El Poder del Elogio en la Relación Terapéutica: Estrategias Psicológicas para la Salud
Introducción a la Relación Terapéutica y la Salud
Las pruebas anecdóticas, aquellas que proceden del trato diario del profesional con los pacientes, indican que la felicidad y la salud tienen un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar a largo plazo.
La Relación Médico-Paciente
La relación médico-paciente se enmarca dentro de las relaciones de ayuda. Tradicionalmente, coexisten dos enfoques: uno que trata al paciente como un objeto natural y otro que establece una relación interpersonal entre dos personas con igual capacidad ejecutiva.
Existen principalmente cuatro tipos de relación médico-paciente:
- Paternalista: Es el estilo tradicional y el más utilizado por el profesional sanitario (directivo o prescriptivo, «centrado en la enfermedad»). Responde al «modelo biomédico o biomecánico», donde se realiza un abordaje analítico, interpretando síntomas, signos y la historia médica para alcanzar un diagnóstico. Este enfoque «centrado en el profesional sanitario» tiene limitaciones, ya que no siempre resulta útil.
- Deliberativo
- Interpretativo
- Informativo
El Modelo Biopsicosocial
En la segunda mitad del siglo XX, surgieron nuevas propuestas teóricas que buscaron integrar componentes físicos, psicológicos y contextuales. Un ejemplo destacado es el modelo biopsicosocial «ecológico o contextualizado» (Engel, 1980). En este modelo, el encuentro clínico se basa en la relación entre dos expertos: el paciente (experto en sí mismo) y el profesional (experto en su oficio, conocimiento y habilidades terapéuticas), con el objetivo común de ayudar al paciente a mejorar su salud.
Capacidades Específicas del Paciente en el Modelo Biopsicosocial:
- Conocimiento de hechos históricos o contextuales inaccesibles para los demás miembros del equipo.
- Capacidad de evaluar síntomas dentro de un contexto que sólo él comprende.
- Responsabilidad de iniciar el tratamiento.
- Autocuidado y cambio en el estilo de vida, cruciales para el éxito del tratamiento.
El Elogio en la Práctica Clínica
El elogio se define como la alabanza de las cualidades y acciones positivas de una persona o cosa. Es una habilidad compleja pero fundamental para relacionarse, con la cual el profesional debe familiarizarse, ya que resulta extremadamente útil en la consulta.
¿Por Qué Elogiar al Paciente?
- Aumenta la adherencia terapéutica: Elogiar es útil porque incrementa la probabilidad de que el paciente siga las recomendaciones del tratamiento.
- Contraste con la crítica: A menudo, utilizamos con más frecuencia la riña o el sermón. Al elogiar, señalamos lo positivo, lo que ha funcionado, aumentando la posibilidad de que el paciente siga haciéndolo. En cambio, al reñir, ocurre lo contrario y podemos inhibir sus capacidades.
- Crea un clima positivo: Genera un ambiente acogedor y cordial, permitiendo una mayor búsqueda de opciones para mejorar la salud y reforzando una relación basada en la confianza.
- Fomenta el autocontrol: Aumenta la percepción de control del paciente sobre su salud y lo compromete más con el tratamiento.
- Promueve la implicación: Incrementa la implicación de cada persona en sus cuidados básicos de salud.
- Equilibra la responsabilidad: Sirve para que el profesional se implique menos directivamente y que el paciente se ocupe más activamente de su salud.
- Estimula el cambio: Potencia las capacidades del paciente para iniciar cambios positivos.
- Mejora el bienestar mutuo: Ambos, paciente y profesional, se sienten mejor y más cómodos, basándose en un acercamiento mutuo para conseguir objetivos.
Cambios al Aprender a Elogiar Aplicando la Terapia Breve
La Terapia Breve Centrada en Soluciones (TBCS) se enfoca en buscar soluciones y ayudar a explorar las capacidades que el paciente ha utilizado exitosamente en el pasado para resolver problemas. Una vez identificadas estas competencias, pueden ser elogiadas. Esta aproximación ayuda a abordar los problemas de manera sencilla, incluso en poco tiempo, y nos permite entender mejor el contexto del paciente.
Orientación hacia las Soluciones
La intervención clínica desde la TBCS se orienta hacia las soluciones y la competencia, y no hacia los problemas y la patología (lo cual dificulta la búsqueda de alternativas y puede despertar un enfoque fatalista y desesperanzador). Nos centramos en los recursos en lugar de los déficits. El terapeuta (por ejemplo, un fisioterapeuta) debe crear un contexto en el cual el paciente tenga acceso a sus propios recursos. La clave es utilizar lo que funciona bien en lugar de intentar arreglar lo que funciona mal.
Trabajar al Ritmo del Paciente
Normalmente, el profesional sanitario pretende que el paciente siga un ritmo de cambio que, a veces, no se adapta a sus posibilidades reales. Su objetivo puede ser diagnosticar y curar pronto, sin tener siempre en cuenta el tiempo que una persona necesita para realizar un cambio significativo. Algunas veces, el paciente presenta alguna limitación, por lo que el profesional debe identificarla y acompañarle a lo largo de su proceso. El profesional debe estimular las capacidades del paciente y las posibilidades de la familia para mejorar, y elogiar sus logros. Es crucial adoptar un comportamiento curioso y de apoyo en lugar de recriminar. Tenemos que dejar que el paciente se tome su tiempo. (Aforismo: “Sentencia breve y doctrinal que se usa como regla”).
