Principios Clave de la Doctrina Social Católica: Dignidad, Bien Común y Solidaridad

Principios de la Doctrina Social Católica

¿Cuáles son los principios de la doctrina social católica?
Los principios de la doctrina social católica son: la dignidad de la persona, el bien común, la subsidiariedad y la solidaridad. Estos principios son fundamentales para la vida social, abarcando desde relaciones interpersonales hasta internacionales. Su comprensión y aplicación son esenciales para el desarrollo de una vida social digna. Los principios deben apreciarse en su unidad, conexión y articulación, representando un patrimonio de reflexión y siendo la primera expresión de la verdad social, instando a la interacción libre y corresponsable entre las personas.

¿Cómo se articulan los principios en su conjunto?
Los principios de la doctrina social de la Iglesia se articulan como fundamentos fundamentales e interconectados que guían la enseñanza social católica. Estos principios: la dignidad de la persona humana, el bien común, la subsidiariedad y la solidaridad, considerados como la primera expresión de la verdad social, tienen un carácter general y fundamental, abarcando desde las relaciones interpersonales hasta las internacionales.

Su comprensión y aplicación son esenciales para el desarrollo de una vida social digna y renovada. Además, estos principios poseen un significado profundamente moral, influenciando tanto el comportamiento individual como el funcionamiento de las instituciones sociales.

El Bien Común

¿Qué significa el bien común?
El bien común se refiere al “conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y fácil de la propia perfección”. No se trata simplemente de la suma de bienes individuales, sino de un bien compartido, indivisible y alcanzable solo de manera conjunta. Representa la dimensión social del bien moral, manifestándose en la búsqueda constante del sentido y la verdad en las formas de vida social. Es un deber de todos colaborar en su logro, requiriendo un servicio completo y basándose en una lógica de responsabilidad correlativa. El Estado tiene la responsabilidad de asegurar el bien común, armonizando de manera justa los diversos intereses sectoriales.

¿Cómo surge el bien común?
El bien común surge de la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas, siendo el conjunto de condiciones sociales que permiten a asociaciones y sus miembros alcanzar su pleno desarrollo. No es una mera suma de bienes individuales, sino un bien compartido, indivisible y alcanzable solo de manera conjunta. Se fundamenta en la necesidad de que la sociedad sirva al ser humano y en la responsabilidad de todos los miembros de colaborar en su consecución. Además, el Estado tiene la obligación de garantizar el bien común, siendo la razón de ser de la autoridad política, armonizando justamente los diversos intereses sectoriales para su logro.

¿Cómo debemos manejar los bienes de la tierra?
El manejo de los bienes de la tierra debe estar orientado hacia el bien común, el cual se define como “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y fácil de la propia perfección”. Esto implica que los bienes de la tierra deben ser utilizados de manera que contribuyan al beneficio de toda la comunidad, permitiendo a cada individuo alcanzar su pleno desarrollo.

Además, el gobierno de cada país tiene la responsabilidad de armonizar con justicia los diversos intereses sectoriales para asegurar el bien común de toda la sociedad.

¿Debe haber propiedad privada?
La propiedad privada es esencial en una política económica social y democrática, pero debe estar subordinada al derecho al uso común y al destino universal de los bienes. La propiedad individual no es la única forma legítima de posesión; la propiedad comunitaria es importante, especialmente en países en desarrollo. La justa distribución de la tierra y la propiedad de bienes derivados del conocimiento son cruciales. La propiedad debe orientarse al bien común, su uso perseguir el bienestar social, y no debe ser absolutizada para evitar la esclavitud radical. Debe reconocerse como un medio para el crecimiento de individuos y comunidades, siempre orientada al bien común y destino universal de los bienes.

Principio de Subsidiariedad

¿En qué consiste el principio de subsidiaridad?
El principio de subsidiariedad, clave en la doctrina social de la Iglesia, establece que las instancias superiores de la sociedad deben respaldar a las más pequeñas. Su objetivo es proteger a las personas de los abusos de instancias sociales mayores, fomentando que estas ayuden a los individuos y grupos intermedios en el cumplimiento de sus funciones. Contrastando con la centralización, burocratización y asistencialismo estatal, promueve la libertad y la iniciativa. Este principio se aplica en áreas como el derecho civil, penal y constitucional, y es fundamental en la Unión Europea. En la Iglesia católica, implica que aquellos con mayores recursos ayuden a los menos privilegiados.

¿Tiene vigencia el principio de subsidiaridad en la política?
El principio de subsidiaridad, crucial en la doctrina social de la Iglesia, sostiene que las instancias superiores deben apoyar a las menores sin absorberlas, permitiendo que estas últimas desarrollen sus funciones adecuadamente. Busca proteger a las personas de abusos de instancias superiores, promoviendo que estas ayuden a individuos y grupos intermedios. Contrapuesto a la centralización y el asistencialismo estatal, fomenta la descentralización, el equilibrio público-privado y la participación ciudadana en la vida política y social. En síntesis, sigue siendo relevante en la política al proteger la libertad, promover la iniciativa individual y buscar el bien común a través de la colaboración entre distintas instancias sociales.

