Captación y Gestión del Agua para Consumo Humano: Normativa y Buenas Prácticas

Captación de Agua para el Consumo Humano

RD 3/2023 de 10 de enero

Este Real Decreto establece los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministros.

Artículo 31. Zona de captación

El agua destinada al consumo humano podrá proceder de cualquier origen, siempre que no entrañe un riesgo para la salud de la población abastecida.

Artículo 32. Toma de captación

La ejecución de una nueva captación o la modificación de las existentes queda sujeta a las condiciones que fije la administración hidráulica al otorgar la concesión o autorizar la modificación de sus características. (Ley de Aguas 1/2001, de 20 de julio).

El titular de la captación presentará la información que le requiera la administración hidráulica para su solicitud o regularización, en base a lo dispuesto en la regulación del dominio hidráulico, y solicitará el informe favorable de la autoridad sanitaria. Este informe deberá emitirse en un plazo de 3 meses desde la presentación de la comunicación.

Documentación a presentar por el titular de la captación a la Autoridad Sanitaria:

  1. Denominación de la captación, ubicación y coordenadas.
  2. Esquema o plano de principio y memoria explicativa.
  3. Denominación y código de la masa de agua y zona protegida donde se situará la nueva captación; profundidad y características del suelo y tipo de roca encajante.
  4. Posibles focos de contaminación aguas arriba en caso de origen superficial y en el terreno, en caso de origen subterráneo.
  5. Medidas previstas y perímetros de protección solicitados.
  6. Análisis previo con los parámetros del Anexo I, partes A, B y C; excepto los siguientes parámetros: clorito y clorato, trihalometanos, ácidos haloacéticos, cloro libre residual y cloro combinado residual en un laboratorio que cumpla con lo descrito en el artículo 20. En el caso que la autoridad sanitaria lo considere necesario, se hará también un control de radiactividad según se señala en el Anexo II, parte B.
  7. Zonas de abastecimiento y tratamiento de potabilización posterior previsto.
  8. Caudal medio anual previsto en metros cúbicos.

El titular de la captación deberá instalar las medidas de protección adecuadas, según establece la Autoridad Sanitaria, con el fin de evitar la contaminación y degradación de la calidad del agua.

El operador mantendrá las medidas de protección propias de su competencia y deberá designar al menos un punto maestro para la toma de muestras.

Artículo 33. Conducciones

La construcción o remodelación de una conducción existente, de una longitud proyectada mayor a un kilómetro, requerirá el informe favorable de la autoridad sanitaria. Para ello, la entidad pública o privada responsable del proyecto deberá presentar a la autoridad sanitaria, antes del comienzo de las obras, a través de medios electrónicos, al menos la siguiente documentación:

  1. Esquema o plano de principio y memoria explicativa.
  2. Procedencia del agua e indicación de si está previsto que lleve agua bruta o agua de consumo.
  3. Si es abierta, los posibles focos de contaminación que puedan existir.
  4. Medidas de protección.
  5. Material de revestimiento que vaya a estar en contacto con el agua.
  6. Destino del agua.

En el plazo de tres meses desde la presentación de esta documentación, la autoridad sanitaria emitirá un informe vinculante sobre la viabilidad sanitaria del proyecto.

Antes de la puesta en funcionamiento, se realizará un lavado y desinfección de las conducciones.

Cuando una conducción de agua bruta no esté cerrada, si la autoridad sanitaria considera que existe un riesgo para la salud de la población, el operador de la misma deberá proceder a su cerramiento.

Cuando una conducción lleve agua de consumo, siempre deberá ser cerrada, y preferiblemente a presión, si las circunstancias lo permiten.

El operador de la conducción deberá designar al menos un punto de muestreo para la posible toma de muestras.

Artículo 34. Suministro de agua mediante cisternas y depósitos móviles

  1. El operador de una zona de abastecimiento podrá recurrir al uso de cisternas o depósitos móviles, como máximo durante cuatro meses al año, sin perjuicio de lo dispuesto en el siguiente apartado. Excepcionalmente, si el operador de una zona de abastecimiento o particulares deben suministrar agua de consumo mediante cisternas más de cuatro meses al año, deberán comunicarlo previamente a la autoridad sanitaria para obtener el informe sanitario favorable.
  2. El operador que suministre agua mediante una cisterna o depósito móvil solicitará la autorización administrativa correspondiente a la autoridad competente, autonómica o local, para darse de alta en esta actividad.
  3. En los suministros de este tipo, los operadores implicados deberán presentar a la autoridad sanitaria, en cuyo ámbito se realice la carga y la descarga, al menos la siguiente documentación:
    1. Información básica:
      1. Matrícula y número de bastidor.
      2. Capacidad de la cisterna.
      3. Material de revestimiento interior.
      4. Indicar si se realiza por el operador de la cisterna algún tipo de tratamiento al agua de consumo.
      5. Última limpieza y desinfección. Siempre que esta información no haya sido aportada previamente por parte del propietario de la cisterna o esta ya haya sido autorizada.
    2. Información en cada suministro alternativo:
      1. Procedencia y destino del agua, y los operadores que intervengan.
      2. Fecha/s de uso o transporte del agua de consumo.
      3. Motivo por el que se recurre a este tipo de suministro.
      4. Análisis de control del agua de procedencia de la carga, al menos en el último mes, con los parámetros que señale la autoridad sanitaria, por parte del operador que entrega el agua al operador de la cisterna, en un laboratorio que cumpla con lo descrito en el artículo 20 y el Anexo III.

