Planes Económicos de Argentina: Austral y Primavera
Plan Austral (1985)
Contexto: En 1985, Argentina enfrentaba una hiperinflación galopante. El gobierno de Raúl Alfonsín implementó el Plan Austral para estabilizar la economía.
Medidas:
- Reforma monetaria, introduciendo el austral, cuya unidad equivalía a mil pesos.
- Congelamiento de los precios, las tarifas públicas y los salarios.
- Reducción de las tasas de interés para depósitos y préstamos.
- Devaluación del 15%.
- Congelamiento del tipo de cambio, fijándolo en 0.80 centavos por dólar, que se compensó con un incremento de los impuestos a las exportaciones y la implementación de una política monetaria y fiscal estricta que comprendía una reducción del déficit.
La originalidad del plan consistía en la incorporación de una política de ingresos y el lanzamiento de un nuevo signo monetario con el fin de actuar sobre la inercia inflacionaria. El 2 y el 5, permitían quebrar esta inercia y poniendo como origen de la variación de precios, a los cambios exógenos de los bienes exportables.
Resultados:
El plan tuvo un efecto favorable inmediato, que incluyó:
- El incremento de las exportaciones.
- Aumento de las liquidaciones de las divisas por parte de sus tenedores, permitiendo el crecimiento de las reservas del Banco Central.
- La suba de la recaudación impositiva y tarifaria.
- Disminución del déficit fiscal, de la emisión monetaria y de la tasa de inflación del 2% mensual.
Medidas complementarias, que tuvieron lenta o nula concreción:
- Proyectos de privatización.
- Reducción del empleo y del gasto público.
“Plan Houston”:
Alfonsín convocó a empresas petroleras estadounidenses a invertir en el país, marcando un viraje frente a la tradición de conservar la explotación del sector en manos del Estado, pero esta propuesta no tuvo logros significativos.
La falta de un programa a largo plazo indicaba cierta debilidad, escondiendo deficiencias estructurales debido a que el programa no tenía objetivos de reactivación o crecimiento. Esta ausencia se superponía con el recorte a los programas de inversión pública y a los efectos de la inestabilidad sobre la inversión privada, influyente en la evolución económica a largo plazo. Es por esto que la inversión se canalizaba cada vez más a la especulación financiera.
Plan Primavera (1988)
En 1988, la economía se encontraba en una situación crítica: se combinaban recesión, inflación, caída salarial, desocupación y una gran deuda externa que llegaba a los 46 mil millones de dólares. Esto generaba huelgas en distintos sectores y un paro general de los trabajadores de los servicios públicos que terminó con un desorden en Plaza de Mayo. Nuestra situación económica se deterioraba y el sector externo mostraba mejorías. En agosto se lanzó el Plan Primavera que contaba con el apoyo de diversas entidades empresarias como la UIA, la CAC y la CGI.
Medidas:
Ante la promesa de Alfonsín de no aplicar nuevos impuestos a las exportaciones agropecuarias, se desdobló el mercado cambiario (tratando el gobierno de distribuir a su favor una parte del incremento del precio de los productos agrícolas sin recurrir a las retenciones):
- En el primer mercado se liquidarían el total de la exportación agrícola y el 50% de las industriales.
- En el segundo mercado, “financiero”, fue liberado, pero se anunció una intervención del Banco Central para que la diferencia entre ambos mercados no sea mayor al 25%. Se negociarían las divisas del otro 50% de las exportaciones industriales, de las importaciones y los intereses de la deuda externa de los particulares.
Impulsó medidas para corregir la posición estructurada del plan austral:
- La estabilidad de precios la consiguió mediante un acuerdo desindexatorio con las empresas líderes.
- El gobierno tenía que bajar la alícuota de IVA, lo que era contradictorio a su objetivo de elevación de los ingresos fiscales, por esto, como compensación, aumentó las tarifas públicas.
El efecto antiinflacionario del plan produjo un retraso de las tarifas públicas y del tipo de cambio, acentuando los efectos negativos sobre el desequilibrio fiscal y el del sector externo. Las tasas de interés resultaban altas debido a la restrictiva política monetaria y a la presión sobre los rendimientos esperados de los títulos públicos que intentaba colocar el gobierno. El control sobre la oferta monetaria por el Banco Central se fue debilitando debido al déficit fiscal, el superávit comercial y la caída de la demanda de títulos gubernamentales. Por eso se optó por la colocación forzosa de deuda en el sistema financiero a través de encajes remunerados.