Estructura Silábica y Fonología: Análisis y Condicionamientos

Condicionamiento por la Estructura Silábica

Introducción

Al igual que los segmentos inmediatamente circundantes pueden condicionar ciertas variantes según procesos fonológicos naturales, la posición de un segmento en la sílaba, la palabra, la frase o el enunciado también puede condicionarlo. En este capítulo, centramos nuestra atención en la sílaba y en la manera cómo los sonidos se ven afectados por su posición en la misma. El nivel silábico es el nivel fonológico que se encuentra inmediatamente por encima del nivel segmental. Es una unidad estructural en la que se distribuyen los fonemas segmentales. En cualquier caso, la utilidad de esta como unidad jerárquica estructural es muy aceptada.

Sílabas y Fuerza Consonántica

Los segmentos fonológicos no se distribuyen en la sílaba al azar. Más bien, la sílaba refleja la noción de la onda rítmica (Pike 1967), con un Inicio, una Cima y una Coda. Es decir, existe un pico de sonoridad (generalmente una vocal), que forma el Núcleo de la sílaba, con una disminución en la sonoridad a ambos lados (generalmente consonantes).

Esta línea de razonamiento nos lleva a las siguientes conclusiones:

  • Las semivocales son las consonantes más débiles (o más sonoras). Prácticamente son idénticas a las vocales fonéticamente hablando, y por lo tanto, puede ser muy probable que se den hacia la parte nuclear de la sílaba.
  • Las líquidas y nasales son las que siguen en debilidad. En algunas lenguas y en algunos ambientes se vuelven silábicas (es decir, aparecen como la cima de la sílaba), especialmente si no hay ninguna vocal adyacente.
  • Las obstruyentes (plosivas, africadas y fricativas) son las menos parecidas a las vocales. Raras veces funcionan en la cima silábica, y por lo tanto son las más fuertes de las consonantes.

No se debe pasar por alto que el sistema de rasgos distintivos, en gran parte, refleja correctamente esta jerarquía de fuerza al caracterizar a las semivocales como [µconsonántico, +sonante] (lo mismo que las vocales para estos rasgos), a las líquidas y nasales como [+consonántico, +sonante] (compartiendo [+sonante] con las vocales) y a las obstruyentes como [+consonántico, µsonante] (al no compartir ninguna clase mayor con las vocales).

Por ejemplo, existen datos de la lingüística histórica que apuntan a una secuencia de cambios a través del tiempo los que por último resultan en una pérdida total de la consonante. Lo que empezó como una plosiva aspirada, a la larga en algunas lenguas se debilitó a una fricativa, luego a una semiconsonante laríngea, y finalmente se perdió por completo.

La evidencia de procesos fonológicos que se encuentran en las lenguas también sustenta la noción de la fuerza consonántica. Las semivocales son las consonantes más débiles (más parecidas a las vocales), luego las líquidas, luego las nasales, luego las continuas sonoras, luego las plosivas sonoras, luego las plosivas sordas, y por último las plosivas complejas, por ejemplo, las aspiradas.

Estructura Silábica

A menudo, se estudia la estructura silábica desde el punto de vista de los patrones consonante-vocal, a los que generalmente se les abrevia como C (para la consonante) y V (para la vocal).3 Así, CVC indica una única consonante seguida por una única vocal, seguida por otra consonante única. Sin embargo, existen algunos hechos que apoyan la noción de que el inicio es una posición silábica más fuerte que la coda. Un hecho que se entiende con facilidad es que el tipo silábico CV se considera como universal. Es decir, toda lengua tiene sílabas CV y de hecho existen ciertas lenguas que sólo tienen este tipo silábico.

Esto conjuntamente con algunos otros hechos ha dado origen a la noción de una Rima silábica como un nódulo intermedio en la estructura silábica. En muchas lenguas existen restricciones considerables en lo que respecta a las consonantes que pueden aparecer en posición silábica final, contrariamente a las que aparecen en posición silábica inicial. El hecho de que todas las lenguas posean patrones similares fundamenta la afirmación de que hay algo estructuralmente significativo que está implicado.

Los conceptos de fuerza consonántica (o sonoridad) y fuerza silábica nos proporcionan un medio para poder comprender dichos hechos de restricción distribucional. Se refieren a la misma como Extrasilábica, ya que funciona como una onda menor de silabicidad fuera de la onda principal.

Cómo Identificar Sílabas en el Análisis

Parte de la tarea del análisis fonológico es determinar cuál es la estructura silábica de la lengua específica que se examina. Las teorías fonológicas actuales asumen que existen reglas fonológicas que construyen o establecen la estructura silábica para toda palabra, y que existen otras reglas que hacen referencia a la estructura silábica. Como ejemplo de una regla que utiliza la estructura silábica, en el taiwanés el fonema /h/ tiene un alófono [¢] en posición silábica final.

