Estrategias para el apoyo del alumnado con SDA/H
Variables psicológicas en el SDA/H
Las variables psicológicas influyen en la intensidad y pronóstico del cuadro. La capacidad para establecer vínculos afectivos, generando empatía y apoyo de la familia y amigos cercanos, es fundamental. Las conductas disruptivas para llamar la atención, sumadas a las dificultades para establecer relaciones interpersonales, pueden intensificar las manifestaciones del SDA/H, dificultando su compensación. Se generan vínculos que no favorecen la compensación, sino que agravan y mantienen el cuadro. El modelaje de los padres y la comorbilidad con trastornos de ansiedad o depresión también influyen.
Desatención
Los niños con SDA/H presentan una atención alterada a los estímulos del entorno. Se sobrefocalizan en algunos estímulos, centrándose en detalles sin ver la globalidad. Presentan dificultades para mantener la atención de forma sostenida, lo que conlleva distracción.
Impulsividad
Se caracteriza por una escasa capacidad para controlar las propias necesidades y emociones inmediatas, dificultad para prever las consecuencias de los propios actos y para postergar la gratificación inmediata. La necesidad de satisfacer rápidamente sus necesidades les dificulta esperar, generando dificultades en la interacción con los demás. A nivel físico, la impulsividad se expresa como hiperactividad.
Dificultades socioemocionales
Baja autoestima
Sensación de no sentirse querido, de no tener experiencias de éxito, de ser torpe y disruptivo. Esto merma el autoconcepto del niño.
Escaso desarrollo de habilidades sociales
Se observa al presentar conductas disruptivas y agresivas para llamar la atención. Se entromete en asuntos de otras personas, habla en exceso, generando la percepción de ser agresivo.
Labilidad emocional
Cambios repentinos de ánimo, producto de la baja tolerancia a la frustración y de la hiperresponsividad ante los estímulos externos. El SDA/H se presenta de manera comórbida con trastornos del aprendizaje y problemas conductuales, que en casos extremos se manifiestan como trastorno oposicionista desafiante.
Apoyo a la familia
- Aclarar que el SDA/H no es culpa de nadie.
- Reunir a la familia para negociar el rol de cada uno.
- Otorgar a cada miembro de la familia la posibilidad de ser escuchado, especialmente a aquellos que menos hablan.
- Validar las emociones y sentimientos negativos que el niño genera en ellos para disminuir la autoinculpación.
- Cambiar la narrativa negativa del SDA/H por una más constructiva.
- Los padres deben ser modelos de autocontrol, capaces de organizar sus actividades y realizarlas en un tiempo y lugar determinado.
- Entregar feedback positivo a la familia.
Apoyo a los profesores
- Generar contacto emocional con el niño con SDA/H.
- Comprender el cuadro y cómo lo vive el niño y la familia. Empatía.
- Comprender que hay una red de personas implicadas.
- Generar una alianza entre el profesor y los padres.
- Conocer las formas de interactuar con los niños con SDA/H.
- Apoyar los tratamientos y sugerencias dadas por los especialistas.
Apoyo emocional
Posibles daños a la autoestima
Producto de las frecuentes correcciones, anotaciones, castigos y malas notas, el niño genera una percepción de conflicto permanente por su culpa y su dificultad en el rendimiento escolar y torpeza motriz. Se sugiere buscar apoyo en los padres y hermanos, informar de sus aspectos positivos, permitirle experiencias exitosas y gratificantes, enseñarle a hacer autoafirmaciones positivas y a realizar verbalizaciones empáticas y de preocupación por otras personas, y narrar experiencias de personas importantes que vivieron con SDA/H.
Posibles heridas en el vínculo con los padres
Ayudar a los padres a comprender lo sucedido, reconocer el origen del problema y reencontrarse, mostrando la posibilidad de reparación de la relación.
Explicar el autocontrol y enseñar técnicas para lograrlo
Sugerencias para padres y apoderados
- Apoyar a los padres en su función formativa con estrategias y capacitación en relación con el hijo y la familia.
- Lograr el apoyo de los padres en las estrategias implementadas por el especialista y la escuela.
- Dar retroalimentación clara y específica al niño lo más rápidamente posible.
- Usar refuerzos positivos e incentivos.
- Ser consistentes en la aplicación de normas.
- Planificar estrategias para enfrentar situaciones problemáticas.
- Formar hábitos de estudio.
- Evitar la sobreprotección y exponer al niño a situaciones de fracaso.
- Apoyar a los padres en su función colaboradora con las estrategias que proponga la escuela y viceversa.
Estrategias de apoyo en el aula
- Expectativas positivas respecto a las posibilidades escolares y personales del niño.
- Clima de aula que favorezca el aprendizaje y la autoestima.
- Dar ejemplos de conductas no agresivas y enseñarle a responder de forma no agresiva ante ataques físicos y verbales.
- Usar juegos de roles para practicar respuestas no agresivas.
- Estimular la interacción social y las relaciones interpersonales positivas.
- Fijar normas con el niño a través de la discusión democrática.
- No culparlo cuando se le corrige.
- Usar técnicas de modificación de conducta como refuerzo positivo, extinción, economía de fichas, refuerzo negativo y costo de respuesta.