Desarrollo de la Alfabetización Inicial en Educación Infantil

Alfabetización y Alfabetización Inicial

La alfabetización es la habilidad de leer y escribir una lengua específica, comprendiendo su uso en la vida diaria. Es un proceso social donde el entorno juega un papel decisivo, influyendo las posibilidades sociales y culturales del individuo. Los textos y sus usuarios son elementos indispensables para promover el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Aunque el conocimiento de la lengua escrita se considera clave para la alfabetización, algunos autores amplían el concepto a aptitudes relacionadas con el lenguaje en general. Actualmente, se considera que el dominio del lenguaje, que comienza con la lengua oral y las interacciones lingüísticas con los adultos, se desarrolla a través de la lectura y la escritura. Este proceso, que dura toda la vida, comienza con los primeros contactos infantiles con la lengua escrita y las experiencias de los adultos que leen y escriben.

Los inicios de la alfabetización aparecen en el juego simbólico, donde los niños intentan comprender la lectura y la escritura mucho antes de dominarla formalmente. Hablar, dibujar y jugar son los primeros “puentes hacia la alfabetización”. Entre 1 y 5 años, los niños utilizan símbolos para crear y comunicar significados, expresando sentimientos, experiencias o ideas. Combinan dibujo, habla y juego simbólico como medio de comunicación, empleando símbolos convencionales con significado personal.

El juego es crucial para iniciarse en la lectura y la escritura, ya que se relaciona con su desarrollo posterior. En los juegos de lectura y escritura, los niños integran sus conocimientos, se familiarizan con las herramientas de la alfabetización y aprenden a usarlas. El énfasis no está en el error, sino en la interacción con la cultura escrita y la coordinación de todos los aprendizajes. Por ello, es importante la colaboración de las familias, el voluntariado y el uso de espacios como talleres, centros culturales y bibliotecas.

Agentes que Influyen en la Alfabetización Infantil

Los principales agentes que influyen en la alfabetización infantil son la familia y la escuela.

La familia, como primer agente educador y socializador, a veces no es consciente de la importancia de las actividades relacionadas con el lenguaje escrito. Los conocimientos sobre la escritura comienzan en la interacción familiar, antes de la incorporación al ámbito escolar. La familia contribuye a la adquisición del lenguaje y al aprendizaje posterior de la lectura, aunque solo algunos niños llegan al centro infantil con una base de conocimientos.

Los niños construyen la percepción sobre sus capacidades a partir de la interacción con su entorno, incluyendo la actitud de los docentes. Esto les ayuda a consolidar o superar dificultades de aprendizaje relacionadas con la lectura.

Es importante que los niños interpreten códigos de letras y descifren mensajes, teniendo las herramientas para producir textos. Todos los niños pueden alcanzar altos niveles de logro académico si tienen la oportunidad, tanto fuera como dentro de la escuela. La alfabetización en colaboración con las familias y la comunidad repercute en el interés por la lectura y la cultura en general. Estos miembros de la comunidad se convierten en impulsores de la lectura y la escritura, junto con el profesorado.

La escuela debe ser un ambiente alfabetizador, donde los alumnos encuentren condiciones favorables para el aprendizaje de la lectura y la escritura. Se pueden proponer iniciativas en todos los espacios de la escuela: recepción, pasillos, biblioteca y aula. Aprovechando estos espacios, se promueve el conocimiento y enriquecimiento de los temas que se trabajan en clase.

Aunque ambos agentes son importantes, la escuela tiene un carácter más formal y menos profundo que la familia. La atención individualizada es diferente en un aula con 25 niños que en un entorno familiar. El juego simbólico, crucial para la alfabetización, se da de forma más libre en la familia que en la escuela.

Sistema de Escritura y Lengua Escrita

El sistema de escritura se refiere al sistema de notación de una lengua (el alfabeto), mientras que la lengua escrita abarca los textos con funcionalidad social y la actividad de leer y escribir. Se puede conocer un alfabeto sin ser capaz de leer y escribir en ese idioma, por ejemplo, escribir una carta formal o un cuento.

Es crucial crear un ambiente de lectura y escritura para la exploración del sistema de escritura, contando con la colaboración de la familia. El desarrollo de la alfabetización va más allá de habilidades como la caligrafía, la descodificación y la ortografía (relacionadas con el sistema de escritura). También incluye actitudes, expectativas, conductas, sentimientos y habilidades, que conforman la lengua escrita. Esta “alfabetización incipiente” comienza antes de la escuela, por ejemplo, con el juego simbólico.

