Colegios agures
LOS COLEGIOS SACERDOTALES
En Roma, la religión estaba muy estructurada y sobre esos cultos, los públicos tenían una serie de colegios o fraternidades. Los colegios solían ser simplemente patrimonio de los patricios, aunque luego se irían abriendo a los plebeyos. Se hacía la entrada a dedo, habiendo también elecciones a pontífice máximo. Los colegios sacerdotales son:
-Flamines
Flama, llama, es de la misma raíz que brahma, luz, por lo que el flamen más importante de los 12 dioses que hay es el dialis, por lo que significa fuego y luz. Es el más importante, siendo los tres más importantes los pertenecientes a la triada arcaica. Existían en una época en la que en Roma aún no había representaciones iconográficas de los dioses, siendo ellos la representación de la divinidad viva. El flamen dialis no podía abandonar Roma, no podía tener un cinturón ni un anillo, si lo lleva tiene que ser roto porque el cinturón y el anillo representan un atamiento y Júpiter no tiene atamientos, porque es el poder supremo.La palabra pontífice significa tender el puente y no queda claro si es una reliquia de la época en la que los romanos. El pontifex maximus estaba encargado de la promulgación del calendario, es decir, de los días fastos y nefastos, los días en los que había fiesta, negocios, tribunales, etc… Tenía gran importancia a la hora de los temas judiciales, ya que la publicación de los calendarios se hizo en Roma en el siglo IV a.C. y fue un logro de los plebeyos, ya que los patricios hasta ese momento se reservaban para ellos el conocimiento del calendario, lo que forzaba a los plebeyos a hacerse clientes de algún patricio para poder saberlo y poder ser representados en los juicios. Junto al calendario, los pontífices estaban en posesión de las legis actionis, el conocimiento procesal correcto. Los pontífices tenían otras funciones: una de ellas era supervisar porque algunos otros miembros, sobre todo el femenino de las vestales, cumplieran sus juramentos. Eran vigilantes de las mores maiorum, de que las costumbres ancestrales, tanto civiles como religiosas, sobre todo en el seno de las familias patricias, se cumplieran.Con el tiempo, el colegio que tuvo más importancia fue el de los pontífices.La palabra pontífice significa «tener el puente», y no se sabe si es una reliquia de la época de os romanos en las que tenían que quitar el puente que unía la orilla norte del Tíber. El pontifex maximus y todos los sacerdotes en general, estaba encargado de la promulgación del calendario, y esto tenía una importancia grande teniendo en cuenta que la publicación del calendario fue algo que se hizo en Roma en el siglo IV a.C. Junto con el tema del calendario, los pontífices también estaban en posición de las leyes acciones, es decir, el conocimiento procesal correcto para poder plantear un pleito, aparte de esto, los pontífices tenían otras funciones, y una de ellas era velar por que otros miembros de otros colegios, sobre todo del colegio femenino de las vestales, cumplieran correctamente sus normas. En realidad, los pontífices eran vigilantes de las mores maiorum, es decir, la vigilancia de que las costumbres ancestrales tanto civiles como religiosas en el seno de las familias patricias se cumpliera.El colegio de las vestales es el único colegio en principio femenino que existe en la República de Roma. Es un colegio formado originalmente por mujeres patricias, pero, a partir del siglo III, pueden entrar mujeres plebeyas. Su función era conservar y vigilar que no se apagara el fuego del Estado, el fuego que representa la eternidad de Roma. Este colegio estaba obligado a la virginidad; las vestales debían ser vírgenes, y las penas impuestas a las que se les encontraba el delito de una relación sexual era el de la muerte, eran enterradas vivas. El prestigio de las vestales era tal que, curiosamente, con el tiempo, los ciudadanos romanos lo que hacían era su testamento, y lo entregaban al resguardo de las vírgenes vestales para que ellas vigilaran la última voluntad de las personas. Se le daba al colegio de las vestales una importancia mucho más allá de lo religioso. Las vestales eran vírgenes, pero, en realidad, no dedicaban toda su vida a ser vestales. Permanecían treinta años en el colegio de las vestales: 10 años formándose en los ritos del fuego del Estado, 10 años haciendo estos ritos, y otros 10 años enseñando a las jóvenes novicias que estaban aprendiendo los ritos. Pasado ese tiempo, las vestales abandonaban el Templo de Vesta, el Atrium Vestae, se convertían en ciudadanas particulares, y podían casarse, aunque lo cierto es que esto no estaba bien visto, era algo que producía un cierto miedo.El colegio de los salios es un colegio dedicado al culto a Marte. El dios que, junto con la loba, representa el origen más antiguo de Roma, los salios lo que hacen son los ritos que tienen que ver con Marte, ritos de guerra en los que se hacen danzas, portando unos escudos que eran el símbolo precisamente del dios. Es