El Sentido y Uso de las Categorías Diagnósticas
El diagnóstico clínico debe ser orientador para el profesional. Tiene que guiar hacia el tratamiento y las estrategias que se van a utilizar para llegar a la solución. El diagnóstico debe ser una guía del proceso y no un encasillamiento. La intervención es siempre individualizada y se adapta a cada paciente, acordando unos objetivos personalizados y teniendo en cuenta en todo momento su opinión.
Sustitución de la Causalidad Lineal por la Circular
La TBCS propone abordar los problemas de salud considerando todo el contexto, incluyendo la familia (cuyos miembros interactúan entre ellos).
- Modelo de causalidad lineal (mecanicista): Un cambio en A causa un cambio en B. Es una visión causa-efecto simple.
- Modelo de causalidad circular (sistémico): Se observan secuencias que ocurren en un mismo sistema (ej. la familia), en las que una acción puede entenderse a la vez como causa y como reacción (el efecto afecta a la causa inicial).
Por lo tanto, la familia debe estar implicada en el proceso de mantener o mejorar la salud de cada uno de sus miembros.
El Elogio como Herramienta Terapéutica
Debemos centrarnos en lo positivo y reforzar lo que se ha hecho bien. En lugar de criticar y negar una actuación, es más eficaz gratificar y, desde ahí, impartir orientaciones para modificar la conducta si es necesario. Steve De Shazer introdujo la aplicación sistemática del elogio en la terapia.
En la Terapia Breve, se recomienda dividir la entrevista en dos partes:
- Recogida e intercambio de la información.
- Intervención y prescripción (esta segunda parte se inicia preferentemente con un elogio, lo que hace la respuesta más fácil y acogedora).
Al final de la consulta, debemos reforzar conductas, pensamientos y sentimientos no problemáticos con un mensaje de recapitulación. Los elogios se entrelazan con la conversación y la respuesta del paciente. En el elogio se subrayan comportamientos y actitudes encaminados a los objetivos de la salud, proporcionando un feedback positivo al paciente. Puede ser individual o dirigido al conjunto (ej. familia).
También existen los elogios normalizadores, que son muy efectivos para ofrecer una nueva perspectiva más sana de la situación (presentando síntomas o angustia como una respuesta natural y comprensible ante la situación vivida).
Elogio de Cambios Recientes o Logros Pasados
Es fundamental identificar competencias que el paciente ha utilizado en ocasiones pasadas para resolver situaciones difíciles y elogiarlas.
Presuposición de Cambio en el Futuro
Tenemos que conseguir que el paciente sienta y piense de manera diferente ante su situación o enfermedad; esto reduce la posibilidad de futuras complicaciones. Debemos presuponer que va a cambiar y ayudarle a mirar el futuro con una perspectiva de éxito. Se parte de la base de que el paciente tiene los recursos necesarios para mantener su salud y no depende exclusivamente del sistema sanitario.
Funciones del Elogio
- Aumenta la confianza del paciente y le recuerda que tiene recursos y capacidades.
- Estimula la cooperación.
- Ayuda a no tomar como patológicas las reacciones normales ante su enfermedad, haciendo al paciente más responsable del control de su vida.
- Introduce la prescripción y aumenta la probabilidad de su aceptación.
- Favorece la empatía y el ajuste en la relación terapéutica.
- Potencia el uso de las capacidades y recursos del paciente y su familia, y la atribución del cambio conseguido a ellos mismos.
- Introduce una perspectiva sana de una situación (mediante elogios normalizadores).
- Actúa como refuerzo positivo para mantener y ampliar los cambios logrados.
- Aumenta las expectativas y la motivación: es más probable llegar al éxito si la persona se considera competente para resolverlo (expectativa de autoeficacia), si piensa que la resolución depende de ella (locus de control interno) y si espera lograrlo (expectativas de éxito).
Cómo Elogiar Eficazmente
El elogio puede ser directo o indirecto, formal o informal, a través del lenguaje no verbal y del lenguaje presuposicional (transmitiendo implícitamente que la solución está a su alcance).
- Debe hacerse de manera natural y sin afectación.
- Es útil usar palabras que el propio paciente ha utilizado para describir sus cualidades o logros (para que sienta que se le ha escuchado y no que se le está manejando).
- Un ejemplo práctico: Elogiar a los familiares por el esfuerzo realizado en el cuidado, en lugar de reñirles por una posible sobreprotección, aumenta la probabilidad de que ajusten su comportamiento de forma positiva.
- Podemos aprovechar cualquier momento de la consulta para elogiar y destacar lo positivo.
- También se pueden tomar notas para realizar un resumen de elogios al final o entrelazarlos con las respuestas y preguntas.
- Es preferible hacer comentarios sencillos; con 4 o 5 elogios bien situados a lo largo de la consulta suele ser suficiente.
- Evitar comentarios positivos exagerados o poco sinceros.
- El profesional puede elogiar a todos los que acuden a la consulta, tanto al paciente como a su familia (que suele ser la principal fuente de apoyo). Puede ser una aprobación individual o un elogio conjunto que facilite el logro de los objetivos compartidos.