Factores Clave en la Evolución de la Infancia: Perspectiva Socioeconómica, Cultural y Política

Factores Socioeconómicos

Se considera al menor como elemento productivo. Esta condición no tiene una limitación cronológica, ya que se ha dado en sociedades existentes hace miles de años y a lo largo de los siglos ha continuado hasta nuestros días.

  • Se ha dado por necesidad sobrevenida, en caso de muerte o ausencia del cabeza de familia (este supuesto siempre se refiere a los niños varones).
  • También se ha entendido como necesidad normalizada, desde el punto de vista de que el menor debe ser útil a la unidad familiar, ayudando en las tareas que garantizan la supervivencia del núcleo familiar. En ocasiones, compagina este trabajo (de pastoreo, labranza, recolección) con su derecho a la educación.

Hay que resaltar que el trabajo infantil es legal en muchas sociedades a lo largo de la historia. Esta concepción del niño como elemento productivo tiene su manifestación extrema en los casos que podríamos calificar como explotación infantil, documentados a lo largo de la historia de la humanidad. Aquí podemos encuadrar la asignación desde jornadas interminables para traer sustento al hogar, hasta la venta del menor o la entrega temporal para saldar deudas familiares. En la época moderna, comienza una incipiente lucha contra la esclavitud laboral infantil en el siglo XIX.

Factores Socioculturales

Formas o pautas de crianza

En sociedades con ausencia importante de estructuras asistenciales, se concede al menor una protección inicial en los primeros años de vida, básica y destinada a su supervivencia, ya que se le configura como perpetuador de la especie y de la estirpe. El menor cuidará a los mayores de su grupo cuando estos no puedan valerse por sí mismos.

Contacto paterno/materno

  • Contacto restringido: Se pueden contemplar distintas opciones, atendiendo a la general distinción que se ha hecho del papel de la madre y del padre en la relación con sus hijos. Tradicionalmente, se considera que el padre debe comportarse de forma severa y poco afectuosa con sus hijos, quedando para la madre la posibilidad de transmitir caricias, abrazos… Es interesante resaltar cómo en muchas ocasiones se considera que una permanencia excesiva con una madre demasiado afectuosa puede «ablandar» el carácter del niño.
  • Ausencia de contacto: En algunos casos, generalmente en el caso de familias pudientes, se ha encomendado la crianza de los hijos al servicio.
  • Contacto frecuente: Distintas teorías sobre el desarrollo humano hablan de la bondad para el desarrollo integral de los menores de una figura adulta de referencia.

Frontera niñez/mundo adulto

Cuanta más protección conceden las sociedades a sus menores, más se distancia en el tiempo, apareciendo otras etapas como la preadolescencia y la adolescencia. En el caso de las niñas, hay casos donde esta frontera no existe prácticamente desde su nacimiento, ya que se las casa a muy corta edad.

En algunas culturas, esa frontera viene marcada por la aparición de la primera menstruación y supone un cambio de rol instantáneo. En otros casos, el quedarse embarazada siendo menor supone una separación del mundo infantil y significa el fin de la vida escolar para las jóvenes madres, a través de la retirada de la escuela (si la decisión viene desde el hogar de la menor) o a su expulsión de la misma (si la decisión es tomada por responsables del centro).

Factores Sociopolíticos

  • Matrimonios de conveniencia: En la antigüedad, se fijaban por motivos de estrategia geopolítica en el momento mismo del nacimiento en el caso de bebés nacidos en familias nobles.
  • Políticas demográficas:
    • De expansión demográfica (ayudas a la natalidad).
    • De control de natalidad: aquí también interesa poner de manifiesto la perspectiva de género, ya que, en algunos casos, por razones religiosas y culturales, el mal llamado en esta ocasión «control de natalidad» se realiza a través del infanticidio de niñas.
  • Desarrollo de sociedades mercantilistas: Se concibe al menor como un consumidor que genera nuevas e importantes oportunidades de negocio. El mundo del ocio es la principal fuente de negocio: literatura infantil, juguetes, nuevas tecnologías, cine, parques temáticos… Pero también las empresas destinadas a cubrir necesidades más básicas diseñan líneas de productos específicos para la primera infancia: ropa, alimentación… Esta tendencia se ha ido haciendo más virulenta y ha provocado la necesidad de normativas de protección al respecto.
  • Desarrollo del Estado de Bienestar: En el siglo XVI aparecen las primeras inquietudes por exigir a los estados una atención asistencial a las personas y también a los niños, de forma que se asegure al menos su manutención. Juan Luis Vives, en De subventione pauperum (1526), plantea por primera vez que los estados se hagan cargo de sus pobres. Es en estas fechas cuando empiezan a aparecer las primeras instituciones en régimen residencial para la guardia y custodia de menores. Con la consolidación, a mediados del siglo XX, de los primeros gobiernos que impulsan la transformación de su legislación para constituirse como Estados de Bienestar, surge una amplia oferta de servicios que influyen directamente en el cuidado, protección y atención a la infancia. Conjuntamente con esa oferta lanzada desde las instituciones, se va fortaleciendo la reivindicación y aumenta la demanda de nuevos servicios por parte de la sociedad. Cuanta más importancia se le da, por parte del Estado, al menor, cuanto más interés hay por su protección e impulsar su desarrollo con criterios de seguridad y calidad, más estricta se vuelve la normativa en cuanto a los servicios que se ofrecen a los menores, estableciendo requisitos para la oferta, para el acceso, para las infraestructuras, para los profesionales que deben ofrecer esos servicios… llegándose a poner en marcha servicios específicos de inspección y sanciones en caso de incumplimientos.

Sin pretender una recopilación exhaustiva, sirva a modo de reflexión lo siguiente:

  • Sanidad: Progresiva universalización de la sanidad, cuidados hacia las madres gestantes (controles previos) y hacia el bebé (vacunas), importancia de la prevención y de la educación para la salud… Todo esto contribuye a rebajar los índices de mortalidad infantil.
  • Educación
  • Políticas sociales