Características fundamentales de las virtudes éticas humanas

DEL CURSO DE HUMANISMO

15. La valoración de la obra de arte y su historia.Se llama “obra de arte” a aquella que ha alcanzado una cierta perfección y es admitida por todos como tal, pero como hemos dicho, el gusto está sometido a una cierta evolución y puede cambiar. De hecho ha cambiado mucho a lo largo de la historia.a)El modelo clásico griego de la obra de arte supone la perfección en el obrar combinado con cierta belleza formal, que se desea lograr imitando la belleza de la naturaleza.Por tanto la valoración clásica reúne dos requisitos. Por un lado valora el dominio técnico del artista, por otro reconoce una perfección de la forma.b)El Racionalismo de los siglos XVl a XVlll intentó someter el arte a cánones, quiso establecer fórmulas de la perfección, sobre todo en las artes plásticas, la arquitectura o la escritura.Limitan la creatividad y conducen a la repetición fácil. A esas obras les falta genio y audacia.c)En el Romanticismo, se produce un giro. Se considera que las obras artísticas expresan el genio interior del artista. Las bellas artes se independizan casi totalmente de lo artesanal y se acentúa el aspecto pasional y trascendente.Los pintores o los músicos ya no son sólo maestros que dominan su oficio, sino que tienen que presentarse como genios. En consecuencia, las obras de arte ya no son sólo cosas hermosas o preciosas, sino manifestaciones y recuerdos de la genialidad.d)En la época moderna, se ha acentuado este proceso. Por un lado desaparecen el reto técnico y la referencia a alguna utilidad o función, por otro no pretende provocar la admiración y éxtasis de la belleza en la que la contempla.A lo largo del siglo XlX, se asume la idea del progreso del genio y se desarrolla la idea de que el artista debe ser innovador. Un verdadero artista es el que rompe o transforma la tradición recibida.e)El arte, se ha desplazado hacia aquellos campos donde sigue habiendo limitaciones y retos, como sucede con la arquitectura, el cine, o con la música de las grandes películas.Como conclusión podemos decir que no es lo mismo hablar de valores estéticos o de arte y artistas que hablar de belleza.La belleza es esa experiencia peculiar que hemos descrito, de intensidad emocional, en cambio el valor estético es todo lo que suscita género de impresión o de juicio estético. No tiene por qué ser belleza.

16. Explicar el esquema de las virtudes morales.Platón compara el alma con un carro ligero de dos caballos. El auriga es la razón y los dos caballos son las dos áreas de la afectividad que ya estudiamos. El caballo blanco es el ánimo, de carácter noble, el caballo negro es la concupiscencia, de carácter rebelde.Platón dividía el alma en dos partes. La parte superior es el espíritu que entiende y quiere, la parte inferior es la sensibilidad.Inspirándose en Platón, Aristóteles piensa que en el alma hay cuatro capacidades o cuatro “potencias”. Arriba está el espíritu, con dos potencias: la inteligencia y la voluntad. Abajo están las tendencias o apetitos de la afectividad: la sensualidad.Según Aristóteles, a las cuatro potencias o capacidades del alma les corresponden las cuatro virtudes clásicas: prudencia, justicia, templanza y fortaleza.La cultura romana reconoce que estas cuatro son las virtudes básicas del ciudadano, que garantizan el dominio de la razón en la conducta.La idea de virtud, como perfeccionamiento humano, y el esquema de las cuatro virtudes es la base de nuestra tradición humanística. Nace en Platón, lo desarrolla Aristóteles, lo transmiten los estoicos, griegos y latinos, lo reciben los grandes autores cristianos y lo estudian los clásicos cristianos y los humanistas centroeuropeos.Hasta la época moderna ha sido un punto de referencia de la educación humana, porque encierra un ideal de perfección en la conducta.

