El Comercio Internacional en el Siglo XIX: Del Proteccionismo al Librecambio y el Patrón Oro

Intensificación y Multilateralidad del Comercio Internacional

La teoría del comercio de David Ricardo propone que la especialización internacional debe buscarse en la ventaja comparativa, que define como: «Si el coste de producir artículos manufacturados expresado en alimentos en una economía es más bajo que en otra, la primera tiene una ventaja comparativa en artículos manufacturados, y la segunda tiene una ventaja comparativa en producir alimentos». Así, el coste de un tipo de producto en términos de otro es la reducción en la producción de alimentos necesaria para aumentar la producción de artículos manufacturados manteniendo constante el nivel de utilización de los recursos. Tiene varias limitaciones: no pone el énfasis más que en la oferta sin tener en cuenta la demanda, no tiene en cuenta el coste del transporte y la distancia de los mercados, tampoco cita que los aranceles son un medio artificial de eliminar la ventaja comparativa.

Se ha formulado otra definición, la teoría de Heckscher-Ohlin. Sostiene que los factores de producción (tierra, trabajo y capital) no se mueven mucho a través de las fronteras nacionales y no pueden utilizarse así en las proporciones más adecuadas para aumentar al máximo la productividad. Una nación exportará productos intensivos en el factor de producción que es relativamente abundante y, complementariamente, importará productos intensivos en otro tipo de factor de producción.

  1. Inglaterra: con ventaja en productos intensivos en carbón como el hierro.
  2. Europa Continental: con ventaja en manufacturas de valor añadido que no son intensivas en carbón.
  3. EE.UU.: dispone de todos los recursos y en cantidad.

El aumento del comercio internacional tiene causas distintas (inicios de la globalización):

  1. Más oferta por el progreso técnico en agricultura e industria.
  2. Más demanda por aumento y movilidad de la población.
  3. Más factores por más disponibilidad de recursos naturales.
  4. Más poder adquisitivo por crecimiento de la renta real.
  5. Más riqueza por acumulación de capital.
  6. La política favorable, extensión del libre comercio.
  7. Mejores medios por el progreso técnico.

Simon Kuznets llevó a cabo el estudio del comercio internacional y dice que de 1820 a 1913 hubo elevadas tasas de crecimiento del comercio internacional y que el comercio mundial crecía a unos ritmos muy superiores al ritmo de la producción mundial.

Las Políticas Comerciales: Del Proteccionismo al Librecambio

Entre 1820 y 1913 es la época del librecambio. Se caracteriza por una gradual liberalización de los controles sobre los flujos de bienes, de capital y mano de obra, con lo que quedan ligadas más estrechamente las economías de todos los países a medida que avanza el siglo XIX. A principios del siglo XIX existían dos tipos de obstáculos: la barrera natural, que era la lentitud y dependencia climática del transporte, y la barrera artificial, el conjunto de gravámenes y controles sobre importaciones y exportaciones de cada país.

La defensa de Smith del comercio internacional libre se basa en la diferencia en los costes de producción absolutos. Para la difusión del comercio hay dos etapas: implantación primera en Inglaterra, es decir, a nivel nacional, y otra de difusión internacional. A nivel nacional también hay dos etapas: la explicación teórica y la puesta en práctica por el gobierno, las reformas del gobierno de esos principios, esas recomendaciones, lo cual tenía que entender el beneficio que iba a reportar.

Las dos reformas esenciales fueron abolir en la década de 1840 la «Corn Law» o «Leyes de Grano» que protegían la agricultura inglesa, y la otra gran ley proteccionista era la ley que protegía su transporte «Navigation Act». Así se rompe la fuerte tradición proteccionista que había existido entre ambos países. Los contactos entre Cobden y Chevalier obedecen a la idea ya asumida en Inglaterra de que la difusión de los beneficios derivados de las prácticas librecambistas eran tan obvias que todos los demás países reconocerían sus ventajas y las adoptarían espontáneamente.

