto produce una mayor apertura del cliente y, por tanto, nos permite una lectura más rica del relato. No debemos formular evaluaciones previas ni preguntas cuyo propósito sea únicamente confirmar una teoría sobre el problema. No tratamos de verificar nuestras realidades, sino las realidades del cliente.

Las preguntas conversacionales crearán un contexto de confianza y honestidad, percibido así por el cliente, lo que nos permitirá una mayor libertad para entrar a comprender su subjetividad. Debemos evitar hacer preguntas o suposiciones, dar consejos o hacer sugerencias antes de haber escuchado y oído lo suficiente, sobre todo si esto interrumpe el relato. Si el cliente no se siente oído, el sentimiento de frustración emergente anulará cualquier posibilidad de ayuda.

La Importancia de la Escucha Activa y la Comunicación

Escuchar-responder es un proceso en el que tratamos de aprender la historia del cliente y generar acuerdos en los significados. Para mantener la coherencia en el diálogo, es necesario trabajar con su propio lenguaje, su vocabulario y sus metáforas. Mimetizar.

Cada relato del cliente debe ser devuelto por nosotros con gestos o comentarios de aceptación, demostrando que nos tomamos en serio su vida e historia. En este proceso, en el que se alterna la narración y la re-narración, aprendemos cada vez más de los clientes y se generan comprensiones a distinto nivel, en las que se añaden complejidades.

Análisis de Contextos en el Trabajo Social

En el Trabajo Social, no solo es necesario analizar el contexto de las personas que asisten al servicio, sino también el contexto del propio servicio: su pauta de interacción, su historia, la relación con otros servicios, la estructura organizacional, etc.

Cuando un usuario se acerca a un servicio, se ponen en contacto dos sistemas: uno con una demanda o un problema, y otro con una función de ayuda o promocional. El usuario ha hecho una elaboración del problema, está inserto en una red de relaciones interaccionales y tiene una imagen del servicio. El tipo de demanda vendrá determinado por estos factores.

La relación y las reglas del contexto han de ser claras y bien definidas para evitar confusiones. El tipo de solicitud que se haga determinará el contexto de intervención.

Tipos de Contextos de Intervención

  • Contexto Asistencial

    Adjudica una relación de tipo complementaria. En este contexto, es difícil exigir una responsabilización del cliente, y asimismo es difícil o absurdo pretender una posición distante y neutra del profesional. Se pretende la reinserción social desde posiciones de desventaja social. Exige mucha coordinación de los servicios y contextos profesionales. Peligro: la cronificación.

  • Contexto de Consulta

    Se caracteriza por encuentros con expertos. El experto asume la calidad del consejo, pero no asume el caso.

  • Contexto Terapéutico

    Generalmente, se necesita la intervención anterior de otros profesionales en contexto de consulta. Hay un contrato y una alianza para crear alternativas más sanas.

  • Contexto de Evaluación

    El cliente debe mostrar que reúne una serie de requisitos ante un experto que sanciona públicamente sus capacidades a través de la emisión de un informe o certificado. Relación complementaria.

  • Contexto de Control

    Al igual que en el contexto de evaluación, la relación es complementaria. Hay unas conclusiones y estas son públicas. El usuario es considerado culpable de un hecho reprobable o delictivo. Generalmente, se da ocultamiento de información en ambos contextos. Es el más poderoso de todos los contextos de intervención.

  • Contexto de Información

    Se caracteriza por intervenciones minimalistas, que pueden permitir la detección o el diagnóstico precoz. Muy apto para intervenciones en grupo, donde unos a otros transmiten informaciones y experiencias movilizadoras de cambios. La función del profesional es dirigir el grupo. Muy eficaz como contexto de prevención.