El Bloque del Oro y la Recuperación Económica Tras la Gran Depresión

El Bloque del Oro y la Recuperación Económica

El «Bloque del Oro»

Los países que se aferraron a las reglas del patrón oro tuvieron mayores dificultades para recuperarse que las economías que se liberaron de él. Los integrantes de este «bloque del oro» aplicaron políticas monetarias y fiscales restrictivas para corregir sus desequilibrios macroeconómicos y frenar el drenaje de sus reservas de oro.

Estas políticas provocaron una intensa deflación que contrajo aún más los salarios y la demanda. Además, su moneda tendió a revalorizarse frente a las de los países que rompieron con el patrón oro. Ante el déficit creciente en la balanza comercial y la pérdida de reservas metálicas aplicaron la clásica receta de las políticas deflacionistas y levantaron heterodoxas barreras a las importaciones.

Gran Bretaña y el Área de la Libra Esterlina

Ante las graves crisis financieras que padecieron en 1931, otros estados optaron por abandonar el patrón oro. Este fue el caso de Gran Bretaña y otros estados muy vinculados a la economía y a la moneda británica.

Gran Bretaña optó por una fuerte depreciación de su moneda y por favorecer una política monetaria expansiva a través de una estrategia de bajos tipos de interés impulsada por el Banco de Inglaterra. Esta estrategia de dinero barato contribuyó poderosamente a la recuperación de los precios y de la actividad económica. Además, fomentó la creación de un bloque comercial en su área de influencia.

Aldcroft señala que las políticas gubernamentales fueron ortodoxas. La mayoría de los gobiernos se limitó a proporcionar lo que creyó condiciones favorables para la recuperación de la empresa privada. Se confió en medidas indirectas como el dinero barato, la protección y otros controles del comercio, y los planes de reconstrucción industrial se orientaron a apoyar las viejas industrias de productos básicos.

Todas estas medidas tuvieron un efecto limitado sobre la recuperación económica. Los beneficios de la devaluación fueron débiles y duraron poco, mientras que el impacto de la protección arancelaria y de las medidas de ayuda industrial fue de poca importancia.

Se dieron varios estímulos importantes a la construcción, incluyendo la disminución de costes, el aumento de las rentas reales y un cambio en los gustos del consumidor. En definitiva, el componente fundamental de la recuperación económica británica estuvo en la reanimación del mercado interior, aunque también crecieron las exportaciones. La demanda interna propició un crecimiento de la construcción y de las industrias de consumo duradero, sumándose a esto el aumento de las exportaciones y la reanimación de las industrias de productos básicos.

La Conferencia de Bretton Woods y el Retorno al Multilateralismo

Las Instituciones Internacionales

Una de las tareas más urgentes a las que tuvieron que enfrentarse los pueblos de Europa fue la de restaurar la ley, el orden y la administración pública. Un elemento crucial de la recuperación fue la plena implicación norteamericana en el proceso. En todos los países la sociedad exigía reformas políticas, sociales y económicas.

La respuesta a esas exigencias en la esfera económica obligó a la nacionalización de los sectores claves de la economía, a la extensión de la seguridad social y los servicios sociales y a la asunción por parte de los gobiernos de mayores responsabilidades para mantener niveles satisfactorios de actuación económica. Incluso los EEUU aprobaron las Emplyment Act de 1946, que creaba el Consejo de Asesores Económicos del Presidente y comprometía al gobierno federal a mantener un alto nivel de empleo.

En marzo de 1941 el Congreso norteamericano aprobaba la Ley de Préstamo y Arriendo que proporcionaba una generosa ayuda militar para todos los países cuya defensa se consideraba vital para EEUU. En agosto de ese mismo año, Franklin Roosevelt y Winston Churchill firmaron la Carta Atlántica, que comprometía a sus respectivos países a emprender la instauración de un sistema comercial multilateral.

En sucesivas conferencias internacionales los dirigentes soviéticos y norteamericanos, acompañados por los británicos, diseñaron el nuevo mapa político europeo de la paz. Desde el punto de vista de la reconstrucción económica, el protagonismo correspondió a la Conferencia de Bretton Woods, en la que británicos y norteamericanos diseñaron el futuro marco de las relaciones internacionales y en la que se sentaron las bases para la creación de dos instituciones internacionales fundamentales, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

El FMI tendría la responsabilidad de dirigir la estructuración de los intercambios entre las diversas monedas mundiales, y también la de financiar los desequilibrios en los pagos a corto plazo entre los países. El Banco Mundial concedería préstamos a largo plazo para la reconstrucción de las economías devastadas por la guerra y, finalmente, para el desarrollo de las naciones más pobres del mundo.

Estas conferencias también estudiaron la creación de una Organización Internacional de Comercio que formulase las reglas para el comercio justo entre las naciones, pero no llegó a crearse. En base a ello, nació el GATT, mucho más limitado, firmado en Ginebra en 1947. Los firmantes se comprometían a extender la cláusula de la nación más favorecida a los demás, a intentar reducir los aranceles, lo cual ayudó a reducir las barreras comerciales, a no recurrir a restricciones cuantitativas y a eliminar las existentes, y a consultar mutuamente antes de hacer cambios de políticas importantes.

Fue el Plan Marshall el proyecto que culminó la implicación política y económica en la reconstrucción de Europa y en su defensa militar frente a la URSS. Las relaciones entre EEUU y la URSS se habían empezado a deteriorar nada más acabar la guerra y la desconfianza y los recelos eran mutuos. La acuñación del término “telón de acero” por W. Churchill marcó un paso importante en la guerra fría que el Plan Marshall terminó por hacer oficial.