Estructura hecho religioso:El hecho religioso es todo aquello básico en el que toda religión coincide, luego cada religión rellena la estructura a su manera. Esta estructura se divide en cuatro pilares, el ámbito de lo sagrado, el misterio, la actitud religiosa y las mediaciones.
El ámbito de lo sagrado: El ser humano ha de pasar el umbral que va del mundo profano al mundo sagrado, ya que desde fuera no es posible captar el mundo de lo sagrado, hay que entrar en él. El acontecimiento, al entrar
en él, las cosas cobran una significatividad distinta. Lo sagrado es el valor que yo le doy a las cosas del mundo profano, como resultado de mi encuentro con el misterio. Por ejemplo le damos un valor distinto a un lugar, en donde hemos tenido una experiencia transcendente, como puede ser el banco donde nos dieron nuestro primer beso.
El misterio: se trata de la realidad impenetrable, lo totalmente otro: inaccesible por el hombre y que se manifiesta en el ámbito de lo sagrado mediante las mediaciones. La realidad científica pretende desentrañar el misterio, pero no puede, por eso sigue siendo misterio.
La actitud religiosa: se trata de la respuesta del hombre a la irrupción del misterio en su vida. Es por tanto una doble actitud del hombre: por un lado, reconocimiento del Misterio como tal realidad misteriosa, y por otro, el misterio pasa a ser el centro de la vida del hombre; este ordena su vida entorno al misterio, buscando su salvación, y su plena realización como ser humano.
Las mediaciones: Distintas formas en las que el misterio se hace presente en la vida del hombre, mediante hechos históricos, o la relación que el creyente mantiene con lo “totalmente otro”: son hechos, acciones, palabras… típicas del mundo ordinario que intentan dar razón de la vivencia que el hombre tiene de lo sagrado.
Estructura experiencia religiosa:La estructura de la experiencia religiosa está basada en seis aspectos que a continuación explicamos, y que serian: el método, los límites de la realidad, lo numinoso, el misterio, la mística y los ideogramas numinosos.El Método: R. Otto, utiliza un método que es una combinación de métodos, el cual también utiliza Kant. Estos serian exactamente dos, por una parte la reducción externa o fenoménica y por otro lado la Teología Apofática.Reducción fenomenológica: En su origen Hurssel, la denomina también époje, esta trata de llegar a la cosa misma, a la cosa en sí. Para llegar a esto debemos seguir tres pasos:Reducción externa o fenoménica: es el primer mundo. Cuando tengo una experiencia de algo, tiendo a interpretarla desde un punto de vista filosófico, sacaremos esos perjuicios filosóficos, culturales. Se trata pues de una postura totalmente objetiva ante el objeto o fenómeno; no se trata de dudar de las teorías o hipótesis, de científicos o filósofos, sino de tomarlas en consideración, de ponerlas entre paréntesis.Reducción eidética: es esta segunda reducción, lo que se pretende es hacer evidente el objeto a la conciencia, de un modo inmediato, sin nada subjetivo que lo distorsione. Para Husser el “Eidos” es el objeto en sí; para llegar a eso utilizamos la conciencia eidética o conciencia pura. Hay que quitar los perjuicios personales también.Reducción transcendental: Consiste en prescindir de las calidades o características del sujeto para llegar al yo puro o transcendental. El sujeto ha sido reducido a pura conciencia. R. Otto se basara también en la teoría Apofática.Teología apófatica: del verbo “apofemi” significa declarar abiertamente lo contrario. Si afirmamos la existencia de Dios, al que le hemos asignado una serie de atributos (omnipresente, bondadoso…), en realidad Dios esta fuera de nuestro alcance, es “lo totalmente otro” No podemos hablar entonces de Dios, porque la idea de Dios no se puede expresar con palabras, es decir, que es completamente inaccesible a la razón y a la comprensión por conceptos.Los Límites de la Realidad: Aunque podemos expresar con palabras