Impacto de los Ingresos y Modelos de Crianza en el Desarrollo Familiar

Ingresos Económicos y su Influencia en las Funciones Familiares

Todas las funciones familiares se ven afectadas, directa o indirectamente, por los ingresos familiares, y estas funciones tienden a mejorar cuando los ingresos aumentan. La palabra clave para explicar este hecho es el estrés. El proceso clave para entenderlo es la reacción de los padres ante este, o más específicamente, ante la pobreza o los problemas económicos.

Las dificultades económicas crónicas o la pérdida súbita de ingresos conllevan irritabilidad y malestar en los adultos, una situación que aumenta la probabilidad de que estos se vuelvan más hostiles y tensos en sus relaciones sociales, incluyendo al cónyuge y a los hijos, con importantes consecuencias en el desarrollo y ajuste de estos. También es destacable que esta tendencia en la reacción emocional frente a los problemas económicos parece ser generalizable, ya que se ha evidenciado en numerosos países y distintas culturas que estas dificultades perjudican las funciones familiares en general.

En muchas familias con bajos ingresos, los padres y madres se ven obligados a desempeñar varios trabajos al mismo tiempo para satisfacer las necesidades mínimas básicas de la familia; es decir, generadores de estrés con las consecuencias negativas anteriormente mencionadas.

El ajuste de los hijos también depende de otros aspectos como su edad, su nivel madurativo y personalidad, la posibilidad de que otros adultos les supervisen en ausencia de sus padres, así como la satisfacción del padre o la madre con su trabajo.

Modelos de Crianza y Buenos Tratos

Los adultos tienen que cumplir ciertos requisitos básicos:

  1. Interés incondicional por los hijos/as: consciente de sus necesidades, aceptarlas como algo legítimo y esforzarse por satisfacerlas.
  2. Sincronía: comunicar, a través de los gestos y conductas, a los hijos/as que son personas importantes para los padres e interesantes, como interlocutores, en la relación.
  3. Consistencia y asertividad: saber presentarse frente a sus hijos, como adultos que, aunque no sean perfectos, tienen competencias y recursos para guiar el proceso de crianza de los hijos/as.
  4. Capacidad de influir a los hijos/as: tener poder, a través de comportamientos coherentes y auténticos, conversaciones y actividades creativas, lúdicas y entretenidas.

Estrategias Destructivas

  • Minimizar y castigar la expresión emocional de los hijos: los padres pierden la oportunidad de permitir a sus hijos/as acceder y conocer su mundo emocional interno. Cuando son mayores y han desarrollado la capacidad de hablar, les impiden la posibilidad de hablar de sus emociones y, por lo tanto, bloquean la posibilidad de que expresen con palabras su mundo emocional interno. Todo ello perturba la posibilidad del desarrollo de sus capacidades empáticas.
  • Interpretación errónea y despectiva de la expresión emocional del niño/a (es peligroso): En estos casos, los padres/madres viven las expresiones emocionales de sus hijos como molestias e interpretan sus expresiones emocionales como formas que estos usan para obtener y hacer lo que quieren, llamar la atención, manipularlos y, en los casos más extremos, les atribuyen intenciones maléficas e irrecuperables.

En estos contextos, los hijos/as tienen una casi nula posibilidad de discriminar y mentalizar sus estados mentales emocionales y, desde muy pequeños, presentan trastornos severos de la empatía.

Estrategias Constructivas

Los hijos/as aprenden a expresar sus emociones de una forma constructiva y modulan su expresión (germen de la empatía), tomando en cuenta los contextos sociales y, sobre todo, las otras personas. Una forma de ayudar a los niños/as a comprender sus emociones consiste en verbalizar los estados del niño/a y la respuesta que le darán para calmarlos (¿quiere decir que…? se les ayuda). La respuesta materna/paterna de la modulación de emociones de sus hijos/as aumenta la sensación de control de los niños/as de sus propias emociones.

Los padres/madres que reaccionan de modo constructivo a estos estados emocionales son aquellos que responden espectacularmente con gestos y palabras que permiten a los hijos/as discriminar lo que están sintiendo.

Comprensión Empática y Sintonía

Comprensión empática: capacidad de comprender lo que los hijos están sintiendo, pensando y haciendo, como producto de su mundo interno o, dicho de otra manera, de los estados mentales que le son propios.

  1. Sintonía: capacidad de escuchar con interés los relatos de los hijos/as de una manera activa y receptiva, enviándoles señales de estar conectados con las vivencias internas que son el telón de fondo de las palabras.