¿Qué implica el principio de subsidiaridad para el individuo?
El principio de subsidiariedad establece que las sociedades superiores deben respaldar a las menores, permitiéndoles desarrollar sus funciones sin absorberlas. Protege a las personas de abusos de instancias superiores, promoviendo que estas ayuden a individuos y grupos intermedios. Este principio se basa en la contribución única que cada entidad tiene para ofrecer a la comunidad. La negación de la subsidiariedad limita la libertad y la iniciativa. Se opone a la centralización, burocratización, asistencialismo y presencia excesiva del Estado. Responde al respeto por la persona y la familia, la valoración de asociaciones intermedias, descentralización, equilibrio público-privado y la responsabilidad ciudadana en la realidad política y social.

Principio de Solidaridad

¿Qué significa el principio de solidaridad?
El principio de solidaridad, en la Doctrina Social de la Iglesia, destaca la interdependencia humana y la necesidad de fomentar el bien común mediante la colaboración y el apoyo mutuo. Se manifiesta como un principio social para transformar estructuras hacia la solidaridad y como una virtud moral que implica compromiso por el bien común, superando el individualismo. Está vinculado al crecimiento común, al bien común, al destino universal de los bienes, a la igualdad y la paz. En la enseñanza de la Iglesia, se refleja en el mandamiento de amar al prójimo, enfatizando el servicio, la empatía y la ayuda a los necesitados. La solidaridad busca la colaboración, el bienestar común y el cuidado de los más vulnerables en la sociedad.

¿Hasta dónde llega la solidaridad?
La solidaridad es un principio esencial que destaca la interdependencia entre personas y pueblos, promoviendo la igualdad, el bien común y la justicia. Actúa como un valor social y virtud moral, requiriendo la transformación de estructuras negativas hacia la solidaridad. Este principio implica un compromiso con el crecimiento colectivo, la contribución positiva a causas comunes, superación del individualismo y disposición para sacrificarse por el bien del prójimo. La solidaridad se extiende al reconocimiento de la deuda con la sociedad, fomentando la equidad, acceso a recursos básicos y hermandad global. En la enseñanza de Jesucristo, se refleja en el mandamiento de amar al prójimo, promoviendo empatía, servicio y ayuda a quienes lo necesitan.

¿Cómo se puede concretar la solidaridad?
La solidaridad se manifiesta en la naturaleza social intrínseca, la igualdad en dignidad y derechos, y la búsqueda conjunta de la unidad humana. Se apoya en la compasión, una cultura y solidaridad política, siendo tanto un principio social que guía instituciones como una virtud moral que demanda compromiso con el bien común. Está estrechamente ligada al bien común, destino universal de los bienes, igualdad y paz global. Se concreta mediante la contribución positiva a causas comunes, búsqueda de entendimiento, disposición a sacrificarse por el bien del otro y reconocimiento de deuda con la sociedad. Inspirada en la vida y mensaje de Jesucristo, la solidaridad busca superarse a sí misma a través de dimensiones cristianas.


¿Qué valores son importantes para la Doctrina social?
La Doctrina Social de la Iglesia se fundamenta en principios y valores clave, destacando la importancia de la verdad, la libertad, la justicia y el amor. Estos valores son considerados como fundamentales para estructurar y guiar la vida social, siendo inherentes a la dignidad humana y favoreciendo un desarrollo auténtico. Además, sirven como referencia esencial para los responsables de la vida pública, quienes están llamados a realizar reformas significativas en las estructuras económicas, políticas, culturales y tecnológicas, así como cambios necesarios en las instituciones.

¿Para qué se necesita la verdad en la vida?
La verdad es esencial en la vida social, siendo crucial para una convivencia ordenada y digna. Buscar y respetar la verdad evita la confusión y se ajusta a las demandas objetivas de la moralidad. La promoción de la verdad en todos los ámbitos requiere una intensa actividad educativa y compromiso general, superando intentos de relativizar sus exigencias o despreciarla. La verdad ilumina varios aspectos de la sociedad y es un principio ético constante que favorece la convivencia y la construcción de un orden social justo y fraterno.


¿Qué es la justicia?
Derivado del término latino «iustitia» y teniendo diversas interpretaciones según los valores y el contexto de cada comunidad. En el ámbito judicial, se refiere a reglas y normas que guían las acciones de individuos e instituciones. Desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia, la justicia es un valor esencial vinculado a la virtud moral cardinal, implicando la constante voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. Subjetivamente, se refleja en la actitud de reconocer al otro como persona, y objetivamente, sirve como criterio determinante de la moralidad en el ámbito interpersonal y social.

¿Por qué no es suficiente la jus8cia por si sola?
La justicia, aunque fundamental para el orden social, no es suficiente por sí sola, según la doctrina social de la Iglesia. Esta destaca que, si bien la justicia es esencial, debe ir acompañada de solidaridad y amor. La justicia puede negarse a sí misma si no se abre al amor, por lo que se subraya la importancia de arraigarla en la solidaridad y el amor para lograr la paz y la convivencia humana. Estos valores, junto con la justicia, son considerados fundamentales para construir una sociedad más justa y humana.