La intervención del estado en la economía: Los fallos del mercado

Los problemas básicos de la economía

La economía es la ciencia social. Para conocer e interpretar la realidad, formula teorías y modelos que, para ser aceptados, deben ser contrastados con la realidad. La economía estudia el comportamiento de la sociedad y de los individuos, suponiendo en estos últimos la racionalidad, es decir, la coherencia entre los fines perseguidos y los medios utilizados para la consecución de estos fines.

  • La economía formula también leyes económicas, que son regularidades que se cumplen para colectivos suficientemente grandes. Una ley económica muy conocida es la ley de la demanda según la cual, si aumenta el precio de un determinado bien, la gente reaccionará comprando una cantidad inferior de ese bien. Uno de los objetivos de la economía es establecer las relaciones de causalidad entre los hechos. Se entiende que existe relación de causalidad entre dos sucesos cuando uno de ellos (causa) ha dado lugar al otro (efecto).

Economía positiva y economía normativa

Se conoce como economía positiva, lo que se refiere al estudio de la realidad tal cual es. Sin embargo, existe mucha discrepancia cuando se trata de determinar, no lo que ocurre, sino lo que debe hacerse o las medidas que deben tomarse. Lo que se conoce como economía normativa hace referencia a los planteamientos que intentan determinar cómo debe ser la realidad, cuáles son los objetivos que deben perseguirse. La economía normativa está relacionada con la política y con la intervención de las autoridades en la economía, y está influenciada por juicios de valor.

La escasez, la elección y el coste de oportunidad

El enfoque económico de la realidad se basa en la consideración de que el comportamiento de los individuos y de la sociedad consiste en decidir (elegir) cómo asignar sus recursos que podrían tener unas alternativas. La escasez hace necesaria la elección y elegir supone renunciar a algo. El valor de esta renuncia es el coste de oportunidad. Los recursos son escasos porque generalmente son insuficientes para colmar todos los deseos y necesidades de las personas.

– La escasez hace necesaria la elección entre los usos u opciones alternativas que pueden darse a los recursos.

– Hay algunos casos en los que los recursos no son escasos, como por ejemplo, el aire para respirar. En este caso se habla de bienes libres.

El proceso de elección que llevan a cabo los individuos tiene una implicación importante: elegir entre dos cosas implica renunciar a una de ellas.

Las formas de organización económica: la autoridad y el mercado

En un sistema basado en la autoridad, existe una persona o colectivo con la potestad de tomar decisiones económicas básicas relacionadas con la producción y la distribución y obligar al resto a cumplirlas. En estos sistemas, el Estado suele ser propietario de una parte importante de los factores productivos y decide qué productos van a fabricarse, así como su reparto. El Estado está compuesto por el gobierno y todos los órganos de la administración pública.

En casi todos los países, la mayoría de las decisiones económicas se toman a través del mercado. En este sistema, nadie toma decisiones globales de forma centralizada: el gobierno no decide el número de automóviles que hay que producir ni las toneladas de detergente. Las acciones de millones de agentes económicos, individuos y empresas que actúan cada uno por separado y toman decisiones que consideran convenientes para ellos mismos, determinan el resultado final.

En 1776, Adam Smith, se trata de una mano, en sentido figurado, una forma de nombrar a un complejo sistema de coordinación de las acciones individuales que caracteriza al mercado. Adam Smith estaba afirmando que el sistema de mercado asigna los recursos de una forma socialmente deseable.

El funcionamiento del mercado: el papel de los precios

En el sistema de mercado, las decisiones se llevan a cabo de manera descentralizada. Cada uno se especializa en la producción de algo y, tras producir, cada cual intercambia una parte de los bienes de su propiedad por los otros para poder consumir de todo.

En un sistema de mercado, los precios desempeñan esta función sin necesidad de que los participantes se pongan de acuerdo de antemano sobre las cantidades de producto que necesitan.

Un precio es la relación a la que se intercambian dos cosas. El precio de un bien puede expresarse en unidades de dinero (precio absoluto) o en unidades de otro bien (precio relativo).

