Tipos de familia según su estructura
el modelo sistémico se centra en las interacciones actuales de todos los miembros de la familia (o los sistemas relevantes), en lugar de buscar las causas pasadas de los síntomas. Éstos se entienden como una comunicación congruente con la dinámica del sistema, y se insertan en un patrón interaccional complejo. Son estos patrones los que caracterizan a una familia como una entidad supraindividual, o sistema.
Una de las principales carácterísticas del modelo sistémico es su énfasis en la comunicación. Centrarse en la comunicación permite estudiar la interacción, lo que ocurre entre las personas, en lugar de lo que ocurre dentro de ellas. En efecto, a diferencia del concepto de conducta, que habitualmente se entiende referida a un individuo, la comunicación, ya por su naturaleza, necesita dos o más interactuantes. Concebir la actividad humana como comunicación supone partir de la idea de que lo que hacemos, sea lo que sea, tiene un valor de mensaje, está en relación a otro. Por otro lado, la conducta, foco habitual de la psicología, se entiende distinta de la cognición y la emoción. Contrariamente, la noción de mensaje implica necesariamente la de significado. Toda acción tiene un significado, bien sea algo que se manifiesta de forma motora, verbal o emocional. Todo mensaje debe ser decodificado.
Influido por la Teoría de los Tipos Lógicos, Bateson concibió la comunicación en dos niveles lógicos distintos, la clase y sus miembros. Todo mensaje aporta información acerca de cada uno de estos niveles. En el nivel de la clase, indica que tipo de mensaje se trata. El nivel de los miembros, lógicamente inferior, lo constituye el contenido del propio mensaje. Al mismo tiempo, este nivel lógico superior, que indica la clase de mensaje de que se trata, supone una definición de la relación, una propuesta sobre el tipo de relación, que requiere respuesta por parte del otro. Así, la comunicación, vista como intercambio de mensajes, supone
una continua negociación acerca de la posición de cada uno.
Propiedades sistémicas de la familia
La familia como sistema abierto: La familia como conjunto de individuos dinámicamente estructurados, cuya totalidad genera normas de funcionamiento, en parte independiente de las que rigen el comportamiento individual. El sistema es abierto en tanto intercambia información con el
medio.
Totalidad: El cambio en un miembro afecta a los otros, puesto que sus acciones (y significados) están interconectadas con las de los demás mediante pautas de interacción (interdependencia). Las pautas de funcionamiento del sistema familiar no son reducibles a la suma de los
individuos (no-sumatividad).
Límites: El sistema se compone de varios subsistemas, entre los que existen límites con una permeabilidad de grado variable. (difusos, claros y rígidos)
Jerarquía: La familia está estructurada jerárquicamente de acuerdo con varias formas de organización.
Retroalimentación: La conducta de cada miembro influye en la de los demás en forma de feedback positivo (favorecedor) o negativo (corrector).
Equifinalidad: Se puede llegar a una misma pauta de interacción a partir de orígenes y caminos muy diversos. El estado final es independiente del estado inicial.
Tendencia a estados constantes:
– La necesidad de economizar favorece la aparición de redundancias comunicacionales, que con el tiempo dan lugar a reglas interaccionales que pueden llegar a convertirse en parámetros del sistema.
– Con cada movimiento interaccional disminuye el número de variedades comunicacionales posibles (proceso estocástico).
– Los mecanismos que preservan el mantenimiento de las reglas interaccionales se consideran homeostáticos por su función de mantener un determinado equilibrio.
EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA
El ciclo vital de una familia se concibe como una serie de transiciones familiares en las que ocurre una re-negociación de las reglas interaccionales. Para la familia más típica o normativa (padre, madre, hijos) se describen las siguientes etapas:
Primeros años de matrimonio: es el tiempo en que se forma la alianza conyugal, se establecen las reglas de interacción (distribución de tareas, roles, etc.), y se regula la relación con familias de origen de ambos cónyuges.
Nacimiento y primeros años de los hijos: se re-organizan las tareas y roles, empiezan a aparecer las tríadas (alianzas, coaliciones), se re-definen las relaciones con «abuelos».
Hijos en edad escolar: es la etapa de la socialización de la familia, formación de rituales y se estipula la participación de los hijos en las tareas familiares.
Adolescencia y emancipación de los hijos: se requiere una re-definición de la relación entre los padres y el joven adulto, supone también un cierto re-encuentro de la pareja, al mismo tiempo que se convierten en cuidadores de sus familias de origen.
Retiro y vejez: una vez los hijos han creado sus propias familias se produce el llamado síndrome de «nido vacío», los padres deben re-organizar su vida en tareas no laborales, y con la edad pasan de ser cuidadores a precisar cuidados.
