Defensa de la razón utopica
CARL MARX
El opinaba que para reivindicar al género humano, debían restituir a los hombres y mujeres que mueren en las fabricas su condición y dignidad humana. Eso podía hacerse a través de una práctica revolucionaria, que debía traer cambios, transformaciones y modificaciones a favor de una sociedad que exaltara al ser humano, y donde este pudiera realizar de una manera completa en su trabajo.
Según Marx, los modos y medios de producción han cambiado históricamente desde la época primitiva hasta nuestros días, lo que también modifica la forma en que se relaciona el hombre con los demás.
Para Marx las fábricas no eran más que nuevas formas de esclavitud donde los hombres llegaban al amanecer, y sin poder platicar o hablar entre si, se despedían del centro de trabajo ya entrada la tarde para llegar a su hogar. Asimismo, percibían un sueldo que apenas les alcanzaba para satisfacer sus necesidades primarias, sin tiempo para recrearse y obligados a entregarse mas para poder obtener mejor salario.
Crea el concepto de alienación que consiste en entregar nuestro ser, nuestra dignidad, a otro ser en el cual confiamos más que en nosotros mismos; lamentablemente, el hombre se ha alienado al trabajo por necesidad o tal vez por ignorancia de su propio ser.
Marx consideraba que la historia de la humanidad siempre ha estado cambiando, motivada por una lucha constante que presenta situaciones diferentes en el proceso de la evolución. En esta lucha revolucionaria, el botín es la apropiación de los medios de producción, y se da entre dos grupos sociales: el de los capitalistas o burgueses, que son los dueños de los medios, y los obreros trabajadores, que muestran su inconformidad mediante presiones para que los patrones reduzcan la jornada laboral o pidiendo mejores salarios, integrándose en grupos y en sindicatos.
ERNST BLOCH: Fragmentos sobre la utopía.
Para Bloch la realidad en proceso es dinámica, dialéctica. De modo que recupera el materialismo dialéctico como aquel proceso de la realidad en movimiento que va construyendo nuevas realidades, a través de la intervención humana.
Las ideas coexisten unas con las otras y las cosas por el contrario, tienen roces y chocan con el espacio, aunque las cosas también existieron alguna vez en el reino del pensamiento. La realidad no tiene un tamaño determinado.
La función utópica puede ser leída en clave ontológica porque su fundamento es la ontología del todavía-no-ser, donde se habla de realidades en proceso de ser, que van anticipando la realidad plena que se manifestará en su totalidad en el provenir. Porque la realidad es proceso por eso es posible la utopía, que en el camino de ser va cumpliendo esa función de abrir el espacio de futuro.
La utopía, afirma Bloch, comienza con el no, significa la ausencia de algo, que al hacerse consciente da pie al segundo elemento que es el todavía-no, es ese no transformado en algo en proceso de ser, pero ya no coincide con el simple no existir, sino con la realidad en movimiento. Desemboca en el todo o la nada. El todo sería el cumplimiento total de la utopía en su plenitud. La nada constituiría el fracaso total de la utopía. No acepta puntos intermedios entre el todo y la nada precisamente porque quiere evitar la complacencia con lo ya logrado y que impida se llegue al todo absoluto.
En primer lugar Bloch encuentra que la función utópica es demoledora de una forma muy concentrada. La utopía nace de la insatisfacción de las condiciones actuales de vida y constituye una protesta abierta contra ese status quo.
En segundo lugar la razón de la función utópica es un optimismo militante. No se trata solamente de buenos deseos, sino de un trabajo concreto y decidido por alcanzar el contenido de la utopía, que ve como algo posible y por eso genera en su interior un optimismo que moviliza a la persona y a la sociedad a trabajar por conseguirlo.
En tercero, el contenido de la función utópica es la esperanza, en otro lugar afirmará que se trata de una esperanza docta, consciente, fundamentada en el conocimiento de las condiciones reales de posibilidad. Cuando se ve que el mundo es así pero puede ser de otra manera, genera en la persona esta esperanza de algo mejor.
En cuarto lugar, Bloch descubre que el contenido histórico de la esperanza se manifiesta en las imágenes y en la cultura humana referida a su horizonte histórico concreto. La cultura misma en su conjunto y de manera especial el arte, tienen esa visión de futuro, de anticipar lo que todavía no es, manifiestan las aspiraciones humanas más profundas. Por eso Bloch se refiere a los contenidos utópicos presentes en las manifestaciones culturales de la humanidad y los rescata.
En quinto lugar, la función utópica propone mundos alternativos y mueve a la conciencia a crearlos en base a la consideración de que son algo mejor que el presente. Pero no se agota en su realización, sino que es inconforme con la realidad, aún la ya conseguida y siempre estará jalonando hacia el futuro y hacia algo mejor, no en el más allá, sino en el más acá, en un trascender sin trascendencia.