Factores mixtos de la personalidad

El concepto de Personalidad Es muy difícil, sino imposible ofrecer una definición de lo que es la personalidad que sea aceptado por todos los investigadores que se dedican a su estudio.
A esta dificultad científica se añade el hecho de que el término personalidad es utilizado por todos nosotros en nuestro lenguaje cotidiano y en diferentes contextos sociales. El término Personalidad ha sido utilizado con numerosos y diferentes significados (ver tabla de definiciones). Para intentar reducir esta multiplicidad y diversidad de definiciones, se han obtenido una serie de notas comunes a la mayoría de las definiciones. Estas son: La Personalidad abarca toda la conducta, tanto la conducta manifiesta como la experiencia privada, es decir, incluye la totalidad de las funciones y manifestaciones conductuales. La Personalidad hace referencia a carácterísticas que son relativamente consistentes y duraderas. A partir de aquí la personalidad se entiende como la base de predicción de la conducta del individuo. La Personalidad también incluye otros elementos como cogniciones, motivaciones, estados afectivos, que influyen en la determinación de la conducta y que pueden explicar la falta de consistencia y estabilidad de la misma en determinadas circunstancias. El concepto de Personalidad resalta el carácter único de cada individuo. La Personalidad tiene un carácter inferido, es algo que se infiere a partir de la conducta, no es algo que tenga existencia real en y por si misma. La Personalidad es una abstracción, es un constructo hipotético. El concepto de Personalidad no implica juicio de valor alguno acerca de las capacidades u otros aspectos de la persona a la que describimos. Así el concepto de Personalidad se emplea fundamentalmente en la medida en que es útil para describir, explicar y predecir el comportamiento del individuo
La Personalidad es algo distintivo y propio de cada individuo a partir de la estructuración peculiar de sus carácterísticas y elementos.
Una de las definiciones de Personalidad más aceptada por su sencillez es la dada por Child en 1968, según la cual:
“la Personalidad hace referencia a factores internos, más o menos estables, que hacen que la conducta de una persona sea consistente en diferentes ocasiones y distinta de la conducta que otras personas mostrarían en situaciones comparables”
Esta definición pone en evidencia una serie de temas importantes que, frecuentemente, constituyen puntos de desacuerdo entre los investigadores en el estudio de la Personalidad. Estos supuestos se revelan a través de algunas palabras clave: estable (estabilidad vs. Inestabilidad), interna (internalidad vs. Externalidad), consistente (consistencia vs. Inconsistencia) y diferente (diferencias individuales).
Estabilidad (vs. Inestabilidad) La estabilidad hace referencia a la influencia del tiempo en la personalidad. En este sentido, la personalidad puede sufrir cambios dentro de unos límites. Se plantea la posibilidad de que la personalidad se desarrolle y cambie a lo largo del ciclo vital, y que a corto plazo, pueda sufrir fluctuaciones de un día para otro. Esta inestabilidad se considera como relativamente superficial cuando la comparas con el núcleo de continuidad subyacente en el mismo concepto de personalidad. Internalidad (vs. Externalidad)
La personalidad se localiza en el interior del individuo. Esto conlleva que la personalidad no es accesible a través de la observación directa. Solamente puede observarse y medirse indirectamente mediante la observación de lo accesible desde el exterior. Por ello son importantes los instrumentos de evaluación de la Personalidad.
Así inferimos la personalidad de nuestros semejantes de aquello que nos permiten observar. Los otros infieren nuestra personalidad a partir de nuestra conducta observable. Consistencia (vs. Inconsistencia) Es uno de los temas más controvertidos en el campo de la personalidad. Hay diferentes tipos de consistencia: a lo largo del tiempo y de las situaciones. En el primer caso es lo que definimos como estabilidad. Cuando hacemos referencia a la semejanza de la conducta de una persona en diferentes situaciones es cuando hablamos de consistencia. Se supone que la personalidad explica la consistencia de la conducta porque considera que constituye un determinante fundamental de la misma. Mientras la personalidad sea estable, la conducta que determinará será consistente. Diferencias individuales Cuando hablamos de diferencias individuales hacemos referencia a aquellos aspectos y procesos psicológicos que hacen que las personas seamos distintas. Existen diferencias individuales en la conducta de las personas lo suficientemente importantes como para justificar su investigación. Las diferencias individuales en la respuesta a una misma y determinada situación se considera que son producto de las variaciones en la personalidad. El estudio de las diferencias individuales en psicología de la personalidad ha dado lugar a un campo de investigación muy importante que tiene que ver con la construcción de instrumentos de evaluación.