Un elemento importante en esa difusión fue la cláusula que incluía el tratado. Esta cláusula se llama «Nación Más Favorecida (NMF)». Por ella, existe un acuerdo por el cual si alguno de los dos países firma otro acuerdo con terceros, las ventajas comerciales de los primeros se aplican y amplían a dichos terceros, es decir, se amplía el tratamiento de nación más favorecida.

Los tratados propician una reorganización industrial como consecuencia de la mayor competencia. Las empresas obsoletas que habían sobrevivido gracias a la protección de aranceles y prohibiciones tuvieron que reorganizarse, mejorar su tecnología.

Promovieron de esta forma la eficacia técnica, la difusión tecnológica y el aumento de la productividad porque la cláusula NMF impedía la discriminación en política comercial, ya que la reducción de aranceles de un país significaba que automáticamente se reducían para todos los países con el tratamiento NMF.

La fase de mayor aumento entre 1840 y 1870, el crecimiento neto hasta 1914 fue de unas 25 veces, en tanto que la producción mundial no llega a triplicarse y el valor de ese comercio se multiplica por 11. De estas cifras se pueden extraer algunas conclusiones:

  • La continua aparición de nuevas naciones que participan en ese comercio.
  • La propensión a comerciar que tienen todos los países durante estos años.
  • La actitud favorable de apoyos institucionales y tecnológicos que refuerzan los intercambios exteriores (cuantificación).

La dirección del comercio estaba dominada por Europa en el comercio mundial, porque en este periodo la mayor parte de los intercambios consistía fundamentalmente en relaciones de intercambios intraeuropeas y complementariamente de Europa con los países de ultramar, en especial los colonizados por países europeos.

En cuanto a la composición del comercio mundial, el rasgo más destacable es la evolución por la cual tiende a descender la participación de los productos primarios y manufacturas tradicionales textiles y, al contrario, la mayor cuantía de los productos industriales de los sectores modernos (siderurgia, química, ingeniería, bienes de equipo…) que lleva consigo un valor creciente en el balance económico. De todas esas participaciones, el caso más negativo es el de Inglaterra que, a causa del fenómeno conocido como declive inglés, lleva a cabo la pérdida en la participación por la pérdida en la capacidad competitiva de sus empresarios y empresas. Favorece a ese comercio las mejoras en los transportes terrestres (ferrocarril) y marítimo (navegación a vapor con barcos de hierro en vez de madera) con muchas ventajas: reducción del tiempo, reducción del coste, más capacidad de cargas, independencia climática. Los economistas han elaborado el concepto de ahorro social que pretende calcular esas ventajas cuantificables como otras más difíciles de calcular, por ejemplo, el ahorro de tiempo.

Esto se puede traducir en el concepto de ahorro social, que se define como el ahorro conseguido por un medio de transporte más eficaz con relación a otro alternativo con otro menos eficiente, por ejemplo, el ferrocarril respecto a los canales interiores, y que puede suponer un margen apreciable del producto nacional. Ese ahorro se puede destinar a la reinversión.

Problemas Cambiarios. El Sistema Monetario Internacional y el Patrón Oro

En el siglo XIX lleva un conjunto de operaciones de financiación que adquiere más complejidad que el tráfico anterior, por lo que era imprescindible mejorar y adaptar el sistema monetario internacional para cubrir las exigencias de unos intercambios con mayor ritmo que en épocas precedentes y unos flujos de valores de capital ascendentes en mayor medida. Pero esa modernización se debía hacer teniendo en cuenta el principio de que la función de medio de cambio puede tolerar la presencia de más de una moneda; en cambio, la función de cuenta de una moneda no la puede tolerar. La novedad más importante en la modernización fue la adopción primero por Inglaterra y después de una manera más internacional de un sistema monetario interno monometálico, basado en el oro y que técnicamente se conoce como Gold Bullion Standard. Esa evolución empieza en Inglaterra en el siglo XVIII para disponer de un sistema monometálico en sí menos estable que el bimetálico tanto interno como externo.