17. Definir la prudencia en relación a la deliberación, y describir sus áreas.Entendemos por prudencia el hábito de decidir bien, que es un gran don para la personalidad humana. Es ser sabio y experimentado para juzgar y decidir la conducta propia o la de los demás cuando se ha de mandar o de aconsejar.Los actos libres son siempre actos deliberados, que han sido metidos y previstos. En este proceso de deliberar y decidir hay muchos aspectos que están bajo nuestro control y que podemos hacer mejor o peor, por eso se pueden adquirir hábitos buenos o malos.Prudencia es el conjunto de hábitos buenos que ayudan a juzgar bien y que se adquieren con el repetido esfuerzo de juzgar el bien.Cualquier proceso de decisión tiene cuatro fases.a)Comprender la situación. Lo primero es hacerse cargo de lo que sucede y reunir la información útil y necesaria para comprenderlo. También es preciso identificar con claridad cuál es el problema que se quiere resolver.b)Deliberar. La deliberación consiste en pensar las cosas, sopesarlas y madurarlas. Se tantean las soluciones, previendo lo que puede suceder en cada caso. Hay que prever las consecuencias.c)Resolver. La deliberación tiene que llegar a un resultado. Una vez que ya se tienen los datos y los criterios, y una vez que se ha pensado, es el momento de resolver. Se necesita cierta valentía para decidir.Se llama resolución a la capacidad o facilidad para tomar decisiones, ser resolutivo es dar cauce a los asuntos y problemas d)Resolver. Por último, hay que llevar a la práctica lo decidido. Se llama diligencia a la virtud de ejecutar con rapidez lo decidido.

18. Describir los fenómenos básicos del sentido moral y sus fuentes.El sentido moral se manifiesta en la conciencia con tres tipos de fenómenos fundamentales.A)Como deber de obrar (obligación). Los padres sienten el deber de cuidar a sus hitos, les apetezca o no. Las personas normales se sienten inclinados a ayudar cuando ven a otra persona necesitada.b)Como objeción y veto interior (prohibición). Cuando en el curso de la deliberación para a hacer un acto, se percibe que algo puede hacer daño o es indigno, se nota una resistencia interior.Las personas desean no hacer daño y huyen de las conductas que consideran indignas.c)Como remordimiento por lo hecho (culpa y vergüenza). Sentimos vergüenza y la obligación de pedir perdón o de reparar el daño causado.Ahora podemos analizar un poco más qué tipo de cosas nos hacen sentir una obligación, una prohibición o una culpa.a)Los sentimientos humanitarios y de solidaridad. Es la fuente más importante de nuestro sentido moral. Se resume en el gran principio humano: “No puedo hacer a los demás lo que no quiero que me hagan a mí”.B)Los códigos morales y las leyes que nos han inculcado. Las sociedades vierten su experiencia moral en códigos morales. Se siente el deseo de respetar y cumplir las leyes por el deseo de ser honesto y coherente, por amor a la sociedad o por amor de Dios.c)Los compromisos adquiridos. Al dar la palabra o llegar a un pacto, nos sentimos obligados a cumplirlo.d)La responsabilidad de nuestros actos. Nos sentimos obligados a responder de las consecuencias de nuestros actos.e)El reparto de las cargas comunes. Nos resulta evidente que hay que repartir las cargas de las tareas comunes, lo mismo que se reparten los beneficios.f)El análisis racional de la conducta. Con la razón se pone orden entre las obligaciones, se hacen los repartos y las compensaciones que exige la justicia.g)Además, en la educación de las personas y de las sociedades, tiene mucha importancia la admiración o repugnancia ante la conducta de otros. La conducta generosa, sacrificada y valiente despierta admiración.Con los mejores ejemplos, las personas  y las sociedades forjan modelos de conducta


