Análisis del Crecimiento Económico: Modelos, Cambio Estructural e Innovación
Modelo de Solow
Crecimiento sin Progreso Técnico
El crecimiento de la moderna teoría del crecimiento se produjo a partir de la mitad del siglo XX. Parte de cinco supuestos:
- Los hogares ahorran una proporción determinada de la renta que reciben: al crecer sus ingresos, crece también el volumen que ahorran, manteniéndose relativamente invariante la proporción.
- La inversión se dedica bien a aumentar el capital, bien a reponer el capital existente. En una economía cerrada, la inversión solo puede financiarse a través del ahorro (S=I).
- La población crece a un ritmo dado, que es diferente entre países, pero relativamente invariante en cada uno de ellos.
- Se supone que la actividad productiva nacional podría asemejarse a la de una gran fábrica, de modo que el output obtenido es el resultado de combinar los inputs productivos (capital y trabajo) de acuerdo con la tecnología disponible y conforme a los precios que rigen en los mercados.
- Esta función de producción agregada se caracteriza por: a) tener rendimientos de escala constantes, b) tener rendimientos marginales decrecientes para cada factor, y c) cumplir las condiciones de Inada.
Crecimiento con Progreso Técnico
Al objeto de completar el desarrollo analítico, puede incorporarse el progreso técnico en la función agregada de producción. Se recurrirá para ello a una expresión genérica, que supone que el nivel tecnológico progresa a un nivel constante en el tiempo; y que todo progreso se traduce a un incremento de la eficiencia del trabajo. La renta per cápita de equilibrio está sometida a una continua expansión, dada la presencia de un progreso técnico. Por su parte, la tasa de crecimiento de la renta, en el estado estacionario, es igual a la suma de las tasas de crecimiento de la población y del progreso técnico. Acorde con esta visión, las diferencias en los niveles de renta per cápita de los países se deben a la existencia de diversos niveles de ahorro (e inversión), crecimiento demográfico, depreciación del capital y tasa de progreso técnico.
Crecimiento Endógeno
El crecimiento endógeno sostiene que el crecimiento económico es el resultado de factores endógenos (aquellos que tienen una relación directa con la oferta y la demanda de los bienes) y no de fuerzas externas como propone la teoría neoclásica. Asimismo, mantiene que el capital humano, la innovación y el conocimiento contribuyen de manera significativa a potenciar el crecimiento. Podemos decir que esta teoría propone encontrar un factor que:
- Sea generado por el propio proceso de crecimiento.
- Sea capaz de impulsar la dinámica económica.
- No esté sometido a rendimientos marginales decrecientes.
El crecimiento endógeno se clasifica en tres grandes líneas de trabajo:
- Considera que el progreso técnico es consecuencia de la existencia de externalidades debidas al proceso de producción. Y considera que el uso del capital permite a los trabajadores incrementar sus niveles de formación, conocido como “learning by doing” (aprender haciendo).
- Une el capital físico y el capital humano (conjunto de destrezas y conocimientos de las personas), con la finalidad de incrementar la dotación del capital físico y ampliar la educación, con el objetivo de mejorar las rentas futuras.
- Apoya que la innovación es un factor para una función agregada de producción y que este esfuerzo innovador genera nuevos productos de los que carecen sus competidores.
Crecimiento y Cambio Estructural
Cambio estructural: Proceso estratégico que persigue propiciar un conjunto de transformaciones en la estructura económica y en la participación social, a través de cambios de fondo que corrijan desequilibrios estructurales fundamentales del aparato productivo y distributivo tales como: la falta de ahorro interno y los desequilibrios de la balanza de pagos, modernización del aparato productivo y distributivo; descentralización de actividades productivas y de bienestar social; orientar el financiamiento a las prioridades del desarrollo; fortalecer al Estado impulsando al sector privado y social; saneamiento de las finanzas públicas, y preservar, movilizar y proyectar el potencial de desarrollo nacional, entre otros. El cambio y el crecimiento tienen pautas comunes como son la demanda, la producción o el comercio.
Perspectiva de la Oferta
La composición del producto de una economía en su desagregación sectorial más simple, las producciones de los tres sectores básicos: la agricultura, la industria y los servicios. Lo cual podemos decir que el crecimiento económico total se expresa como una suma ponderada de los crecimientos sectoriales. La participación de la agricultura va disminuyendo a medida que aumenta el nivel de renta de los países. Mientras que las participaciones de la industria son similares entre los países más ricos y los países más pobres. Por último, está el sector más favorecido por el crecimiento de la renta, el sector servicios. Cabe señalar sus causas explicativas, donde en una economía cerrada la demanda de un determinado sector depende de sus precios relativos, de la renta nacional (determinan la capacidad adquisitiva de los consumidores) y también de la correspondiente elasticidad de precio y renta. Por lo tanto, la evolución de los precios estará negativamente relacionada con las ganancias relativas de productividad. Por otro lado, la renta también determina los cambios en la composición del producto, pues cuando esta aumenta también lo hace la demanda de cada sector; a niveles bajos de renta los consumidores tienen más preferencia por los bienes de primera necesidad y a medida que la renta crece, se van cubriendo las necesidades inmediatas y su demanda se dirige a bienes industriales y a servicios.
Perspectiva de la Demanda
El crecimiento total de una economía es la suma ponderada del crecimiento del consumo privado, la inversión, el gasto público y las ventas, las exportaciones e importaciones. La estadística indica la existencia de una relación entre el nivel de desarrollo y los contribuyentes de la demanda, lo cual a medida que aumenta el nivel de renta se produce una reducción del consumo privado. Cabe decir que cuanto más pobre es el país en cuestión, mayor es la proporción de la renta que se dedica a los consumos básicos, quedando menos margen para la inversión o el gasto público. Por último, el comercio exterior, cabe resaltar que en los países de menor renta exista una brecha importante entre los pesos de exportaciones e importaciones. En la tasa de ahorro los individuos deciden su consumo y con ello sus ahorros atendiendo a los ingresos. También se observa que para todos los niveles de desarrollo existe una relación directa entre la tasa de crecimiento y la tasa de ahorro.