un símbolo mucho más antiguo que cualquier estatua del dios, y lo mismo pasa con la lanza, una simple asta clavada en el suelo ya representaba a Marte. Según la tradición, uno de estos escudos había caído milagrosamente del cielo, y era evidentemente tenido como algo sagrado. Los romanos copiaron el escudo en un número total de 12, y con ellos, los salios danzaban esos rituales bélicos en los momentos en los que se iniciaban las ceremonias de primavera, por lo menos en la época más arcaica y media de la República, los rituales del inicio de la guerra, y lo mismo pasaba en octubre, cuando también se producía el cierre del período de combate. Junto a estos ritos de danzas, los salios participaban también en una serie de purificaciones de todo lo que tenía que ver con el ejército, la pirificación de las armas, de los caballos de guerra, etc, y todos estos rituales los llevaban a cabo, directamente o simplemente en su presencia, los salios.El colegio de los fetiales es un colegio que también tiene que ver con la guerra, en el sentido jurídico. En Roma existía el ius fetiale, es decir, el derecho de guerra, lo cual impliaba que estos fetiales tuvieran que realizar una serie de ceremonias que debían de dejar claro ante las divinidades que la guerra que se iba a iniciar era un bellum iustus, una guerra justa, basada en la infidelidad y la hostilidad de los enemigos, de un pueblo extranjero que había quebrantado pactos si los había o, si no los había, había provocado a Roma en sus legítimos intereses. Estos fetiales iban al territorio de los enemigos y les arrojaba un asta pura, símbolo de Marte, para declarar formalmente esa guerra.Junto con los sacerdocios públicos, hay otra serie de colegios que también podríamos llamar sacerdotes pero realmente son hermandades, hermandades de lupercos y de arvales. La función de los lupercos es, hacer los ritos de fecundidad, hacer ritos que tienen que ver con la fecundidad. Existe la fiesta de las lupercalia, donde los lupercos se disfrazaban con pieles de cabra y hacían una carrera ritual por el centro de la ciudad de Roma, e iban azotando, simbólicamente, con tiras de piel de cabra a las mujeres, especialmente; a las doncellas que se acabaran de casar o que estuvieran en edad de casarse. Junto a los lupercos tenemos a los hermanos arvales. Los hermanos arvales, si los lupercos se dedican al tema de la fecundidad de los ganados y de los seres humanos, los arvales se dedican a la fecundidad de la tierra, intervendrían en los rituales que tuvieran que ver con la agricultura.Luego nos encontramos con tres colegios especiales que tienen que ver con los rituales de adivinación. Los magistrados romanos con imperium, es decir, los consules, los pretores, el dictador, etc, tenían junto a su imperium los derechos augurales. Ellos mismos no podían tomar el augurio, pero tenían el poder de convocar a los augures, es decir, a los adivinos que buscaban evidentemente a través de sus ritos la voluntad de los dioses. A través del augurio había que obtener la auctoritas divina. Los augures hacían dos cosas, la auguratio propiamente dicha, que era un ritual que consistía en que ellos tenían un bastón corto llamado litus con el cual trazaban un cuadrado teórico en el cielo; este cuadrado teórico es templum; el templum, antes de ser entre los romanos un edificio que alberga la estatua de una divinidad, originalmente es el espacio sagrado donde los dioses van a mostar su conformidad o no respecto a algo. En ese templum, se veían los posibles fenómenos o sucesos celestes que ocurrieran, se analizaba el vuelo de las aves, y con eso se auguraba la voluntad positiva o negativa de la divinidad. Pero, además de esta función, los augures también tenían otra, que era el rito del tripudium, el tripudium consiste en ver cómo comen los pollos sagrados (cómo comían, cómo bebían, si dejaban comida o no, etc), y, dependiendo de esas suertes, también auguraban. Hay muchos personajes que fueron augures, como Cicerón.También estaban los haruspices, que no estaba formado por individuos romanos, sino por gente de origen etrusco. Es la observación de las entrañas de los animales sacrificados. Se sacrifica a un animal, previamente se ha hecho una pregunta, que puede ser particular o estatal, y los haruspices sacrifican un animal y observan sus vísceras, sus entrañas, su corazón, sus riñones, y muy especialmente el hígado; ésto lo toman de los etruscos, y los etruscos a su vez lo habían tomado de Oriente. Analizando las partes del hígado, ellos adivinaban sobre lo que se había preguntado. Obviamente, era de mal augurio el no encontrarse con un órgano que tendría que estar en el cuerpo, o encontrarse con un órgano con imperfecciones.Luego estaba el colegio de los XVVIRI (quindicuem ( XV) viri sacris faciundis) sacris faciundes. Estos señores lo que hacían era interpretar, leer e interpretar, con permiso del senado, los llamados libros sibilinos, que eran oráculos escritos en una época antiquísima; gracias a la consulta de estos oráculos, se decretaban unificaciones, banquetes para los dioses, e incluso importaciones de dioses extranjeros. Estos libros procederían, de época monárquica. Esta colección romano–
