Entendiendo los Tipos de Apego Infantil: Seguro, Evitativo, Resistente y Desorganizado
El niño no es un mero receptor pasivo, sino un activo buscador de su figura de apego. El niño es egocéntrico y ha construido un concepto de la figura materna como un ente independiente que actúa de un modo más o menos previsible. El niño protesta fuertemente cuando la madre se va, y puede decirse que en esta fase es cuando se produce plenamente el apego. En definitiva, fase de mantenimiento de proximidad hacia la figura discriminada, tanto mediante la locomoción, como a través de señales.
Fase 4: Formalización de una Relación Recíproca (A partir de los 3 años)
Se inicia en la edad preescolar y se caracteriza por el desarrollo de lo que Bowlby denomina una pareja con corrección de objetivos. La reducción del egocentrismo infantil y su posterior superación por parte del niño, hace que éste sea consciente de los sentimientos. Este proceso es ayudado por el aumento de las habilidades comunicativas del niño (el lenguaje). En esta etapa, la disposición de la madre hacia el niño es menor. Establecimiento de una relación nueva, que no va a ser igualitaria, porque no puede serlo y no lo será, pero en la que la madre existe como un objeto independiente, que tiene sus propios deseos y necesidades.
La importancia del apego para la vida futura es enorme. Según Bowlby, en sus relaciones con las figuras de apego, el individuo construye un modelo del mundo y de él mismo, a partir del cual actúa, comprende la realidad, anticipa el futuro y construye sus planes. Una parte importante se refiere a las relaciones con los otros, es decir, la vivencia de que otras personas están disponibles cuando se las necesita o no lo están, con todas las posiciones intermedias que aquí caben.
Patrones o Tipos de Apego
Ainsworth identificó 3 patrones de conducta clasificados según el grado de seguridad que muestra el niño:
Apego Seguro (Tipo B)
Estos niños muestran una clara preferencia por la madre y si lloran es al separarse de ella. Cuando la madre regresa dejan de llorar y se acercan a ella, buscando contacto. Exploran su entorno antes de separarse de la madre y son capaces de volver a explorar cuando la madre regresa. Es decir, usan a la madre como una base segura a partir de la cual explorar el mundo.
Apego Evitativo (Tipo A)
A estos niños no parece preocuparles la separación, no suelen manifestar conductas de búsqueda y contacto con su madre a lo largo de la situación extraña. Muestran una alta conducta exploratoria e infrecuentemente inician interacción con la madre. Cuando ésta abandona la habitación no muestran ninguna reacción, simplemente parecen ignorar el hecho. Cuando la madre regresa, no suelen saludarla y generalmente tienden a ignorar sus intentos de interacción con él. Son niños que se caracterizan por una exploración independiente de la madre y una evitación activa de la interacción con ella. Se comportan con la persona extraña de forma muy parecida a como lo hacen con la madre.
Apego Resistente (Tipo C)
Estos niños se muestran muy ansiosos y por lo general son incapaces de iniciar una conducta exploratoria activa. Son incapaces de utilizar a su figura de apego como una base segura a partir de la cual explorar. Los niños buscan la proximidad de la madre antes de la separación pero cuando regresa se muestran enfadados con ella y agresivos. Además, la presencia de la madre y el que ella los coja en brazos no los calma. Son niños ambivalentes hacia la madre: deseo de proximidad y contacto, unido a la demostración de su enfado.
Apego Desorganizado/Desorientado (Tipo D)
Niños más inseguros. Se muestran aturdidos en presencia de su figura de apego y presentan conductas de temor hacia ella. Manifiestan un conflicto entre aproximarse a la figura de apego y evitarla. Si la madre se va, cuando regresa muestran conductas contradictorias que indican una desorganización.
Estos patrones de comportamiento son bastante constantes, al menos hasta los 6 años, en sujetos que no han sufrido muchos cambios ambientales, pero se observa menos estabilidad en los que han padecido cambios importantes en su vida. Comparando diversos países con pautas de crianza diferentes se ha encontrado que el patrón de apego seguro (Tipo B) es el más frecuente en todas las sociedades estudiadas.