Explicación de porque cuando sube el precio del cobre, baja el el dólar

El desarrollo de una empresa intensiva en conocimiento descansa en la disponibilidad y motivación de expertos altamente calificados y de vasta experiencia.

Alcanzar esta condición de expertos en el sector minero requiere un esfuerzo sostenido de formación de nuevas capacidades técnicas y de gestión acompañado de la participación en experiencias prácticas asociadas a problemas productivos o proyectos de inversión de creciente complejidad, en los cuales dichas capacidades técnicas y organizacionales deben ser aplicadas

Si los procesos de formación están sincronizados con la participación en experiencias prácticas, no solo se fortalece el proceso de absorción tecnológica, también ayuda a construir prestigio que facilita la entrada a la industria minera.

Los esfuerzos y estrategias para que los expertos y profesionales de una organización intensiva en conocimiento adquieran, actualicen y aumenten sus conocimientos bajo condiciones reales, influyen fuertemente en su capacidad de aprendizaje e innovación y por consiguiente en el potencial de crecimiento de cualquier empresa.

Contar con un experto de excelencia es un esfuerzo sostenido y de largo aliento que puede tomar hasta 20 años durante los cuales se mantiene una alta exposición a entrenamiento, innovaciones y nuevas tecnologías y una alta participación en desafíos reales de creciente complejidad.

El proceso de formación de experto usualmente considera el tránsito por distintas etapas o niveles, que van desde la adquisición de la competencias para ser usuario de una tecnología hasta la capacidad de participar en proyectos que mueven la frontera tecnológica. Los niveles son acumulativos, es decir, se requieren las competencias del nivel inferior para el desarrollo del superior (ver figura).

Trayectorias de desarrollo

La posibilidad de contar con programas universitarios y de formación flexibles en áreas como geología, geociencia, ingeniería de minas u otras disciplinas requeridas en la minería constituye un importante apoyo para el desarrollo de esta industria.

La flexibilidad se requiere para compatibilizar las jornadas mineras con las de estudio y exposición a nuevas tecnologías, buscando aprovechar al máximo la conexión con desafíos prácticos.

Por ejemplo, el liderazgo alcanzado por Australia en la industria del software para la minería fue facilitado por la posibilidad de que durante el periodo de surgimiento de esta tecnología (1980) jóvenes ingenieros resolvieran problemas reales asociados a las operaciones o proyectos mineros en los que trabajaban.

Aunque no existe una receta sobre cómo formar expertos que impulsen y posibiliten el desarrollo de empresas tecnológicas para abordar los desafíos de la minería, se han identificado algunos patrones que es importante tener presente.


El proceso de formación continúa después del periodo de estudios universitarios, el cual idealmente contempló una rica interacción entre la academia y la práctica.

Después de la universidad es usual que la formación continúe a través de la participación en proyectos de una complejidad mayor, en la cual el experto joven recibe el apoyo de un mentor, un profesional de amplia experiencia que también participa en el proyecto y que acompaña al profesional con menor experiencia transfiriendo parte del conocimiento tácito acumulado a lo largo de los años de ejercicio de la profesión.

En compañías de mayor tamaño o que cuentan con una amplia red de alianzas, los jóvenes profesionales tienen la posibilidad de rotar y ganar experiencia en distintas áreas y funciones, aprendiendo a integrar diferentes disciplinas necesarias para generar una nueva solución, adaptación o innovación.

A su vez, si los proyectos lo permiten, se les generan espacios para que puedan desarrollar y experimentar en laboratorios o instalaciones destinadas a la investigación propia o de terceros.

Resulta particularmente importante poder utilizar los proyectos o inversiones como medios de entrenamiento y formación.

Sucesivos proyectos de creciente complejidad organizacional y tecnológica, acompañados del apoyo de mentores y esfuerzos formales de entrenamiento y educación, generan una experiencia de aprendizaje única.

