Evolución del Pensamiento Económico: De Malthus a los Monetaristas

Malthus y la Población

Malthus argumentaba que la raza humana tendía a multiplicarse a un ritmo muy rápido, mientras que la tierra no puede multiplicarse. Las guerras, las epidemias y las plagas resultarían necesarias para regular la población. Vivía preocupado por la posibilidad de un “atascamiento general”, es decir, una inundación de mercancías sin posibles compradores. Malthus distinguía dos categorías de productos: esenciales y no esenciales. Con los bienes esenciales, como los alimentos, nunca habría problemas de saturación. En el caso de los bienes no esenciales, el problema era el equilibrio de los mercados, que dependían de los gustos de quienes gozan de rentas suficientemente altas para adquirirlos. Una estrategia para mitigar esto sería construir obras públicas y que los terratenientes contrataran trabajadores para construir, mejorar y embellecer sus terrenos y propiedades.

Mill y la Conducta de la Clase Trabajadora

Mill, en contra de lo defendido por Malthus, creía que la conducta de la clase trabajadora no era difícil de cambiar. Opinaba que quizá hiciera falta una elevación del nivel de educación general, y si ello se consiguiera, se lograrían elevar los gustos y aspiraciones de la clase trabajadora y cambiar su conducta. Mill creía que con la llegada del estado estacionario algunos empresarios se sentirían inclinados a rechazar las tasas de beneficios corrientes y a buscar negocios altamente arriesgados, con la esperanza de cosechar beneficios superiores a la media. Una posible solución a estos problemas sería que el Estado recogiera, por medio de impuestos, una parte creciente de los fondos potencialmente invertibles y la utilizara para financiar proyectos socialmente beneficiosos.

Marx y la Explotación Capitalista

Marx construyó su modelo económico para demostrar cómo el capitalismo explotaba a su clase trabajadora. Para Marx, todo se vendía por su valor, es decir, un salario de subsistencia. La diferencia entre el salario que un trabajador recibe y el valor del producto que ese trabajador produce es la clave de la explotación. A esta diferencia la llama plusvalía.

Marshall y el Comportamiento del Consumidor

Marshall se centró en el estudio del comportamiento de los productores y de los consumidores, pues era clave para analizar la determinación de los precios. Los neoclásicos encontraron que la demanda depende de la utilidad marginal. Dado que los consumidores tienen que escoger entre más de un bien y menos de otro/s para maximizar su utilidad, deberían ajustar sus gastos de tal modo que no fuera posible aumentar su satisfacción mediante una distribución alternativa de esos gastos entre los diferentes bienes. El resultado óptimo se obtendría cuando la última unidad monetaria gastada en cada uno de los bienes en cuestión añadiera una satisfacción adicional idéntica.

Leon Walras y el Equilibrio General

Leon Walras se ocupó del estudio de la teoría de la determinación de los precios bajo un régimen hipotético de libre y perfecta competencia. El objetivo de Walras era la formulación del proceso mediante el cual podría establecerse un equilibrio general, es decir, aquel que tomaba en cuenta la interrelación de todas las actividades económicas.

Keynesianismo y Desempleo

Keynesiana: Keynes rechazó la ley de Say y el pleno empleo, y justificó la existencia de equilibrio con desempleo involuntario. El pensamiento neoclásico y keynesiano dieron lugar a la “síntesis neoclásica”, que ofrece un modelo con una estructura común, en el que uno de los posibles resultados daba lugar a un equilibrio con desempleo. Y, bajo el supuesto de plena y absoluta flexibilidad de los precios, alcanza el equilibrio en los diversos mercados. Uno de los supuestos es el de la rigidez de los salarios, o más concretamente un desajuste básico entre las cantidades de dinero y el salario monetario.

Monetarismo y el Ataque a Keynes

Monetaria: Los monetaristas rechazaron las relaciones básicas del modelo keynesiano. Atacan las definiciones y relaciones de la demanda agregada keynesiana: el consumo y la inversión. En primer lugar, sostienen que los individuos ajustan su gasto en consumo a su renta a largo plazo (lo que denominan renta permanente), pero niegan que la relación a corto plazo entre consumo y renta sea estable. En segundo lugar, tratan de demostrar empíricamente que tampoco la relación renta-inversión es estable. Los monetaristas sostienen que el Estado despilfarra los recursos que utiliza. Gasta no solo lo que recauda, sino que incurre permanentemente en un déficit presupuestario, por las presiones que recibe de los distintos grupos sociales.