.19. Explicar la justicia como virtud personal y sus divisiones.Se considera un hombre recto y justo aquel que obedece a la voz de la conciencia y no se desvía ni por pereza ni por miedo ni por interés.Aristóteles dedujo que la acción humana puede moverse por tres tipos de motivaciones: el placer, la utilidad y la captación de lo justo. La justicia consiste en el hábito de dar prioridad a lo que se ve que es bueno antes de lo que apetece.-La justicia conmutativa.Se refiere a las relaciones con nuestros iguales. Hay unos deberes naturales básicos respecto a todas las personas. Toda persona, por el hecho de serlo, tiene derecho a que se le respete a él y a sus bienes y a que se le ayude en la necesidad.Cuando se adquieren relaciones especiales, se dan lugar a deberes especiales. Hay relaciones humanas establecidas por naturaleza o por libertad. La mera convivencia humana refuerza las obligaciones que nos ligan a los demás.Algunos deberes se adquieren por razón de oficio, otros por acuerdos y pactos establecidos libremente.Sin que sea estrictamente de justicia, cuando nos han favorecido, hay una obligación deagradecimiento (gratitud). El sentido de la justicia pide que se corresponda de algún modo.El sentido de la equidad es la base de la virtud de la justiciaLa justicia distributiva.Es la aplicación de la justicia en el ámbito de las relaciones entre las personas y las sociedades. Por una parte es una virtud propia del gobernante, en cualquier sociedad la justicia pide repartir las cargas y beneficios con equidad.También afecta a los miembros de una sociedad. En la medida en que uno se sabe partícipe de una comunidad humana, siente el deber de contribuir a las tareas y cargas comunes y de ayudar a los que más lo necesitan. A este aspecto se le llama, a veces, justicia legal.20. La honestidad como estética moral.

21. Analizar el fenómeno del ánimo y describir la virtud de la fortaleza con sus áreas.Es necesario gobernar el ánimo para emprender tareas valiosas y superar las resistencias interiores.En castellano se suele llamar fuerza de voluntad al dominio de sí mismo que tienen los que son capaces de llevar adelante lo que se proponen, a pesar de las dificultades.La fortaleza es el hábito de controlar el ánimo, entendiendo por ánimo el ímpetu para prepararse, para hacer y para perseverar. No es una cualidad física, sino moral, y hace a las personas valiosas y capaces.La fortaleza era una virtud muy estimada en la Grecia y en la Roma clásicas, se le consideraba virtud varonil y militar, propia de los héroes.Tradicionalmente se distinguen dos campos en la virtud de la fortaleza: afrontar y resistir.El primer tipo de actos es atacar, es decir, dar cara a los problemas con sus dificultades. Hay que vencer miedos y resistencias interiores que inclinan a huir o a apartarse de lo difícil.

En un análisis mas detallado, podemos distinguir varios hábitos que tienen que ver con este aspecto.A)Ser emprendedor: tener ganas de afrontar los asuntos.b)Ser valiente ante los diversos riesgos del actuar.c)Ser magmático o tener grandeza de ánimo para emprender cosas grandes. Es la capacidad de tener planteamientos audaces y proponerse objetivos y proyectos ambiciosos.d)Ser generoso.

El segundo tipo de actos es el de resistir. La dureza, la prolongación o la repetición de las dificultades ponen a prueba nuestro ánimo.Es preciso sostenerlo para que no se venga abajo. Hay que evitar el desánimo, el desaliento. Los clásicos pensaban que este aspecto es más necesario que el otro..Se pueden distinguir también varios aspectos.A)La perseverancia: es el hábito de mantenerse en las tareas que se han comenzado, cuando se prolongan en el tiempo.B)La paciencia: se llama así a la capacidad de soportar algún tipo de mal que se prolonga en el tiempo.C)La entereza o temple: se llama así a la capacidad de aguantar los golpes duros e inesperados de la vida.

22. Analizar el fenómeno del deseo y describir la templanza con sus áreas.Una gran parte de la motivación humana tiene que ver con nuestra capacidad de desear, esta se pone en movimiento espontáneamente al sentir la carencia o la necesidad de algo y se siente como una presión interior o impulso.Algunas carencias físicas se manifiestan en forma de deseos y se puede hablar de “síndrome de abstinencia”, otros se despiertan cuando la imaginación recuerda sus objetos.Los deseos además de garantizar nuestra supervivencia física, imprimen en la conducta humana una fuerza particular, la fuerza de lo pasional.Pero la afectividad es un mundo complejo y ciego. Están los impulsos instintivos, que no siempre son oportunos ni justos, y las aficiones adquiridas, que también necesitan medida porque se pueden desbocar. Sin control de la razón se pierde el dominio de sí mismo y el comportamiento se vuelve impulsivo.La templanza es la virtud que consiste en ordenar el impulso de los deseos. Todo lo que nos atrae y tira interiormente necesita ser moderado, hay que aprender a ponerle medida y freno para obrar como decide la razón.Recordando los distintos tipos de deseos, se puede hacer una clasificación de los campos de ejercicio de la templanza.A)Moderación de los impulsos instintivos y más elementales que buscan satisfacción de los placeres físicos.B)Moderación en las aficiones y gustos adquiridos. Cualquier afición necesita medida.C)Moderación en las ambiciones personales: de bienes, de poder y gloria. Hay un interés legítimo de triunfo personal, de ganancia, de prestigio, que es un gran móvil de la conducta humana.D)Moderación en el amor y estima de sí mismo. Se trata de un amor legítimo y necesario, al hábito de moderarlo se le llama humildad.