Artículo 35. Características de las cisternas o depósitos móviles

  1. Las cisternas o depósitos móviles que se utilicen para transporte de agua de consumo tendrán claramente señalado y suficientemente visible que se trata de un transporte de agua de consumo, en su caso, mediante el pictograma de agua de consumo (grifo blanco sobre fondo azul).
  2. En caso de que la cisterna se haya estado utilizando para transporte de una materia alimentaria distinta de agua de consumo, antes de proceder a transportar agua de consumo, deberá procederse a su limpieza en profundidad, eliminando cualquier resto del alimento anteriormente transportado, seguido de una desinfección.
  3. Durante el periodo de duración del suministro alternativo, las cisternas, depósitos u otros elementos móviles que se empleen sólo podrán utilizarse para el transporte de agua de consumo.
  4. El operador, en el caso de cisternas o depósitos móviles que puedan acoplarse a diferentes cabezas tractoras, deberá disponer de la identificación de la cisterna. En cada suministro de este tipo, el gestor deberá contar con el informe sanitario favorable.
  5. El operador de la cisterna o depósito móvil deberá realizar la carga en una zona de abastecimiento cuya agua sea apta para el consumo, quedando por tanto excluida la carga directa desde una captación o cualquier otra infraestructura no representativa de la calidad del agua de la zona de abastecimiento.
  6. En todo momento, el operador de la cisterna adoptará las medidas de protección oportunas para que la calidad del agua de consumo no se degrade, así como aquellas medidas correctoras que en su caso señale la autoridad sanitaria. En el punto de entrega del depósito o red para suministrar agua de consumo a la cisterna, en las nuevas instalaciones se pondrá una válvula antirretorno y será exclusivo para la cisterna.
  7. El propietario de la cisterna vigilará de forma regular la situación de la estructura, elementos de cierre, valvulería e instalación en general, al menos una vez al año. Previamente al inicio de la actividad, deberá realizar la limpieza y desinfección del interior de la cisterna. La limpieza deberá tener una función de desincrustación y desinfección, seguida de un aclarado con agua de consumo.
  8. El propietario de la cisterna deberá designar al menos un punto de muestreo para la toma de muestras.

Modalidades de Captación

Aguas de Precipitación

Las aguas de precipitación pueden proceder de la lluvia, nieve o niebla. En la actualidad, la captación se suele llevar a cabo mediante:

  • Azoteas acondicionadas.
  • Tejados con sistema de recolección.
  • Impermeabilización de laderas con depósitos de recogida.

Antiguamente, civilizaciones como los árabes recogían el agua de lluvia en aljibes a través de conducciones en las plazas de sus fortalezas. Los romanos también transportaban el agua de deshielo y lluvia desde las laderas de las montañas a sus ciudades a través de acueductos.

En algunas zonas, sobre todo de alta montaña, se capta el agua de las nieblas. Estas aguas son captadas mediante grandes mallas donde condensan, cayendo posteriormente a su base donde son recogidas.

En teoría, esta agua sería potable tanto química como microbiológicamente; sin embargo, en la práctica suele estar contaminada, por lo que al menos es necesario realizar un tratamiento de desinfección.

Problemas en las aguas de precipitación:

  • El agua de lluvia pasa por varias etapas antes de llegar al suelo. Como consecuencia, arrastra materiales en suspensión a través del aire, como polvo y contaminantes como plaguicidas, SO2, etc.
  • Al tomar contacto con el suelo, incorpora partículas en suspensión, compuestos y elementos disueltos. También hay que tener en cuenta la contaminación bacteriológica, sobre todo si recorre trayectos en suelo urbano.
  • Cuando la captación es de aguas de deshielo, hay que tener en cuenta las partículas arrastradas como consecuencia de la erosión del terreno.

Aguas Superficiales

Las aguas superficiales utilizadas en la captación pueden proceder de ríos, embalses o lagos.

