Discapacidades Sensoriales: Anosmia, Somatosensorial, Equilibrio y Sordoceguera

Anosmia

La anosmia es la pérdida total del olfato. La hiposmia es su pérdida parcial. Casi todos los pacientes con anosmia tienen percepción normal de las sustancias saladas, dulces, ácidas y amargas, pero carecen de la discriminación de sabores, que depende en gran medida del olfato.

Las principales causas son:

  • Traumatismo craneoencefálico (adultos jóvenes)
  • Infecciones virales y enfermedad de Alzheimer (adultos mayores)
  • Infección previa de las vías respiratorias superiores, en especial infección por influenza, implicada en el 14 al 26% de todos los casos que presentan hiposmia o anosmia.

Los fármacos pueden contribuir a la anosmia en pacientes susceptibles. Otras causas incluyen la radiación previa de cabeza y cuello, la cirugía reciente nasal o de los senos, los tumores nasales y cerebrales y las toxinas. Es incierta la participación del tabaco.

Se calcula que aproximadamente el 2% de la población sufre anosmia o falta total de olfato y que alrededor del 15% la padece de forma parcial, de tipo temporal o crónica, a lo largo de su vida. Cabe señalar que también disminuye la capacidad para percibir los sabores, de manera que su deficiencia se relaciona con pérdida del sentido del gusto.

Discapacidad Somatosensorial

El sistema somatosensorial procesa información acerca de tacto, posición, dolor y temperatura. Los receptores implicados en la transducción de estas sensaciones son:

  • Mecanorreceptores: estimulados por el desplazamiento mecánico de algún tejido del organismo.
  • Termorreceptores: detectan calor y frío.
  • Nociceptores: se activan por cualquier factor que dañe los tejidos localizados por la superficie de todo el cuerpo.

También existen receptores en la musculatura esquelética y otros tejidos del cuerpo que envían información al SNC sobre el estado y la posición del cuerpo. Estos mecanorreceptores reciben el nombre de propioceptores.

La discapacidad somatosensorial es la falta de sensibilidad al tacto, calor, frío y dolor porque los receptores no procesan bien la información.

Trastorno del Equilibrio

Un trastorno del equilibrio es un problema médico que hace que uno se sienta tambaleante o mareado. Es posible que, al estar de pie, sentado o acostado, la persona sienta como si se estuviera moviendo, flotando o que todo le da vueltas.

Las causas de los problemas de equilibrio incluyen ciertos medicamentos, una infección del oído, una lesión en la cabeza o cualquier otra cosa que afecta el oído interno o el cerebro. La presión arterial baja puede causar mareos cuando la persona se pone de pie demasiado rápido. Los problemas que afectan los sistemas esqueléticos o visuales, como la artritis o un desequilibrio de los músculos del ojo, también pueden causar trastornos del equilibrio. Su riesgo de tener problemas de equilibrio aumenta con la edad. Desafortunadamente, muchos trastornos del equilibrio comienzan de repente y sin causa aparente.

El sentido del equilibrio se basa en una serie de señales al cerebro que provienen de varios órganos y estructuras del cuerpo, específicamente los ojos, los oídos, y los músculos y sensores del tacto en las piernas. La parte del oído que ayuda con el equilibrio se conoce como el sistema vestibular o el laberinto, una estructura en el oído interno compuesta por hueso y tejido blando.

Algunos trastornos del equilibrio son:

  • Laberintitis: una infección o inflamación del oído interno que causa mareo y pérdida de equilibrio. A menudo se asocia con una infección de las vías respiratorias superiores, como la gripe.
  • Enfermedad de Ménière: episodios de vértigo, pérdida de audición, tinnitus (un timbre, silbido o zumbido en el oído) y una sensación de que el oído está lleno. Puede estar asociada con un cambio en el volumen del líquido dentro de las partes del laberinto, pero la causa o causas aún se desconocen.