Al igual que en el periodo universitario, las estrategias de formación basadas en un reforzamiento mutuo entre educación formal y la adquisición de habilidades prácticas y experiencias en operaciones mineras y proyectos entregan una ventaja que difícilmente otros tipos de entrenamiento pueden proveer.

Consecuentemente, las empresas que sean capaces de organizar procesos de desarrollo profesional con estas carácterísticas también contarán con una ventaja distintiva y difícil de replicar.

Retener y motivar al talento es un desafío que requiere de un esfuerzo estratégico y permanente.

Mejor trabajar sectorialmente

Se acordó que trabajar sectorialmente, en base a alianzas con proveedores mineros (60% de la fuerza laboral), centros de formación y el sector público era la mejor opción para asegurar que la minería cuente oportunamente con una oferta de técnicos y profesionales adecuada.

El desafío incluye promover el desarrollo de una oferta formativa de clase mundial. El recién creado Consejo de Competencias Mineras lidera esta agenda, siendo la primera iniciativa de su tipo en Chile,


El precio del cobre es un factor clave en la determinación de la estrategia de explotación de los yacimientos de este metal, tanto en el corto como en el largo plazo. En los últimos 40 años, el precio ha tenido altos y bajos debido a los ciclos económicos mundiales y debido al tiempo necesario para desarrollar nuevas minas cuando el precio sube. La duración de los ciclos completos, entre máximo y máximo, fue de aproximadamente 10 años. De aquí, que el largo plazo se define como períodos de 10 años o más, mientras que el corto plazo, a cinco años o menos.

La explotación depende del precio

La minería es una de las pocas actividades humanas en que se proyecta el largo plazo, ya que es necesario planificar la explotación de los yacimientos en forma óptima, maximizando el valor económico de todo el mineral a ser extraído. Estos planes son modificados con frecuencia en el corto plazo, ya que se realiza exploración adicional a la ya existente, arrojando mayor información sobre el yacimiento, y porque las condiciones de precio y de variables del mineral, tales como su ley, composición química, dureza, la cantidad transportada, y los subproductos, así como la inversión y las tecnologías, también cambian, afectando los retornos del negocio.

Las mineras están, por ello, constantemente intentando predecir los niveles de precio, ya que deben estar preparadas para cambiar la estrategia de explotación. Chile también analiza las condiciones del precio futuro ya que ello afecta significativamente su presupuesto y exportaciones.

Las empresas mineras del cobre no pueden producir un modelo distinto de cátodo cada año, tal como la Mercedes Benz produce un nuevo sedán, y deben contentarse con que su producto sea requerido para la fabricación de una amplia variedad de bienes de consumo.

Las aplicaciones eléctricas, electrónicas y de comunicaciones constituyen aproximadamente el 70% de la demanda de cobre global, mientras que el resto del metal se usa en cañerías, tubos, radiadores, intercambiadores de calor, techos, monedas, municiones, ollas, cacharros, y un sinnúmero de aplicaciones cotidianas.

La amplia base de uso del cobre en la sociedad permite utilizar los índices de producción industrial y de la construcción de los países, estimadas mes a mes, para calcular e intentar predecir la demanda de cobre. La industria minera siempre está analizando el comportamiento de la demanda, aunque se encuentre muy lejana en la cadena productiva.


Demanda aparente

La demanda de cobre de un país se contabiliza a nivel de contenido de cobre refinado en productos hasta cátodos y es igual a la producción de mina y chatarra secundaria más las importaciones, menos las exportaciones.

La chatarra secundaria o “vieja” es aquella que reaparece al final del uso de productos de cobre tales como cables, motores, cañerías, computadores, celulares, automóviles, y cientos de otros bienes de consumo. El tiempo medio de uso en dichos productos fue citado en 25 años por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) en 2012 (ver Figura 1).

En cambio, la chatarra primaria o “nueva” es aquella que es reciclada inmediatamente, dentro de 30 días, a partir de los procesos de manufactura y semimanufactura, por lo que no entra en los cómputos para la estimación del precio, a menos que sea refinada.