Finalmente, para determinar la fonotáctica (limitaciones distribucionales), el aspecto más importante tiene que ver con la distribución de los fonemas en la sílaba. Por ejemplo, en el aguaruna (Perú), son una franca ilustración de los universales de la estructura silábica que enunciamos anteriormente.

El dividir la última parte de la palabra en otro lugar crearía innecesariamente grupos iniciales o finales en las sílabas. Y algunas lenguas, tales como el maorí (Nueva Zelanda) y el hawaiano permiten sílabas internas que constan de vocales únicas, de manera que las secuencias V.V.V.V aparecen libremente.

Por ejemplo, en el ashéninka del Apurucayali (Perú), se postula una serie de fonemas palatales o alveopalatales. En esta variante para evitar que se doble el inventario de fonemas se postula un nuevo tipo silábico con un inicio CC (siendo siempre la segunda consonante una semivocal palatal).

Segmentos Ambiguos

En las representaciones de las sílabas que hemos mencionado anteriormente, hemos clasificado a los segmentos según su relación con las posiciones consonánticas o vocálicas. En una secuencia con una vocal alta tal como [ai] o [aj] en los que [i] o [j] puede ser un deslizamiento menos prominente, existen varias interpretaciones posibles que pueden darse a [i] o [j]. En el quechua del Huallaga (Perú), el segmento en cuestión se considera que actúa como una consonante o que se relaciona con una posición consonántica.

En el caquinte, una lengua de la familia arawaka del Perú, es necesaria una interpretación en sentido contrario. Más bien, existen algunas secuencias vocálicas, algunas de las cuales están compuestas por vocales no altas (datos provistos por Swift 1988; se ha modificado la transcripción).

La distribución de las vocales en estos datos lleva a una interpretación vocálica para [i]. Es improbable que las vocales medias sean candidatas para ser interpretadas como semivocales en cualquier caso (aunque dicha interpretación es posible si no hay secuencias semejantes con vocales altas), pero dicha interpretación es imposible porque encontramos una secuencia de [ae] que se da en el caquinte como diferente de [ai]. Cuando existen algunas secuencias vocálicas que están compuestas sólo por vocales no altas, éstas generalmente proporcionan el patrón adecuado para la interpretación de secuencias VV con vocales altas.

La interpretación de las semivocales o las vocales altas es sólo un problema que se plantea para las vocales en secuencia. Incluso en secuencias vocálicas, si se acentúa una vocal alta o lleva tono al igual que en contextos no ambiguos, entonces se necesita una interpretación vocálica. Además de las vocales sonoras, las vocales sordas pueden actuar como consonantes o como vocales.

Secuencias Ambiguas

Otra manera en que ciertos datos fonéticos pueden ser ambiguos es en el hecho de si estos funcionan como dos unidades fonológicas o como una única unidad. Está implicado el mismo principio que el que gobierna la interpretación de segmentos ambiguos: ¿cuáles son los patrones CV no ambiguos para la lengua?

Secuencias Consonánticas Ambiguas

De esta manera africadas tales como [ts] y [t

™] son ambiguas. En el cashinahua, se interpretan estas dos africadas como ocupando una única posición consonántica. Se necesita esta interpretación de una única consonante en el cashinahua, porque los únicos inicios silábicos no ambiguos de la sílaba inicial de palabras son las consonantes únicas, es decir, no existen grupos consonánticos no ambiguos tales como /st/, /kr/, o /pl/ para los que se justifique una interpretación como grupo consonántico. Sin dichos grupos consonánticos no ambiguos, se require una interpretación de una unidad.

La transcripción fonológica para las interpretaciones de una única consonante de las africadas generalmente indica esa interpretación. Generalmente se da la transcripción de [›] y de  [š].

Sin embargo, en el castellano una secuencia fonéticamente idéntica [ts] se trata como una secuencia de dos consonantes. Se da esta interpretación en el castellano porque la secuencia [ts] sólo se en- cuentra en los mismos ambientes en que también se encuentran las secuencias consonánticas o grupos consonánticos no ambiguos.

Para una interpretación CC, [ts] y [t™] sin la barra de enlace son las transcrip- ciones usuales. El principio básico involucrado aquí es que no hay necesidad de postular fonemas adicionales en el inventario cuando independientemente existe el patrón silábico que puede acomodarlos como grupos consonánticos.

Considérense las consonantes palatalizadas como otro ejemplo.

En el caquinte (Perú), [tj] y [“j] se interpretan como consonantes únicas. No existen grupos consonánticos no ambiguos en la lengua, y estos segmentos am- biguos aparecen en cualquier ambiente en que pueden aparecer otras consonantes únicas (Ken Swift, comunicación personal).

Si postuláramos una interpretación CC para estos segmentos, entonces ten- dríamos una dificultad extra para explicar la razón por la que sólo estas dos con- sonantes pueden aparecer en la primera posición consonántica del inicio cuando [j] ocupa la segunda posición. Como lo hemos expresado anteriormente, no es especialmente particular que sólo [j] deba ocupar la posición consonántica más cercana al núcleo; pero normalmente con una interpretación CC, no deberíamos esperar que se den dichas restricciones considerables respecto de las consonantes que sólo podían preceder a la [j].

