Culto familiar romano
LOS MISTERIOS DE ELEUSIS
Eleusis es una pequeña aldea situada a 20 km de Atenas, dentro de la propia Ática. Era una ciudad independiente pero entró a formar parte de ella por el sinecismo de Teseo. En ella había un gran santuario donde se producían los grandes misterios eleusinos, destinados a la diosa de la agricultura, Demeter y a su hija Cora o Proserpina. Intentan que el iniciado sepan del padecimiento de la diosa y de su hija y participar de la alegría final, la posibilidad de llevar una vida más feliz en el más allá. El mito es que Demeter tiene con Zeus una hija, Cora, que está con otras chicas en el campo, se abre el suelo, aparece su tío Hades y la rapta. Demeter no sabe donde está su hija y entra en una búsqueda angustiosa de su hija. Zeus lo sabe pero se calla. Demeter vaga por toda Grecia y el mundo buscando a su hija, y va sufriendo, es la pasión de Demeter, pero que al sufrir se olvida de su función, la vegetativa, por lo que el mundo entra en quiebra al no haber fertilidad. En uno de esos viajes llega a Eleusis, donde la tratan muy bien y, en agradecimiento, desea convertir a un niño, Triptólemo, en inmortal, aunque la madre no lo deja. Al final, Zeus le confiesa el secreto y Demeter ruega a la divinidad que le devuelva a su hija, pero Hades argumenta que solo lo hará si Cora no ha consumido ningún alimento del infierno. En algunas pinturas aparece comíéndose un par de granos de la Granada, el símbolo de la fecundidad. Lo que significa es que Cora está atada ya a su marido, luchando por un lado la niña que quiere volver con su madre y la mujer que está casada con su marido. Se llega a un acuerdo por el que Cora debe permanecer en el infierno pero que en algunos momentos del año se le permite que vuelva con su madre, siendo así la típica diosa semilla. En el mito de Teseo, éste se deja parte de sus nalgas en el infierno tras ser liberado por Heracles. En cualquier caso tenemos una vegetación renacida y cuando Demeter se siente contenta, vuelve a Eleusis y le enseña al niño de Eleusis, Triptólemo, la agricultura. Puede ser mistes cualquiera, pero debe al menos conocer el griego. Tienen dos partes: los pequeños misterios en los que se purifican los iniciados, con un sacrificio de la cerda como símbolo prolífico y los grandes misterios, donde se desplazaba toda la población ateniense, con sus magistrados y los que van a ser iniciados. Los mistai, cuando llegan a Eleusis, se purifican en un río y pasan a una zona de ayuno y, al final de ese ayuno, antes de entrar al telesteion, se les daba una bebida reconfortante, hecha de agua de cebada y menta. Cuando entraban en el telesteion y veían la representación del mito y el triunfo de Demeter, a oscuras y deseando ver algo novedoso. Se dice que la bebida del kikeion eran granos de cebada disueltos con menta en cebada pero se ha descubierto que esos granos de cebada tenían un hongo parásito, el cornezuelo del centeno, que se disuelve en el agua y libera ácido lisérgico, lo que unido al ayuno, produciría distintas alucinaciones. Cuando salían ya no eran mistai, eran epoptes, los que han visto y quieren la promesa de una vida en el más allá más llevadera. Solo se hacía una vez en la vida y es una religión individual y de salvación.
EL CULTO AL EMPERADOR ROMANO
El culto al emperador es una derivación del culto a los monarcas divinos de época helenística y el culto a los héroes. Los romanos, al igual que los griegos, tenían sus héroes divinizados, como Hércules, como el propio Rómulo, etc. A partir de determinado momento, sobre todo a partir de la Segunda Guerra Púnica, algunos generales se divinizan al ganar la guerra. Entonces, ya en la familia de los Escipiones, tanto el Africano, el Emiliano, fueron o recibieron determinadas honras que podríamos calificar de heróicas. El senado, venía un peligro en todo esto, se dedicaron flores y estatuas a los Graco, a Mario, pero no sólo por parte popular, sino también por parte de los elementos más conservadores, y así, por ejemplo, cuando a Sila, gran purgador de la sociedad romana, se le da el título de Fénix, de afortunado, en realidad se le está reconociendo como un protegido especial de la divinidad. Pompeyo el Grande tuvo sus escarfeos de él hacia la divinidad de la que presumía ser el favorito, Venus Victris, a la que dedicó un templo en Roma, o más bien le dedicó el primer teatro en piedra que se construyó en Roma. Luego tendríamos el tema de Julio César y Octaviano, que tenían como protectores a Venus Gentis, a la que construyeron templos. Venus Gentis = Venus madre de mi familia. El culto imperial ya en sí empieza en Roma con la divinización de Julio César; el principio de este culto empieza siendo funerario, es un culto posmortem, y sirve para la propaganda de la política del régimen de Augusto. Lo que pasa es que, ésto que empieza como un culto posmortem, dedicaron templos al genio del emperador, al genio de Augusto, y también al genio de la emperatriz, a genio de Libia. Lo que se hace es divinizar posmorten a los emperadores, aunque a algunos emperadores muy especiales aceptan y quieren imponer el culto en vida a ellos mismos: es el caso de Calígula, el caso de Domiciano, el caso de Cómodo, pero ésto va cambiando, y el culto imperial, que en principio es un culto que se asocia al genio del emperador y a la Roma eterna, acaba a partir del siglo III, la época de la crisis, en que la autoridad de los emperadores encuentre un apoyo muy sólido en la aparición de cierta nomenclatura en los monumentos y en la numismática, comes colis (commpañero del Sol, y de aquí vendrá el culto al sol invictus), y vendrá la época en la que los emperadores sean tratados como dioses vivientes. Lo mínimo de este culto era tener un templo y unos sacerdotes que sirvan al culto del genio del emperador, y lo normal era que se sacrificara en beneficio del emperador, quema de inciensos, etc, y todo ésto, que parece en principio un símbolo de la fidelidad al régimen y al Estado, acaba convirtiéndose en un terrible problema cuando los emperadores, en vez de dejar que el pueblo voluntariamente les rinda culto, empiezan a exigir los sacrificios y la quema de inciensos al pueblo en su honor, y el pueblo acaba negándose, diciendo que sólo harían eso a los dioses.