Otra definición importante y más actual es la que nos ofrecen Costa y McCrae (1994), quienes consideran que en una definición de Personalidad deben estar incluidos los siguientes aspectos: • Una organización dinámica o conjunto de procesos que integran el flujo de la experiencia y la conducta • Sistemas psicofísicos, que representan tendencias y capacidades básicas del individuo
Forma carácterística de pensar y comportarse, como hábitos, actitudes, o en general, adaptación peculiar del individuo a su entorno • Influencias externas, incluyendo tanto la situación inmediata como las influencias sociales, culturales e históricas • La biografía objetiva, o cada acontecimiento significativo en la vida de cada uno, y • El autoconcepto, o el sentido del individuo de quién es él. A partir de estos elementos Costa y McCrae presentan un modelo de la personalidad donde las tendencias básicas incluirían las disposiciones personales, innatas o adquiridas, que pueden ser o no cambiables o modificables con la experiencia a lo largo del ciclo vital, como los rasgos (extraversión, tesón, neuroticismo..), la orientación sexual, la inteligencia o las habilidades artísticas. A lo largo del desarrollo, estas tendencias interactúan con las influencias externas dando lugar a adaptaciones carácterísticas, como los hábitos de vida, las creencias, los intereses, las actitudes, y los proyectos personales, así como los roles y las relaciones sociales, que serían adaptaciones interpersonales.
El estudio científico de la Personalidad
Las raíces del estudio científico de la Personalidad las situamos, junto con los principios de la Psicología como ciencia, a finales del Siglo XIX (fundación del primer laboratorio de psicología científica por Wundt). Pero no es hasta los años 30 cuando el estudio de la personalidad se considera parte de la Psicología gracias a la publicación de obras fundamentales como la de Allport “Personalidad: una interpretación psicológica” (1937), la de Murray en 1938 “Exploraciones en personalidad” y la de Stagner (1937), “Psicología de la personalidad”. La personalidad como ciencia se interesa por la investigación sistemática de las diferencias individuales y el funcionamiento organizado de la persona como un todo.
El enfoque clínico utilizado en el campo de la personalidad tiene puntos fuertes y aspectos en contra. Siguiendo a Pervin (1996) diremos a su favor que: ofrece observaciones de gran cantidad de fenómenos así como del funcionamiento de la persona como un todo, y además es capaz de generar nuevas observaciones y gran cantidad de hipótesis.
En contra, este enfoque: hace que sea difícil que otros confirmen las observaciones o que se formulen hipótesis específicas que se puedan verificar en condiciones empíricas más rigurosas, así los datos a menos que puedan ser confirmados por otros, de forma sistemática y previamente especificada, son inútiles desde un punto de vista científico teorizan sobre la personalidad a partir de material clínico, quizás no sea la fuente más adecuada aun cuando sean problemas reales especialmente relevantes para la persona que los sufre. El método clínico se puede utilizar conjuntamente con otros métodos de investigación, aunque es algo que no se ha hecho a menudo. Actualmente se sigue utilizando en investigación pero siempre junto con otros métodos más rigurosos.
2.2. Enfoque correlacional de la Personalidad Modelo estadístico que se inicia con los trabajos de Francis Galton (1822-1911) y el estudio de las capacidades intelectuales. Este enfoque hace énfasis en las diferencias individuales y en su medición, y los investigadores realizan un esfuerzo por establecer relaciones estadísticas entre esas diferencias. Los términos clave son: diferencias individuales, medida y relaciones estadísticas. Se considera que las diferencias individuales en estos rasgos de personalidad son en gran medida heredadas (Loehlin, 1992).
La pregunta para los investigadores de la personalidad desde este enfoque es si existen grupos básicos de carácterísticas o factores (rasgos), en los que las personas nos diferenciamos. No existe uniformidad entre los investigadores de esta tradición, se estudian aspectos diferentes de la personalidad y a menudo se utilizan tipos de datos diferentes para su estudio. Algunas de las carácterísticas más importantes de este enfoque son: • el uso de test, evaluaciones y cuestionarios como fuentes de datos de personalidad • la utilización de gran cantidad de sujetos • un importante desarrollo de técnicas estadísticas de análisis de datos como el coeficiente de correlación y el análisis factorial, que han sido fundamentales para su desarrollo • consideran el rasgo como la unidad de estudio de la personalidad. El enfoque correlacional de la personalidad reúne el uso de calificaciones y cuestionarios como fuentes de datos de personalidad, el uso del análisis factorial como técnica estadística y el rasgo como la unidad de estudio de la personalidad. Este enfoque ha ejercido una poderosa influencia en el campo de la personalidad. Entre los autores importantes de este enfoque destacamos a Raymond B. Cattell, H. J. Eysenk y Costa y McCrae. Cattell quería desarrollar una taxonomía útil de unidades de personalidad utilizando el análisis factorial, haciendo un símil con la tabla periódica de los elementos químicos (tenía formación en química). Las unidades serían los rasgos, que se referían a conductas que estaban correlacionadas entre si. Para la búsqueda de estas unidades se basó en el enfoque léxico de la personalidad, intento realizado anteriormente por Allport y Odbert (1936). Cattell (1943) concluyó que había 12 Factores básicos de personalidad a los que posteriormente añadió cuatro y publicó el Cuestionario de 16 Factores de Personalidad (16 PF). Cattell consideraba que estos factores eran oblícuos, es decir, que correlacionaban entre si. 
