La Encíclica: Un Documento Papal de Importancia
La Encíclica
Una encíclica es una carta solemne escrita por el Papa dirigida a todos los obispos y creyentes, que aborda cuestiones de fe y costumbres. Su origen se remonta a las epístolas del Nuevo Testamento y es el documento más importante emitido por un pontífice.
Tipos de Encíclicas
- Laborem Exercens (Juan Pablo II)
- Sollicitudo Rei Socialis (Juan Pablo II)
- Centesimus Annus (Juan Pablo II)
- Rerum Novarum (León XIII)
- Quadragesimo Anno (Pío XI)
- Pacem in Terris (Juan XXIII)
- Mater et Magistra
- Gaudium et Spes
Principio de Subsidiariedad
El principio de subsidiariedad reconoce las relaciones entre individuos y sociedades intermedias, que se desarrollan de manera original y gracias a la creatividad de los ciudadanos. Estas relaciones forman el tejido social y constituyen las bases de una verdadera comunidad.
El principio de subsidiariedad protege a las personas de los abusos de las instituciones superiores y alienta a estas últimas a apoyar a los individuos y a los cuerpos intermedios en el desarrollo de sus tareas. Además, se opone a la centralización, la burocratización, el asistencialismo y la presencia excesiva del Estado.
Diferencia entre Subsidiariedad y Bien Común
El principio de subsidiariedad respeta la identidad de cada individuo y evita su pérdida, fomentando su creatividad y crecimiento. Se opone a la centralización y a la intervención excesiva del Estado en la sociedad.
El bien común, por otro lado, se refiere al conjunto de condiciones sociales que permiten a las asociaciones y a cada uno de sus miembros alcanzar su máximo potencial y desarrollo. No es una mera suma de bienes particulares, sino que es indivisible y solo puede lograrse colectivamente.
Solidaridad
La solidaridad es una virtud moral que implica la determinación de trabajar por el bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos responsables de todos. Es esencial para la búsqueda del bien común y para ayudar a quienes más lo necesitan.
¿Qué es la DSI y en qué se fundamenta?
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) está dirigida a los hombres y mujeres de hoy. Promueve la buena conducta y se basa en principios fundamentales como la solidaridad, la subsidiariedad, el bien común y la dignidad humana.
La DSI se fundamenta en la revelación bíblica y en la naturaleza teológica de la Iglesia.
Dignidad Humana
La dignidad humana es el principio fundamental de la DSI. Se basa en el respeto de los principios básicos esenciales para el desarrollo de la persona, como la satisfacción de sus necesidades básicas.
Representa el desarrollo digno de la persona, sus valores y necesidades básicas en la sociedad, y el reconocimiento de los demás como seres independientes e importantes para la comunidad.
Libertad
Dios nos creó libres para que pudiéramos elegir su amor y encontrar la plenitud y la felicidad. La libertad humana no se opone a la creación de Dios, sino que la decisión sobre el bien y el mal pertenece a Dios.
Verdad
Los seres humanos tienen la responsabilidad de defender la verdad, ya que es esencial para las relaciones de calidad en la sociedad. Nuestro tiempo requiere un esfuerzo intenso en la educación y el compromiso para buscar la verdad.
Justicia
La justicia es un valor que implica la voluntad constante de dar a Dios y a los demás lo que les corresponde. Es un criterio determinante de la moralidad en el ámbito intersubjetivo y social.
Mi Encíclica
Laborem Exercens del Papa Juan Pablo II, publicada en 1981
Esta encíclica trata sobre el trabajo humano a la luz del Génesis. Presenta una visión filosófica y teológica del trabajo como colaboración con el creador, lo que le otorga una dignidad especial basada en la dignidad humana y divina de la persona.
Expone una espiritualidad del trabajo como medio de expresión y compromiso desde la fe, en la construcción de un orden social justo y fraterno para todos. Demanda justicia en el lugar de trabajo como responsabilidad tanto de la sociedad como de los empleados y trabajadores.
Afirma el derecho de los trabajadores a formar asociaciones y defender sus intereses vitales, así como la prioridad del trabajo sobre el capital. Pide el fomento de salarios justos, la propiedad colectiva y la participación de la fuerza laboral en la administración y los beneficios de las empresas públicas y privadas.