Política Fiscal Expansiva en una Economía Abierta

Política Fiscal Expansiva

Hay dos formas de aplicar una política fiscal expansiva. La primera es una disminución de los impuestos (T) y la segunda un aumento del gasto público (G). En el modelo Mundell-Fleming, es decir, el modelo IS-LM pero en economía abierta y suponiendo una perfecta movilidad de capital, suponemos que el nivel de precios interno (P) y externo (P*) están dados (gráfico 1).

Suponemos que el gobierno, para reactivar la economía, decide aplicar una política fiscal expansiva mediante el aumento del gasto público. Un aumento en el gasto público desplaza la curva IS hacia arriba o a la derecha, ya que el gasto público afecta directamente a la DA (DA=G+C+I+XN). Al aumentar el gasto público, tendremos un exceso de demanda, por lo que las empresas van a desacumular existencias de forma involuntaria. Al aumentar el gasto, la producción o la renta va a aumentar, igual que el consumo y el ahorro. Este aumento depende de lo que indique la propensión marginal al consumo o al ahorro. Al aumentar el consumo, la DA también aumenta, al igual que la producción; esto es el efecto multiplicador. Con este aumento de la producción para resolver el exceso de demanda que había tras aumentar el gasto, estaríamos en equilibrio en el mercado de bienes, pero en desequilibrio en el mercado de dinero, porque al aumentar la renta, la demanda de saldos reales va a aumentar dependiendo de lo que indique el parámetro k, es decir, Ld=Ky*hi. Al aumentar la demanda de saldos reales, habrá un exceso de demanda de dinero o de oferta de bonos, por lo que los tipos de interés van a aumentar y así se alcanza el equilibrio en el mercado de dinero, pero estaríamos en desequilibrio en el mercado de bienes, porque al aumentar los intereses, la inversión se reduce, dependiendo de lo que indique el parámetro b: I=I-bi. Si la inversión disminuye, la DA también, por lo que volveríamos a estar en equilibrio en el mercado de bienes, pero en desequilibrio en el mercado de dinero. Tras sucesivos desequilibrios resueltos vía producción en el mercado de bienes y vía tipo de interés en el de dinero, llegaríamos al equilibrio de los dos mercados (E1). Ahora bien, respecto a los objetivos internos y externos, estaríamos en desequilibrio en ambos: estaríamos en desequilibrio interno porque Y>Yo, es decir, la producción es mayor que la natural, y en desequilibrio externo porque i>i*. En cuanto al desequilibrio externo, habrá entradas de capital de forma inmediata y sin apenas costes de transacción, por lo que la cuenta de capital mejora. Y al aumentar la renta interna, las importaciones van a aumentar, por lo que tendremos un déficit externo. Este desequilibrio externo se refleja en el tipo de cambio, porque tenemos un exceso de demanda de euros o un exceso de oferta de divisas, por lo que la moneda nacional tiende a apreciarse y la del resto del mundo a depreciarse.

Sistema de Cambios Fijos

Sin Operaciones de Esterilización

En un sistema de cambios fijos sin operaciones de esterilización, el BC tiene la obligación de intervenir e interviene comprando divisas y vendiendo euros. Al comprar divisas, la BM aumenta, y si aumenta la BM, la OM también lo hace, es decir (OM sube = BM sube * mm), y dado que los precios no han variado, los saldos reales van a aumentar (Ld aumenta = OM aumenta / P) y, gráficamente, la curva LM se desplaza hacia abajo. Habrá un exceso de oferta de dinero, por lo que los tipos de interés comenzarán a bajar hasta que vuelvan a ser iguales (i=i*) y estar en equilibrio externo.

Con Operaciones de Esterilización

Ahora bien, con operaciones de esterilización, lo cual significa que el BC no quiere alterar la OM tras comprar divisas, llevará a cabo una venta de títulos en el mercado abierto para mantener constante la OM, es decir, OM sube = BM sube * mm. Al vender títulos, la BM disminuye al igual que la OM: OM sube baja = BM sube baja * mm, manteniéndose así la OM constante. Llegados a este punto, pueden ocurrir dos cosas: que el desequilibrio se corrija por sí solo, algo que es poco probable, o que no se corrija por sí solo. De ser así, el banco seguirá interviniendo modificando el tipo de cambio, por lo que tendrá que apreciar la moneda interna, es decir, apreciar el tipo de cambio nominal, y si los precios no varían, la apreciación nominal será igual a la real, es decir: R = t / c sube * P / P*, y si P y P* no han variado, entonces sube el tipo de cambio y sube R. Si se cumple la condición Marshall-Lerner, vamos a exportar menos y a importar más, por lo que la balanza comercial empeora (XN), junto con la DA, la producción, el consumo y el ahorro también van a empeorar, dependiendo de lo que indiquen sus propensiones marginales. Al disminuir la renta, la demanda de saldos reales se reduce, por lo que los tipos de interés también se van a reducir para estar en equilibrio en el mercado de dinero, pero volveríamos a estar en desequilibrio en el mercado de bienes, porque al reducir el tipo de interés, la inversión aumenta y, como la inversión depende de la DA, esta va a aumentar. Tras sucesivos desequilibrios corregidos vía producción en el mercado de bienes y vía tipo de interés en el de dinero, llegaremos a un equilibrio común. Este proceso durará hasta que el tipo de interés externo e interno estén en equilibrio (i=i*). En un sistema de cambio fijo con operaciones de esterilización, el objetivo interno y externo estaría en equilibrio.

