Atención y Motivación: Claves para el Aprendizaje Efectivo en la Escuela
Atención y Motivación
1. Atención: Proceso Regulador del Aprendizaje
La atención es el proceso que nos permite seleccionar la información sensorial en cada momento y dirigir nuestros procesos mentales. En el ámbito escolar, la atención es la que permite al alumno el control de cualquier actividad de la vida escolar.
1.1. La Atención y la Escuela
La atención conlleva dos grandes procesos que se solapan:
- Mantenimiento de la activación cerebral para procesar cualquier tipo de información.
- Orientar la atención a una dirección específica.
Existen diferentes formas de atención que se desarrollan evolutivamente en función de la maduración, complejidad y edad de los niños. Estas formas de atención son: focalizada, sostenida, selectiva, dividida y alterna.
1.2. Neurobiología de la Atención: TDAH
Las áreas corticales que regulan la atención son: la corteza prefrontal, la corteza parietal posterior y el giro fusiforme de la región occipitotemporal. Las lesiones en estas áreas muestran trastornos de la atención y las personas con lesiones en estas áreas tienen dificultad para dar respuestas inmediatas a situaciones de la vida cotidiana.
Las técnicas de neuroimagen muestran tres áreas subcorticales que están en relación con la atención: sistema límbico, hipocampo y sistema reticular ascendente.
Existen distintas patologías asociadas a la atención:
- Hipoprosexias o alta distractibilidad.
- Aproxesias, fijación de la atención.
- Hiperproxesias, excesiva focalización.
- TDAH es el déficit de atención en el que hay tres procesos afectados: la integración temporal, la memoria de trabajo y la inhibición.
2. Motivación y Emoción: Dos Aspectos Reguladores del Aprendizaje
La motivación y la emoción son importantes para el aprendizaje. El objetivo de la educación es que el niño pueda integrar en su propio desarrollo los procesos afectivos, cognitivos y conductuales en su actividad académica para asumir de manera positiva lo escolar. Como maestros, no debemos olvidar:
- Mantener la cara sonriente.
- Las situaciones divertidas y positivas potencian el aprendizaje y fijan más rápidamente los contenidos escolares.
- Nunca chillar ni gritar.
- La escuela como un lugar para la alegría.
- Evitar las malas contestaciones, ridiculización en público, siempre lenguaje positivo.
2.1. Neuroanatomía de la Emoción
Hay distintas estructuras implicadas en el proceso emocional y de la motivación. La amígdala es un componente básico que nos provoca la emoción, ya que media entre estímulo-refuerzo. Pero cuando la situación ambiental cambia, la corteza orbitofrontal se encarga de desconectar esas conexiones. Hay diferencias en los hemisferios en cuanto al control de la conducta emocional. El derecho detecta el estado de ánimo y el izquierdo se centra más en lo racional.
Otra cuestión importante es la conexión entre el tálamo y la amígdala. Gracias a esto, la emoción llega a la amígdala antes de que el tálamo reenvíe la información a zonas corticales, toma de decisiones.
2.2. Psicobiología de la Motivación y el Ámbito Escolar
Podríamos definir la motivación como un estado de energía, excitación o intensidad emocional que nos lleva a realizar conductas en nuestra vida diaria. En el ámbito educativo, se puede reelaborar esta definición para decir que es un proceso interno que activa, dirige y mantiene la conducta del aprendizaje.
Es posible que en el contexto escolar se hable más de motivación que de emoción. Sin embargo, la emoción es un elemento importante de refuerzo de la motivación.
En la motivación participan muchas cosas: metas personales, mantenimiento de prestigio, deseo de superación… También le pueden afectar cosas tan simples como las del clima del aula como la temperatura, la luz o la claridad del sonido. Pero es la emoción la que puede afectar positiva o negativamente en la emoción. Así, la depresión, la ansiedad y la inquietud pueden generar una sensación de ‘indefensión aprendida’ con consecuencias evidentes en el rendimiento del aprendizaje escolar.
El cerebro, en cualquier caso, dispone de un buen sistema de motivación consistente en la búsqueda incesante de novedades: el niño se motiva si tiene nuevos estímulos que explorar o conocer. En un ambiente sin contrastes y estable, el cerebro del niño no encuentra la motivación suficiente y se vuelve pasivo.