la idea de Dios, no deja de ser un esfuerzo por expresar lo que la mística ha denominado: lo inefable. Se da entonces una contraposición entre la racionalidad y la religión profunda. R. Otto denuncia la excesiva racionalización de la idea de Dios; pero también critica la interpretación racionalista de quienes se dedican al estudio de los mitos, y de la religión de los pueblos primitivos.Lo Numinoso (Lo Santo): Lo “santo” es completamenente inaccesible a la razón, a la comprensión por conceptos. Es necesario hacer una abstracción del sentido moral que da a lo “santo” el significado de bondad suma o perfecta. “Santo” comprende también la significación de bueno, pero para R. Otto es más que “bueno” es lo numinoso. Del latín “numen”, como significado de divinidad, majestad divina, dios o diosa.El Misterio: se refiere a lo extraño, a lo que no se comprende o explica, lo cual produce estupor, es el primer paso que precede siempre al coma, es un grado de desorientación (se les pregunta quienes son, donde están, que ha pasado). Me quedo así frente al misterio, porque es una experiencia totalmente novedosa.Absolutamente heterogéneo, es lo totalmente otro. Objetos ya por sí enigmáticos. Ayudan a provocar el misterio: cosas sobrenaturales, fenómenos chocantes a la naturaleza, del mundo animal, etc. Lo que no se puede conceptualizar, hay que hacer abstracción de esas cosas.Las tribus primitivas lo que nos ofrecen son caricaturas de ese sentimiento, por ejemplo los canticos o las imágenes de las vírgenes y los santos, pero esto es confundir el misterio con la mediación. Eso es el fenómeno de la idolatría (es una religiosidad muy primitiva)La Mística: para R. Otto, frente a “lo totalmente otro” no puedo hacer nada, y frente a ello me diento como nada. El objeto numinoso, entendido como “absolutamente heterogéneo”, la mística lo llama “la nada”. Por ejemplo si miro directamente al sol, me quedo cegado por él, pero se que está ahí.Si estamos ante “lo totalmente otro”, éste nos supera y nos deja incapacitados para comprender lo que se nos está manifestando. Esta es la percepción de los místicos; el místico sabe que lo esta anulando, lo deja a oscuras, es el propio misterio, tiene esa certeza. Por eso la fe es cierta y oscura, es una certeza irracional.Esa oscuridad no es falta de fe, los dogmas tienen sus dificultades, y eso nos hace dudar. Si tenemos dudas o dificultades, entonces no somos agnósticos o ateos, lo seriamos si hubiese ausencia de fe. La duda no es falta de fe, porque aun no he decidido, he aplazado mi decisión. Es bastante difícil ser totalmente agnóstico o ateo.Cuando uno está frente al misterio, el misterio le deja en la más absoluta oscuridad, el misterio nos supera; cuando alguien tiene una experiencia íntima con el misterio, queda anonadado, nos deja a oscuras (nos deslumbra lo que hemos experimentado, aunque tengamos certeza de lo que hemos vivido). Esto es lo que los místicos llaman la nada, la imposibilidad de racionalizar el misterio.En la historia de la humanidad estamos en una época nihilista, una sociedad post-moderna, donde no se ve a Dios, estamos a oscuras. Pero esto no es un rechazo, es una purificación de la idea de Dios.Los Ideogramas Numinosos: es aquello que nos dice como debemos comportarnos en cada momento y que no nos deja ser todo lo grande, libre o feliz que quisiera ser. Nietzsche para liberarnos de esto nos dice que Dios ha muerto, destruyendo así los valores hechos por los demás. Se da entonces una soledad del hombre frente al mudo, las grandes explicaciones del mundo, el cómo debe comportarse, ha sido destruido, creando asi el nihilismo, donde cada uno se crea sus propios valores, que lleva consigo el hedonismo donde todo es relativo, todo vale para alcanzar mi bienestar, mi placer. Esta sociedad solo la puede superar el súper hombre. El concepto de nada, de misterio, de oscuro, todo eso son ideogramas, cuando intentamos poner en palabras lo que es el misterio.