¿Qué es un SUSTANTIVO VERBO ADJETIVO ARTÍCULO PRONOMBRE PREPOSICIÓN y ADVERBIO?
Gramática de Nebrija
En el plano teórico, Antonio de Nebrija, por ejemplo, aportó con una serie de aciertos doctrinales. Aun cuando haya seguido la tradición gramatical grecolatina, advirtió que la lengua española no era estructuralmente idéntica al latín, de la que derivaba. Así lo reconoce cuando reconoce que el español es una lengua de conjugaciones verbales y no de declinaciones. Para el nebricense, el romance cuenta solo con la voz verbal activa, a diferencia del latín que presenta activa, pasiva e impersonal. Las terceras personas de la voz pasiva es la misma que la activa manifestándose con el pronombre “se”. Y define las categorías de la lengua basado en criterios puramente morfosintácticos; así, el verbo se define por su forma: “se declina por modos i tiempos sin casos”. En el plano práctico, Nebrija, sobre la base de las partes de la gramática, que las ascendió en 10 en contraste con las 8 de Dionisio para el latín, y sus propios razonamientos y observaciones de la lengua, elabora un texto riguroso y amplio que guío el aprendizaje del castellano como segunda lengua. En este contexto, se rescata la labor que realizó para recoger ejemplos tanto de la poesía tradicional y la lengua popular. Este aporte metodológico será utilizado por posteriores gramáticos. El trabajo de Nebrija servirá de modelo para la confección de las siguientes gramáticas descriptivas y prescriptivas, como lo señala Ramajo: “todos esos textos posteriores se inspiran o plagian –aun para discrepar- en el del humanista andaluz”. Por eso, Lozano afirma que “la gloria justamente se le ha reconocido en […] nuestro (tiempo)” (2001: XII).
Prólogo de la Gramática castellana
Es un prólogo relativamente largo. En él, Nebrija explica la utilidad de la gramática, y justifica la obra. Los motivos que da son tres:
1. Comparación con las lenguas clásicas de una lengua vulgar, poniendo al mismo nivel el castellano y el latín, griego y hebreo. Concibe las lenguas clásicas como seres vivos, que han muerto y ya no se usan. Por ello, uno de los motivos de la gramática es fijar la lengua para que la lengua perdurara. Existe la idea de la contaminación entre lenguas, cuando reciben influencias, lo que en la época se consideraba una catástrofe. Fijando la lengua, se consigue que las hazañas de los grandes reyes perduren en el tiempo. Se busca estabilizar la lengua, fijarla por medio
de la codificación gramatical en un momento de esplendor (mantener los textos).
2. En la época de Nebrija, con los territorios que tenía España en Europa y América, interesa aprender castellano. Además, en el propio reino, hay quienes no hablan castellano, como los vizcaínos o navarros. El libro quinto de la gramática es el acceso a esa gramática para quienes no hablan castellano. Es decir, que busca enseñar la lengua a aquellos que no la conocen, tanto de dentro como de fuera del reino. También pensaba en el proyecto expansionista por el norte de África.
3. El tercer argumento es que la gramática castellana servía para facilitar el posterior aprendizaje de la gramática latina, ya que es más fácil aprender las nociones gramaticales en la propia lengua. Es decir, habla del valor propedéutico del castellano, que prepara para poder enseñar latín. Usa la gramática castellana como un modelo para aprender el modelo de gramática latina.
Nebrija hace una gramática muy pegada al modelo latino. Como conoce el modelo latino, es más reacio a ajustarse a ese modelo, porque él no quiere hacer una gramática latina en castellano, sino una gramática castellana. Por eso es esfuerza en diferenciarla del modelo.