La elección del punto de captación en un río es variable, ya que depende de varios factores como caudal, materiales de arrastre, navegabilidad, etc., requiriéndose un estudio particular para cada caso. Según esto, pueden efectuarse tomas en el fondo, en los laterales, por sifón, etc. La captación debe hacerse siempre aguas arriba de la población que se quiere abastecer. Habitualmente se sitúa la toma de agua en la zona central del cauce, próxima a la superficie.

En los lagos y embalses, la captación depende de la profundidad, pudiéndolos clasificar en:

  • Lagos y embalses profundos de nivel relativamente constante: en estos, la captación se hará mediante torres a una profundidad de 30 a 35 metros para obviar los problemas de aparición de plancton por efecto de la luz solar, y al menos a 7 metros por encima del fondo para evitar la contaminación por partículas ocasionadas por las corrientes profundas.
  • Lagos y embalses de poca profundidad y nivel variable: donde la captación debe estar alejada de la orilla y al menos a 20 cm de la superficie, con objeto de eliminar los contaminantes flotantes y que el agua esté aireada, lo que favorece la autodepuración. Utilizándose para ello tomas flotantes. Debido a que en los embalses poco profundos el nivel es variable, se suelen instalar torres con tomas a diferentes alturas.

La calidad requerida para las aguas superficiales destinadas a la producción de agua potable está regulada en la Orden de 11 de mayo de 1988. (BOE 142/1988 de 24 de mayo).

Los métodos de análisis aplicables a las aguas superficiales y la frecuencia de muestreo están regulados en la Orden de 8 de febrero de 1988. (BOE 53/1988 de 2 de marzo).

Según esta normativa, se establece que, en el punto de captación, las aguas destinadas al consumo público se clasifican en tres grupos según el tratamiento que deban seguir para su potabilización:

  • Tipo A1: Tratamiento físico simple y desinfección, por ejemplo, filtración rápida y desinfección.
  • Tipo A2: Tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección, por ejemplo, precloración, coagulación, floculación, decantación, filtración y desinfección (cloración final).
  • Tipo A3: Tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección, por ejemplo, cloración hasta el punto de ruptura, coagulación, floculación, decantación, filtración, afino (carbón activo) y desinfección (ozono, cloración final).

Problemas en las aguas superficiales:

  • La calidad del agua depende de la naturaleza geológica de la cuenca de captación. Como ejemplo, diremos que los ríos con cuencas impermeables de granito originan aguas turbias, coloreadas, blandas y ligeramente ácidas.
  • Las poblaciones e industrias situadas antes de la captación vierten sustancias tóxicas, sales no tóxicas y patógenos que entran en el ciclo del agua.
  • El uso de la agricultura intensiva requiere el empleo de grandes cantidades de productos químicos como fertilizantes, que se incorporan a los cauces provocando eutrofización de las aguas.
  • Otros productos que se usan para proteger las cosechas, insecticidas, fungicidas, pesticidas, van también a los cauces de las aguas.
  • Algas y/o vegetación pútrida en épocas de estío, cuando el caudal es bajo y las cuencas poco profundas, producen toxinas, malos olores, cambios del pH del agua y reducen la velocidad de flujo de entrada del agua a la ETAP (eutrofización).

Aguas Profundas

Son las que existen debajo de la superficie del terreno, en concreto, es aquella situada bajo el nivel freático, que se desplaza por los acuíferos.

Llamamos acuífero a aquella formación geológica que es capaz de almacenar y transmitir el agua subterránea a través de ella en cantidades significativas, de modo que pueda extraerse mediante obras de captación. Los acuíferos pueden ser libres o freáticos y cautivos o confinados.

Los sistemas más antiguos de utilización del agua subterránea consistían en el aprovechamiento directo de manantiales o fuentes, y las obras de captación se efectuaban a “pico y pala”. Consistían en excavar pozos y construir galerías horizontales. Los pozos modernos requieren una sofisticada tecnología en la que se precisa un diseño técnico adecuado de la captación, así como un conocimiento detallado del acuífero. (Referencia bibliográfica: “Las aguas subterráneas. Un recurso natural del subsuelo” de la Fundación Marcelino Botín, editado por el Instituto Geológico y Minero de España y el Ministerio de Educación y Cultura).

En los pozos, la calidad del agua depende fundamentalmente del terreno:

  • Los terrenos arenosos producen menos contaminación por efectos de la filtración.
  • Los terrenos arcillosos (impermeables) producen más contaminación al no filtrarse el agua, sino que circula a través de grietas.

Es imprescindible que se garantice un perímetro de protección de 100 a 250 m con valla o alambrada que impida la penetración de animales. Además, los pozos deben tener un cierre hermético y una zona cementada alrededor que evite la penetración directa de agua de lluvia y filtraciones.

