Derecho contractual: elementos, tipos y efectos

Forma, instrumentos y manifestación de la voluntad

La forma se refiere a la manera en que se exterioriza la voluntad de las partes en un contrato. Puede ser expresa, mediante palabras habladas o escritas, o tácita, cuando se infiere de los actos de las partes. Los instrumentos son los documentos que materializan el acuerdo, como contratos escritos o facturas. La manifestación de la voluntad es la declaración de las partes de querer obligarse contractualmente. Respecto al silencio, en general, no se considera una forma válida de manifestar la voluntad en la formación de contratos, excepto en casos excepcionales establecidos por la ley o por la práctica comercial.

Teoría de la imprevisión, frustración de la causa y caso fortuito

La teoría de la imprevisión permite la modificación o terminación de un contrato cuando sobrevienen circunstancias imprevisibles al momento de su celebración, que alteran de manera significativa el equilibrio económico del contrato. La frustración de la causa, en cambio, ocurre cuando la razón fundamental que motivó la celebración del contrato desaparece por causas ajenas a las partes, lo que hace imposible o ilícito el cumplimiento del contrato. La diferencia principal con el caso fortuito es que este último implica un evento imprevisible e inevitable que impide cumplir con las obligaciones contractuales, pero no necesariamente altera la causa o el equilibrio económico del contrato.

Contratos onerosos y gratuitos

Los contratos onerosos son aquellos en los que ambas partes obtienen beneficios y se gravan con obligaciones recíprocas, es decir, cada parte recibe algo a cambio de dar algo. Ejemplos comunes son la compraventa y el arrendamiento. En contraste, los contratos gratuitos son aquellos en los que una parte se obliga a otorgar algo sin recibir nada a cambio, como en el caso de la donación.

Franquicia

Una franquicia es un acuerdo mediante el cual una empresa (franquiciante) otorga a otra (franquiciado) el derecho a utilizar su marca, know-how, métodos de operación, entre otros, a cambio de una contraprestación económica.

Bienes ajenos como objeto de contratos

Sí, los bienes ajenos pueden ser objeto de contratos, siempre y cuando exista la capacidad legal para transferir o utilizar esos bienes. Por ejemplo, una persona puede alquilar una casa que pertenece a otra persona mediante un contrato de arrendamiento. En este caso, el propietario otorga el uso y goce del bien (la casa) al inquilino a cambio de una contraprestación (el pago del alquiler), estableciendo así un contrato válido. Sin embargo, es importante respetar las normas legales y los derechos de propiedad al celebrar este tipo de contratos.

Consentimiento

El consentimiento es uno de los elementos esenciales para la formación válida de un contrato. Consiste en el acuerdo de voluntades entre las partes sobre los términos y condiciones del contrato. Para que el consentimiento sea válido, debe ser libre, es decir, sin vicios que lo invaliden, como el error, el dolo, la violencia o la intimidación. El consentimiento puede manifestarse de manera expresa, a través de palabras habladas o escritas, o tácita, por medio de conductas que denoten la aceptación de las condiciones del contrato.

Forma

La forma se refiere al modo en que se exterioriza el consentimiento y se documenta el acuerdo entre las partes. En general, los contratos pueden celebrarse de forma verbal o escrita. Sin embargo, algunos contratos requieren una forma específica para ser válidos, según lo establecido por la ley o por las partes. Por ejemplo, en ciertos casos, la ley exige que ciertos contratos, como los de compraventa de bienes inmuebles, sean formalizados por escrito y registrados ante una autoridad competente para ser válidos.

Efectos de los contratos

Los contratos generan una serie de efectos jurídicos entre las partes que los celebran. Entre los efectos más comunes se encuentran:

  • La creación de obligaciones, derechos y responsabilidades para las partes contratantes. Esto significa que las partes están legalmente obligadas a cumplir con lo estipulado en el contrato.
  • Los contratos pueden generar efectos frente a terceros en ciertas circunstancias, como cuando se establecen garantías o derechos reales sobre bienes.

Clasificación de los contratos

Los contratos pueden clasificarse de diversas maneras según diferentes criterios.

  • Una clasificación común se basa en su contenido y se divide en contratos unilaterales y bilaterales. Los contratos unilaterales generan obligaciones para una sola parte, mientras que los bilaterales generan obligaciones para ambas partes.
  • Otra clasificación importante es la de contratos consensuales y reales. Los contratos consensuales se perfeccionan con el mero consentimiento de las partes, mientras que los contratos reales requieren la entrega de una cosa para su validez.

Extinción de los contratos

Los contratos pueden extinguirse de diversas maneras, como:

  • Cumplimiento de las obligaciones
  • Acuerdo de las partes
  • Resolución judicial
  • Incumplimiento de una de las partes
  • Imposibilidad de cumplimiento

La forma de extinción dependerá del tipo de contrato y de las circunstancias particulares de cada caso. Es importante señalar que la extinción del contrato puede implicar la liberación de las partes de sus obligaciones contractuales, pero en algunos casos también puede generar responsabilidades adicionales, como indemnizaciones por daños y perjuicios.