El Cambio Estructural como Determinante del Crecimiento
El cambio estructural también puede ser un factor de crecimiento. Acorde con esta visión, el incremento del peso de los sectores industriales y de servicios, además de ser un efecto del incremento, ha sido un factor promotor del mismo, al ser la productividad en estos sectores superior al sector primario. El cambio estructural ha operado en contra de la agricultura y de la industria y a favor de los servicios. Finalmente, no nos hemos centrado aquí sobre los tres grandes sectores de una economía, pero el cambio estructural afecta también a la composición interna de esos mismos sectores. Tal como nos recuerda Rodrik, la clave del proceso de desarrollo es avanzar hacia una creciente diversificación y complejidad productiva y para ello es necesario animar la innovación y el emprendimiento.
Innovación y Crecimiento
Conceptos Generales
La innovación y el cambio tecnológico tienen un papel crucial en la explicación del crecimiento económico. La innovación es un proceso multidimensional que puede afectar a los productos o a los procesos de producción. La innovación de producto comporta el desarrollo de un nuevo bien o variedad, lo que amplía la gama de bienes disponibles y mejora la calidad de los existentes; la innovación de proceso implica cambios en el modo de producir un bien, modificando los equipos, los procedimientos de trabajo o los modos de organizar la producción, y suele repercutir en una reducción de costes. La innovación alude a cambios en el hardware y software de las empresas mediante cambios en la gestión y en la organización de los negocios. Podemos distinguir entre investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). La investigación implica la generación de nuevos conocimientos, y puede ser básica (si los conocimientos son teóricos o experimentales sin el objetivo de una aplicación directa) o aplicada (si tiene un objetivo práctico). El desarrollo utiliza los conocimientos existentes para producir nuevos materiales, aparatos, productos, servicios, diseño de procesos, sistemas de producción o mejoras en los mismos. La innovación alude a la obtención en la producción de resultados, métodos, organización o relaciones externas sustancialmente diferentes de los preexistentes. El esfuerzo tecnológico mejora la productividad e impulsa el crecimiento, esa mejora en las rentas permite alentar nuevo progreso tecnológico, creándose las bases para una relación circular entre crecimiento e innovación. La ventaja monopolística que generan las innovaciones es más perdurable cuanto más difíciles son los procesos de difusión tecnológica. Existen diferentes mecanismos por los que las innovaciones se difunden, desde mecanismos directos como la imitación o la copia, hasta indirectos como el comercio, la inversión extranjera directa, las licencias y asociaciones de empresas o la participación en redes de conocimiento. Al potencial de los servicios para generar y difundir innovaciones hay que añadir su creciente peso en la productividad y el empleo de las economías avanzadas. La innovación en los servicios se caracteriza por la adaptación de conocimientos de fuentes externas, a través de la compra de equipamiento y software, de propiedad intelectual o de colaboraciones.
Las políticas de innovación suelen recurrir a cuatro palancas principales: la inversión en educación, para crear una base de científicos e ingenieros que favorezca la absorción de las innovaciones por parte de las empresas; el acceso a la información, la difusión de las innovaciones y su transferencia a las empresas; la financiación, para adaptar y desarrollar los avances técnicos; y los incentivos para evolucionar desde un empresario tradicional a un empresario emprendedor.
Desigualdad Internacional
Es evidente que no todos los países están en iguales condiciones para generar y obtener provecho de las nuevas tecnologías. A los países pobres les afectan sus reducidas capacidades para generar tecnología propia y absorber la tecnología desarrollada por otros. Para que esto se produzca es necesario que los países dispongan de recursos humanos formados, un aparato productivo acorde con las necesidades técnicas de los nuevos bienes, de una investigación doméstica para acometer los procesos de adaptación y desarrollo de la nueva tecnología, así como de instituciones y políticas que favorezcan la estabilidad macroeconómica y el clima de inversión empresarial. Son todos ellos requisitos que los países en desarrollo cumplen en muy pequeña medida. No es extraño que se mantenga e incremente la brecha tecnológica entre países. El Índice de Logros Tecnológicos clasifica a los países en función de su potencial para la creación y difusión de la tecnología: los líderes como Finlandia, Estados Unidos, Suecia, Japón, en los cuales la innovación es continua y presentan elevadas tasas de creación, difusión y cualificación tecnológica; los líderes potenciales como Italia, España o Argentina, a importante distancia del primer grupo, que han hecho importantes inversiones en capital humano y difundido y desarrollado viejas tecnologías, aunque no han innovado mucho; los adoptantes dinámicos como Brasil, China, India o Suráfrica, con elevada cualificación humana, activos en el uso de nuevas tecnologías, especialmente en algunos núcleos y actividades, pero con una difusión muy incompleta de las tecnologías tradicionales; y los marginales, como Nicaragua, Pakistán o Mozambique, donde la población apenas se ha beneficiado de la difusión de viejas tecnologías. Desde finales del siglo XX, el conocimiento se considera un medio de producción de nuevos conocimientos, así como de bienes y servicios con valor añadido, por lo que es un determinante fundamental de la productividad y del crecimiento. La sociedad del conocimiento basa el comportamiento económico en la sociedad de la información, codificada y transmitida digitalmente; en la economía del aprendizaje, con la adquisición continua de habilidades; y en sistemas nacionales de innovación basados en redes de conocimiento.