Desarrollo Infantil: Conductas Antisociales y Teorías de Género
Conductas Antisociales en la Infancia
En la edad infantil, es común observar conductas agresivas o antisociales, cuyo objetivo principal suele ser obtener un juguete o un lugar en el columpio. Estas conductas, a menudo de tipo instrumental y físico, generalmente se resuelven de forma natural, sin generar sentimientos de venganza o resentimiento.
La agresión tiende a disminuir a medida que el niño crece, aunque los patrones generales de agresividad pueden mantenerse estables a menos que se aborden específicamente. Estas conductas son, en gran medida, adquiridas por imitación (como se destaca en la teoría de Bandura) y por reforzamiento, aunque la agresividad está presente en todas las personas.
También existen diferencias de género en la expresión de la agresión. Las niñas tienden más a formas de agresión indirectas y verbales, mientras que los niños suelen optar por la agresión física directa. Estas diferencias están influenciadas por factores culturales y educativos.
Algunas características clave de la agresividad incluyen:
- A partir de los 3 años, los niños muestran una mayor tendencia a tomar represalias como respuesta a un ataque o frustración.
- Después de los 3 años, la agresión suele ocurrir después de conflictos con hermanos o compañeros, más que con los padres.
- Después de los 4 años, las rabietas sin causa justificada disminuyen.
- Con la edad, la agresividad física disminuye, mientras que la agresividad verbal aumenta.
- A medida que el niño crece, la frecuencia de las interacciones agresivas disminuye.
En la emergencia de la agresividad, es crucial considerar aspectos como el ambiente familiar, estilos educativos inconsistentes, modelos violentos en los padres y/o hermanos, y la influencia de la televisión.
Teorías del Desarrollo de Género
Los términos sexo y género a menudo se utilizan indistintamente para referirse a la masculinidad o feminidad biológica de un individuo. El proceso biológico a través del cual emergen estas diferencias se denomina diferenciación sexual. Una diferencia sexual se refiere a una característica específica en la que hombres y mujeres difieren.
El término rol de género (o estereotipo del papel del sexo) se refiere a un patrón o conjunto de conductas consideradas apropiadas para hombres o mujeres dentro de una cultura específica. La tipificación sexual es el proceso por el cual los niños y niñas desarrollan las conductas y actitudes consideradas apropiadas para su género.
Explicaciones Etológicas y Biológicas
Desde esta perspectiva, se considera que los procesos evolutivos y biológicos son los principales responsables de las diferencias sexuales y del desarrollo del rol de género. Las diferencias biológicas existentes han llevado a algunos teóricos a sospechar que la mayoría de los demás aspectos de la conducta propia de un sexo están también guiados principalmente por procesos innatos.
La idea de que la herencia y el medio interactúan en el desarrollo del rol de género no es exclusiva de los modelos biosociales, sino que también caracteriza tanto a la teoría cognoscitiva-evolutiva como a la teoría del aprendizaje social. Las diferencias entre estas teorías radican principalmente en los mecanismos que se consideran implicados y en el énfasis en las influencias biológicas frente a las influencias sociales.
Modelos Cognoscitivos-Evolutivos
La aproximación cognoscitiva al desarrollo del rol de género se centra en la capacidad del niño o niña para comprender los conceptos de varón o hembra e identificarse con uno de ellos. Se hace hincapié en el conocimiento creciente del sujeto respecto al género y los roles de género, y cómo este conocimiento se traduce en las conductas sexualmente tipificadas que observamos generalmente.
Modelo de Estadios
Este modelo propone que el niño pasa por tres períodos cognitivos:
- Identidad de género: Capacidad para categorizarse como varón o hembra.
- Estabilidad de género: Conciencia de que los chicos se harán hombres y las niñas, mujeres.
- Constancia de género: Reconocimiento de que el sexo de un individuo es permanente y no cambia simplemente debido a cambios de vestido o de conducta.
Modelos de Procesamiento de Información
El Modelo de Esquema de Género
Este modelo propone que los individuos desarrollan precozmente los esquemas de niño y niña. Estos esquemas provienen principalmente de dos factores: la tendencia innata del sujeto a organizar y clasificar la información del entorno, y el gran énfasis de nuestra cultura en proporcionar indicios de diferenciación de género (como los vestidos, los nombres y las ocupaciones).
El esquema influye a su vez en él de tres formas:
- Hace que el niño preste mayor atención a la información relevante respecto a su propio género.
- Influye en la conducta autorregulada del niño/a (una niña puede decidir jugar con muñecas y un niño al fútbol).
- El esquema de género puede conducir al niño a hacer ciertas inferencias, como cuando asume que el nuevo delantero del equipo de la calle es un chico.
Este modelo predice que la conducta estereotipada según el género aparecerá cuando el niño haya desarrollado un esquema de género.
El Modelo de Guión del Papel del Género
Este modelo es, en cierto sentido, lo opuesto a la aproximación al esquema de género. Sostiene que los niños y niñas aprenden primero a comportarse en la forma que se corresponde con los guiones previsibles para su género. Una vez que estos guiones se han convertido en familiares, los sujetos utilizan sus experiencias como base para construir esquemas cognoscitivos alrededor de las categorías masculino y femenino.
Por tanto, se considera que la conducta estereotipada respecto al sexo induce la creación de las estructuras cognoscitivas más que lo contrario.