La virtud consiste en un cierto equilibrio entre la carencia y el exceso. No se trata de extirpar los deseos, sino de controlarlos para imponerles un orden y medida razonable, eso es la moderación.

23. Relación del ascetismo con la libertad y tipos ascetismo.Es evidente que los bienes del cuerpo están muy limitados por las condiciones en que se producen. Las satisfacciones que dan tienden a ser efímeras y, si se repiten, tienen un rendimiento decreciente y acaban hartando.Estos bienes, en la medida en que generan gusto y placer, pueden crear avidez y algunos también dependencias. A veces se imponen en la conducta y se entra en una carrera de la que no se sabe cómo salir.Otros deseos no crean tanta dependencia pero desarrollan mucha energía, como resultado la persona se vuelve caprichosa, débil y egoísta.Se llama ascetismo al ejercicio de poner límite y orden a los deseos para adquirir mayor dominio de sí y está recomendado por todas las grandes religiones y tradiciones de la sabiduría humana.Para las tradiciones sapienciales es un requisito de sabiduría: porque es necesario dominar la fuerza de los deseos, para lograr la contemplación de la verdad. En el hinduismo es un requisito de purificación, en el confucionismo un requisito necesario para la concordia civil y en el budismo es la base de toda su concepción.En la cultura grecorromana encontramos también el ideal de sabio, persona que se caracteriza principalmente por el dominio de sí. Es una exigencia necesaria para alcanzar la serenidad de espíritu y la ecuanimidad que permite juzgar sobre las personas.Platón pensaba que es propio del alma, es una realidad espiritual y debe aspirar a los grandes bienes trascendentes. Para ello es necesario purificar y desprenderse de lo inferior mediante el ascetismo.El cristianismo asume la aspiración a la sabiduría. El mandamiento cristiano más importante es el amor a Dios y al prójimo, y exige la entrega de sí mismo, que hace relegar a un segundo lugar los placeres y satisfacciones personales.

24. Analizar el fenómeno del amor personal y distinguir los cuatro tipos de amores

Llamamos amor en su sentido más amplio a toda inclinación del afecto propiamente, a la inclinación de la voluntad. Pero aquí trataremos del amor de las personas, de ese amor que consiste en una conciencia ante otra.El amor personal es un fenómeno muy común y, al mismo tiempo, una de las experiencias más importantes de la vida humana, muy abundante y muy autentica, aunque nunca se de en formas perfectas.Amar supone al menos cuatro cosas: aceptar al otro, considerarlo como un bien, desearle el bien y estar dispuesto generosamente a trabajar por hacerle el bien. La capacidad de amar es una virtud que tiene que ver con la generosidad, es preciso tener una idea adecuada de lo que es el amor personal.El fenómeno del amor humano está unido a una revelación de lo que significa ser persona, del valor y de la dignidad humana. Es indicativo de cuánto valen las personas. Porque el amor alcanza al núcleo de lo que es la persona, es la respuesta a su valor, a lo que vale un ser humano.Cada persona desea ser querida, aceptada, acogida, estimada como un bien. Nadie desea ser querido solo porque es guapo o es listo o tiene dinero o resulta simpático. Toda persona aspira a ser amada como persona, sin condiciones desinteresadamente, y esto solo es así en las relaciones familiares o de amistad, donde se dan los verdaderos amores.