La utilización de cobre refinado de China en 2011 fue 7,5 millones de toneladas, un 38% del total del mundo, lo que no consideró las importaciones ni exportaciones de cobre contenidas en automóviles, motores, productos electrónicos, y otros. Por ello, ésta se denomina demanda aparente. La suma de la demanda aparente de cobre de los Estados Unidos (10,3%), de Japón (5%), de Europa (15%), y de América Latina (4,7%) en 2011, no alcanzó a igualar la demanda de China.

El término consumo no es apropiado, ya que el cobre no se puede consumir. El petróleo, el agua, y los alimentos se consumen; los metales sólo se transforman.

Las variables fundamentales

Las variables propias del mercado del cobre, la oferta y la demanda, son llamadas “fundamentales”.

La oferta de metal refinado se descompone en aquella proveniente de cobre de mina, de chatarra, y en inventarios. De acuerdo con el especialista chileno Alfonso González, en 2011 se habría generado un súperávit de 137 mil toneladas de cobre refinado, lo que significaría que los inventarios del año crecieron en dicha cantidad. Las estadísticas de oferta y demanda de metales de años recientes son ajustadas hasta uno o dos años después que éstas se generan por primera vez.


Los inventarios de cobre refinado que forman parte de laoferta están disponibles en bodegas certificadas por las tres bolsas de metales, la de Londres (LME), la de Nueva York (Comex)y la de Shanghai (SHFE).

• Corto plazo y bajo precio: En el corto plazo y con bajo precio, por ejemplo entre 1998 y 2004, lo usual en el mercado de cobre es que la relación precio inventario mostrada en la Figura 2 determine el precio, y tenga pendiente negativa, como se observa entre 2002 y el primer trimestre, T1, 2005. Conociendo la tangente a esta curva, en el punto del precio del momento, permite calcular, por ejemplo, la reducción de inventario que haría aumentar el precio en un centavo por libra en ese momento

• Corto plazo y alto precio: En el corto plazo y con precio alto, éste, usualmente, no depende de los inventarios, pues la inversión en instrumentos financieros diversos (cobre no físico) realizada por los grandes fondos de inversión significa que no se cumple la relación entre la oferta y la demanda por cobre físico que se observa en el corto plazo. Según las bolsas de metales, una pequeña parte de las transacciones en instrumentos financieros se transforma en transacciones físicas cuando los primeros “maduran”.

A partir de T1 2005 hasta la crisis financiera de 2008, cuando los inventarios permanecieron menos de 5 días, o 0,7 semanas de consumo, el precio nominal comenzó siendo 150 c/lb para llegar a un máximo de 390 c/lb en Abril 2008. En la realidad, no había cobre en el mercado. Una semana de consumo en 2008 era igual a 17,8 millones de toneladas de demanda divididas por 54 semanas; es decir, 342 mil toneladas.

No existe teoría ni modelos aceptados que permitan explicar las alocadas caminatas del precio en estas situaciones. Los agentes que operan en las bolsas de metales tienen a su disposición análisis de los “fundamentales” y de la “demanda” de los grandes fondos de inversión, lo que les permite comprar y vender cobre físico y no físico todos los días hábiles, “formando” el precio que se publica. Este es usado por vendedores y compradores en transacciones privadas del metal que no pasan por las bolsas.


En Marzo de 2011, con inventarios de unas 650 mil toneladas, equivalentes a unas dos semanas de consumo, el precio nominal del cobre estaba cerca de los 450 c/lb. En Diciembre de 2011, sin embargo, con inventarios de 100 mil toneladas menos, el precio había descendido a niveles de 350 c/lb (Figura 3).

Lo que gatilló esta baja del precio fue la crisis europea a partir de Julio 2011. En Febrero 2012, el Boletín del Departamento de Investigación de Commodities, Barclays Capital, explicó que la reducción de inversión en commodities observada no estaba relacionada con éstos sino que con una aversión general al riesgo por parte de los grandes inversionistas. Sólo el 14% de éstos bajaron su exposición a commodities debido a los pobres retornos esperados.

