Certeza, Verdad y Opinión: Una Exploración Filosófica

Grados y Tipos de Certeza

Categorías de Enunciados según Kant

Como vemos, la fuerza asertiva admite diversos grados de intensidad. Kant sugiere dividir los enunciados en tres categorías en función de la convicción mayor o menor con la que se proponen:

  • Apodícticos: vierten un saber.
  • Asertóricos: vierten una creencia.
  • Problemáticos: vierten una opinión.

En los tres casos se trata de algo que tenemos por verdadero, pero con un nivel de convicción subjetiva que varía según se trate:

  • De algo de lo que estamos absolutamente seguros con nuestra propia razón.
  • De algo de lo que estamos seguros debido a una certeza arraigada en las prácticas y costumbres en las que nos hemos criado, es decir, lo que en nuestro entorno se tiene por seguro.
  • O bien si se da el caso de una garantía no total de algo que pensamos, pero albergando el temor de que pueda ser de manera distinta a como lo pensamos.

Clasificación Medieval de los Grados de Certeza

Los lógicos medievales proponían otra clasificación de los grados de certeza de mayor a menor intensidad:

  • Certeza metafísica: implica tener una seguridad total acerca de una verdad que se considera esencial y proviene de principios fundamentales o axiomas que no pueden ser negados. Un ejemplo sería afirmar algo evidentemente incorrecto como, por ejemplo, que un círculo es un cuadrado.
  • Certeza física: se refiere a la seguridad que podemos tener sobre una verdad que se cumple como resultado de una ley física o natural. Esta certeza tiene una necesidad relativa. Por ejemplo, tengo certeza física de que, si suelto el bolígrafo que tengo en la mano, se caerá.
  • Certeza moral: se refiere a la seguridad que tenemos de que algo sucederá si las prácticas y costumbres comunes en la vida humana y en las interacciones habituales entre las personas continúan como de costumbre. Por ejemplo, tengo certeza moral de que un amigo mío no me engañará.

Tipos Cardinales de Certeza

  • Evidencia: es la seguridad de lo que vemos.
  • Fe: es la seguridad de lo que no vemos.

A su vez, la evidencia puede ser de dos clases: inmediata (sensible o intelectual) o mediata (obtenida mediante un razonamiento demostrativo). La fe no es evidencia.

Verdad y Opinión

Distinción entre Verdad y Opinión

Hay que distinguir la verdad de otras nociones con las que se puede confundir, por ejemplo, la opinión. La certeza, la opinión y el error son perspectivas del individuo que evalúa las cosas, mientras que la verdad, primero, pertenece a las cosas y, después, al juicio que las evalúa con precisión.

Nuestras representaciones son verdaderas no por ser nuestras, sino por hacer justicia a la realidad. La verdad pertenece a la realidad en sí, y de manera formal, está relacionada con la declaración subjetiva que se hace sobre ella. La certeza, la duda, la opinión, o el error son de alguien, pero la verdad de un juicio no es, propiamente, de quien lo enuncia.

En cuanto a la opinión, estamos ante una certeza de menor intensidad en comparación con la certeza de la evidencia y la certeza de la fe. Aquel que emite una opinión está más o menos convencido de lo que dice, pero reconoce la posibilidad de estar equivocado.

El Papel del Debate Racional

En un debate racional, se presentan diversas opiniones, cada interlocutor expone lo que piensa. Sin embargo, este acto de «exponer» implica dos aspectos: por un lado, expresar su punto de vista, y por otro, someterlo al riesgo de que otra opinión pueda respaldarse con argumentos más sólidos y demostrar ser más coherente que la suya.

La Verdad Lógica y la Subjetividad

En resumidas cuentas, la verdad lógica (aquella que refleja de manera adecuada el ser de las cosas en un enunciado), puede generar estados subjetivos, pero la verdad en sí misma no es un estado subjetivo y tampoco es de alguien.

La opinión, en cambio, sí es subjetiva y pertenece a quien la expresa o sostiene. Es importante destacar que mi opinión no es equivalente a mi verdad. Si alguien está convencido de que algo es verdad, está afirmando que esa verdad se mantendrá, aunque él mismo niegue esa afirmación.

Por tanto, no se trata simplemente de «su verdad«, sino más bien de la verdad en sí misma, que perdura independientemente de quién la diga, o incluso si nadie la dice.

La opinión es subjetiva, pero la verdad no lo es.

El Papel del Error en la Praxis y la Relatividad del Bien

Exactitud en Enunciados Teóricos vs. Prácticos

La exactitud tan solo puede pretenderse en las ecuaciones matemáticas o en los enunciados de tipo teórico o especulativo, es decir, aquellos que indican si son verdaderos, cómo son las cosas o si existen. En los enunciados de tipo práctico (que se centran en iluminar la acción humana, praxis) habría que decir algo distinto.

La realidad existe tal como es, pero las acciones que se discuten en términos prácticos, aquellas que se presentan como la opción más razonable, aún no han ocurrido. Esto sugiere que estas acciones pueden tomar diversas formas en el futuro. No necesariamente hay una única forma buena de actuar.

La Verdad en el Ámbito Práctico

Cuando hablamos de acciones prácticas y de encontrar soluciones a problemas en la vida cotidiana, que una opción sea considerada «verdadera» no significa que las demás sean automáticamente «falsas». A diferencia de las ecuaciones matemáticas, donde una solución es correcta y las demás son incorrectas, en el ámbito práctico, varias opciones pueden ser buenas o válidas, y la mejor elección depende del contexto y de la perspectiva.

Cuando debatimos sobre decisiones prácticas, la dificultad consiste en que no estamos eligiendo entre lo correcto y lo incorrecto, sino entre opciones que son aceptables o buenas. La decisión entre el bien y el mal no es verdaderamente una decisión, ya que no implica un dilema real. En cambio, nos enfrentamos a la elección entre lo que es bueno y lo que es aún mejor.

No deberíamos encontrarnos con opciones que carezcan por completo de algún aspecto positivo o práctico. La dificultad consiste en que podemos valorar de manera equivocada la cantidad de beneficio en cada opción, es decir, podemos tener «la balanza trucada».

Complejidad de la Praxis

Estos aspectos resaltan la complejidad de la praxis y la frecuente dificultad que implica resolver problemas y tomar decisiones en situaciones prácticas. Subrayan que lo verdaderamente práctico varía según la persona que realiza la acción y las circunstancias específicas en las que esa acción tiene lugar.

Ahora bien, la verdad puede ser específica y relativa a ciertos contextos, pero cuando se establece como verdadera en ese contexto, lo es completamente, sin depender de relatividad en ese entorno particular. Esto significa que es verdad de manera total aquí, ahora, para esta persona y en estas circunstancias particulares.