Creatividad y Pensamiento Divergente: Cómo Desbloquear tu Potencial Creativo
Creatividad y Pensamiento Divergente
¿Qué es la Creatividad?
La creatividad es un valor y una capacidad para ver más allá de los límites, buscando nuevos e insólitos caminos. Es algo inherente a todos los seres humanos, pero no se manifiesta de la misma forma en todos. No se puede afirmar que una persona sea creativa o no en términos generales, sino que lo será en áreas específicas.
Si no se nos ha ocurrido algo antes, no significa que carezcamos de creatividad, sino que no hemos reflexionado sobre nuestro entorno de manera lógica. Por ejemplo, al pensar en los usos de un clip, inicialmente se nos ocurre sujetar papeles. Sin embargo, con un análisis más profundo, podemos descubrir usos adicionales que nunca antes habíamos considerado.
La Creatividad en la Infancia y la Edad Adulta
Para Sigmund Freud, la infancia es la etapa donde el ser humano conserva todos sus recuerdos y habilidades, se atreve a todo y es más «creativo». Con el paso del tiempo, la sociedad y la educación limitan esta área creativa.
Siguiendo esta idea, A. Lowen plantea que el pensamiento creativo surge de la combinación del adulto y el niño interior. Relaciona al adulto con la inmadurez e imágenes narcisistas, debido a su falta de espontaneidad, creatividad y coordinación. Por otro lado, asocia al niño con un adulto infantil, con imágenes compensatorias, carente de disciplina, conocimientos y realidades, pero con gran potencial creativo.
Según Ken Robinson, la creatividad se basa en el conocimiento del talento, que a su vez deriva en el aprendizaje. A menudo, nuestra visión se limita por los automatismos, patrones trazados por estereotipos y experiencias que nos llevan a prejuzgar.
¿Cómo Funciona Nuestro Cerebro?
La idea convencional es que el cerebro se divide en dos hemisferios: uno creativo (derecho) y otro lógico (izquierdo).
- Hemisferio izquierdo: Pensamiento convergente o analítico. Busca una única respuesta correcta, la opción más lógica.
- Hemisferio derecho: Pensamiento sintético o divergente. Explora múltiples alternativas creativas para resolver un problema. Se mueve en varias direcciones, buscando la mejor solución. Este tipo de pensamiento se asocia más a la creatividad.
Las capacidades del pensamiento divergente son: fluidez de ideas, flexibilidad, elaboración estructurada, originalidad, sensibilidad para captar problemas y la redefinición de ideas y objetos. El cerebro utiliza la mente para acceder a la memoria y generar nuevas ideas.
La Zona de Confort y el Crecimiento Personal
La zona de confort es un espacio metafórico donde nos sentimos bien con nuestros hábitos, sean positivos o negativos. Es nuestra burbuja de seguridad. Sin embargo, al salir de ella, entramos en la zona de aprendizaje, donde modificamos hábitos, aprendemos cosas nuevas, ampliamos perspectivas y experimentamos nuevas sensaciones. Aunque pueda parecer «peligrosa», es esencial para el crecimiento.
Más allá de la zona de aprendizaje se encuentra la zona de pánico, percibida como peligrosa por quienes no salen de su zona de confort. Pero quienes se atreven a cruzarla descubren que las cosas pueden salir bien. Esta zona, donde nos arriesgamos y aprendemos, se transforma en la zona mágica, donde ocurren cosas maravillosas y se superan grandes retos. Así, expandimos nuestras zonas de confort y aprendizaje, logrando un verdadero desarrollo.
Las Tensiones del Reto
Al afrontar un reto, nos encontramos con dos tensiones opuestas:
- Tensión emocional: Nos empuja hacia la zona de confort para evitar el peligro. Para superarla, la motivación debe vencer al miedo.
- Tensión creativa: Nos impulsa hacia la zona mágica, incitándonos a aprender y desarrollarnos.