La inversión en commodities no físicos ha sido parte de la estrategia de reducción de riesgo de grandes inversionistas en los últimos años. Entre Julio 2011 y fines de año bajaron sus cuotas destinadas a commodities desde un 75% a un 25%.

La velocidad con que se invierte y se desinvierte en instrumentos financieros (cobre no físico) genera variaciones del precio mucho más rápidas que las observadas cuando el precio depende del cobre físico. Así se evidenció en la caída del precio durante la crisis financiera de 2008, la que fue mucho más veloz

Mina y reciclaje

La oferta de cobre de mina, o producción, es la variable que las empresas mineras pueden controlar. No tienen control sobre la demanda, y tienen uno limitado sobre los costos de producción, así como de la productividad.
La oferta global de cobre está compuesta por el cobre refinado de mina que se produce cada año y por la chatarra refinada. Esta, por su parte, es fundamentalmente chatarra que ya ha terminado su ciclo de uso (chatarra secundaria) y que vuelve al mercado.
No toda la chatarra que termina su ciclo de uso vuelve al mercado, ya que el costo de identificar, separar, transportar y refinar puede hacer este negocio poco atractivo.
El precio de esta chatarra depende del precio del cobre. Cuando este último es alto, la chatarra secundaria que vuelve al mercado aumenta.
La chatarra primaria que resulta de los procesos para obtener productos semimanufacturados y de bienes de consumo no entra en la ecuación del precio del cobre ya que se recicla inmediatamente.


Desde que comenzó el superciclo hace unos 10 años, la chatarra secundaria ganó terreno respecto del cobre de mina. En este período la producción de cobre de mina crecíó en promedio 1,4% anual, mientras la demanda de cobre lo hizo a una tasa de 2,4.
Una parte significativa de la brecha generada entre la oferta de mina y la demanda la cubríó el reciclado de chatarra refinada. Desde 2010, el 84% de la oferta global de cobre refinado provino de las minas, mientras el resto, de chatarra.

Tendencias en producción en mina

Tal como se analizó en clases anteriores, las metas productivas fijadas por las empresas a nivel global se han venido cumpliendo parcialmente, cerca de 95%, desde que comenzó el superciclo.
En la década de los 90 observamos mayoritariamente un comportamiento opuesto, es decir, las empresas predijeron menos producción de lo que finalmente se logró.
Según Wood Mackenzie, la producción de cobre de mina perdida entre 2004 y 2013 con respecto a la predicción del año anterior fue de 9,65 millones de toneladas, el 6,1% de la producción mundial de dicho período (Figura 1).

La causa más importante de pérdidas productivas fue la más lenta puesta en marcha de las nuevas minas y de expansiones. La segunda causa de mayor importancia fueron las menores leyes que llegaron a las plantas con respecto a las previstas.
El tercer motivo correspondíó a las huelgas, incluida la de la mina mexicana Cananea, la que duró algo menos de tres años. La cuarta causa fue compartida entre aquellas de origen técnico y la estabilización de taludes en minas de cielo abierto.
En quinto lugar se ubicaron motivos climáticos, como el invierno altiplánico, que afectó a Collahuasi y a otras minas cercanas en Chile. Y, finalmente, hubo motivos varios, atribuibles a gestión y otras causas.
La menor producción lograda, con respecto a la proyección, por las minas de cobre en Chile entre 2004 y 2013 fue de 2,8 millones de toneladas de cobre fino, lo que representó un 5,1% de la producción de este período.
Esta cifra es inferior al 6,1% estimado por Wood Mackenzie a nivel global para el mismo período. Los motivos de las pérdidas de producción de Chile estarían dados por causas similares a las estimadas por dicha empresa. Estos cálculos comparan las predicciones de producción realizadas un año antes de que estas se concreten, respecto a la producción real.
La Figura 2 muestra las predicciones desde 2009 a 2014 respecto de la producción real de 2014 (con valores de Noviembre y Diciembre estimados), uno, dos, tres y cuatro años antes de que esta se concretara en Chile, Perú, Indonesia, China y a nivel global.
Las predicciones fueron realizadas históricamente mes a mes por una empresa experta en Chile (Incomare) y corresponden en su mayoría a la información provista por las propias empresas productoras.