División de la Gramática castellana
Los autores de gramáticas que quieren hacer ver la importancia de su obra, acuden a las mismas razones que daba Nebrija. La gramática de Nebrija tomaba el modelo de las gramáticas latinas, pero es distinta. Nebrija es el primero que escribe una gramática castellana, y muchos de los tecnicismos que ahora son familiares, para él eran nuevos, y muchos los inventó él. La estructura de la obra y las nomenclaturas parte de las gramáticas clásicas, pero Nebrija tendrá presente que está hablando de otra lengua, y que tiene que servir para aprender tanto latín como castellano. La división de las gramáticas latinas se observa en la gramática de Nebrija:
I. En que trata de la orthographia.
II. En que trata de la prosodia & silaba.
III. Que es de la etimología y dicción.
IV. Que es de la sintaxi & orden de las diez partes de la oración.
V. De las introducciones de la lengua castellana para los que de estraña lengua querrán deprender.
La gramática sigue el ordo naturalis de las lenguas vivas: del elemento más simple al más complejo. La ortografía estudiaba la letra, la prosodia, la sílaba; la etimología, la palabra; la sintaxis, la oración; estas son las cuatro partes clásicas. Además, Nebrija añade un quinto libro, destinado a enseñar castellano a extranjeros. Este es un modelo reducido de gramática castellana para extranjeros, un libro pensado para enseñar. En los cuatro libros anteriores, más teóricos, los hablantes tenían que encontrar herramientas para estudiar latín.
En el libro tercero, Nebrija estudia las clases de palabras. Su modelo es el latino, donde se reconocían ocho partes (Introductiones latinae): nombre, pronombre, verbo, participio, preposición, adverbio, interjección y conjunción. Los cuatro primeros eran variables, pues tenían flexión (género, número y caso), mientras que las cuatro últimas eran invariables. La función gramatical (caso) no tiene marca flexiva, pero sí hay un tipo de flexión, como por ejemplo, las conjungaciones. Las formas invariables son repertorios de formas que tienen función semántica. Los latinos los llamaban partes declinables y partes indeclinables. De estas, la interjección era la que se ponía más en duda, de si tenían las mismas funciones que las demás. Durante siglos, la categoría nombre incluía al sustantivo y al adjetivo.
En la Gramática castellana, Nebrija distingue diez partes: nombre, pronombre, artículo, verbo, participio, gerundio, nombre participial infinito, preposición, adverbio y conjunción. No se limita a trasponer las categorías latinas al castellano, sino que se fija en que hay elementos nuevos. Nebrija consideró al artículo como categoría independiente, aunque otros autores lo incluirán dentro del nombre, porque decían que formaba parte de él. Las categorías gramaticales se definen por su forma, función y significado. Nebrija considera que el artículo es una categoría independiente del nombre porque no coinciden en función ni en significado.
En este modelo, la interjección desaparece, porque Nebrija considera que no forma parte de la oración. Para él, hay una distribución diferente.
NOMBRE: * “Una de las diez partes de la oración que se declina por casos, sin tiempos, y significa cuerpo o cosa”. Es una definición semántica (significa cuerpo o cosa), formal y funcional (se declina por casos, sin tiempos). Nebrija es consciente de que en el castellano no hay desinencias casuales, pero conserva el término caso para referirse a la función gramatical, que se expresa por otros procedimientos. El caso, en las gramáticas castellanas, es una noción tanto formal como funcional. Lo único que le recuerda a Nebrija al sistema casual es el morfema de número.
* Accidentes (tomados del modelo latino):
o Calidad: tipos de nombres (comunes/apelativos, o propios). Tiene características tanto semánticas como formales y combinatorias. También diferencia entre sustantivo y adjetivo.
o Especie: distingue entre primogénitos y derivados. Aquí se habla de la composición de las palabras, y de la derivación de sustantivos por el uso de morfemas.
o Figura: distingue entre compuesto y sencillo. Es la formación de palabras pero con otros criterios.
o Género: es una categoría inmotivada en casi todos los nombres, pero sirve para la concordancia gramatical. En la transposición del latín al castellano, se pierde el género neutro. Los criterios que maneja son la posible combinatoria formal con los artículos (el, la y lo). Nebrija distingue siete géneros: Masculino, Femenino, Neutro, Común de dos: podía concordar con masculino y femenino (infante). Común de tres: concuerda con los tres géneros: los adjetivos. Dudoso: porque semánticamente no está definido (el/la color). Mezclado: el género epiceno, que puede ser tanto masculino como femenino (el/la bebé). Estos suelen acabar formando formas analógicas, como el ratón/la ratona.
o Número
o Declinación por casos
En principio, los accidentes son las características de cada una de las partes de la oración, que tenían normalmente una manifestación formal.