Sistema de Cambio Flexible

En un sistema de cambio flexible, el mercado fijará un tipo de cambio nominal en función de la oferta y la demanda. Ante cualquier desequilibrio, se producirá una corrección automática. En nuestro caso, que partimos de una situación de desequilibrio, se corregirá con el tipo de cambio, es decir, la moneda nacional se aprecia en términos nominales y, como los precios no han variado, la apreciación nominal se convierte en real y, si se cumple la condición Marshall-Lerner, se va a importar más y a exportar menos, por lo que las exportaciones netas comienzan a caer, la DA, por tanto, también, y, gráficamente, la curva IS comienza a descender de nuevo. Si la DA cae, la producción o la renta también cae, al igual que la demanda, y los tipos de interés comienzan a bajar. Volveríamos a un equilibrio en el mercado de dinero, pero en desequilibrio en el de bienes, porque al subir los tipos de interés, la inversión aumenta y el ajuste recae en la producción. Este proceso va a durar hasta que se vuelva a estar en equilibrio.

Una vez reflejada la perturbación al nivel de precios dados, la producción por el lado de la demanda es Y2 y por el lado de la oferta, Yo. Como Yo

Mercado de Bienes

En el mercado de bienes, al aumentar P, nuestra riqueza real disminuye. Suponemos que el efecto riqueza es cero, ya que este es difícil de cuantificar, no cambia sustancialmente los resultados del problema y, por economía de trabajo, podemos prescindir de él. Además, cuando sube P, sube R, dados el t/c y P*. Al subir R, si se cumple la condición Marshall-Lerner, la balanza comercial empeorará, porque baja X y sube M y, por tanto, según su definición: DA = C + I + G + XN, donde XN = X – M, habrá un exceso de oferta y las empresas tenderán a producir menos (Y baja).

Mercado de Dinero

En el mercado de dinero, al subir P, baja la oferta de saldos reales (debido a una variación en los precios). Por el lado de la OA, si sube P, entonces hay un aumento de Y por encima de los niveles naturales (los costes de producción aún no han variado). P3 > pe0 y Y3e sube * F(u,z); W/P sube = F(u,z); P sube = (1 + m)W sube. Al subir los precios, disminuye el salario real, la empresa negociará con unos costes salariales mayores y, por tanto, el salario nominal aumentará. Si aumenta el salario nominal y aumentan los precios, se produce un nuevo desplazamiento de la DA hasta que coincida con la DA (p = pe). (A corto plazo, los precios vienen dados, pero a largo plazo varían).

A largo plazo, las perturbaciones reales tienen una eficacia nula bajo los supuestos de movilidad perfecta de capital, sistema de cambio flexible y los precios pueden variar.

ya que este es difícil de cuantificar, no cambia sustancialmente los resultados del problema y, por economía de trabajo, podemos prescindir de él. Además, cuando baja P, baja R, dados el t/c y P*. Al bajar R, si se cumple la condición Marshall-Lerner, la balanza comercial mejorará, porque aumenta X y baja M y, por tanto, según su definición: DA = C + I + G + XN, donde XN = X – M, habrá un exceso de demanda y las empresas tenderán a producir más (Y sube).

En el mercado de dinero, al bajar P, aumentará la oferta de saldos reales (debido a una variación en los precios). Por el lado de la OA, si baja P, entonces hay una disminución de Y por debajo de los niveles naturales (los costes de producción aún no han variado). P3 <>e0 y Y3e baja * F(u,z); W/P baja = F(u,z); P baja = (1 + m)W baja. Al caer los precios, aumenta el salario real, la empresa negociará con unos costes salariales menores y, por tanto, el salario nominal disminuirá. Si disminuye el salario nominal y disminuyen los precios, se produce un nuevo desplazamiento de la DA hasta que coincida con la DA (p = pe). (A corto plazo, los precios vienen dados, pero a largo plazo varían).

A largo plazo, las perturbaciones reales tienen una eficacia nula bajo los supuestos de movilidad perfecta de capital, sistema de cambio flexible y los precios pueden variar.