Diferencias en error predictivo

Se observan grandes diferencias en el error predictivo de distintos países. Indonesia, con dos minas de gran tamaño, lidera el error, con sobreestimaciones de 45% para cuatro años; le sigue China con subestimaciones de 35% en el mismo período. Luego la sobreestimación de la producción de Perú, llegando a 33% para cuatro años. Finalmente Chile, con sobreestimación del 10%, ligeramente superior a los valores estimados para EE.UU. Zambia, Australia y CIS tienen errores de estimación menores que Chile. Y el promedio global para cuatro años es de 7,7%.
Las grandes minas, de más de 300 mil toneladas de cobre fino equivalente al año, aglutinaron errores de estimación muy superiores a las de minas de menor tamaño. Hay 10 minas en el mundo con producciones superiores a esta cifra. Ellas son Escondida, Collahuasi, Los Bronces, El Teniente, Los Pelambres y Radomiro Tomic en Chile; Grasberg en Indonesia; Antamina en Perú; Morenci en los EE.UU., y Taimir Península en Rusia (CIS).
La producción futura de China fue sistemáticamente subestimada, a diferencia de las del resto del mundo. Este país es el segundo productor del mundo, después de Chile. Tiene una infinidad de minas pequeñas y medianas, y las estadísticas son poco accesibles, incluso para el gobierno chino. Es posible que la subestimación histórica se reduzca ya que habría varias minas que están cerrando debido al bajo precio del cobre.
Indonesia sufríó en años pasados diversos desastres de consideración en sus dos minas de gran tamaño, incluyendo grandes deslizamientos en masa y derrumbes.

Grasberg, la segunda mina de cobre del mundo, está pasando a una operación subterránea, proyecto que ha sufrido enormes retrasos. Batu Hijau, que llegó a producir 250 mil toneladas al año, alcanzará cerca de 80 mil en 2014, debido a la variabilidad extrema de las leyes del mineral. A ello hay que sumar la modificación de los planes de producción de estas minas debido a la nueva legislación que grava la exportación de concentrados.
En Perú, el problema de la pobre capacidad predictiva fue causado mayormente por los obstáculos sociales y ambientales a la concreción de proyectos en etapa de ingeniería o de construcción.


No se avizoran cambios en los factores

La predicción de la producción para más de cuatro años al futuro sufre, adicionalmente, de la incertidumbre respecto de qué proyectos serán construidos y cuáles no. Por ello, el error de estimación aumenta considerablemente en los países que tienen muchos proyectos potenciales, especialmente Chile y Perú.
La Figura 3 muestra las predicciones realizadas en Octubre 2014 para las producciones de Perú y Chile hasta 2018, a las que se les aplican los mismos errores de estimación observados desde 2009.

Producción futura global

La Figura 4 muestra la predicción del mundo, realizada mina por mina, hasta 2018. Se aplicó la corrección del error de estimación de la Figura 2.
Las empresas expertas en estimación de producción futura de cobre en el mundo castigan la producción futura en 3,5% año a año, debido a que los errores de sobreestimación son conocidos.
La Figura 4 contiene la estimación original, sin la corrección de 3,5%, y la corrección discutida anteriormente de hasta cerca de 8% para 2018.
Así las cosas globalmente, si la demanda de cobre es la esperada en los próximos cuatro años, la oferta acumulativa en el mismo período sería cerca de dos y medio millones de toneladas menos de lo estimado, introduciendo un potencial importante para un aumento del precio.

