Importancia de la Filosofía en la Actualidad: Verdad, Realidad y Desarrollo Personal
La Filosofía como Guía para la Vida: Apropiación de la Verdad y Transformación Personal
Cuando la apropiación de la verdad se entiende correctamente, el conocimiento teorético se prosigue, sin solución de continuidad:
- En la modelación del propio ser.
- En el querer y en los afectos.
- En las operaciones que de todo ello dimanan y que revierten, para mejorarlo o desfigurarlo, en el sujeto que las realiza.
- En las personas con quienes ese individuo trata.
- En los logros materiales o espirituales que, solo o en colaboración con ellos, lleva a término.
- Y, en última instancia, en la sociedad en que está inmerso.
- Y, hoy más que nunca, en el conjunto de la civilización humana.
Filosofía y Vida: Una Relación Dinámica
Las relaciones entre filosofía y vida no deben concebirse de manera lineal, ni siquiera como un círculo con un inicio y una conclusión inevitables.
Enfocando de este modo la cuestión, resulta claro:
- Que no se empieza a filosofar desde el vacío, sino desde una determinada situación histórica, cultural y biográfica, que influye en nuestro modo de plantear y resolver los problemas, aunque no lo determina.
- Que los principios no permanecen inmutados, sino que interactúan con los nuevos conocimientos que a su luz van siendo descubiertos.
- Que las verdades adquiridas no se establecen de una vez por todas y con independencia de los resultados que generan al encarnarse en el conjunto de la existencia de cada persona particular y en el de un grupo más o menos dilatado o una entera civilización.
- Que tampoco resultan ajenas a otras verdades, conquistadas por procedimientos distintos, como es el caso de la literatura.
Relevancia de la Filosofía en las Circunstancias Actuales
Apariencia y Realidad
Una de las funciones esenciales de la filosofía consiste en liberarnos de las falsas apariencias, permitirnos acceder a la realidad tal como auténticamente es y construir nuestra biografía de acuerdo con esa verdad.
Conocimiento Personal de la Realidad
El desarrollo de un pensamiento cabal permite pensar por uno mismo.
Semejantes tareas no tienen por qué enunciarse precisamente como «filosofía», sino que podrían concretarse en dos fórmulas más comunes:
- Obtener y mantener firmes convicciones.
- Ejercitar un sano y recto espíritu crítico.
En buena porción de nuestra cultura, el parecer y el aparecer toman de tal forma la delantera sobre el ser que incluso llegan a ocultarlo.
Resulta imprescindible el recurso a la filosofía del ser. Y ello, antes que nada, en la vida personal, para llegar a ser auténticas personas de criterio. Una existencia personal recta y fecunda resulta hoy imposible al margen del desarrollo gradual. Mantener esta al margen del ser y del sentido del propio existir deja a cualquier persona a merced de las modas y de los influjos ambientales.
La Filosofía para Modelar la Nueva Civilización
La función del pensamiento personal no se agota en perfeccionar el entendimiento, sino que ha de fructificar en ilustración. La cuestión se torna particularmente relevante en el momento en que vivimos, al menos por dos motivos:
- A causa del generalizado escepticismo que impregna a nuestros contemporáneos.
- Por la innegable y multiforme transformación que la civilización occidental está experimentando desde hace ya mucho tiempo.
El proceso actual de remodelación deriva, en buena parte, y provoca, por otra, el que instituciones que hasta el momento han ejercido una función esencial en la marcha de la humanidad vayan perdiendo su hegemonía y exijan el nacimiento y la consolidación de otras distintas y más adecuadas.
El hombre de hoy se encuentra más solo que en otras circunstancias, más abandonado al flujo imprevisible de los acontecimientos.
El ciudadano de a pie tiene que apoyarse en sí mismo para orientar su actividad diaria y para ayudar a levantar el andamiaje innovador que la novísima situación reclama.
Como consecuencia, ese ciudadano necesita, con mayor urgencia y solicitud que en otros momentos, un punto de apoyo sólido, firme y seguro, que el entorno cambiante no le da hecho, sino que él mismo ha de confeccionar.
Los ciudadanos de hoy día disponen de una única opción natural: afianzar sus raíces en el suelo fecundo de la verdad, de la bondad y de la belleza; apropiarse personalmente de esos «valores» que corresponden a toda realidad en la proporción exacta en que esta es; indagar, hasta penetrar en ella, en la naturaleza más profunda de la persona humana y de cuanto la rodea.