En un sistema de mercado, los precios transmiten información de los deseos de los consumidores y de las condiciones de la producción, y crean incentivos, impulsando a consumidores y a empresas a actuar en un sentido tal que acaban coincidiendo los deseos de los consumidores con los planes de las empresas. Cuando la cantidad que desean los consumidores de un producto es superior a la que producen las empresas, el precio tiende a subir impulsando a las empresas a producir una mayor cantidad y a los consumidores a desear comprar más; de este modo se acaba conciliando lo que desean los consumidores con lo que producen las empresas. Lo contrario ocurre si los consumidores desean menos de lo que están dispuestas a producir las empresas: el precio tiende a bajar, las empresas van a producir menos y los consumidores a desear comprar más. Cuando coincide lo que se proyecta producir con lo que se desea consumir, el mercado está en equilibrio y el precio que lo consigue se denomina precio de equilibrio. El buen funcionamiento de los mercados requiere la existencia de competencia perfecta, una situación en la que ningún agente que participa en el intercambio tiene capacidad para afectar al precio de una forma individual.

Las posibilidades de elección de una sociedad: la frontera de posibilidades de producción y el coste de oportunidad

La ley de rendimientos decrecientes sostiene que si se produce con cantidades fijas y se van añadiendo unidades sucesivas de otro factor, llegará un momento a partir del cual los incrementos de la producción serán cada vez menores.

La frontera de posibilidades de producción (FPP) es un modelo que indica las combinaciones de cantidades máximas de bienes que puede producir una sociedad con sus factores y su tecnología dada. Cuando el análisis se simplifica a dos bienes, esta frontera puede representarse gráficamente como una curva cóncava hacia el origen de coordenadas que separa las combinaciones inaccesibles de bienes de las accesibles.

Las combinaciones de producción accesibles pueden clasificarse:

a- Ineficientes, situadas a la izquierda de la frontera en la que la sociedad no utiliza todos los recursos o lo hace con una tecnología inadecuada.

b- Eficientes, situadas sobre la misma frontera, en las que la sociedad utiliza todos los recursos con la mejor tecnología disponible.

La pendiente de la frontera ilustra el coste de oportunidad de producir una mayor cantidad de uno de los bienes, que es la cantidad del otro bien a la que hay que renunciar. Este coste de oportunidad es creciente, como muestra la forma cóncava de la frontera: las unidades adicionales de un bien que se desean obtener van costando cada vez más unidades del otro bien. Tanto la concavidad como el coste de oportunidad creciente tienen su origen en la ley de rendimientos decrecientes.

Desplazamientos de la FPP

CambiosDesplazamientos de la FPP
Aumento de los recursos productivosSe desplaza hacia la exterior
Disminución de los recursos productivosSe desplaza hacia el origen
Mejora tecnológica en la producción de un bienSe desplaza hacia la exterior por el lado del bien cuya tecnología de producción mejora
Mejora tecnológica en la producción de todos los bienesSe desplaza hacia la exterior
La sociedad utiliza recursos que permanecían ociososNo se desplaza

Las formas de organización económica: la autoridad y el mercado

En un sistema basado en la autoridad, existe una persona o colectivo con la potestad de tomar decisiones económicas básicas relacionadas con la producción y la distribución y obligar al resto a cumplirlas. En estos sistemas, el Estado suele ser propietario de una parte importante de los factores productivos y decide qué productos van a fabricarse, así como su reparto. El Estado está compuesto por el gobierno y todos los órganos de la administración pública.

En casi todos los países, la mayoría de las decisiones económicas se toman a través del mercado. En este sistema, nadie toma decisiones globales de forma centralizada: el gobierno no decide el número de automóviles que hay que producir ni las toneladas de detergente. Las acciones de millones de agentes económicos, individuos y empresas que actúan cada uno por separado y toman decisiones que consideran convenientes para ellos mismos, determinan el resultado final.

En 1776, Adam Smith, se trata de una mano, en sentido figurado, una forma de nombrar a un complejo sistema de coordinación de las acciones individuales que caracteriza al mercado. Adam Smith estaba afirmando que el sistema de mercado asigna los recursos de una forma socialmente deseable.