Escuela del MRI (MENTAL RESEARCH INSTITUTE)
Nacíó como necesidad de canalizar los intereses más clínicos, de formación y de asistencia, orientado al desarrollo de nuevas técnicas terapéuticas basadas en el modelo sistémico que daba sus primeros pasos.
Fundador: Don Jackson
´´TERAPIA CENTRADA EN LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA¨
«LA SOLUCIÓN ES EL PROBLEMA»
La principal aportación conceptual de esta escuela consiste en el particular análisis del problema que realizan en función del patrón interaccional en el que se inserta. Tomando el esquema de la causalidad circular, investigan la secuencia de (inter)acciones que rodean al problema. Básicamente, les interesa determinar quién hace algo cuando aparece el problema, y qué hace, para intentar solucionarlo.
De hecho, ellos consideran los problemas, o mejor dicho las dificultades, como parte esencial e inevitable del desarrollo humano. El ciclo vital supone afrontar innumerables dificultades, algunas más normativas o generales (p. Ej., el control de esfínteres, conseguir independizarse de los padres, el nido vacío) y otras carácterísticas sólo de algunas evoluciones familiares (duelo, divorcio, enfermedad, etc.), pero al fin y al cabo naturales, propias de la vida.
Estas dificultades se van resolviendo (o aceptando) de forma también natural, con los propios recursos de la persona que las afronta o con la ayuda de la familia o de otras personas de su medio o red social. No tienen por qué convertirse en problemas, aunque en ocasiones puedan general malestar y dolor.
Sin embargo, en los casos que llegan a consulta suelen aparecer verdaderos problemas que se repiten una y otra vez, generando un malestar desmesurado. En estos casos, se encuentra que las soluciones aplicadas por el propio sujeto o la familia a una de estas dificultades no la resuelve, sino que más bien el problema se exacerba. Por ello se suele aplicar “más dosis” de la misma solución o bien de otras soluciones del mismo tipo (u orden lógico) que vienen a ser “más de lo mismo”. En lugar de que la dificultad se supere, se hace más grande, creando un círculo vicioso de gran envergadura que constituye un problema de gravedad creciente.
Así, vemos que la solución aplicada fomenta más el problema, perpetuándolo
El creador de la escuela estructural, Salvador Minuchin, inició su andadura como terapeuta familiar e investigador a principios de los años sesenta en un suburbio de Nueva York, trabajando en una institución para delincuentes de entre ocho y doce años, cuyas familias eran pobres, desorganizadas y multiproblemáticas. En ese contexto resulta muy importante trabajar con los miembros de la familia o de los servicios implicados para aportar una cierta estructura a la familia.
LAS TRÍADAS Y SU ESTRUCTURA:
Para estas escuelas es central estudiar la estructura y organización de la familia viendo si ésta es suficientemente clara para el desarrollo de los miembros de la familia. Las interacciones de la familia se derivan de esta estructura, entendida como los roles que organizan la conducta que permite que se realicen las funciones de la familia.
Una de las primeras cuestiones a considerar es la jerarquía: ¿quién decide qué? ¿quién manda? ¿Cómo se deciden las cosas en esta familia? Para Minuchin los niños se desarrollan mucho mejor cuando los padres, u otros cuidadores, pueden colaborar adecuadamente en su cuidado. Si la jerarquía no está clara (como en una simetría inestable de la pareja parental), los conflictos y confusiones dificultan el desarrollo de los miembros de la familia, de los hijos en particular.
LAS TRÍADAS Y SU ESTRUCTURA:
Otra cuestión a considerar es la de las fronteras o límites entre subsistemas. Éstas sirven para definir quién participa de qué y cómo. Son como barreras invisibles que envuelven a los miembros de la familia y sus subsistemas. También sirven para regular su comunicación con el exterior. Ejemplos de subsistemas son el parental, el filial (entre los hermanos), el de los abuelos. En familias con muchos hijos, el sistema filial se puede dividir aún más.
Cuando estas fronteras son muy rígidas e impermeables, los miembros de la familia funcionan con independencia unos de otros, sin interesarse demasiado por lo que les sucede a los demás. Ello puede suponer un déficit con respecto a las necesidades socio-afectivas de sus miembros, indispensables para su desarrollo. A estas familias se les llama también desligadas.
En el caso contrario, cuando las fronteras son difusas o borrosas, poco definidas, no existen límites claros entre los miembros de la familia. Es como si todos pudieran hacer todo, pero no se pudiera hacer algo sin contar con el resto de los miembros. En cierta manera, todos creen saber lo que los otros piensan, sienten, harían… Así, es muy difícil tener intimidad personal o en un subsistema en particular (por ejemplo, entre los padres o entre los hermanos).