La exploración

Un proyecto minero nace en la exploración y culmina, usualmente 8 a 12 años después, en la explotación de un nuevo yacimiento.

Las etapas son las campañas de exploración, los estudios de perfil, de prefactibilidad, de factibilidad, la ingeniería de detalles y la construcción, mediante un EPCM —ingeniería, procurement (adquisiciones—, construcción y administración del proyecto) (Figura 1).

Examinaremos las tres primeras etapas desde la perspectiva de una empresa minera o titular del proyecto.

La exploración es realizada por las compañías mineras y también por las llamadas “Juniors”, que son empresas que exploran con el objetivo de descubrir yacimientos para después venderlos o asociarse con empresas mineras que los pueden llevar adelante.

La exploración se gatilla cuando los geólogos identifican una anomalía geológica y comienzan los pasos para vislumbrar la presencia de un recurso geológico con algún potencial de reserva.

Ello involucra al menos dos campañas de sondajes, hasta tres años, para un yacimiento importante.

Este trabajo termina con un estudio de perfil, el que toma desde 9 meses a un año, en que se evalúan los “recursos” minerales existentes y se propone un nivel de producción.


El nivel de riesgo es aún alto, de 30 a 40% (Figura 2). Es importante la participación de las llamadas “personas competentes”, definidas en la ley chilena Nº 20.235 de 2007, que tienen conocimientos y herramientas para evaluar el yacimiento con la poca información existente.

La Junior pone el proyecto en el mercado, si alguien lo compra es porque cree y comparte la visión de que ahí hay un eventual negocio.

El comprador, una empresa minera, inicia un largo proceso, ejecutando etapas que reducen las incertidumbres (ver Figuras 2 y 3), dando pasos para ir obteniendo los recursos monetarios necesarios hasta llegar a un momento en que el directorio toma la decisión de hacer o no hacer el proyecto.

La prefactibilidad

El objetivo de la prefactibilidad es identificar el mejor potencial caso de negocio, para lo cual se realiza un “trade off study”, es decir, se generan muchas alternativas de diseño o “layout”, de proceso, de criterios de diseño, de la magnitud de la explotación, y de los eventuales méritos económicos.

El primer paso para el dueño consiste en verificar la existencia de los insumos críticos que tienen que concurrir en adición a la existencia del recurso geológico, la electricidad, el agua y la gente. Si éstos no están, no hay proyecto.

Se comienzan campañas de sondaje que buscan conocer carácterísticas geomineras metalúrgicas del recurso para poder modelar, a través de herramientas computacionales geoestadísticas, modelos de bloque que permitan caracterizar y cuantificar el recurso.

Para llevar a cabo la prefactibilidad hay que seleccionar una empresa de ingeniería con la idea de que ésta acompañe hasta el final. Los EPCM son realizados por grandes empresas de ingeniería, las que actúan como contratista principal (CP), agentes del dueño para diseñar, adquirir y gestionar la construcción del proyecto, subcontratando la construcción y otros aspectos según las necesidades.

La firma titular tiene un equipo que sirve de contraparte al CP en cada etapa. Esta es la teoría, pero la realidad es muy distinta, debido a la falta de profesionales expertos, tanto en el CP como en la firma titular, lo que causa grandes frustraciones, retrasos, y, en definitiva, encarecimiento de los proyectos (Figura 4).

Descripción del yacimiento

El titular contrata experiencia operacional senior para definir los criterios de diseño, que son clave en el éxito o fracaso del negocio minero. Dichos criterios se obtienen a través de múltiples pruebas, de laboratorio, de planta piloto, que permiten escalar los resultados metalúrgicos a un proceso industrial. Es crítico que las muestras con las que se ejecutan estas pruebas y pilotajes representen la variabilidad del recurso geológico, porque los yacimientos son heterogéneos y anisotrópicos.