ARTÍCULO : Lo primero que dice en el capítulo de su gramática es que el latín no lo tienen, aunque el griego sí. Esta palabra es un cultismo, puesto que la forma patrimonial sería artejo. En latín, el sufijo -iculu es un diminutivo, al igual que -ejo en castellano. Hace una explicación de tipo léxico más que gramatical, porque ese es el sentido que busca que se entienda; además, la terminología sirve para explicar su uso: marcar el género del nombre. Al final, se encuentra la clasificación del paradigma del artículo: el, la y lo, para masculino, femenino y neutro, respectivamente. Nebrija, al igual que muchos otros gramáticos, no percibirán el uso de el como uso femenino. En el paradigma no aparecen los artículos plurales.
Habla de las diferencias semánticas, en cuanto a el, la, lo artículo y el, la, lo pronombre. Tras esto, hace una comparación con los usos en el griego y en el latín, pero no habla del uso en castellano. Explica las diferencias del castellano, y considera que es mejor, al tener un uso más apropiado. Los argumentos giran en torno al castellano, y aunque a veces estén traídos por los pelos, es una defensa del castellano frente a las lenguas clásicas. El griego no usaba el artículo porque ya se conocía por parte del nombre. Nebrija dice que el nombre propio no necesita el artículo porque ya está determinado, ya se conoce su género sin necesidad de artículo.
Acaba el capítulo citando el uso y las funciones del artículo, relacionándolo con el pronombre, porque hay un problema entre ambas categorías, ya que parten del mismo pronombre latino de ille, illa, illud. Explica brevemente que el artículo tiene relación con el pronombre, pero que se comporta de otra manera por las
peculiaridades del artículo. Aquí, Nebrija dice que el artículo no suele ir con el pronombre, por ser este sustituto del nombre propio, pero esta definición hace referencia solo a los pronombres personales. Son categorías en las que hay problemas de tipo semántico y funcional (por el posible uso del artículo con pronombres como mío, mía, tuyo…).
Nebrija está inventando todo, porque no hay otros modelos de gramática castellana. Pone mucho interés en la terminología que se va a usar para el castellano, y el porqué de esa nomenclatura.
NOMBRE PARTICIPIAL INFINITO: Nebrija sigue el mismo esquema: es una parte de la oración. En este caso, no se encuentra en ninguna de las lenguas de cultura de la época (latín, griego, hebreo y árabe). Es el participio de los tiempos compuestos del verbo. Está creando esta categoría para el castellano, por esto debe ponerle él un nombre, y lo llamará nombre participial infinito:
* nombre porque significa sustancia y no tiene tiempo.
* participial porque es semejante al participio de pasado. Tiene características nominales (número y caso) y verbales (tiempo).
* infinito porque no tiene género, número, caso ni persona determinada.
Nebrija dice que con esta categoría se suplen elementos que en latín no existían. Nebrija no habla de perífrasis, porque es una palabra latina, sino que habla de rodeo o circunloquio.
PRONOMBRE
“Se declina por casos, y tiene personas determinados. E llama se pronombre porque se pone en lugar del nombre propio”.
* Accidentes:
o Especie
o Figura
o Género
o Número
o Declinación por casos
Para nosotros, el tiempo compuesto es la forma que damos a un valor aspectual perfectivo. Nebrija se está enfrentado a algo nuevo que no existía en latín. El participio del tiempo compuesto se diferencia del participio en que no tiene flexión de género ni número, ni tiene marcas casuales ni de persona.
Las expresiones para la voz pasiva, en su origen, eran formas simples (es amado), y tenían valor tanto de presente como de pasado. Cuando aparecen las formas compuestas del verbo en castellano, aparecen también las formas compuestas de pasiva.