Coloquialmente, los estructurales llaman a estas familias “de puertas abiertas”. En ellas no parece estar bien visto cerrar la puerta de la habitación y es fácil que unos se entrometan en los asuntos de los otros. De esta forma, las necesidades de apoyo, afecto y protección se satisfacen en demásía. Sin embargo, las de independencia e individuación no se respetan de forma suficiente. A estas familias se las conoce como familias aglutinadas, y éste es uno de los rasgos de las familias psicosomáticas que estudiaron los terapeutas de la escuela estructural.
LAS TÉCNICAS ESTRUCTURALES
Uníón y acomodación (joining). Minuchin sugiere que en una primera fase hay que conseguir «entrar» en el sistema, unirse o acoplarse a la familia. Para ello emplea:
· El rastreo implica la recogida de la información interaccional y estructural. Le interesa comprender las pautas y reglas familiares, y principalmente su estructura (alianzas, coaliciones, jerarquía, etc.) y para ello explora las situaciones que le cuentan (y sobre todo quién y cómo las cuenta) para poder captar dicha estructura.
· El mantenimiento supone actuar respetando las reglas actuales del sistema a medida que se van descubriendo. Por ejemplo, si la madre actúa como portavoz de su hijo, en acomodación sea suficientemente buena, va a impedirlo (en la fase de restructuración).
· El mimetismo consiste en realizar alguna acción que resulte paralela a las de la familia. Por ejemplo, se puede quitar la chaqueta si algún miembro de la familia lo hace. Con ello se pretende la potenciación de algunos elementos de similitud entre el terapeuta y la familia por medio verbal o, preferentemente, no verbal. El mimetismo intenta conseguir que los miembros de la familia sientan al terapeuta más próximo, como si formara parte de su sistema, al menos en una cierta medida.
Técnicas de restructuración:
Redefinición positiva del síntoma. Intenta proporcionar una lectura relacional distinta de los hechos, que ponga en duda las estructuras del sistema. Se trata de desafiar las definiciones dadas en la familia, entre las que se incluye el rol del paciente identificado, cuestionando así su visión de la realidad. Por ejemplo, pensemos en un niño de unos tres años que comienza a llorar en el transcurso de la sesíón. La familia puede interpretar esto como un fastidio y, en último término, como una falta de competencia de la madre, que no puede hacer callar al niño. Pero el terapeuta puede utilizar exactamente los mismos hechos (el llanto del niño) otorgándoles un valor positivo: «Bueno, también él tiene algo que decir aquí». Al intervenir de este modo, el terapeuta está proponiendo una reformulación positiva del llanto del niño y a la vez le está otorgando el papel que merece, en el sentido de que un niño de tres años requiere mucha atención por parte de los padres.
Prescripción de tareas. Se trata de que varios miembros de la familia hagan cosas conjuntamente. En ocasiones estas tareas se ponen al servicio de la promoción de alianzas alternativas a las existentes, en lo que se denomina restructuración de límites.
Dramatización en la sesíón (enactment). El terapeuta pide que alguien de la familia realice alguna acción, en el aquí y ahora de la sesíón, que tiene el significado de alterar alguna función o estructura. Por ejemplo, una madre que se queja de que su hijo (de cinco años) es incontrolable, y que ella es incapaz de hacerlo. En un momento en el que el chico no para de ir de un lado para otro, el terapeuta le puede pedir a la madre que se siente encima de él. De esta forma, queda claro a nivel analógico que la madre tiene más poder (y fuerza física) que su hijo pequeño, por tanto, si no lo controla es, en última instancia, porque no quiere. Se rompe así la regla de la incontrolabilidad del niño, aunque solo sea una vez.
Desequilibración. Consiste en que el terapeuta forme una alianza intensa con un subsistema de la familia (a menudo el niño, o el más débil de los miembros de la pareja) para forzar una reestructuración de límites. Es, obviamente, una de las técnicas más arriesgadas, y requiere que el terapeuta luego lo compense para recuperar la neutralidad. De no ser así, corre el riesgo de convertirse en un aliado de un parte del sistema, y perder la confianza del resto
Segunda Tópica Freudiana
En 1923, en su obra «El Yo y el Ello», Freud expone su segunda hipótesis estructural acerca del psiquismo, en la cual presenta también tres instancias:
1. El Ello 2. El Súper-Yo 3. El Yo
1. El Ello. Constituye el polo pulsional de la personalidad. Contiene las pulsiones Inconscientes, en parte innatas y en parte reprimidas. El Ello es totalmente Inconsciente.
2. El Súper-Yo. Se forma por la interiorización de las exigencias y prohibiciones parentales. Su tarea es comparable a la de un juez respecto al yo. Son funciones del Súper-Yo la conciencia moral, la autobservación y la formación de ideales. El Súper-Yo es el asiento de los valores, la discriminación entre lo que está bien y lo que está mal. Es, por ende, una instancia netamente cultural y tiene «partes» conscientes, preconscientes e Inconscientes.