Otro autor es importante es H. J. Eysenck que distinguíó 3 dimensiones o rasgos básicos de personalidad, que eran ortogonales o independientes: Introversión-extroversión, Neuroticismo y Psicoticismo. Desarrolló instrumentos conocidos por todos para poder medirlos: EPI, EPQ. En la última década ha resurgido la investigación en el estudio correlacional de la personalidad. Los investigadores han llegado al consenso de que existen Cinco Grandes Factores (Costa y McCrae, 1992; John, 1990a,b; McCrae y John, 1992): Neuroticismo, Extraversión, Escrupulosidad, Amabilidad y Apertura a la experiencia, que describirían la personalidad en su totalidad. No insistimos en las teorías de estos autores pues los estudiaremos más ampliamente.
2.3.
Enfoque experimental de la Personalidad El primer laboratorio de psicología experimental se creó en Alemania de la mano de Wilhelm Wundt (1832-1920). Otros autores que han hecho aportaciones importantes han sido Ebbinghaus (1850-1890) con sus investigaciones experimentales sobre la memoria y Pavlov (1849-1936) y sus investigaciones experimentales sobre el condicionamiento clásico y el estudio del conflicto y el desarrollo de la neurosis, ya específicos de la psicología de la personalidad. Otro investigador importante es John B. Watson (1878-1958) y sus estudios pioneros en el desarrollo del conductismo. Este autor hizo hincapié en el estudio objetivo de la conducta manifiesta frente al uso de la introspección y el estudio de sucesos internos. Insistíó en la utilidad del uso de animales. A partir de los estudios de Watson, Skinner (1904-1990) desarrolló el conductismo operante y sus aplicaciones a la modificación de la conducta. Clark Hull (1884-1952) desarrolló una teoría del aprendizaje estímulorespuesta. Este modelo se aplicó al desarrollo infantil, a la psicología social y a la personalidad. El enfoque experimental implica la manipulación sistemática y un control experimental directo sobre las variables que nos interesan con el objetivo de establecer relaciones causales entre ellas. Necesita el estudio de  muchos sujetos y hace hincapié en las leyes generales de funcionamiento psicológico que se aplican a todas las personas. El enfoque experimental también ha sido utilizado en el modelo cognitivo que surgíó en la década de los 60: la psicología cognitiva experimental. Desde este modelo se han desarrollado enfoques cognitivos sociales y de procesamiento de la información en personalidad (Bandura, 1986; Cantor y Zirkel, 1990; Mischel, 1973, 1990). Los enfoques cognitivos de la personalidad hacen énfasis en los vínculos con la psicología experimental y el uso de la investigación sistemática para establecer principios generales de funcionamiento de la personalidad. Se apartan de los pioneros en que hacen uso de procesos internos, como metas, y son eclécticos en sus métodos de investigación. Insisten en el uso de sujetos humanos y de forma preferible en el ambiente natural más que en el laboratorio.
Combinación de los tres métodos de investigación
Los investigadores de la personalidad intentan combinar los aspectos de más de uno de los enfoques de investigación. Un ejemplo del interés en la combinación de enfoques es el estudio de las carácterísticas de la personalidad y el riesgo de padecer enfermedad coronaria (Friedman y Rosenman, 1974), en el que se combina una observación clínica, que llevó al desarrollo de una medida de entrevista estructurada y a una medida de cuestionario de diferencias individuales en el patrón propuesto de carácterísticas de personalidad. Describieron la personalidad tipo A con carácterísticas de personalidad que se asociaban a la posibilidad de sufrir una enfermedad coronaria y la personalidad tipo B que no presentaba esas carácterísticas. Posteriormente se estudiaron las diferencias individuales en rendimiento en tareas de laboratorio, como tareas de atención, memoria, y en otros cuestionarios y situaciones de la vida real. Este modelo se conoce como la personalidad del abecedario, pues se siguieron describiendo carácterísticas de personalidad en personas enfermas de cáncer, la personalidad tipo C, y alguna otra.