Las formas compuestas se crean con el verbo haber, partiendo de una estructura transitiva (habeo scriptas epistolas). HABERE era un verbo transitivo, valor que pierde cuando se gramaticaliza. De la estructura habeo scriptas epistolas, donde el participio es un nombre adjetivo funcionalmente, se pasa a he escrito cartas.
A partir de verbos de sentimiento se llega a este tipo de estructuras, pero durante mucho tiempo, ese participio seguía concertando: he preparadas las tropas; por lo que no funcionaban como otra categoría.
Aparte de la información sobre la categoría, Nebrija está hablando de gramática histórica, de que el participio se ha fijado en la forma de masculino singular, y no puede variar, por lo que se ha gramaticalizado como auxiliar.
Nebrija dice que no puede ser un nombre, porque entonces tendríamos doble acusativo, que en castellano no existe. Nebrija realiza un análisis sintáctico del castellano (que no se enseñará hasta el siglo XIX), y utiliza la técnica de supletio: en castellano, el doble acusativo se suple convirtiendo uno de estos acusativos en otro tipo de complemento.
PREPOSICIÓN: “Una de las diez partes de la oración, la cual se pone delante de las otras, por aiuntamiento o por composición. Como diziendo “io vo a casa”, “a” es preposición y aiúntase con casa, mas diziendo “io apruevo tus obras”, “a” compone se con este verbo, y haze con el un cuerpo de palabra”.
ADVERBIO: Parte que “añadida al verbo, hincha, mengua, o muda la significación de aquél… i llama se adverbio porque común mente se junta i arrima al verbo, para determinar alguna cualidad en él, assí como el nombre adjectivo determina alguna cualidad en el nombre sustantivo”
* Tipos: Lugar, Tiempo, Negación, Afirmación, Duda, Deseo, Orden…
CONJUNCIÓN: “Aiunta y ordena alguna sentencia, como diziendo, io y tú oímos o leemos”.
* Clases en español: Copulativas, Disyuntivas, Causales, Conclusivas, Continuativas
GERUNDIO: “Gerundio en el castellano es una de las diez partes de la oración, la cual vale tanto como el presente de infinitivo del verbo de donde viene, i esta preposición en; por que tanto vale leiendo el Virgilio aprovecho, como en leer el Virgilio aprovecho. I dicese gerundio, de ‘gero, geris’ por traer, por que trae significación del verbo de donde decience”.
Si Nebrija la clasifica como categoría independiente, pudo ser porque había dificultades para traducir. No aparecerá en ningún gramático posterior como categoría, sino que se ajustarán al modelo latino.
Libro IV. Sintaxis
* Concordancia
* Orden de las partes de la oración
* Construcción de verbos y nombres (sintaxis de flexión)
* Errores en las palabras y su orden (barbarismos y solecismo)
* Figuras retóricas
Estos apartados son los que suelen aparecer en la sintaxis de las gramáticas de las lenguas vulgares.
CONCORDANCIA
* sustantivo-adjetivo (género, número y caso): ombre bueno
* sujeto-verbo (número y persona): io amo
* relativo-antecedente (género, número y persona): io amo a Dios, el cual a merced de mí
ORDEN
* Es “casi natural y muy conforme a la razón”
* Las cosas que se han de anteponer son las más dignas: de oriente a occidente, el cielo y la tierra, el día y la noche, la luz y las tinieblas. [Esto no es una explicación gramatical].
RÉGIMEN
* “Los nombres sustantivos pueden regir genitivo ‘que significa cuia es la cosa’, como el siervo de Dios.”
* En castellano, el régimen es la relación funcional.
BARBARISMO Y SOLECISMO
* Barbarismo: “vicio en una palabra” (en una parte de la oración), ya sea por razones léxicas o culturales.
* Solecismo: “vicio en el ‘ayuntamiento’ y orden de las partes de la oración”
FIGURA
* Es un solecismo “que se puede escusar por alguna razón” (admitido por el uso que le dan los literatos).
* Selecciona solo las que “más están en desuso”
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Nebrija es el primero que analiza las figuras retóricas desde una perspectiva gramatical. Uno de los problemas es que no encuentra modelos en castellano a la altura de Virgilio y Horacio. Cita a Juan de Mena y a la lírica popular.