Desarrollo del léxico inicial y primeras intenciones comunicativas en la infancia
El léxico inicial
El léxico inicial incluye las 50 palabras que siguen al balbuceo y que se adquieren en muchos niños antes de los 18 meses. Son palabras que presentan muchas características peculiares: todavía están limitadas por las constricciones o peculiaridades del aparato fonador del niño. Otra característica es que cumplen unas funciones comunicativas especiales.
Estas funciones se producen en unos determinados contextos de uso y en unas circunstancias personales del niño; por ejemplo, cuando está comiendo hace gestos. Se trata de palabras en las que la función o intención comunicativa y la referencialidad están unidas. Intención comunicativa y referencial están muy unidas. Normalmente, estas primeras palabras suelen estar compuestas para designar objetos y personas, y el resto para realizar acciones sociales como “adiós”, “hola” o pedir algo “más”, o también para designar atributos de personas y objetos, “ande”, grande. Cuando empiezan a adquirir el vocabulario, ya han estado expuestos a mucho lenguaje y han tenido experiencias con él. Estas primeras palabras están influidas por muchos factores. Por ejemplo, las primeras palabras tienden a compartir características fonéticas. Las palabras cuya pronunciación es más fácil para el niño son las que primero se incorporan a su vocabulario; tienen más probabilidades de ser incluidas en sus primeros vocabularios productivos. Cada niño tiene unos patrones de sonido preferidos. En cuanto a la frecuencia, las palabras al principio tienden a producirlas más cortas, y las más largas las producirá posteriormente. El grupo de los nombres es más numeroso porque:
- Normalmente suelen ser las primeras que aparecen en la oración.
- Tienen más referentes, más concretos y tangibles.
- Constituyen la categoría más amplia en el input que los adultos proporcionan a los niños.
Ritmo en la adquisición del léxico
Al principio, el aprendizaje de palabras nuevas sigue un ritmo bastante lento. Los especialistas dicen que cada semana se puede detectar una palabra nueva. Las diez primeras palabras se aprenden en un período de 2 o 3 meses. Después, y hasta las 50 palabras, el ritmo es de 2 a 5 palabras nuevas por semana. Entre las 50 y las 100 palabras, algo más tarde de los 18 meses, se produce un cambio repentino. Adquieren la función metalingüística. A los 18 meses, el corpus infantil se suele situar entre 75 y 100 palabras, y se observa que a nivel léxico se produce un cambio que se denomina la etapa de la “explosión léxica”.
Los autores sostienen que el incremento del vocabulario no se daba exactamente a una edad determinada, sino que tiene lugar en el momento en que el vocabulario alcanza cierta magnitud. Esa hipótesis se denomina “hipótesis de la masa crítica”. En muchos niños, el número de palabras de entre 50 y 75 se alcanza en torno a los 18 meses. Se suele hablar de dos estilos de aprendizaje que también se han trasladado al campo de las segundas lenguas:
- Niños referenciales.
- Niños expresivos.
Niños referenciales
- Tienen un 50% más de nombres en el corpus inicial.
- Utilizan más la deixis pronominal.
- Son más analíticos en sus producciones, utilizan menos frases aprendidas o melodías imitativas y se fijan bastante en los objetos.
- Crecimiento más rápido del vocabulario.
Niños expresivos
Tienen una proporción más alta de palabras de acciones sociales. Ej: “adiós”, “gracias”, “hola”… Se centran más en la interacción social. Son más holísticos, se fijan más en el todo. Son mejores imitadores, y su imitación es más global.
Orden de adquisición del léxico inicial
- Palabras emotivas.
- Palabras que sirven de señales en los contextos de interacción.
- Palabras referenciales (sustantivo-sintagma determinado).
En torno a los 2-3 años, algunos autores han observado que se produce un período de intencionalidad. La explicación que han dado es que en este momento es cuando emerge la gramática, y el niño presta más atención a las reglas morfológicas y a las sintácticas. Después de esta etapa, el léxico vuelve a crecer de manera espectacular, crece a medida que crece la sintaxis. Los campos semánticos organizados en categorías también van creciendo exponencialmente. Las palabras producidas son o bien palabras aisladas o expresiones holísticas. Patricia Greenfield denomina a este fenómeno “principio de lo informativo”. Sostiene que este principio concuerda con un hecho básico sobre el sistema perceptivo humano. Ese hecho es que nuestra atención tiende a centrarse en lo cambiante, novedoso, incierto, dentro de la realidad que nos rodea. De hecho, esta autora y sus colaboradores, basándose en esto, presuponen que también los padres se van a ajustar a este principio cuando recurren a enunciados holofrásticos para comunicarse con sus hijos. Parece ser que es correcto, y se ha observado que un porcentaje muy alto de los enunciados que generan los padres se asemeja a las holofrases que aparecen en el habla de los niños. Sobreextensión…
Primeras intenciones comunicativas
Es muy difícil hacer una interpretación correcta de cuáles son los deseos del bebé según sus acciones. Hay una serie de criterios que se aplican para decir si el bebé está empezando a comunicarse con intencionalidad o no. El bebé establece contacto visual con su interlocutor mientras hace gestos o vocaliza, alternando la mirada con el objeto-interlocutor. Algunos gestos son consistentes y rituales. Algunas vocalizaciones son consistentes y rituales. Tras el gesto, el niño hace una pausa para esperar respuesta. El niño insiste y modifica su conducta si no es correspondido. No hay una barrera entre la conducta comunicativa y la intencional, pero sí se observa que los bebés van progresando hacia una comprensión de las metas y del papel potencial de los demás para alcanzarlas. Se puede observar que algunos bebés utilizan a sus madres para conseguir sus objetivos. Normalmente, las primeras señales de comunicación intencional aparecen a los 8-10 meses. Las primeras vocalizaciones o gestos que influyen sobre el oyente son:
- Función comunicativa imperativa: rechazo-petición de interacción social, de un objeto, de una acción.
- Función comunicativa declarativa o comentario, para atraer meramente la atención del interlocutor.
Forma
La mayoría de los bebés empiezan a señalar objetos o imágenes entre los 6 y los 10 meses. No es lo mismo intentar coger un objeto que señalar (depende de la abertura de los dedos). Los bebés suelen empezar a reaccionar adecuadamente al gesto de señalar de otros entre los 9 y los 12 meses. A los 12, algunos bebés señalan al objeto por sí mismo. Aunque para los adultos no, para los bebés los gestos y los sonidos pueden servir de símbolos. Los bebés que son precoces en señalar también lo suelen ser en comprender las palabras. A medida que los bebés van aprendiendo palabras, empiezan a desaparecer los gestos inventados. Se denomina protopalabras a las vocalizaciones utilizadas por los niños poco después de empezar a aprender palabras convencionales; contienen patrones de sonidos consistentes que se utilizan siempre en el mismo tipo de situación, pero que son específicos de cada niño en vez de estar basados en el lenguaje adulto. Para su evaluación, se utiliza el método de observación; se hacen para ver si el niño progresa como es de esperar.