El funcionamiento del mercado: el papel de los precios

En el sistema de mercado, las decisiones se llevan a cabo de manera descentralizada. Cada uno se especializa en la producción de algo y, tras producir, cada cual intercambia una parte de los bienes de su propiedad por los otros para poder consumir de todo.

En un sistema de mercado, los precios desempeñan esta función sin necesidad de que los participantes se pongan de acuerdo de antemano sobre las cantidades de producto que necesitan.

Un precio es la relación a la que se intercambian dos cosas. El precio de un bien puede expresarse en unidades de dinero (precio absoluto) o en unidades de otro bien (precio relativo).

En un sistema de mercado, los precios transmiten información de los deseos de los consumidores y de las condiciones de la producción, y crean incentivos, impulsando a consumidores y a empresas a actuar en un sentido tal que acaban coincidiendo los deseos de los consumidores con los planes de las empresas. Cuando la cantidad que desean los consumidores de un producto es superior a la que producen las empresas, el precio tiende a subir impulsando a las empresas a producir una mayor cantidad y a los consumidores a desear comprar más; de este modo se acaba conciliando lo que desean los consumidores con lo que producen las empresas. Lo contrario ocurre si los consumidores desean menos de lo que están dispuestas a producir las empresas: el precio tiende a bajar, las empresas van a producir menos y los consumidores a desear comprar más. Cuando coincide lo que se proyecta producir con lo que se desea consumir, el mercado está en equilibrio y el precio que lo consigue se denomina precio de equilibrio. El buen funcionamiento de los mercados requiere la existencia de competencia perfecta, una situación en la que ningún agente que participa en el intercambio tiene capacidad para afectar al precio de una forma individual.

La intervención del estado en la economía: Los fallos del mercado

El sistema más generalizado es una combinación del mercado y la autoridad dando lugar algo que se conoce como economía mixta.

Causas:

1-En ocasiones el mercado funciona de manera imperfecta o no funciona en absoluto, dando lugar a una asignación de los recursos que no coincide con los deseos sociales. En estos casos se habla de los fallos del mercado que son 3:

a- Existencia de mercados no competitivos. Si alguno de los vendedores genera una producción lo suficientemente importante como para poder manipular el precio del producto, este precio dejará de reflejar los deseos de los consumidores y las condiciones de la producción. Se diría que este vendedor tiene poder de mercado.

b- Existencia de efectos externos. Se ha descrito anteriormente que los agentes económicos eligen tomando en cuenta las ganancias y costes que reciben con esa decisión y que estas ganancias y costes están señalados y determinados por los precios.

c- Existencia de bienes públicos. El mercado no es capaz de suministrar ciertos bienes o servicios que se consideren necesarios. Estos se denominan bienes públicos y deben ser producidos por el Estado.

2-En segundo lugar, la sociedad puede considerar que la distribución del producto entre las personas a la que da lugar el mercado es demasiado desigual y poco deseable.

El estado lleva a cabo políticas de redistribución, que transfieren rentas de las personas con mayores ingresos a aquellas que reciben ingresos bajos o carecen de ellas. Con estas actuaciones se persigue el objetivo de la equidad. Los mecanismos suelen consistir en hacer pagar la mayor parte de los impuestos a las personas con más ingresos o mediante ayudas directas a los que reciben menos. Los poderes públicos toman en consideración que esta redistribución puede generar unos efectos desincentivadores de la actividad productiva.

3-Hay quien piensa que los mercados pueden actuar, en ocasiones con excesiva lentitud, tardando mucho tiempo en alcanzar el equilibrio, especialmente el mercado del factor trabajo. Tienen lugar, etapas de crisis en las que cae la producción y se intensifica el desempleo de los recursos. Dado que los mercados son lentos, se tarda tiempo en salir del a crisis y en regresar al equilibrio anterior en el que la utilización de los recursos es mayor. Los poderes públicos pueden llevar a cabo medidas conducentes a acelerar la consecución del equilibrio y conseguir, la estabilidad, es una situación en la que la utilización de los recursos no tenga variabilidad excesiva. Estas medidas se conocen como políticas de estabilización y consisten en ayudar al mercado a que alcance el equilibrio con mayor celeridad.