La distinción entre estos términos permite diferenciar las actividades escolares. Muchas se consideran actividades de escritura, pero pocas son de lengua escrita, en el sentido de elaboración de mensajes significativos y funcionales. Esto se debe a la creencia de que la enseñanza debe comenzar por los elementos básicos.

Relación entre Oralidad y Escritura

La lectura se entiende como la comprensión del significado de lo impreso, y la escritura como la capacidad de usar lo impreso para comunicarse. Sin embargo, existen “alfabetizaciones múltiples”, ya que no todos leemos y escribimos con la misma fluidez. La alfabetización es un logro social, cultural y cognitivo que permite desenvolverse en sociedad y participar en diversos grupos y actividades.

En Educación Infantil se aborda la enseñanza del lenguaje escrito, y se prevé que en el futuro se le dará mayor importancia. Las actividades en torno a los cuentos son importantes, ya que contribuyen al desarrollo del lenguaje oral y escrito. Es fundamental que los niños tengan contacto con un ambiente de lectura y que se les motive a explorar el sistema de escritura, contando con el apoyo de la familia.

En los momentos iniciales del aprendizaje, la relación entre lenguaje escrito y oral es muy intensa. Los niños pueden leer y escribir de forma no convencional. Leer, contar o escribir cuentos es una actividad significativa en esta etapa. Los docentes deben proporcionar apoyo, ayuda y oportunidades para que exploren este género y se apropien del lenguaje oral y escrito.

Fases del Desarrollo de la Escritura

Fase Logográfica

El niño muestra interés por la escritura y relaciona el lenguaje oral y escrito. Reconoce palabras comunes cuyo significado le ha sido proporcionado y utiliza al adulto como fuente de información. Se divide en dos niveles:

Nivel 1: Fase Indiferenciada

A veces no levanta el lápiz (escritura continua), y en fases más avanzadas, realiza símbolos simulando la grafía convencional. Conoce la estructura del texto (título, historia, final) y la diferencia entre texto y dibujo. Presenta direccionalidad desarrollada (escribe de izquierda a derecha).

Nivel 2: Fase Diferenciada

Su grafía se acerca a las letras convencionales, aunque algunas parezcan inventadas. Forma pseudopalabras y utiliza algunas letras convencionales. Formula tres tipos de hipótesis: H. cantidad (AABB), H. variedad interna (AABBC) y H. variedad externa (ABCA). Entiende que ciertos símbolos representan palabras, conoce algunas letras y comprende que las palabras escritas deben tener un mínimo de letras. La escritura tiene la función de designar (nombre-escritura). Comprende que si no cambia las letras, no cambia la palabra y demuestra capacidad para extraer información del texto escrito.

Fase Alfabética

En los niveles 3 y 4, el niño toma conciencia de que a cada sonido le corresponde una letra. Reconoce y escribe palabras, entendiendo que la clave del sistema de escritura es la asociación sonido-letra.

Nivel 3: Fase Silábica

La escritura se asemeja a la convencional. Asocia una letra a un sonido (sílaba), usando más vocales que consonantes. Establece que cada sílaba corresponde a una letra. Formula dos hipótesis: H. silábica cuantitativa (a cada sílaba le atribuye una letra o pseudoletra) y H. silábica cualitativa (a cada sílaba le corresponde una letra, generalmente vocales). Utiliza la escritura de su nombre para introducirse a la escritura, pule las etapas anteriores y mantiene las restricciones de cantidad y variabilidad. Extrae reglas de su propio sistema y establece hipótesis sobre la lengua escrita.

Nivel 4: Fase Silábico-Alfabética

Empieza a escribir más de una grafía para cada sílaba. Mezcla palabras silábicas y silábico-alfabéticas, correctamente escritas con otras que casi lo están, con un número menor de letras, pero cada vez más cerca de la escritura convencional.

Fase Ortográfica

En el nivel 5, el niño conoce y utiliza el sistema de escritura, y sabe que las palabras se componen de morfemas. La lectura se guía por los contextos semánticos y sintácticos. Muestran interés por la búsqueda de significados y el reconocimiento global de las palabras.

Nivel 5: Fase Alfabética

Escritura casi perfecta, con omisiones ocasionales de letras. Plasma lo que pronuncia. Presenta tres aspectos a corregir: letras con más de un sonido (g, c), sonidos con más de una letra (ch, qu) y letras sin sonido (h). Las sílabas inversas, tratadas y completas suelen presentar problemas iniciales.

Perfiles de Enseñanza

Perfil Instruccional

  • Tiempo específico para lectura y escritura.
  • Énfasis en el conocimiento de letras y sonidos.
  • Se observa la exactitud y el ritmo de lectura.
  • Se corrigen las adivinanzas en la lectura.
  • Relatos con vocabulario conocido o adaptado.
  • Análisis de sonidos en palabras presentadas oralmente.
  • Grupos de lectura y escritura por nivel.
  • Actividades para aumentar la velocidad de lectura.
  • Separación de actividades de lengua oral y escrita.