Esta evolución se confirma con dos decisiones: la primera en 1717, cuando se fija la libra esterlina a un precio en oro, la guinea oro. Por esta medida, la plata, que desde fines del siglo XVII estaba subvalorada en su apreciación en las acuñaciones, fue desapareciendo y se convierte en moneda subsidiaria; se impide para pagos de más de 25 libras esterlinas. A partir de aquí, la plata como unidad monetaria perdió todo su valor y, en cambio, el oro se asegura la supremacía en el sistema. Otra ley de 1774 confirmó esa realidad dándole el protagonismo como referencia al oro. Las discusiones monetarias continuaron después de las guerras napoleónicas a causa del proceso inflacionario que llevó al Banco de Inglaterra a suspender la convertibilidad de los billetes de banco en metálico y originarse un sobreprecio (premio) en las monedas de más garantía. Para analizar las causas y proponer medidas que evitasen en el futuro esos desequilibrios, se ordenó la creación de un comité monetario que dio un informe en 1810 conocido como Comité sobre el Metálico.

Este Comité tuvo preparado el informe en 1810. Al declarar ante los expertos se pudieron diferenciar dos corrientes de opinión distintas:

  1. El Banco de Inglaterra negaba que su comportamiento de expandir la emisión de moneda fiduciaria durante el conflicto napoleónico fuese la razón que originaba el sobreprecio y la inflación. El banco afirmaba que esa expansión era necesaria por la expansión del comercio y otras solicitudes del gobierno; aquí está el origen de la escuela teórica monetaria conocida como escuela bancaria. Para el banco, la explicación de la inflación era como consecuencia de problemas de la balanza de pagos: subsidios a aliados, salida del capital hacia otras plazas, etc.
  2. Esta explicación no convenció a la mayoría del comité y no dio validez a su razonamiento. Creía que la responsabilidad estaba en la expansión de billetes resultante de la extensión del descuento. Esta era la hipótesis de la segunda corriente, conocida como escuela de disciplina monetaria. Ésta piensa que incrementos independientes, exógenos, excesivos, en la emisión de billetes conduce a la depreciación del tipo de cambio más que la opinión de que fuese la depreciación del tipo la que originase los precios más altos. Su formulación completa y clásica se contiene en el texto del «Informe sobre el Metálico» y en el estudio de David Ricardo «El Elevado Precio del Metálico», que publica en 1811. Con este análisis se toman decisiones en 1819, año en que se reanuda la convertibilidad de los billetes cuando una ley autoriza al Banco de Inglaterra a reanudar los pagos en lingotes y monedas de oro.

Hacia 1823 ya se cumplían en el país las condiciones para la vigencia del patrón oro completo o de pleno funcionamiento, conocido técnicamente como Gold Union, y que cumple cinco condiciones:

  1. La unidad de cuenta debe estar ligada a cierto peso de oro.
  2. Las monedas de oro debían ser de libre circulación interior y los billetes de banco en circulación totalmente convertibles en oro con la única condición de que se solicitara por el poseedor del billete.
  3. Cualquier otra moneda en circulación debía estar subordinada al oro.
  4. No debían imponerse restricciones legales a la libre conversión de las monedas en lingotes.
  5. No debía existir ningún impedimento a la libre exportación de oro.

1. Extensión Internacional

En Francia, el patrón existente era monometálico y este sistema sufrió una fuerte tensión a partir de la entrada de gran cantidad de oro como consecuencia de los descubrimientos de las minas de California y Australia a mediados del siglo. La relación de acuñación legal de 1 a 15,5 en el mercado pasó de 1 a 15,2, dado que la plata quedaba sobrevaluada con respecto al oro. Francia absorbió grandes cantidades de oro y el franco francés se convirtió en un franco-oro a medida que operaba el principio llamado Ley de Gresham, es decir, en una circulación la buena moneda tiende a desaparecer y la de menos valor es la más frecuente. En una iniciativa por estabilizar la situación y promover un sistema bimetálico internacional, Francia lideró un tratado monetario entre las naciones que utilizaban el franco como divisa internacional, y así en 1865 creó la llamada Unión Monetaria Latina, formada por Francia, Bélgica, Italia y Suiza, con el acuerdo de regular conjuntamente sus divisas. Por tanto, mientras que en Inglaterra la implantación se puede situar hacia 1770, su ampliación hacia Europa se sitúa un siglo después. Durante la década de 1870 se aceleró hacia el patrón oro y la plata vio descender rápidamente su papel en las transacciones internacionales.