Etrusca no hay que confundirla con otros libros llamados sibilinos que aparecen en el judaísmo antiguo y posteriormente pasa incluso a ser manejado en la época imperial por determinados grupos, siempre muy perseguidos por la autoridad romana, que vaticinaban males para el imperio y, podían decirse que eran oráculos de tipo apocalíptico, que denuncian los males que van a venir. Tenemos una serie de términos que son interesantes. Ya hemos hablando del templum. Para referirse a un edificio, un templo, también podemos encontrarnos con el término aedes, de donde viene la palabra edil (que eran los que vigilaban los archivos en un determinado templo). También hay otra palabra para decir templo, y es fanum; es algo en principio que aparece con una concavidad, y en el servidor de la divinidad de ese templo tiene un nombre: fanático, significa seguidor de algo, pero originalmente significaba «seguidor de una divinidad».En cuanto a las plegarias y votos, hay que decir que es una promesa hecha a la divinidad a cambio de algo. Tenemos lo que es propiamente la adoratio, que los romanos suelen hacer de pie (sólo mucho más tarde, los emperadores, tardo imperiales y los bizantinos obligarán a rituales en las que la oratio se hace de rodillas y besando el suelo). La adoratio es una oración de glorificación de la divinidad, mientras que la suplicatio es suplicarle algo a la divinidad con o sin voto. Los munera son, literalmente, una palabra que tiene que ver tanto con el vocabulario civil con el religioso, y significa «carga»; por ejemplo, un voto puede ser prometer un munus, hacer un gasto, un numus siempre es algo privado. Uno de los munera más genuinos de Roma son los juegos, los ludi, pero hay que diferenciar, ya que los ludi son juegos sufragados por el Estado, pero el munus es totalmente privado; esos munera pueden ser, celebraciones teatrales, circenses, y podían ser también munera gladiatorium, juegos de gladiadores; el origen de los juegos gladiadores se debía a que cuando a un heredero se le moría el padre, heredaba, y en su honor se hacía un sacrificio de sangre. Hay que recordar que los romanos tenían sus derechos, pero también sus munera, sus cargas civiles: el tributum y la militia.Los juegos, se hacían en honor a algunas divinidades. Eran juegos de circo, juegos de anfiteatro, juegos de gladiadores, etc. También había venationes (cacería de fieras), y en época imperial nos encontraremos con los espectáculos de anfiteatro, que serían las falsas venationes, que eran enfrentar a gente indefensa (criminales, mayoritariamente) con fieras. Los ludi estaban pagando en principio por el Estado, y en época imperial por los everguetas, que se reservaban, sobre todo en Italia, el pago de estos juegos.Una lustración es una purificación. Se lustraban las armas y todo lo que tuviera que ver con el ejército antes del combate, y en determinadas circusntancias también se purificaba a individuos, pero la lustratio por excelencia se hacía a la población después de que se hubiese hecho el censo, donde se lustraba a todos los ciudadanos; dentro de las cermeonias de la lustratio censoria estaba un sacrificio de tres animales que aparecen nombrados en la palabra ¿sus taurile?. En este caso, el derramamiento de la sangre animal era un símbolo de purificación. Devotio et consecrtio capitis. Es cuando una persona se consagra a los dioses, haciéndose sagrado, perteneciendo al mundo de los dioses; por tanto, dicho individuo puede ser sacrificado. En realidad, cuando un ciudadano es condenado a muerte, a parte de lo que es el elemento civil de la ejecución, hay un elemento sagrado, que es esta consecratio capitis, es decir, devolver a los dioses lo que es de los dioses. La devotio es un rito que tiene que ver con la guerra, y fue practicado por algunas familias en concreto, aunque era peligroso, ya que suponía la muerte de un individiuo; solía hacerse la devotio en una guerra, cuando se veía en peligro la batalla, y un individuo, ayudado por sacerdotes, se consagraba él mismo, pero se consagraba con una maldición a los que le pusieran la mano encima; eso significaba que, cuando se daba la orden de ataque, el general consagrado se ponía delante y se arrojaba a los enemigos para que lo mataran, pero eso significaba que atraía a lo sacro a los que le habían matado, por lo que la maldición caía sobre ellos y los dioses iban a ser propicios para ganar la batalla. Finalmente tenemos la execratio, que tiene mucho que ver con la Roma más arcaica, execrar era expulsar a alguien. Eso ocurría con los personajes que hubieran cometido determinados delitos, se le expulsaba del grupo social, se rompían con él los lazos sociales. Ese individuo no tenía ya derecho a participar en los cultos romanos, y se hacía de él un «paria» al que se tenía que exiliar.