Perfil Situacional

  • Uso de situaciones emergentes en clase.
  • Espacios diferenciados para cada actividad.
  • Vocabulario basado en las experiencias de los niños.
  • Redacción autónoma de textos.
  • Evaluación del progreso mediante la escritura autónoma.
  • Grupos pequeños para lectura y escritura.
  • Planificación conjunta con otros maestros.
  • Uso de enciclopedias, atlas y diccionarios.

Perfil Multidimensional

  • Tiempo específico para lectura y escritura.
  • Uso del conocimiento de letras y sonidos.
  • Observación de la escritura autónoma para evaluar el progreso.
  • Actividades para aumentar la velocidad lectora.
  • Trabajo a partir de situaciones del aula.
  • Vocabulario basado en las experiencias de los niños.
  • Espacios diferenciados para cada actividad.

Secuencia Didáctica (Ejemplo)

Nota Informativa

Partiendo de una situación de interés en el aula de 4 años, se crea una secuencia didáctica para el proceso de lectoescritura. Se propone escribir una nota informativa. Se muestra un ejemplo y se discute el contenido con los niños. La funcionalidad del texto es práctica e informativa, con un formato breve. Se utilizan fórmulas fijas (“Estimado/a…”, “Saludos, atentamente…”). El aprendizaje se basa en la función, forma, uso y sistema de escritura del texto, considerando el qué, quién, cuándo, dónde y por qué. Se usa una tipografía atractiva y verbos en presente o futuro. Cada niño escribe un borrador, que luego se revisa en asamblea. El docente resalta los contenidos lingüísticos y amplía el léxico. Finalmente, se edita una nota final consensuada. Se trabaja el sistema de escritura (cantidad de letras, direccionalidad, puntuación). El docente actúa como orientador, pero los niños tienen un papel activo en la producción del texto.

Cuento

Tras profundizar en el tema, se realiza una actividad de comprensión lectora con un cuento infantil. Tanto el docente como los alumnos tienen el libro. El texto tiene un sentido pedagógico, adaptado a niños de 4 años. Su funcionalidad es literaria, con una extensión mayor que otros textos. El título se relaciona con el contenido. Se usan tiempos verbales en pasado y fórmulas fijas (“Había/Érase una vez…”, “colorín, colorado…”). La tipografía es grande y con imágenes. El léxico enriquece el vocabulario. El docente lee la historia, promoviendo el aprendizaje fonético. Se realizan preguntas para evaluar la comprensión y generar nuevos conocimientos. Se recuerdan las ideas principales para afianzar la comprensión. El docente orienta la lectura, fomentando la independencia y la reflexión del alumnado.

Objetivos Generales

  • Aproximarse a la lectura y escritura en situaciones cotidianas, valorando el lenguaje escrito como instrumento de comunicación, representación y disfrute.
  • Adquirir autonomía en las actividades habituales.
  • Progresar en los usos sociales, práctico, científico y literario de la lectura y la escritura, explorando su funcionamiento, interpretando y produciendo textos de la vida real.

Contenidos

Conceptuales

  • Textos de uso social (usos prácticos, científicos y literarios)
  • Convenciones de la lengua escrita
  • Sistema de escritura
  • Palabras y frases significativas escritas

Procedimentales

  • Uso progresivo del lenguaje, acorde a la edad, con léxico variado.
  • Participación activa en prácticas letradas compartidas con adultos.
  • Diferenciación entre escritura y otras formas de expresión gráfica.
  • Interés por el uso de las convenciones del sistema de la lengua escrita.
  • Identificación de palabras y frases escritas significativas y usuales.
  • Iniciación al conocimiento del código escrito.
  • Uso autónomo de diferentes soportes de la lengua escrita.
  • Escucha y comprensión de textos de la tradición oral.
  • Participación creativa en juegos lingüísticos, recitaciones y dramatizaciones.

Actitudinales

  • Interés por la comunicación.
  • Valoración de la lengua escrita como medio de comunicación, información y disfrute.
  • Interés por explorar la lengua escrita.
  • Valoración de la biblioteca como recurso informativo.

Criterios de Evaluación

  • Comunicación verbal en diferentes contextos.
  • Participación activa en prácticas letradas compartidas.
  • Interés por los textos escritos y exploración de sus elementos.
  • Interés por interpretar textos con funcionalidad social.
  • Interés por producir textos con funcionalidad social.
  • Interés por la biblioteca como recurso informativo y de disfrute.