Secuencias  vocálicas ambiguas

El problema de elegir un segmento frente a dos segmentos es pertinente no sólo para las consonantes sino también para las vocales, y de hecho, por lo general, es un problema más complejo cuando se encuentran implicadas las vocales. En especial, dichas secuencias vocálicas pueden interpretarse como vocales únicas (a las que lo típico es que nos refiramos como Diptongos siendo una de las vocales alta) o como secuencias vocálicas.

Alargamiento vocálico y consonántico ambiguo

Las vocales o consonantes largas también muestran un material análogo que debe ser interpretado. Donde no haya dicha evidencia para las secuencias, se necesita una interpretación de una única V o C.

Transiciones fonéticas ambiguas

Los sonidos que son transiciones fonéticas también son ambiguos. Pero, en una lengua que no tiene el contraste, debe hacerse una decisión para optar por una interpretación u otra. Debido al tono contrastante en estas vocales transicionales y debido a su alternancia con vocales plenas, Mohrlang las trata como vocales plenas dejando intacta la estructura silábica básica CV.

Resumen de segmentos y secuencias ambiguos

Cuando varios de estos tipos diferentes de ambigüedades se superponen en una secuencia dada, el número de interpretaciones posibles puede llegar a ser más bien extenso. Las últimas cuatro interpretaciones asumen que una vocal que sigue está presente.

Es útil elaborar algunas hipótesis iniciales como primer paso del análisis para saber cuáles son los segmentos fonéticos que deben colocarse en el cuadro de fonos. Sin embargo, el analista puede no sentirse completamente satisfecho con cierta interpretación hasta que se demuestre que la interpretación concuerda con una serie de datos sobre los alófonos, la distribución de fonemas, los procesos morfofonémicos, el tono, el acento y aun hechos puramente morfológicos.

A continuación, haremos una lista de algunos procesos que pueden ser útiles para que el estudiante recién iniciado se familiarice con los problemas que se plantean en la interpretación.5Como primer paso del análisis, es decir, antes de poner en cuadros los seg- mentos fonéticos de los datos, identifíquese la mayor parte de estos segmentos y secuencias obviamente ambiguas.Tómense decisiones iniciales en lo que respecta a las interpretaciones CV para segmentos no ambiguos.Háganse determinaciones iniciales en lo que al corte silábico respecta sobre los principios que promueven los tipos silábicos CV y CVC y que evitan las sílabas sin inicios (excepto en posición inicial de palabra). Esto buscará formular hipótesis sobre las fronteras silábicas después de la primera V en una secuencia VCV (es decir, V.CV, en donde el punto indica una frontera silábica) y después de la primera C en una secuencia VCCV, es decir, VC.CV.Interprétense los segmentos y secuencias ambiguas para que se adecúen a los patrones establecidos por el material no ambiguo.

Además de los procesos que se sugirieron anteriormente, ofrecemos algunas otras consideraciones específicas que pueden ayudar al estudiante:

Generalmente las vocales altas y las semivocales no se consideran ambiguas salvo cuando se encuentran en una posición contigua a otras vocales. Normalmente las vocales altas entre consonantes, o entre una consonante y una frontera de palabra no se consideran ambiguas.

Esto es así porque sería imposible interpretar tanto [ai] como [ae] como /aj/, puesto que se perdería la distinción entre las dos. ej., interpretaciones de una única vocal para secuencias como [aj], [ej], [±j], [aw], [çj] en donde éstas agregan más de tres o cuatro vocales al inventario de fonemas. Más bien, se necesitaría una interpretación de una única C para dichos casos. Esto es así precisamente debido a la caracterización de la estructura silábica tal cual se relaciona con segmentos fuertes y débiles. En conformidad con esto se da una interpretación de una única C como [š], ya que una secuencia [t™] introduciría un segmento que no se encuentra en ninguna otra parte de la lengua. Por ejemplo, en el inglés [t™] se encuentra casi con tanta frecuencia como las otras plosivas /p, t, k/, evidenciando así que ésta debe tener una interpretación de una única consonante, /š/. Por ejemplo, considérese la decisión sobre la manera cómo interpretar [ts] en datos que muestran formas tales como [katsa], [kapta], [kata] y [tsaka], pero en donde, no se encuentra ningún grupo consonántico no ambiguo al inicio de palabra. Esto es así, aun cuando existan grupos consonánticos al interior de la palabra, es decir, a través de las fronteras silábicas.

Una raíz ambigua como [iaº] o [jaº] podría interpretarse como VV o CV (entre otras posibilidades). El segmento nasal [m] en ciertas condiciones se asimila a la consonante que sigue, pero sigue siendo [m] antes de una vocal.