Sordoceguera

La sordoceguera es una discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), que genera en las personas que la padecen problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer, y por tanto interesarse y desenvolverse en su entorno. Según la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, estas últimas vendrían definidas como: “Son aquellas personas con un deterioro combinado de la vista y el oído que dificulta su acceso a la información, a la comunicación y a la movilidad. Esta discapacidad afecta gravemente las habilidades diarias necesarias para una vida mínimamente autónoma, requiere servicios especializados, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación”. Algunas personas sordociegas son totalmente sordas y ciegas, mientras que otras tienen restos auditivos y/o visuales. En todo caso, el efecto de incomunicación y desconexión con el mundo que produce la combinación de las dos deficiencias es tal, que la persona sordociega tiene graves dificultades para acceder a la información, a la educación, a la capacitación profesional, al trabajo, a la vida social y a las actividades culturales.

  • En el caso de las personas sordociegas de nacimiento, o de las que adquieren la sordoceguera a temprana edad, la situación se complica por el hecho de que pueden darse problemas adicionales que afecten a su personalidad o conducta. Tales complicaciones reducen aún más sus posibilidades de aprovechar cualquier resto visual o auditivo.

De todo ello se deduce que la sordoceguera es una discapacidad con entidad propia y que las personas sordociegas requieren servicios especializados, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación para hacer frente a las actividades de la vida diaria. Esta conclusión lleva necesariamente al reconocimiento de la sordoceguera como una discapacidad diferente que resulta de la combinación de las dos deficiencias sensoriales y no como la suma de ambas. Desde esta perspectiva la sordoceguera está reconocida como una discapacidad específica.

Particularidades que vienen determinadas por aspectos como:

  • Tipo de pérdida sensorial
  • Grado de pérdida sensorial
  • Momento de la vida y orden en que aparecen cada uno de los déficits: El nivel madurativo y de comunicación, la etiología o causa de la sordoceguera, el grado de instrucción alcanzado, la existencia o no de deficiencias añadidas, etc.

Las personas con sordoceguera congénita son aquellas que nacen sordociegas o adquieren la sordoceguera en edad muy temprana.

Las personas con sordoceguera adquirida a su vez se pueden subdividir en tres grupos:

  1. Personas sordociegas con deficiencia auditiva congénita y una pérdida de visión adquirida durante el transcurso de la vida.
  2. Personas sordociegas con una deficiencia visual congénita y una pérdida de audición adquirida durante el transcurso de la vida.
  3. Personas nacidas sin deficiencias visuales ni auditivas y que sufren una pérdida de audición y de visión durante el transcurso de la vida.

Sistemas de Comunicación

Sistemas Alfabéticos

Son aquellos que se apoyan en el deletreo del mensaje. Habitualmente más utilizados por personas sordociegas que, siendo usuarias de la lengua oral, sus dificultades auditivas y visuales le impiden recibir y comprender el mensaje por el canal auditivo ni apoyarse o comprenderlo por el canal visual a través de la lectura labial.

Los sistemas alfabéticos son los más indicados para comunicar con personas ciegas que pierden la audición y en general para todas aquellas personas que adquieran la sordoceguera siendo la lengua oral su sistema de comunicación habitual, bien porque siendo ciegas adquieren la pérdida auditiva o incluso porque siendo sordas utilizan habitualmente la lengua oral para comunicarse, tanto expresiva como receptivamente (lectura labial).

En España los sistemas alfabéticos más utilizados por las personas sordociegas son:

Sistema Dactilológico

Consiste en hablar mediante cambios de posición de los dedos que se acompañan de ligeros movimientos de la mano. Cada letra tiene una forma que se hace sobre la palma de la mano de la persona sordociega.

Permite la transcripción literal letra a letra del mensaje con las mismas estructuras lingüísticas del código fonético-auditivo. Es un método analítico que requiere una buena capacidad de síntesis para integrar la palabra y buena capacidad de discriminación táctil.

Mayúsculas Sobre la Palma

Consiste en ir escribiendo sobre el centro de la palma de la mano de la persona sordociega con el índice cada una de las letras que componen las palabras en mayúsculas, una sobre otra.

Es el sistema más útil para comunicar con personas que han adquirido la deficiencia visual y la auditiva durante el transcurso de la vida. Además, para estas personas sordociegas este sistema les supone un recurso muy útil para comunicar con el resto de la sociedad oyente y el público en general.

El Dedo como Lápiz

Se toma el dedo índice de la persona sordociega y se escribe con él, como si de un lápiz se tratara, el mensaje que se quiere transmitir. Se puede hacer en el aire o sobre una superficie. Es la primera forma de comunicar con personas que quedan sordociegas súbitamente.