Otro acontecimiento que influye en esa adopción internacional fue su implantación en países con importantes relaciones comerciales. Alemania cambió de un sistema de patrón plata a un patrón oro influido por dos circunstancias:

  • Este país, en su expansión comercial, realizaba sus compensaciones en el mercado de Londres, y como allí existía el sistema oro era más fácil para funcionar adoptarlo e igualar condiciones monetarias.
  • Disponía del volumen de metal necesario para su vigencia, ya que recibió importantes indemnizaciones francesas al final de la guerra franco-prusiana de 1870.

Así, en 1872 adopta una nueva divisa que sustituye al tálero de plata, el marco. A partir de aquí, la desmonetarización de la plata fue un proceso general y en 1874 Holanda cesó las acuñaciones de plata y tomó el oro como unidad de cuenta (le siguieron Noruega, Suecia y Dinamarca). La misma Unión Monetaria Latina limitó sus acuñaciones, y en 1878 suspende la acuñación de monedas de plata.

A principios del siglo XX se completa ese sistema internacional. EE.UU. no abandona el bimetalismo legalmente hasta 1900, pero el país operaba en el sistema desde 1879, en que se restaura la convertibilidad general. Austria lo adopta en 1892, Rusia y Japón en 1897 y la India ligó su moneda a la libra esterlina. Después de 1900, países latinoamericanos y asiáticos también lo adoptan, de forma que en 1914 China era el único de los grandes países que todavía operaba en un patrón plata.

2. Funcionamiento

En este período, la libra se convierte en divisa internacional al ser Inglaterra el país más comercial y fuente de capital; así, ésta consigue una permanente estabilidad por su estrecha ligazón al oro. Esa explicación teórica del funcionamiento considera unos procedimientos de ajustes automáticos bajo el patrón, ya que como la unidad monetaria de cada país está fijada en oro, implica que todas están valoradas entre sí y sus tipos de cambio tienen las mismas fluctuaciones. El ajuste se produce entre unos límites que se llaman puntos del oro y el mecanismo sería:

Si un país incurre en un déficit de la balanza comercial a causa de un exceso de importaciones y para saldar esta deuda está obligado a exportar oro, esa disminución de oro tiene como consecuencia directa una reducción en la oferta y circulación monetaria en el interior del país y ello lleva a un descenso en los precios de sus mercancías. Ese descenso hace que sus productos sean más competitivos; por ello, se incrementan las exportaciones, aumentan las reservas y se restablece el equilibrio. En el caso de incurrir en un superávit, el proceso sería inverso.

A esta explicación teórica se le ha hecho varias críticas:

  • El mecanismo de ajuste de los precios no parece que funcionara en la realidad con ese automatismo.
  • Esta explicación sólo tiene en cuenta la balanza comercial (la visible), no tiene en cuenta la de capitales y transferencias (invisible).
  • Igualmente, este funcionamiento supone que las instituciones son neutrales o actúan favorablemente, pero en realidad algunas de ellas (los bancos centrales o los gobiernos, por ejemplo) toman decisiones que no eran del todo favorables a ese funcionamiento, decisiones por intereses nacionales en la moneda…

Con todo, a pesar de que el conocimiento teórico del sistema monetario era rudimentario y a pesar de la ineficiencia de la política fiscal como instrumento complementario, el mecanismo regulador de ajuste del patrón oro funcionó con un elevado grado de perfección y, desde luego, con mucha mayor eficacia que cualquiera de los sistemas que le sucedieron en el siglo XX. Los movimientos de capitales se llevaron a cabo de forma satisfactoria entre 1880 y 1914, los tipos de cambio (en especial, aquellos de los principales países) permanecieron comparativamente estables y las restricciones cuantitativas casi no tuvieron lugar durante esta época. Esto ayudó a consolidar una economía internacional dinámica y flexible en alto grado.