Problemas en las aguas profundas:

  • En los pozos profundos, el agua recorre grandes distancias y tendrá un tiempo de contacto bastante alto con las formaciones rocosas y la tierra, dando lugar a una intensa mineralización.
  • Además, suele llevar partículas en suspensión, a veces de tamaño elevado. Es recomendable realizar una filtración grosera o desbaste del agua antes de su utilización y tratamiento posterior.
  • Las aguas de pozos suelen ser limpias e incoloras, pero si contienen manganeso o hierro en contacto con el aire, forman óxidos o hidróxidos minerales que la enturbian.
  • Un gran problema son las infiltraciones del terreno. Estas dependen de la geología, del tipo de suelo, el perfil de las precipitaciones y del ritmo de aplicación de contaminantes (vertidos, fertilizantes, pesticidas, etc.) a los suelos.
  • La mayor contaminación por lixiviados existe en otoño e invierno. Tienen especial importancia los nitratos que se lixivian a las capas freáticas como consecuencia de una agricultura intensiva.
  • Además, debido a las condiciones constantes de temperatura y luz, estos contaminantes no se degradan, acumulándose en los acuíferos subterráneos. La magnitud del problema aumenta con el tiempo.
  • Tampoco se debe captar agua de zonas próximas a instalaciones de recogida de aguas residuales urbanas, industriales o de granjas ganaderas donde puede haber infiltraciones.
  • En aquellas zonas cerca de la costa donde hay un bombeo excesivo de agua, se puede producir una intrusión de la sal del mar en los acuíferos.
  • Es muy importante hacer un uso razonable del agua subterránea extraída por bombeo, ya que si se sobreexplota el acuífero y no se alimenta con recargas artificiales, este puede llegar a agotarse.

Depósitos sin Captación

En aquellas zonas donde se necesita agua y no se puede obtener por los sistemas de captación convencionales, se suelen abastecer de depósitos propios de llenado periódico.

Este problema es típico de zonas rurales aisladas y zonas costeras donde, debido al fuerte incremento de la población en épocas estivales, el consumo de agua es muy alto.

El llenado de los depósitos se realiza mediante camiones cisterna o trasvases de otras redes públicas o conducciones comunitarias.

Estos depósitos suelen ser de muy diversos materiales: metálicos, fibrocemento, poliéster o fibra de vidrio. Los depósitos de acumulación pueden ser superficiales o estar enterrados. Estos últimos tienen que tener las paredes convenientemente aisladas para evitar contaminaciones por filtraciones de contaminantes no deseables.

Cuando los depósitos son superficiales, deben estar cerrados y convenientemente ventilados.

Problemas:

  • Suelen presentar problemas de corrosión, infiltraciones, lodos y putrefacción.
  • Debido a que el transporte del agua se realiza en cisternas metálicas o que los depósitos son de este material, hay que tomar las debidas precauciones para evitar el efecto de corrosión.
  • En los depósitos, con el tiempo se acumulan fangos que merman su capacidad y que deben ser retirados. Además, se deben limpiar con agua a presión por higiene o por necesidad de reparaciones como impermeabilizaciones, lo que conlleva que hay que vaciar el depósito.
  • Los contaminantes propios de las aguas pueden dar lugar, en caso de estancamiento, a fenómenos de putrefacción.

Aguas de Mar

La captación de aguas marinas solo se lleva a cabo en aquellas zonas donde no se dispone de otras fuentes de captación, evitando también lugares en los que se realicen vertidos de aguas residuales.

Problemas:

  • Contaminación marina causada por vertidos de sustancias tóxicas.
  • La tecnología disponible para la desalinización de las aguas de mar, por su elevado coste, impide su uso extensivo.

Anexo II de la Orden de 8 de febrero de 1988 (BOE n.º 53 de 2 de marzo de 1988)

Aquí se especifica la frecuencia mínima anual de las muestras y la frecuencia mínima anual del análisis de cada parámetro.

Categoría de ParámetrosParámetros 1
(pH, coloración, materias totales, suspensión, temperatura, conductividad, olor, nitratos, cloruros, fosfatos, DQO, DBO5, % de saturación de O2 disuelto, amonio)
Parámetros 2
(Hierro disuelto, manganeso, cobre, zinc, sulfatos, agentes tensioactivos, fenoles, nitrógeno, coliformes totales, coliformes fecales)
Parámetros 3
(Fluoruros, boro, arsénico, cadmio, cromo total, plomo, selenio, mercurio, bario, cianuro, hidrocarburos disueltos o en emulsión, carburos aromáticos policíclicos, plaguicidas, total sustancias extraíbles con cloroformo, estreptococos fecales, salmonela)