Es tremendamente complejo conocer un yacimiento, y la práctica demuestra que esos errores son muy caros. Hay que obtener un modelo de bloques —varios miles de pequeños bloques teóricos de igual volumen que describen todas las carácterísticas del yacimiento— que sea representativo de éste. Cada nueva campaña de sondaje va corrigiendo el recurso descrito, reduciendo el riesgo del proyecto, con la descripción litológica y geológica, con la identificación de los ambientes geológicos y la metalurgia. Aquí reside la creación de valor y el potencial de negocio. Lo que hay aguas abajo son valores marginales.

La mineralogía completa incluye las asociaciones mineralógicas, la presencia de los subproductos, el molibdeno, el oro y la plata, que se han vuelto cada vez más críticos debido a la caída de las leyes del commodity principal, y las alteraciones del yacimiento, por ejemplo la presencia de sericita, de arcilla, de impurezas. Esto se logra con una campaña de 25 a 30 mil metros de sondaje, y tarda hasta un año y medio, entre el proceso de perforación y la descripción completa del yacimiento. Estos son inputs para los planes mineros, el paso que sigue.

La mina está donde está, pero la ubicación de las plantas de proceso, que se generan en la prefactibilidad, están condicionadas a la geografía y a las comunidades, y si se trata de minerales súlfuros, dependen de la existencia de cuencas en donde se puedan colocar los relaves. La gestión territorial es crucial.

La falta de profesionales expertos, tanto en el Contratista Principal como en la firma titular, causa grandes frustraciones, retrasos, y, en definitiva, encarecimiento de los proyectos.

Comunidad y medio ambiente

Simultáneamente hay que comenzar a conocer a la comunidad, identificar las audiencias y sus expectativas, y los estudios de línea base que serán incluidos en el Estudio de Impacto Ambiental, EIA.

Esto último tarda al menos un año, ya que debe incluir la medición de la flora, fauna y otros aspectos, durante las cuatro estaciones. Hay que identificar, asimismo, los recursos arqueológicos, culturales, paisajísticos y otros que pudieran estar presentes en los sitios del proyecto. Las tareas de un EIA las puede hacer una empresa especializada, pero el conocimiento y contacto con la comunidad lo debe hacer el titular, con las asesorías necesarias.

Para el trabajo con la comunidad se contrata abogados y sociólogos, los que se insertan y comienzan a conocer a la comunidad, a identificar las cuestiones críticas y el nivel de resistencia al negocio. Ello es un trabajo lento y muy profesional y requiere “abrir” completamente la información del proyecto, con absoluta transparencia.

El ambiente geográfico donde se ubica el yacimiento es clave para los niveles de inversión que significará la construcción de las plantas de procesos. En el norte chico hacia el sur, los yacimientos se encuentran en la cordillera, en donde el acceso es complejo y es necesaria la construcción de plataformas y de movimientos de tierra para hacer los espacios que requieren las instalaciones. Ello encarece la inversión.

Momento de los creativos

El titular debe contar con una experiencia operacional del más alto nivel que vaya evaluando los escenarios generados. Es el momento de los creativos, con mente absolutamente abierta a todo tipo de alternativas, ya que aquí es donde se configura el potencial de negocio, la creación de valor. Una prefactibilidad bien hecha puede tomar desde 1,5 hasta 3 años.

Se genera la primera estimación de las reservas, en base a la selección del mejor caso de negocio, lo que incluye el precio de los productos y subproductos, la canasta de monedas que se utilizará, los requerimientos de millones de horas hombre por año para la construcción. ¿Están todos los aspectos críticos del proyecto? ¿VPN, energía, comunidad, gente, agua, territorio? Si uno de estos falla, “chao”, no hay proyecto.

La presentación de la prefactibilidad al directorio incluye todos los aspectos mencionados, que se sintetizan en el valor de la inversión, y los retornos esperados. Este es el momento para presentar el EIA a la autoridad y comenzar el proceso de evaluación. El objetivo último de la prefactibilidad es que el directorio otorgue los fondos para iniciar la factibilidad.