Ejemplo de gramatica descriptiva

Gramática de Correas

Correas está convencido de que la lengua castellana es poseedora de una serie de valores que son los que constituyen su quintaesencia, el núcleo originario y esencial, mantenido incólume a través de los siglos. Esos valores son propios y autóctonos, dada la no procedencia latina del castellano.
Ahora bien, son innegables las similitudes entre ambas lenguas. Habrá que justificar entonces la existencia de esos elementos y categorías coincidentes y, por otro lado, habrá que buscar esos rasgos específicos, que son los que conforman la peculiaridad del castellano y lo independizan del latín.
Con ese fin establece una clara distinción entre categorías universales, comunes a todas las lenguas, y categorías particulares, propias y específicas de cada una de ellas. Y concibe la gramática de tal forma que se puedan conjugar ambas facetas. De este modo, el concepto de gramática general, claramente delimitado por el autor, le permite justificar la conformidad entre el castellano y el latí, debido a la ascendencia latina del romance. Pero a Correas no le interesa mostrar lo común. Su afán de emancipar el castellano del latín le lleva a incidir en los aspectos particulares en tanto que en ellos radica la peculiaridad idiomática.

Los valores idiomáticos específicos del castellano se condensan en el concepto de propiedad, que aparece de manera reiterada a lo largo de la obra. En aras de la propiedad, rechaza el lenguaje cortesano, cuya afectación atenta contra la llaneza y naturalidad consustancial a la lengua. Por la misma razón, es contrario a la introducción de latinismos, el castellano posee en sí mismo méritos suficientes como para no necesitar dignificarse a partir de la imitación del latín. Frente al lenguaje cultista y latinizante, Correas reivindica el uso común, el habla del pueblo llano, al que considera depositario de la pureza y propiedad idiomáticas.

Todos estos valores configuran desde el punto de vista lingüístico la esencia o idiosincrasia del español: su propiedad. Y en tanto que es en el uso común donde radica la propiedad, debe ser sometido a arte, a regulación gramatical, lo que contrasta con la actitud de la gramática normativa, que impone el uso culto como modelo de corrección idiomática. En función de ello, concibe la gramática como una sistematización de los usos lingüístico, es decir, como disciplina meramente descriptiva.

Mientras que desde una posicion normativista la tarea de la gramatica es dictar las reglas por las que se debe regir el uso, para Correas, por el contrario, la gramaática no se superpone ni gobierna el uso, sino que es de la observación del uso mismo de donde se extraen los principios que constituyen la gramática. Esta es una de las grandes aportaciones del Arte de la lengua castellana, ser la primera gramática del castellano con intención descriptiva y de hacer del uso común el objeto de la descripción gramatical. Otro de los aspectos que confiere a la obra de Correas un carácter innovador es el rechazo del modelo latino como procedimiento de análisis transferible en su integridad a la gramática del castellano. Muestra actitud crítica ante la tradición, no acepta sus principios como indiscutibles, así lo afirma en el Aviso al letor del Arte Çastellana incluida en el Trilingue.

Si admite las categorias tradicionales no es porque sean latinas, sino porque derivan de principios generales comunes a todas las lenguas, como, por ejemplo, la existencia de sólo 3 partes de la oración(nombre, verbo y partícula), que propone a instancias del Brocense, y que considera un universal lingüístico.

Su análisis gramatical no es, por tanto, el resultado de endosar las características del castellano en el molde categorial procedente de otra lengua, por muy prestigiosa que ésta sea, sino el fruto de la observación de la propia realidad lingüística. Y ese análisis llega a cotas muy altas cuando se trata de poner de relieve aquello en que el castellano difiere y supera al latín. Es el caso, por ejemplo, de la categoría del artículo, cuya inexistencia en latín es una evidencia más de su inferioridad respecto al castellano y al griego.  Es el primer autor que se basa en la noción de «lo consabido» para delimitar el valor determinante del articulo determinante «el», anticipándose a la 1ª Gram. académica. E incluye en el paradigma a «un», al que denomina artículo indefinito y establece entre ambos una oposición basada en los conceptos de determinación e indeterminación, que la Gram. academica no incorpora hasta la edición de 1854.


Respecto de Gonzalo Correas, los aportes teóricos giran en torno a su concepción sobre la oración y algunas expresiones nominales. De acuerdo con su gramática, la oración es el objeto de la gramática: “la orazion es objeto, sujeto i fin de la gramática”. La considera como el principio rector de la indagación lingüística. Para el autor, el artículo, considerado como una parte de la gramática latina por Dionisio, solo es un morfema demostrativo, con esto descarta el supuesto estatus categorial que se le había otorgado. Admite, al igual que Nebrija, que la gramática castellana no presenta voz pasiva, con esta afirmación se contrapone a los gramáticos que buscaban igualar las estructuras del español al latín. Si analizamos la historia de la gramática castellana, algunos gramáticos equipararon los moldes lingüísticos con el fin de elevar a la castellana como una de las lenguas “perfectas”. Más aún, Correa apunta que las expresiones aparentemente impersonales presentan sujeto gramatical; es decir, todos los verbos tendrían sujeto, ninguno estaría exento. Al autor se le reconoce también la adquisición amplia que se tiene de un sistema lingüístico, en su Arte identifica que una lengua está compuesta por un rico mosaico de hablas dialectales y sociales: conforme a edades, ciudades, sexo, posiciones sociales. Esto significa que el autor sabía que una lengua está formada por diversas hablas, “todas estas abraza la lengua universalarrow-10x10.png”. En el plano práctico, Correas realiza una clasificación y orden satisfactoria de los verbos irregulares. No le presta demasiada atención a los regulares porque los otros merecen mayor atención en el aprendizaje. Por eso, Alarcos señala (1954: XXVII) que “como los gramáticos antiguos y los de su época, Correas se mueve, [….] por un propósito exclusiva o predominantemente pedagógico”