3. El Yo. El núcleo del Yo se asocia al sistema percepción-conciencia, pero no se limita a eso, dado que Freud adjudica al Yo la tarea defensiva de la represión; y la represión es Inconsciente.
Tal como señalán Laplanche y Pontalis en su «Diccionario de Psicoanálisis», el Yo «se encuentra en una relación de dependencia, tanto respecto a las reivindicaciones del Ello como a los imperativos del Súper-Yo y a las exigencias de la realidad». Si bien es una instancia que se exhibe como mediadora y como representante de los intereses de la totalidad de la persona, Freud puntualiza que la autonomía del Yo es ficticia.
GESTALT (Alemania)
Precursores Max Wertheimer, Kurt Koffka y Wolfgang Köhler
Nace tomando los argumentos del estructuralismo y funcionalismo, pero en contraposición.
Wertheimer en la percepción visual al aprendizaje humano (aporta el sujeto ‘algo’ que no se halla presente en el estímulo). Visón del mundo. Qué es lo que vemos el mundo qué comprendemos cuando vemos al mundo.
Kofka: estudió como comprendemos u organizamos la información mentalmente al darle forma a nuestro campo visual. Principio del Isomorfismo: las ideas se producen en el orden en que existen las sensaciones de las que son reproducciones
Figura y fondo; para determinar que es la figura y que es el fondo nuestro cerebro agrupa los elementos de la imagen según la luz que reciben, la intensidad de los colores, las líneas que marcan el corte entre un color y otro. Eso permite distinguir cuando acaba una figura y cuando comienza la otra. Esto ha permitido entender cómo llega la información desde el exterior y como es procesada por nuestro cerebro.
Leyes de la Gestalt: Ley de la Pregnancia o buena forma, Principio de la semejanza, Principio de la proximidad, Principio de simetría, Principio de continuidad, Principio de la dirección común, Principio Figura y Fondo
2.- Sistemas Teóricos en Psicología, una introducción a la psicología como ciencia
Perspectiva psicoanalítica
Precursor Sigmund Freud (Austria) primera mitad del Siglo XX.
Las alteraciones neuróticas no se podían abarcar desde los síntomas físicos eran insuficientes. Freud, a través de sus estudios con pacientes llegó a la conclusión que el origen de los trastornos neuróticos en conflictos o tensiones no resueltos que se encontraban en el inconsciente.
Además de suponer que los estados mentales estaban compuestos por el consciente, el sub consciente y el inconsciente.
El objeto de estudio del psicoanálisis sería hacer consciente lo inconsciente en la terapia
Método: asociación libre. Hacer consiente lo inconsciente era la clave del éxito. Cuando los pacientes se enfrentaban a lo oculto (inconsciente) se veían reducidas sus dificultades
Premisas de Freud: Estudiar las leyes y determinantes de la personalidad. (Normal y anormal) y atender los trastornos mentales (concepto de enfermedad mental). Relación íntima y duradera entre pacientes y terapeuta. El comportamiento humano está regido por pulsiones sexuales desde la primera infancia, idea revolucionaría y cuestionada por otros científicos de la época.
John Watson, fundador del Conductismo (empirista)
En contra de postulados de Wundt y James. Psicólogos deben estudiar eventos ambientales (estímulos) y conducta observable (respuesta). El aprendizaje a través de la experiencia es la principal influencia sobre la conducta y es el tema central de la investigación. Rechaza a la introspección como método científico, por la experimentación y observación. Estudia la conducta de animales para llegar a la de los humanos, más fácil y se comprende mejor lo más complejo.
Psicólogos deben plantearse metas científicas como. Descripción, explicación, predicción, y control. Deben emprender tareas prácticas como asesorar padres, legisladores, educadores y gente de negocio
Pavlov, siguiendo los pasos de Watson desarrolló el condicionamiento clásico, y años después Skinner planteo su modelo de condicionamiento operante
Perspectiva cognoscitiva (mediados de los años 50)
La psicología conitiva supo un gran cambio de pensamiento sobre el foco de estudio de la psicología, diferente al de psicoanálisis y conductismo, en este caso los procesos mentales. Surge a mediados del Siglo XX, junto con la creación de los ordenadores. En ésta época nace la metáfora computacional, en el sentido que el estudio del ordenador permite entender el funcionamiento de la mente como un procesador de información.
Principales precursores Piaget, Vygoski, Ausubel, entre otros
Premisa del modelo cognitivo: Psicólogos deben enfocarse en estudiar los procesos, estructuras y funciones mentales. La psicología debe dirigirse hacia el conocimiento y las aplicaciones prácticas.
La autobservación, o introspección, y los autoinformes son útiles; sin embargo, hay una preferencia por los métodos objetivos.